sábado, 25 de diciembre de 2021

CRÓNICA ARGENTINAS X.- De la Nochebuena y Navidad en Nordelta, junto a los ríos Paraná y Uruguay

Nueva iglesia en Nordelta (Tigre. Buenos Aires)


Nueva sinagoga en Nordelta


Julia Sáez-Angulo

Fotos: Adriana Zapisek

26.12.2021.- Buenos Aires.- Me vino a la memoria Luis Buñuel, cuando hablaba de “El discreto encanto de la burguesía” en su película. Gratos, educados, amables, generosos, en este caso, mis amigos anfitriones Pablo y Laila, en Nordelta, preciosa, lujosa, reservada y exquisita zona en el norte del gran Buenos Aires, donde hemos pasado la Noche Buena a la espera de la Navidad a las doce de la noche, cuando el champán, besos y abrazos con discreción y los regalos ponían de manifiesto que los cristianos celebrábamos la llegada del Niño Dios a la tierra.

Como había amigos judíos, se permitió que uno de ellos bendijera el pan con el “Borujató…” Después me invitaron a mí a bendecir la mesa por lo cristiano y no me privé de hacerlo. Los niños nos miraban como a astronautas. Los tres perrazos, Bol, Simón y Copito, cariñosos ellos porque son como de familia, reposaban cercanos en el suelo como dioses lares protectores. 

Aperitivos y ensaladas varias de entrada para llegar al asado en parrilla con brasas, nada de fuego, para que los chinchulines, el chorizo, la morcilla, el bife y la entraña estuvieran en su punto. Mario Salovsky solo compra carne de buena calidad, Argentina la tiene en abundancia. Todo ello regado con un buen Malbec de Mendoza. El postre a base de pan dulce -un pastel de origen genovés lleno de pasas y frutos secos- más turrones de chocolate, fresa y licor de Jerez traídos de España. 

Seguidamente la tertulia sobre España, Argentina, Israel y su dorada piedra caliza para Jerusalén, sefardíes y askenazis, los judíos defendidos de los nazis en Bulgaria por el rey Boris durante la II Guerra Mundial. Traje a colación “El retablo de las maravillas” de Cervantes, crítico donde lo haya con los "pura sangre"… ¡qué sé yo! La colectividad judía en Argentina es muy potente. Hubo un tiempo en que judíos y libaneses rivalizaban por contar con la mejor embajada en Buenos Aires. La embajada de Líbano muestra un buen cedro -símbolo del país- a su entrada en la avenida del Libertador.

Seguidamente el karaoke, en el que Pablo y su esposa la pintora Laila eran los maestros, porque lo tenían muy ensayado. Laura Paussini, La oreja de Van Gohg o Joan Manuel Serrat estaban en el repertorio. Laila es una artista, no solo de artes plásticas, sino de dotes musicales. A mí me invitaron a cantar y debí hacerlo con el “Adeste fideles” para estar en ambiente, pero no me vino a la cabeza y hubiera tenido que haberlo hecho a capella.

Muchos bonaerenses interrumpieron su cena de Noche Buena 2021 al aire libre de los jardines, porque una tromba de agua descargó sobre la provincia. Afortunadamente nosotros no tuvimos ese percance, porque lo hicimos a cubierto.

Nordelta en el Tigre –a la desembocadura del río Paraná que, junto al Uruguay, crean el río de La Plata forman numerosos canales e isletas- es un proyecto urbanístico novedoso y ambicioso en el country, que data de 1992. Tiene 24 barrios y 50 consorcios con todos los servicios educativos, deportivos, educativos, religiosos, gastronómicos y sanitarios imaginables. Toda entrada es controlada y supervisada. Cuenta con dos anillos de seguridad para evitar robos o asaltos, si bien la imaginación delictiva los ha traspasado en alguna ocasión en ciertos puntos.

El calor húmedo atraviesa la piel y los huesos. Aplatana un poco si no hay brisa. Hay que cambiarse los anillos de dedos, porque se han hinchado. El aire acondicionado y la pileta (piscina) vienen en ayuda de los calores, sofocos y aplatanamiento. El jardín, naturaleza domesticada, ayuda con sus sombras de ceibos, sauces llorones, palmeras, tilos y hasta un olivo que se resiste a dar fruto, por lo que pudiera ser un acebuche.

