Julia
Sáez-Angulo
El
escritor Miguel Salas ha leído poemas de
sus dos libros La luz y Las almas nómadas en la Tertulia
Orillas de Ávila en Madrid, dirigida por José Félix Olalla. Anunciación Guil,
nueva presidenta del Hogar de Ávila, leyó una última presentación literaria de
Agapito Rodríguez Añel, anterior presidente de la citada institución, en la que
elogió la calidad del poeta presentado y apostaba por “mantener siempre vivo el
espíritu de la poesía”.
Anunciación
Guil, por su parte, celebró la presencia de numerosos profesores y doctores, en
el acto, colegas del poeta Miguel Salas Díaz (Madrid, 1977) –gallego de adopción-,
doctorado en Teoría de la Literatura y Literatura Comparada. También tuvieron
presentes algunos alumnos.
José
Félix Olalla agradeció la colaboración de seis años con Agapito Rodríguez Añel en
la tertulia A Orillas de Ávila y
recordó con afecto a Roberto Llorente, fallecido secretario del Hogar del
Ávila. “Sabe mirar con la inteligencia y el corazón”, dijo Olalla del poeta
Salas, que ganó el premio Hiperión con su segundo libro. También elogió al
presentador del poeta, Juan Mayorga, premio nacional de Teatro, cuya obra
dramática se representa en numerosos países.
Juan
Mayorga comentó con detenimiento los dos libros publicados por Miguel Salas, “palabra
de la que íbamos a oír la voz, lo que no deja de ser una situación teatral, la
de la palabra escrita y pronunciada”. Los dos libros de Salas “no son
redundantes; hay vínculos y fracturas entre ellos. La lectura de cada uno
re-significa al otro”, añadió.
“El
libro La luz es gratitud hacia la
vida, con la virtud moral del entusiasmo que diría Kant, en el que el autor se
entrega a la celebración de personas y lugares. El cantor encuentra motivos
para el canto”, siguió diciendo Mayorga. “La palabra transforma, transfigura,
encanta y entusiasma; la mirada agiganta la mirada del otro”.
Mayorga
siguió hablando de que Las almas nómadas es
un libro menos complaciente con la vida. En él se aprecian sospechas y memoria
del desengaño entre el poeta y la misma poesía. El poeta se convierte en
meditación o relato. EL autor se hace narrador –ha escrito una novela- y entra
en su obra el tiempo. “Miguel Salas tiene audacia para hacer fermentar lo
escuchado, sístole y diástole del narrador”.
Mayorga
destacó el poema que habla del abuelo que desea convertirse en agua y mijo para
dar de comer a los suyos, o del monje oriental que despierta el misterio o el
del insecto que chupa tinta y lo previene contra “el furor de la conciencia”…
“Relatos que habla de Miguel, de un romántico al que el mundo ya no basta. La
mirada se le hace meditación. La metáfora no es desviación sino corazón mismo
del lenguaje. El lenguaje siempre es metafórico”. “El poeta se recuerda niño
descubriendo la poesía, pelea con la palabra a la que ama y teme”.
Miguel
Salas situó los poemas en su contexto espacial y temporal a medida que los iba
leyendo. La luz es un libro que
escribió en Italia sobre el amor y recreado en el denominado “genero del alba”
o despedida de las mañanas, de las albas rotas, mientras que Las almas nómadas es un libro más
hosco”, donde entra en personas diferentes. “La palabra libera o encierra, el
lenguaje construye la realidad, crea
estructura y nos hace elegir”, dijo en otro momento.
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