Carta abierta a Rubén
Darío
(Homenaje en el
centenario de su muerte (1916-2016))
Madrid 21 de Abril de 2016
Centro Riojano
Querido poeta
Español de América y
americano de España.
Como a ti mismo te gustaba decir.
En los quince minutos de oro que te voy a dedicar,
quiero escribir en tres ráfagas, lo mucho que he pensado en ti estas semanas,
desde que estuve aquí en este hermoso Centro Riojano el 31 de marzo dando una
conferencia sobre las élites femeninas, y su Presidente me hizo esta
invitación.
Primera ráfaga de la memoria. He elegido para esta
ocasión el poema Margarita está linda la
mar. Con él hemos gozado las niñas del lazo de amor con el que nos fue leído.
Recuerdo la voz de mi madre, recitándolo para mí. Con este acto nos daban
afecto y enaltecimiento, éramos queridas y llamadas princesas (mucho antes de
que el POP pusiera de moda este apelativo). Empoderadas que se diría hoy.
Segunda ráfaga de la memoria. Con tu poema oímos por
primera vez la mágica palabra malaquita, sólo reconocida por la niña que fui en
el palacio de Aranjuez, como regalo del Zar de Rusia a la Reina. ¡Como cabe
advertir, todo fantástico!
Ah, la inteligencia de Darío, la Pedagogía poética de
las enumeraciones. ¿Qué tenía el rey? Me
preguntaba mi madre. Y yo decía la maravillosa retahíla de sus posesiones.
¿De qué era el broche de Margarita? Y de nuevo el
ejercicio de fijación de un recuento maravilloso.
La infancia no quiere lo infinito, lo incontable,
comprende LO QUE ES. Esto fue pieza fundamental de la antigua educación. Tuvimos
una Educación Pitagórica. Fui criada como pitagórica. Por ello paladeo la
lucidez de Darío para los niños. Así escribí este apunte biográfico que ahora
viene a cuento:
Toda mi educación fueron
enumeraciones:
cuatro puntos cardinales
siete virtudes,
diez mandamientos…
cuentos con siete cabritillos
(y ni uno más),
relatos de tres hermanas…
Tercera ráfaga. Contigo, poeta padre-poeta amigo,
estoy sumergida en el proyecto que llamo “ÉPICAMERICA”. En breve:
- Desmentir los TIEMPOS
OSCUROS, los TIEMPOS SIN NOMBRE, que han cuestionado todo amor, toda idea de
patria sobre la piel de toro.
- Volver a la edad de la
inocencia (ahora ya inocencia sabia) y desmentir lo que nos han hecho creer,
que somos un amor contrariado (a modo
de título de bolero, lo digo).
- Somos la América española,
somos la madre patria, la madre de la lengua española, en verdad la auténtica
patria, con la que nos es posible pensar y amar.
- Volveremos a esta difícil
conquista histórica del hoy. EPICAMERICA, volver a hermanarnos, volver al amor
en tiempos oscuros.
Comienzo a recitar una Margarita abreviadísima, como
me sugirió el Presidente, y mis poemas en tu honor, gran poeta Rubén Darío.
María Antonia García de León
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