El placer de columpiarse, en un banco suspendido frente al canal, permite disfrutar  de nuevo el dolce far niente. Desde ahí se ve nadar a un castor que es como de la familia, porque acude diariamente a por su ración de comida. Muy cerca andan los cuis, pequeños e inofensivos roedores. Algunas aves córvidas como aguiluchos los amenazan con sus garras. Ya se sabe que la cadena trófica de la selva es imparable. Los teros (alcaravanes), aves muy conocidas en Argentina, comen los insectos llamados aguaciles y defienden muy bien sus nidos y crías, con ataques a los humanos si fuera necesario. La Naturaleza no se anda con contemplaciones. Patos negros y cisnes se pasean de vez en cuando por las aguas del canal con pequeños embarcaderos para piraguas, y los carpinchos, nadadores que se multiplicaron durante la pandemia, también hacen acto de aparición periódica. Los gauchos hacen artesanía con la dura piel del carpincho o el castor y con la madera del cardón, un cactus muy particular del país, que levanta sus brazos en oración.

Flora y fauna se comunican sin solución de continuidad. Los agapantos morados, flor de temporada estival, ponen color por todas partes, junto a buganvillas, canas y alpiñas. La pintora española María Luisa Valero, que siempre busca plantas con flores para poner color al verano, debiera aclimatar todo ello en su jardín abulense de Puente Viejo. Las ideas, la fauna y la flora siempre han viajado de un lado a otro del Charco.

Pileta en la casa de Nordelta
Concierto de piano al final de la velada

Tarta helada de pan dulce y frutos secos

CRÓNICAS ARGENTINAS XII. El gigante Rubén Darío y su “Canto a la Argentina”

Monumento a Rubén Darío. Buenos Aires


Julia Sáez-Angulo

Fotos: Adriana Zapisek

27/12/21.- Buenos Aires.- El gran escritor nicaragüense Rubén Darío, poeta, periodista y diplomático, padre del modernismo, renovador de la poesía en español residió en Argentina durante cinco años -1893-1898- y consideraba a este país su segunda patria o más exactamente su patria intelectual. Para ella escribió un bello “Canto a la Argentina” en 2010, mientras estaba en París. A lo largo de 25 años, el escritor nicaragüense publicó en las páginas del diario bonaerense “La Nación” más de seiscientas crónicas, cuentos, poemas, críticas de espectáculos, novelas, ensayos… Era un grafómano, un escritor nato.

Digna de destacar -se lo merece- es la estatua de cuerpo entero, nada de simple busto, que Rubén Dario (1867-1916), tiene en una fuente de los jardines de la avenida del Libertador, junto a una Leda y su cisne, frente a Apolo y su flauta, que no siringa. El caballo Pegaso en lo alto.

   El escritor Borges lo elogia cuando dice en el Boletín de la Academia Argentina de las Letras en 1967: “Hemos sido injustos con él. Darío renovó la métrica, las metáforas y lo que es harto más importante, la sensibilidad. Cuanto se ha hecho después, de este o del otro lado del Atlántico, procede de esa vasta libertad que fue el modernismo”.

Yo me precio de parecerme en algo a Rubén Darío: soy grafómana como él.


CANTO A LA ARGENTINA


¡Argentina! ¡Argentina!

¡Argentina! El sonoro

viento arrebata la gran voz de oro.

Ase la fuerte diestra la bocina,

y el pulmón fuerte, bajo los cristales 5

del azul, que han vibrado,

lanza el grito: oíd, mortales,

oíd el grito sagrado.

—8→

Oíd el grito que va por la floresta

de mástiles que cubre el ancho estuario, 10

e invade el mar; sobre la enorme fiesta

de las fábricas trémulas de vida;

sobre las torres de la urbe henchida;

sobre el extraordinario

tumulto de metales y de lumbres 15

activos; sobre el cósmico portento

de obra y de pensamiento

que arde en las poliglotas muchedumbres;

sobre el construir, sobre el bregar, sobre el soñar,

sobre la blanca sierra, 20

sobre la extensa tierra,

sobre la vasta mar.

—9→

¡Argentina, región de la aurora!

¡Oh, tierra abierta al sediento

de libertad y de vida, 25

dinámica y creadora!

¡Oh, barca augusta, de prora

triunfante, de doradas velas!

De allá de la bruma infinita,

alzando la palma que agita, 30

te saluda el divo Cristóbal,

príncipe de las Carabelas.

