viernes, 26 de mayo de 2017

"Esteban Lisa: el gabinete abstracto" en el Museo de Arte Abstracto de Cuenca




AL / Artistas de Latinoamérica
Esteban Lisa: el gabinete abstracto es la primera de una nueva serie de exposiciones diseñadas por la Fundación Juan March para presentar a escala reducida el universo artístico de algunos nombres de la plástica latinoamericana del siglo xx. La publicación que acompañará a cada exposición de esta serie aspira a constituirse en fuente sobre el artista y a difundir su figura y su obra.





·    En el acto inaugural participará Edward J. Sullivan (New York University), autor del ensayo principal del catálogo de la exposición

·      Esta muestra de gabinete presenta, desde el 2 de junio, 37 obras realizadas entre 1930 y 1968 por el artista argentino, pionero de la abstracción en Latinoamérica y España

·      La exposición ha sido presentada previamente en el Museu Fundación Juan March, en Palma, y posteriormente viajará al McMullen Museum of Art del Boston College (Boston, EE.UU.)

·      Es la primera de una nueva serie de exposiciones (AL/Artistas de Latinoamérica) diseñadas por la Fundación Juan March para presentar a escala reducida el universo artístico de algunos nombres de la plástica latinoamericana del siglo XX

·      La publicación que acompañará a cada exposición de esta serie aspira a constituirse en fuente sobre el artista y a difundir su figura y su obra



L.M.A.


Esta pequeña muestra de gabinete presenta una selección de 37 obras realizadas entre 1930 y 1968 por Esteban Lisa (Hinojosa de San Vicente, Toledo, 1895-Buenos Aires, 1983). La muestra incluye obras sobre papel y cartón de pequeño formato y documentación diversa procedentes en su mayor parte de colecciones particulares. Considerado uno de los pioneros de la abstracción, no solo en América Latina sino también en España, Lisa fue, además de un artista relevante, un teórico y un pedagogo comprometido. Se da la circunstancia de que Esteban Lisa nunca se molestó en exponer ni en vender sus obras en vida, por lo que su reconocimiento internacional sería póstumo.

La muestra va acompañada de una publicación en dos ediciones, española e inglesa, que reúne, además de una cronología y una bibliografía del artista, un texto de Rafael Argullol a propósito del ensayo de Esteban Lisa Kant, Einstein y Picasso (publicado originalmente en Buenos Aires en 1956 como manifiesto inaugural de La Escuela de Arte Moderno de Buenos Aires, “Las Cuatro Dimensiones”, fundada por el propio artista), del que se incluye una reproducción semifacsímil. También contiene un ensayo a cargo del profesor de Historia del Arte de la New York University, Edward Sullivan.

Desde los años ochenta, la figura y la obra de Lisa han pasado del desconocimiento casi absoluto a una póstuma y nada infrecuente exposición pública gracias a la celebración de muestras individuales y también algunas colectivas que han explorado el fenómeno, excéntrico al canon, de las vanguardias y las corrientes abstractas latinoamericanas, tan vivas en el centro y el sur del continente americano a partir de los años treinta. De un tiempo a esta parte, las obras de muchos de los protagonistas de esas corrientes han merecido importantes exposiciones y ya forman parte de relevantes colecciones públicas y privadas en todo el mundo. Este es también el caso de Esteban Lisa, incluido, entre otras, en América fría. La abstracción geométrica en Latinoamérica (1934-1973), organizada por la Fundación Juan March en 2011, y en otras muchas muestras monográficas internacionales (en Argentina, Uruguay, Estados Unidos, Reino Unido, Italia, Alemania y el Líbano). También se le han dedicado desde 1998 hasta hoy notables exposiciones en España, su tierra natal.

