miércoles, 8 de septiembre de 2021

AFGANISTÁN 2021. NI PRINCIPIO NI FIN

 



Víctor Morales Lezcano

09.09.2021.- Madrid

En el terreno de las relaciones internacionales, tanto ayer como hoy, las previsiones de los actores en juego pueden fallar estrepitosamente provocando una gama variopinta de reacciones entre los protagonistas afectados y sus aparatos de difusión. Es, sin más, lo que acaba de suceder con el resultado ¿final?, obtenido por el intento americano (USA) y europeo (centro-occidental) de controlar el indómito territorio de Afganistán, al menos desde los primeros decenios del siglo XIX. Ahora, se acaba de producir la caída de Kabul en manos de los talibanes insurrectos, de una parte, y, de otra, la precipitada evacuación del personal militar y civil de las potencias occidentales y de no pocos de sus colaboradores afganos en altisonantes operaciones militares, tales como Libertad Duradera, que fueron concebidas evidentemente como contraataque al impacto (directo) que tuvo el 11-S de 2001 en la política americana y, en menor medida, en la Unión Europea. La respuesta, defensiva y ofensiva, occidental fue, posteriormente, reforzada por las tropas de seguridad y defensa coronadas por la OTAN.
No obstante, las administraciones sucesivas de George W. Bush Jr. (republicana), Barack Obama (demócrata) y de Donald Trump (republicana) en los Estados Unidos de América han terminado sufriendo, a través del tiempo, un padecimiento que, de tanto en tanto, obnubila los recuerdos y experiencias del pasado que se suelen almacenar en la memoria histórica de los pueblos. En este caso, el olvido de las potencias occidentales ha consistido en no tener en cuenta, por poner un ejemplo, que entre 1838 y 1880 ni el Imperio británico, ni la Rusia imperial de la época lograron controlar el pasillo gigantesco de las tribus que habitaban el país de los pastunes, tayicos y hazaras, entre otras etnias. O sea, Afganistán. El síndrome consistente en el olvido de lo que había ocurrido en un país invadido por otros imperios o potencias hegemónicas en épocas anteriores (“niebla sobre el pasado”) ha venido de nuevo a sorprender hoy en día al común de los mortales, cuando, recientemente, han entrado en Kabul y tomado el poder las milicias de resistencia armada talibán. O sea, unas milicias constituidas como si se tratara de una reedición de los Hermanos Musulmanes de antaño.   
El cómo, el porqué y cuáles serán las resultas de esta nueva derrota (en Washington se habla también de evacuación) de potencias occidentales en suelo afgano es un asunto del futuro. Esta vez todas aquellas han sido lideradas por Estados Unidos de América, dicho también Estado hegemónico del actual sistema internacional. La cuestión abre una plétora de interrogantes que no dejan de inquietar a más de mundo y medio de la que ha sido bautizada como “era global” por los gurúes del siglo ¿de las luces?, del progreso y de las imprevisibles y mayúsculas sorpresas a las que venimos asistiendo durante su transcurso en la esfera terrestre.
A grandes rasgos, este tema acaba de constituir el primer debate de la rentrée en Casa Árabe (Madrid), bajo la convocatoria: “A veinte años del 11-S: misiones incumplidas”. Enhorabuena a sus organizadores, por la elección temática de la Casa para iniciar el curso 2021-2022 presencial y virtualmente.   

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