—10→

Te abriste como una granada,

como una ubre te henchiste,

como una espiga te erguiste 35

a toda raza congojada,

a toda humanidad triste,

a los errabundos y parias

que bajo nubes contrarias

van en busca del buen trabajo, 40

del buen comer, del buen dormir,

del techo para descansar

y ver a los niños reír,

bajo el cual se sueña y bajo

el cual se piensa morir. 45

—11→


¡Éxodos! ¡Éxodos! Rebaños

de hombres, rebaños de gentes

que teméis los días huraños,

que tenéis sed sin hallar fuentes

y hambre sin el pan deseado, 50

y amáis la labor que germina.

Los éxodos os han salvado:

¡Hay en la tierra una Argentina!

He aquí la región del Dorado,

he aquí el paraíso terrestre, 55

he aquí la ventura esperada,

he aquí el Vellocino de Oro,

he aquí Canaán la preñada,

la Atlántida resucitada;

he aquí los campos del Toro 60

y del Becerro simbólicos;

he aquí el existir que en sueños

—12→

miraron los melancólicos,

los clamorosos, los dolientes

poetas visionarios 65

que en sus olimpos o calvarios

amaron a todas las gentes.

—13→

He aquí el gran Dios desconocido

que todos los dioses abarca.

Tiene su templo en el espacio; 70

tiene su gazofilacio

en la negra carne del mundo.

Aquí está la mar que no amarga,

aquí está el Sahara fecundo,

aquí se confunde el tropel 75

de los que al infinito tienden,

y se edifica la Babel

en donde todos se comprenden.

"Canto a la Argentina". Reverso del monumento

viernes, 24 de diciembre de 2021

CRÓNICAS ARGENTINAS IX. El Ateneo Grand Splendid, una catedral de libros a la venta en un antiguo teatro y La Biela, el café literario de Borges y Bioy

Ateneo Grand Splendid. Buenos Aires
"Borges y Bioy Casares" representados en el Café La Biela. Buenos Aires


Julia Sáez-Angulo

Fotos: Adriana Zapisek

        24/12/21.- Buenos Aires.- “Aprovecha tu estancia en Buenos Aires para descansar y promocionar tus libros, que a los argentinos les encanta la literatura y no son más que unos europeos enclavados en América. Ya me contarás”, me escribe el amigo historiador valenciano Francisco Manuel Pastor Garrigues. Su padre, actor, viajó en vida por distintos países iberoamericanos, entre ellos Argentina.

Emilio Porta, escritor, que ya estuvo en Buenos Aires, insiste para que no me pierda la visita del Ateneo de los Libros, la catedral de libros en el antiguo teatro Grand Splendid. Precisamente tenía previsto visitarlo junto a Raúl Lavalle, que explica con calma las cosas. Realmente espectacular instalar una gran librería en el antiguo teatro a la italiana con sus palcos y plateas, una librería de las más bellas del mundo. “El italiano”, novela de Arturo Pérez Reverte estaba entre los mejor ofrecidos a la venta.

Tomás Paredes, presidente de honor de AMCA, me recomienda que conozca, a través del escritor Roberto Alifano, “al poeta argentino Antonio Requeni, académico y estupendo y conocedor del maravilloso Marco Denevi, excelente cuentista: Rosaura a las diez, Hierba del cielo...”. Todo se andará. Los amigos informan y recomiendan. Hemos quedado en reunirnos en la Sociedad Argentina de Escritores, SADE, el próximo martes.

La escritora Tecla Portela, me recuerda en un artículo, que la Academia Argentina de las Letras recomienda emplear la palabra "español" como reflejo del panhispanismo, en contra de la tradición de su país, que siempre lo llamó castellano, salvo en el estudio para extranjeros por correlación con el Spanish. Lo cierto es que el castellano naciente del año 1200 es muy distante del español de 1500, una lengua que refleja ya la síntesis natural del castellano, el asturiano-leonés, el mozárabe y otras lenguas romances de la Península Ibérica.

A la lusista Tecla Portela he de darle una buena alegría: hay un busto de Camoens en el parque de Belgrano de Buenos Aires.

    Lo cierto es que la capital argentina cuenta con numerosos bustos y estatuas en honor y recuerdo de escritores, principalmente junto a la Biblioteca Nacional, donde no faltan las estatuas o bustos de Borges, Julio Cortázar, Manuel Mugica Laínez… amén del encuentro y representación de las dos figuras de Borges y Adolfo Bioy Casares en una mesa en el célebre Café La Biela, en el barrio de Recoleta. Hemos cumplido con el rito de los turistas de hacerse una foto sentada junto a ellos.

