domingo, 30 de marzo de 2025

JAVIER CAMPOS. Pregón de Semana Santa 2025, en Villanueva de los Infantes


        PREGÓN DE SEMANA SANTA, 12 de abril de 2025 (Fragmento)
     
Autoridades eclesiásticas y municipales; Señoras y Señores, especialmente Hermanas y Hermanos de las distintas Cofradías y Hermandades penitenciales de Villanueva de los Infantes. Queridos paisanos.

No podemos hablar de Semana Santa sin mencionar la devoción y entrega de nuestras Cofradías y cuantos las alientan día tras días. Son ellas y ellos, con su dedicación y entrega, quienes mantienen viva la llama de nuestras tradiciones, llenando de religiosidad las plazas y las calles de nuestros barrios. Y en cada rostro, en cada vela encendida, en cada promesa cumplida, reconocemos un elemento de la esencia misma de Infantes y su espíritu.

El conjunto de pasos que recorren nuestras calles es invitación a recordar aquella primera Semana Santa. Esas imágenes que procesionan encierran un mensaje profundo; no son sólo tallas queridas y veneradas; son testigos de las raíces cristianas de este pueblo -de nosotros-, que nuestros antepasados supieron mantener, y ahora es tarea nuestra, conservarlas y trasmitirla.

Y un gran valor, por lo que tiene de signo, es el testimonio de autenticidad religiosa el que dan los fieles que las acompañarán en el recorrido penitencial, tratando de unirse e interiorizar los momentos que las escenas de los tronos representan. Infantes rompe los límites de barrios hermanándose el pueblo entero; sus imágenes van desfilando buscando una mirada y más cosas. Es tan compleja la situación de los espectadores que sólo dentro de cada uno sabe lo que ese encuentro significa.

Esta Semana Mayor se completa con los Oficios litúrgicos donde es la Iglesia la que reza a Dios por el misterio de la redención, que solo se comprende desde el amor, y desde el amor tiene sentido. Y lo hace con una gran riqueza de signos y símbolos conservados en el tesoro de su patrimonio inmaterial: con silencios y con cantos, con oscuridad y con luz, con incienso, con flores y plegarias; con unos textos que nos enseñan los pasos culmen de la Historia de la Salvación.

Este pregón de Semana Santa tiene afán de solidarizarse con la que están viviendo muchas personas -vecinos nuestros- con nombres y apellidos, porque sienten el sufrimiento en sus carnes. Por ejemplo, la vejez en soledad, la enfermedad que ahoga proyectos; el dolor de muchas familias rotas; el miedo y la incertidumbre de muchos inmigrantes, alejados de su patria, y en algunos casos, de su lengua y de su cultura.

Aproximándonos más a esta realidad -de ustedes que tan amablemente me escuchan y mía-, podemos decir que Infantes vive varias semanas de pasión, como hemos visto, igualmente intensas: la de las imágenes que durante estos días salen a la calle desde las diferentes iglesias y ermitas donde las distintas Cofradías tienen su sede canónica y donde sus titulares reciben veneración y culto, por parte de sus cofrades y devotos, y las otras personales y familiares.

Ya ven la complejidad que encierran estos días. Pero lo importante, ahora, es anunciarles que este año de 2025 la Semana Santa deber ser una llamada a la esperanza como el papa ha propuesto para el jubileo: ser “Peregrinos de la Esperanza”; inspirarnos a a reflexionar sobre la misericordia, la solidaridad y la construcción de un mundo más justo, trabajando en proyectos para recuperar los valores humanos, éticos y espirituales que hemos perdidos.

Jueves de pan compartido en fraternidad; jueves de aceptar lo que tenemos pidiendo a Dios que se haga su voluntad; jueves de amor y eucaristía. Promesa cumplida de entrega; misterio de un Dios hecho pan para calmar todas las formas de hambre a los hombres de todas las razas y culturas. 

Amanece el Viernes de tragedia viendo a Jesús Nazareno con la cruz a cuesta -con el pequeño alivio de Magdalena y Simón de Cirene-, hasta llegar al calvario y pagar con su muerte el rescate del pecado de la humanidad, librándonos de la muerte eterna. Por eso, “en el árbol de la Cruz está clavada la salvación del mundo. Venid a adorarlo”, como se dice en los Oficios. Camino personal interior de soledad que nos lleva por la Vía Dolorosa

Allí está María, mujer fuerte, que siempre estuvo presente en todos los momentos importantes. Esa mañana turbia y negra, bebe el cáliz amargo de la pasión como corredentora que es, porque desde Nazaret sólo se llega al Calvario por la calle de la Amargura. Su mirada traspasada mirando al cielo, a la lejanía o recogida en el dolor es el rostro de las Dolorosas de nuestras Cofradías. 

Y el sábado de esta semana no tiene ocaso; la noche es clara como el día; noche iluminada por la esperanza de la resurrección; noche en que pasa el Señor junto a la naturaleza humana rescatándola de la esclavitud, como sucedió en Egipto con el pueblo judío. Se pone el sol para dar paso al creador del sol, que surge de las entrañas de la tierra, despejando las tinieblas de los cobardes y calentando el pecho de los tibios.

Alborada de encuentro, mañana de gozo. Cristo ha resucitado como lo había dicho y las mujeres que madrugaron vieron que el sepulcro estaba vacío. Nosotros lo podemos encontrar, si miramos al fondo de nuestros corazones; allí descubriremos vivo al Cristo de la fe. No lo dudemos, hay que invitarle a pasar a casa como los de Emaús, y lo recuerda el himno del Oficio litúrgico de Vísperas:

“Porque ardo en sed de ti
y en hambre de tu trigo,
ven, siéntate a mi mesa,
bendice el pan y el vino.
¡Qué aprisa cae la tarde!
¡Quédate al fin conmigo!”.
Muchas gracias


1 comentario:

Anónimo dijo...

Profunda reflexión de la deslumbrante realidad de los efectos de la Pasión de Jesucristo Nuestro Señor. Salmo 41.