Esteban Lisa pintó principalmente óleos sobre papel y cartón, muchos de ellos a doble cara, especialmente en las décadas treinta y cuarenta del siglo pasado: usó reiteradamente un soporte modesto, típico del artista escaso de recursos económicos. Desde los pequeños paisajes y algunos bodegones figurativos de sus inicios, exploró tempranamente la representación mediante composiciones geométricas y evolucionó desde unas primeras abstracciones derivadas del cubismo hasta el lirismo expresionista de sus últimas composiciones. Las obras han sido seleccionadas para la muestra con un criterio cronológico sobre la trayectoria de un artista que, en su decidida búsqueda de la abstracción, puede ser considerado con justicia un solitario, pero al mismo tiempo también uno de los pioneros de esa tendencia en Latinoamérica junto a Joaquín Torres-García, Emilio Pettoruti o Juan del Prete.

Además de artista, Lisa desarrolló un sentido pedagógico casi misionero y sintió una gran fascinación por los saberes filosóficos y científicos, las imágenes antiguas y modernas del mundo y también por la carrera espacial de los años sesenta, que despertó en tantos intelectuales la pasión por lo desconocido. Ese interés le llevó incluso a alumbrar (y a publicar) toda una llamativa “teoría de la cosmovisión” difundida en cursos y conferencias. Fue profesor particular de pintura y dibujo en su propia casa y en una escuela nocturna para adultos. Después, tras su jubilación como empleado de correos, fundó la Escuela de Arte Moderno “Las Cuatro Dimensiones”, desde la que reivindicó la abstracción como el lenguaje artístico moderno por excelencia. Lisa se preocupó más por la formación de sus discípulos que por la proyección de su propia creación plástica, que guardó y que nunca quiso ni exponer ni vender en vida.

Como se deduce de su título, esta “muestra de gabinete” incluye pocas obras, cuidadosamente seleccionadas, que se acompañan de una publicación intencionadamente contenida en cuanto a su extensión. Además de que, en el caso de Lisa, las pequeñas dimensiones sean una de sus marcas –usó un mismo formato durante toda su vida–, Esteban Lisa: el gabinete abstracto da inicio a una serie de exposiciones cuya escala reducida es norma y cuyo fin es presentar sintéticamente a figuras de la plástica latinoamericana del siglo XX en el marco más amplio de la colección de arte español contemporáneo de la Fundación Juan March y su programa de exposiciones dedicado al arte moderno y contemporáneo internacional. Con esta muestra, pues, la Fundación Juan March abre en sus museos de Palma y Cuenca un nuevo ciclo de proyectos expositivos.





Esteban Lisa: de la periferia al centro
Edward J. Sullivan

(…)
Lisa pudo haber sido uno de esos espectros históricos, uno de los fantasmas del arte (…).

Sin embargo, Lisa es ahora un artista que ha dejado la periferia del olvido para incorporarse a la corriente dominante; expuesto en museos, presentado en galerías; creador fetiche para los coleccionistas. Pero igualmente podría haber sido víctima del abandono y del olvido. (…)



Dada, pues, la ausencia del artista, solo nos queda su obra. Gran parte de lo que podemos deducir de esa imaginación —a todas luces fértil, sumamente inspirada e intensamente introspectiva— está plasmado en los cuadros que Lisa creó a partir de los años treinta y hasta la década de los setenta. Cabe suponer que dejó de pintar o dibujar mucho antes de su muerte con el fin de concentrarse en sus numerosas meditaciones sobre el cosmos (…), así como en la enseñanza y en otras aspiraciones literarias. La característica más destacada de la trayectoria de Lisa como pintor es su ausencia de la escena artística de Buenos Aires, ciudad en la que vivió y trabajó desde que, con 15 años, se trasladara de su España natal (Castilla, y concretamente la provincia de Toledo) a vivir con unos familiares a Argentina. El que nunca expusiera sus obras públicamente no significa que no tuviera una personalidad pública. (…)
En cualquier caso, en la obra de Lisa queda patente un compromiso constante con el desarrollo gradual de las cualidades expresivas, así como una preocupación profunda por las líneas y los colores. Solemos ver a Lisa como un artista puramente abstracto, pero sus obras de los años treinta muestran interés por la figuración. Flores, paisajes y alguna figura ocasional, esbozados de forma resumida y casi cubista, demuestran un deseo por salvar la distancia entre las formas cubo-futuristas (…). Hasta aproximadamente 1940 predominan los colores terrosos y, a veces, se aprecia una textura superficial áspera o incluso tosca, como si el artista intentara simular las superficies arenosas de muchas obras contemporáneas de Pablo Picasso. (…) Y luego se produjo un cambio radical. Desconocemos los motivos que llevaron al artista a rechazar esas tonalidades terrosas, a veces muy apagadas, de su primera época (…). Pero alrededor de 1940 o 1941 Lisa comenzó a utilizar una paleta mucho más cargada. (…)