Buenos Aires y la literatura continúan juntos. En el largo paseo por los barrios de Retiro y Recoleta, presencias de bustos en las magníficas plazas de árboles carnosos: ombúes, gomeros (no son árboles sino arbustos gigantescos), araucarias, tupas, magnolios, ceibos con su flor nacional de Argentina desde 1942 y la celebración de su día el 22 de noviembre… El fotógrafo español Javier Abella fotografió el ceibo como nadie.

No solo de bustos y estatuas vive la ciudad.

El busto de Ortega y Gasset se lo llevó uno de los vándalos busca-bronces y, al comprobar que no era tal preciado metal, lo tiró a la calle y se recuperó para volver a su pedestal. No muy lejos y dentro del paseo, otro busto al premio Nobel de Fisiología 1959, Severo Ochoa, obsequio de la comunidad asturiana a la municipalidad bonaerense. Los bustos hoy han de ser de resina patinada en bronce para evitar tentaciones.

Tampoco está muy lejos la calle “Francisco de Vittoria”, el gran creador español del Derecho de Gentes o Derecho Internacional, que la alcaldía ha escrito en la placa callejera con una redoblada “t”, como si fuera un italiano. Convendría una rectificación al respecto. El profesor salmantino Francisco de Vitoria (1483-1546) se lo merece. Fue todo un pionero del pensamiento humanista, junto al jesuita Francisco Suarez de Toledo (1547-1617) en la Universidad renacentista de Salamanca.

Y para terminar, decir que estuvimos en el Teatro Torcuato Tasso, para ver a Los Amado, un grupo de show musical, similar pero distinto a Los Luthiers, que nos hicieron reír y bailar con su estilo engominado años 40, en un espacio del mismo aire, después de saborear una cena. Era en el antiguo y noble barrio de San Telmo, del que huyó la población acomodada a primeros del XX, por una pandemia de gripe amarilla. ¿Les suena la historia? La recomendación de Los Amado vino de la pintora Cuchi de Osma en Madrid. El boca a boca funciona a los dos lados del Atlántico.

Camoens en el parque de Belgrano. Buenos Aires
Ceibo, flor nacional de Argentina desde 1942
Maica Bas y Adolfo Bioy Casares en El Escorial (1998)

jueves, 23 de diciembre de 2021

CRÓNICAS ARGENTINAS VIII. Del barrio papal de Flores, donde residieron también la pintora Adriana Zapisek y el empresario Mario Saslovsky

Julia y Adriana en la casa donde nació el papa Francisco (foto M. Saslovsky)


Julia Sáez-Angulo

Fotos: Adriana Zapisek

24.12.21.- Buenos Aires.- El pasado hiere con su recuerdo feliz o la ausencia de seres queridos. Esto exactamente es lo que les ha ocurrido a la pintora Adriana Zapisek y al empresario Mario Saslovsky, cuando fuimos a visitar el barrio de Flores, donde nació y vivió el papa Jorge Bergoglio y donde vivieron ellos de niños.

Mario estaba feliz recorriendo su antiguo barrio y señalando con entusiasmo los lugares donde él residía, donde hizo la primaria, donde vivía tal o cual amigo o donde su madre instaló un taller de costura para hacer bolsas de compañía aérea y llegó a tener casi veinte empleadas, mientras su padre trabajaba en un comercio electrónico familiar. El comercio recorre las venas de su familia. Cada cambio de negocio, pastelerías, pizzerías o actividades ajenas, le producía asombro a Mario, cuando no regocijo.

Adriana sin embargo sufrió un dolor punzante al contemplar la fachada de la antigua casa de sus padres, que literalmente “abandonó” durante diez años, cuando falleció su mamá, porque el lugar le hería en lo más profundo, hasta que Mario decidió retomar aquella casa con jardín al fondo y quincho para asar, casi en ruinas, para remozarla y venderla a buen precio en momentos afortunados de pre-crisis. Los negocios son lo suyo. Es como el rey Midas. Y un luchador, porque le gusta que llegue problemas al trabajo para enfocar su solución. Es un yiddish kop, una cabeza judía.

A veces, la pintora recuerda la historia dramática de su padre, Jan Zapisek a punto de ser fusilado en la matanza rusa en los bosques de Katyn en 1939, en la que murieron veinticinco mil polacos, pasando por trabajos duros en  Siberia, liberado para el ejército británico del general Anders, herido en la batalla de Montecasino en Italia, donde conoció a Flora Di Benedetto, ayudante de hospital durante la II Guerra Mundial. El joven matrimonio de Jan y Flora llegaron a la Argentina, después de 1947 y pasaron una semana en el célebre Hotel de Emigrantes, que hoy se visita y cuenta con el registro exacto de llegadas, como en Nueva York, en la Estatua de la Libertad.

