lunes, 18 de abril de 2016

Miguel Salas lee sus poemas en la Tertulia Orillas de Ávila en Madrid, presentado por Juan Mayorga


Miguel Salas Díaz




Julia Sáez-Angulo

            El escritor Miguel Salas ha leído  poemas de sus dos libros La luz y Las almas nómadas en la Tertulia Orillas de Ávila en Madrid, dirigida por José Félix Olalla. Anunciación Guil, nueva presidenta del Hogar de Ávila, leyó una última presentación literaria de Agapito Rodríguez Añel, anterior presidente de la citada institución, en la que elogió la calidad del poeta presentado y apostaba por “mantener siempre vivo el espíritu de la poesía”.

            Anunciación Guil, por su parte, celebró la presencia de numerosos profesores y doctores, en el acto, colegas del poeta Miguel Salas Díaz (Madrid, 1977) –gallego de adopción-, doctorado en Teoría de la Literatura y Literatura Comparada. También tuvieron presentes algunos alumnos.

            José Félix Olalla agradeció la colaboración de seis años con Agapito Rodríguez Añel en la tertulia A Orillas de Ávila y recordó con afecto a Roberto Llorente, fallecido secretario del Hogar del Ávila. “Sabe mirar con la inteligencia y el corazón”, dijo Olalla del poeta Salas, que ganó el premio Hiperión con su segundo libro. También elogió al presentador del poeta, Juan Mayorga, premio nacional de Teatro, cuya obra dramática se representa en numerosos países.



            Juan Mayorga comentó con detenimiento los dos libros publicados por Miguel Salas, “palabra de la que íbamos a oír la voz, lo que no deja de ser una situación teatral, la de la palabra escrita y pronunciada”. Los dos libros de Salas “no son redundantes; hay vínculos y fracturas entre ellos. La lectura de cada uno re-significa al otro”, añadió.

            “El libro La luz es gratitud hacia la vida, con la virtud moral del entusiasmo que diría Kant, en el que el autor se entrega a la celebración de personas y lugares. El cantor encuentra motivos para el canto”, siguió diciendo Mayorga. “La palabra transforma, transfigura, encanta y entusiasma; la mirada agiganta la mirada del otro”.

            Mayorga siguió hablando de que Las almas nómadas es un libro menos complaciente con la vida. En él se aprecian sospechas y memoria del desengaño entre el poeta y la misma poesía. El poeta se convierte en meditación o relato. EL autor se hace narrador –ha escrito una novela- y entra en su obra el tiempo. “Miguel Salas tiene audacia para hacer fermentar lo escuchado, sístole y diástole del narrador”.

            Mayorga destacó el poema que habla del abuelo que desea convertirse en agua y mijo para dar de comer a los suyos, o del monje oriental que despierta el misterio o el del insecto que chupa tinta y lo previene contra “el furor de la conciencia”… “Relatos que habla de Miguel, de un romántico al que el mundo ya no basta. La mirada se le hace meditación. La metáfora no es desviación sino corazón mismo del lenguaje. El lenguaje siempre es metafórico”. “El poeta se recuerda niño descubriendo la poesía, pelea con la palabra a la que ama y teme”.

            Miguel Salas situó los poemas en su contexto espacial y temporal a medida que los iba leyendo. La luz es un libro que escribió en Italia sobre el amor y recreado en el denominado “genero del alba” o despedida de las mañanas, de las albas rotas, mientras que Las almas nómadas es un libro más hosco”, donde entra en personas diferentes. “La palabra libera o encierra, el lenguaje construye la  realidad, crea estructura y nos hace elegir”, dijo en otro momento.


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