A medida que avanzaban los años cincuenta y sesenta, la línea se hacía más frenética y el color adquiría una riqueza brillante que contrastaba claramente con los primeros cuadros de Lisa. Muchas de estas composiciones especialmente alegres recibieron del artista el título de Juego con líneas y colores. Sin embargo, volvió la marcada sobriedad durante un breve periodo que representa una suerte de hiato enigmático en la producción de Lisa. Entre 1954 y 1957 ideó una serie de pinturas que tituló Actos espaciales. Comparados con el resto de sus cuadros, estos pasteles son frugales, reservados y deliberadamente furtivos, y en ellos las formas individuales, a veces geométricas, pero más a menudo circulares o espirales, se disponen en un acto consciente para que cada componente del campo visual asuma su propia individualidad.

Los cuadros de Esteban Lisa tienen todos aproximadamente el mismo tamaño. A veces sus dimensiones varían ligeramente, pero todos son discretos, íntimos, compactos. Si bien realizó algunos collages y dibujos a lápiz (…), la mayoría de sus piezas están pintadas al óleo sobre cartones o papeles, que habían nacido con un propósito diferente (por ejemplo, una hoja tomada de una revista o de un libro). Esto nos induce a considerar la obra de Lisa, en su conjunto, como parte de un gran proyecto. (…)

El papel del color cambia constantemente en la obra de Lisa, y sus experimentos con tonalidades recuerdan claramente —como han señalado muchos críticos— el paralelismo sinestésico articulado en el libro de Vasili Kandinsky De lo espiritual en el arte. (…)

Al escribir sobre Lisa es imprescindible establecer paralelismos con los artistas de las Américas que adaptaron y reconfiguraron la geometría y, con el tiempo, la abstracción gestual en su arte; (…) Al final, para mí, la característica distintiva más destacada del arte de Lisa, y de la transcendencia de este arte, la constituye su melancólica soledad esencial —o, quizás, mejor dicho, su “aislamiento”—. (…)

El número de exposiciones individuales de las obras de Lisa, o de las muestras en las que sus cuadros ocupaban un lugar destacado, ha crecido de manera exponencial en los últimos veinte años. Además de importantes exposiciones en Buenos Aires y Montevideo, se han organizado retrospectivas en museos y galerías de Madrid, Toledo, Nueva York, Long Beach (California), Ciudad de México y Beirut, entre otras ciudades. Todos los autores principales de las publicaciones asociadas con estas muestras (…) se han centrado, como es lógico, en el arte visual de Esteban Lisa. Sin embargo, parece que el propio Lisa deseaba ser conocido como profesor y autor de tratados sobre estética y sobre sus teorías de lo que él denominó “cosmovisión” —una Weltanschauung que conllevaba la posibilidad de comunicación a través del espacio y del tiempo—. (…) La mayoría de sus textos tenían poco o nada que ver con el arte. En 1956, la imprenta de la escuela de Lisa publicó su primer libro Kant, Einstein y Picasso. La filosofía y las cuatro dimensiones en la ciencia estética moderna. En la portada, el autor figura como “Fundador y Director Profesor Esteban Lisa”. (…)

Lisa se diseñó a sí mismo como un auténtico intelectual cósmico. Se sentía más a gusto entre sus alumnos que en el mundillo de los museos y las galerías. Su escuela le servía de escenario para presentar sus ideas y sus filosofías; su taller era un refugio de la más honda intimidad. (…) Debemos considerar a Esteban Lisa como un componente integral de la compleja evolución de la creatividad en las Américas; pero al mismo tiempo representa un oasis de la imaginación, una imaginación introvertida, de orientación espiritual, pero agnóstica.


