viernes, 23 de octubre de 2009

¿Han de desnudarse las Mujeres para entrar en un Museo?




Julia Sáez-Angulo








          “¿Es que las mujeres han de desnudarse para entrar en el Metropolitam Museum?”, preguntaban en un cartel las Guerrilla Girls americanas, alegando la estadística de que sólo se cuelga el tres por ciento de la obra de mujeres artistas, mientras que más del 80 por ciento de los desnudos del museo son de mujeres. El Centro Pompidou de París ha expuesto una gran muestra con los fondos de sus colecciones firmados por mujeres, bajo el título elles@centrepompidou. Entre las españolas, María Blanchard y Cristina Iglesias y algunas latinoamericanas como la pionera mexicana Frida Khalo o Remedios Varo (de origen español) o la videoartista brasileña González, están presentes en la exposición. Entre los visitantes la artista hispano-portuguesa Linda de Sousa, que prepara una exposición sobre Mujer y Erotismo, después de sus instalaciones sobre el maltrato de la mujer.

      Había que hacer una reflexión sobre la mujer creadora y el Centro Pompidou de París la ha hecho con sus fondos en una muestra quizás excesiva, gigantesca, que impide la recepción del mensaje de modo claro y definitivo, pero que supone un nuevo planteamiento en la presentación de las colecciones en aras de un género, el femenino, que ha sido preterido por la abundancia y complicidad de los artistas varones. Cabe recordar al respecto la célebre Historia del Arte de Ernt Gombrich en 1950, que no cita una sola mujer y el no menos conocido artículo ¿Por qué no ha habido grandes mujeres artistas?, publicado en Artnews en 1971, donde su autora Linda Nochlin asegura que no se trata de negligencia u olvido, sino el hecho de considerar “marginal” todo lo que hace una mujer.

Entre los nombres relevantes expuestos en el Pompidou destacan Louise Bourgeois, Sonia Delaunay, Maria Elena Vieira da Silva, Gae Aulent, Meret Oppeheim, Tamara de Lempira, Susanne Valadon, Hanna Hoch, Sophie Taeuber Arp, Natalia Gontcharova, Barbara Kruger, Agnès Thurnauer, Niké de Phalle, Gina Pane, Dora Maar, Germaine Reír, María Galindo... No olvidemos que entre las artistas del impresionismo también destacaron nombres de mujer como Mary Cassat.

Recordemos que en el Museo del Prado, apenas llegan a media docena de nombres de mujer, entre las que se encuentran La Roldana, Rosalba Carriera...
Feminización de la pobreza y misoginia global
En suma, una exposición la del Pompidou que ha sido un hito en el arte hecho por mujeres artistas, una llamada de atención sobre la creatividad femenina que durante el siglo XX tuvo un despegue de vértigo, una llamada de atención a los museos y coleccionistas para que cuenten con las artistas mujeres con un discurso singular e interesante. Por su parte, el Centro Valón de Bruselas, situado frente al Centro Pompidou también expone una muestra titulada Cris et chuchotements (Gritos y susurros) que explora los temas de identidad e intimidad de la mujer, con nombres como la cubana Ana Mendieta, Kiki Smith, Nancy Spero, Sophi Calle, etc.

Ha sido el siglo XX el del gran despegue de la mujer como artista, señala la estudiosa Natalie Ernoult. Ellas han sido protagonistas de las vanguardias, aunque sus nombres hayan quedado después sepultados por la desidia de la marginalidad impuesta. Tres temas han despertado la denuncia en las artes de las mujeres, sobre todo entre las latinoamericanas: la feminización de la pobreza; la explotación de la emigración y finalmente, la globalización de la misoginia, una enfermedad de difícil curación a juzgar por la pandemia de los malos tratos.




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