ESTEBAN LISA (1895-1983)
APUNTES PARA UNA BIOGRAFÍA
Julio Sánchez Gil

Esteban Lisa Morales nace en la villa toledana de Hinojosa de San Vicente en 1895 en el seno de una familia humilde. Es el hijo primogénito de los cuatro descendientes que tendrán sus padres, Salustiano y Bernardina.
Diversos estudios sobre la historia de la comarca de la Sierra de San Vicente confirman que a principios del siglo xx se produjo una fuerte emigración a Sudamérica. Argentina será el país que más vecinos acoja y el lugar hacia el que Lisa embarca cuando apenas cuenta 15 años de edad. Una vez allí, se instala en la casa de unos tíos que regentan un bar en la ciudad de Buenos Aires. En los primeros meses ayuda en las labores del establecimiento, para después empezar a trabajar en la Aduana del Puerto.
Hacia 1920 consigue un empleo en Correos. El horario de trabajo le permite realizar estudios en la Escuela Nacional de Artes (1920-1925), y una vez finalizados se acredita con el título de profesor de Dibujo y Pintura. (…)
En 1924 sus padres y hermanos llegan al puerto de Buenos Aires. (…)
Una vez asentada la familia, funda una academia en la propia vivienda donde da clases de dibujo y pintura; para ello habilita un espacio en el comedor. Sabemos que son años fecundos y de reconocimiento para el profesor Lisa, ya que las carreras profesionales de muchos de sus alumnos estarán marcadas por las enseñanzas recibidas. (…)
Dos hechos trascendentales para el futuro artístico de ese país tienen lugar en 1934: la exposición de Pablo Picasso en la galería Müller de Buenos Aires y la llegada de Joaquín Torres-García a Montevideo. Los hermanos Lisa, al igual que los demás jóvenes artistas rioplatenses, no serán ajenos a las influencias de esos pintores. En torno a ese año Esteban y Aniano emprenden sendas divergentes: si Esteban va sumergiéndose en la abstracción, desarrolla su obra de forma cuasi eremítica y la oculta a posibles observadores, su hermano, por el contrario, pisa el terreno figurativo, se presenta y gana concursos de pintura y tiene en ciernes una prometedora carrera como dibujante. (…)
Hacia 1936 la familia en pleno se traslada a vivir a Villa Devoto (…).
Tras un largo noviazgo, Esteban Lisa y Josefina Pierini se casan en una iglesia de la capital en 1938. La pareja, que no tendrá descendencia, ocupará la planta alta de la vivienda familiar.
En el año 1939 tiene lugar en la ciudad de Buenos Aires la exposición Artistas Plásticos y Recitales Artísticos. En ella participan profesores de las Escuelas de Adultos, y creemos que Lisa lo hace con un retrato. En esos años sus obras se cubren de una pintura cálida, llena de siluetas curvadas, óvalos, espirales, estrellas y notas musicales. Firmará algunas de sus pinturas como “E. LISA” y otras con signados ininteligibles. (…)
Realiza también una serie exclusiva de grabados en pequeño formato (fechados entre 1942 y 1957) que reproducen retratos de personajes relevantes; entre ellos destacamos los de los presidentes Ramón Castillo (1942) y Juan Domingo Perón (ca. 1950).
A principios de los años cincuenta se produce un cambio trascendental en la obra de Lisa, posiblemente como consecuencia de la intensa experimentación llevada a cabo anteriormente y complementada con la inmersión en las teorías de la cosmovisión. Este proceso coincide con la ejecución de las pinturas que él mismo denomina “juegos con líneas y colores”, y que no son más que divertimentos cromáticos que no abandonará en toda su producción pictórica posterior. Paralelamente, desde 1952 y hasta bien entrados los años sesenta, realiza una serie de dibujos con ceras sobre papel, algunos de una sencillez gestual extrema, que denomina “actos espaciales”.
En 1955, cuando ha logrado un reconocido grado como profesor y su acción investigadora aplicada a su producción artística alcanza el punto más alto, se produce su jubilación en Correos y en la Escuela de Adultos. Coincide este hecho con la fundación de la Escuela de Arte Moderno “Las Cuatro Dimensiones” (…). Lisa es nombrado director de este proyecto y contará con la ayuda fundamental de tres discípulos: Isaac Zylberberg, Pietro Spada y Juan Velázquez. El local se inaugura con la exposición de Zylberberg Pinturas, si bien de forma permanente y junto a los retratos de Kant, Einstein y Picasso, se exhiben copias de cuadros de Miró, Picasso, Chagall o Mondrian que se acompañan con pinturas originales de varios alumnos.
En 1956 se edita el libro Kant, Einstein y Picasso, que viene a reconocerse como el manifiesto estético-filosófico del pensamiento y la pintura de Lisa. Poco tardaría en enviarlo al filósofo alemán Eduard Spranger, quien le contestó con una carta de felicitación y agradecimiento. También en ese año pronuncia ocho conferencias y funda el Instituto de Investigación de la Teoría de la Cosmovisión. Al año siguiente sale a la luz otro volumen, Teoría psicofísica cuatridimensional para la percepción universal. Su publicación coincide con el inicio de un periodo febril de impartición de conferencias acerca de sus teorías que le llevará a pronunciar más de doscientas. La mayor parte de ellas tienen lugar en la sede del Instituto, aunque también se dictan en otros espacios de la capital y las provincias. (…)
Si progresivamente se aleja de la pintura y de su actividad docente, el tiempo disponible le permite volcarse en sus libros. Así, en menos de una década publica nueve obras. La última, La teoría de la cosmovisión y la visión de Platón, ve la luz en 1980. La obra escrita de Esteban Lisa supera la docena de títulos, casi todos ellos centrados en la justificación y propagación de sus teorías de la cosmovisión. (…)
Un hecho capital en la vida de Lisa será el fallecimiento de Josefina en 1979, cuya intensa labor educativa queda reconocida en la prensa del momento.
Este luctuoso suceso desencadena momentos personales muy duros; a la soledad que le rodea se une la constatación de que sus teorías han quedado relegadas al olvido. (…)
Esteban Lisa fallece en el mes de junio de 1983. Es enterrado en un nicho del cementerio de Chacarita, rodeado de unos pocos amigos y discípulos.



Hasta el 4 de junio, se ofrece también en el museo la exposición Desde el centro de Europa. Fotografía checa, 1912-1974


Esta muestra presenta una historia de más de sesenta años: la de la fotografía artística de la actual Chequia, uno de los países de la Mitteleuropa donde florecieron con especial intensidad tanto la vanguardia fotográfica de los años veinte y treinta como la fotografía del surrealismo y el informalismo. Más de un centenar de fotografías –entre piezas individuales y obras pertenecientes a grupos o series–, además unos 40 libros y revistas editados en la antigua Checoslovaquia, que muestra el uso característico de la fotografía en las publicaciones de la época. Las obras proceden en su totalidad de la Colección Dietmar Siegert (Múnich), una colección que por su especialización y por la cualidad individual de las obras de su fondo fotográfico permite contar esa historia, muy desconocida, combinando la visión de conjunto con la atención a la subjetividad de cada fotógrafo.


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