La angustia de Adriana en el barrio de Flores fue poco menos que contagiosa, hasta que se animó al ver su querido colegio fundado por la catalana Beata Ana María Janer, de Urgell, ciudad y convento madre, que la pintora visitó junto a su esposo, en uno de sus viajes a Cataluña. La Beata Janer tiene todo un barrio con su nombre en Argentina. Mucho más se animó la pintora, al entrar en la basílica de San José de Flores, espléndido edificio en mármoles, torres y cúpula, donde ella estuvo cantando en el coro. Algunos de los que pasaban por delante de la iglesia, se santiguaban. Me gustó el gesto. Entramos en la basílica y nos encontramos con un concierto navideño. La capilla del Santísimo recordó a la pintora sus momentos de oración y reflexión en la juventud.

         La infancia es la patria del hombre, eso dicen.

Por supuesto que no nos perdimos la visita exterior y con fotos a las dos casas donde nació y residió en su infancia y juventud Jorge Bergoglio, el jesuita argentino de origen italiano que ha llegado a ser Papa Francisco, Papa singular de la Iglesia Católica. Dos placas, dispuestas por la “Legislatura”, figuran en las puertas de la calle Varela, donde nació, en una casita con pretensiones modernistas, y otra, en la calle Membrillar, donde el Papa vivió de niño y de joven. Seguíamos en el barrio de Flores, una zona de clase medio, después de atravesar el popular barrio de Balvanera y el más acomodado de Caballito.

Buenos Aires es tan grande que tiene barrios bien definidos como si fueran pueblos diferentes. Casi como un batiscafo, con compartimentos estancos. El barrio de Flores era de antiguas y amplias quintas a las afueras de la capital, que fueron engullidas paulatinamente para la ciudad. En las calles interiores a la larguísima avenida de Rivadavia hay numerosas casitas unifamiliares, si no de lujo, sí de gran dignidad.

He felicitado la Navidad al Papa Francisco, argentino y universal, a través de la Nunciatura Apostólica, decana del Cuerpo Diplomático en España. Yo felicito la Navidad a los amigos y conocidos queridos, y no las “felices fiestas”, como recomiendan los fundamentalistas del laicismo o los radicales cristianófobos que los hay, incluida la Comunidad Europea, que se tuvo que envainar, por ridícula, su recomendación de no felicitar la Navidad, sino las fiestas “para no ofender”. Religiosidad laica. El Papa Bergoglio les llamó la atención adecuadamente, para que no se dejaran llevar por ideologías sectarias. Hay que felicitar a los cristianos la Navidad, a los islámicos el Ramadán, el Rosh Hashaná o Año Nuevo a los judíos, y, a los chinos, el Año Chino, que este año será el del Buey, según me ha informado Adriana. 

    Los hombres y ciudadanos somos seres de creencias trascendentes varias y no clichés o clones automáticos de ideologías contingentes planas. Como dice Ortega y Gasset en su célebre ensayo “Ideas y creencias”, las creencias son más arraigadas y profundas en el hombre que las ideas, a pesar de lo que desean algunos autores de la ingeniería social.

¡FELIZ NAVIDAD!

 Placa en el barrio de Flores. Buenos Aires

Adriana Zapisek, fotógrafa

a


Ante la basílica de San José de Flores. Buenos Aires


miércoles, 22 de diciembre de 2021

CRÓNICAS ARGENTINAS VII. De la vida, encuentros, rodocrosita, bandera y migraciones

Estatua del general san Martín con sus nietas María Mercedes y Josefa Dominga. Buenos Aires.

El arquitecto Carlos Thays diseñó Barrio parque en 1912, donde abundan las embajadas, entre ellas la de España

Julia Sáez-Angulo

Fotos: Adriana Zapisek

23/12/21.- Buenos Aires.- Estoy de vacaciones y de turista, por lo que no voy a hacer esfuerzos ímprobos para recabar entrevistas que me resultarían interesantes, sobre todo con Jorge Fernández Díaz, escritor argentino al que sigo con puntualidad en su crónicas y sobre todo en sus relatos maravillosos con una prosa rica y vivaz. La revista Zenda da buena cuenta de su trabajo. Fernández Díaz es un digno discípulo del gran Borges. Me limitaré a leerlo que es lo mejor que puede hacerse con los escritores para que, en muchos casos, no decepcionen.

Mis vacaciones son para estar y disfrutar con amigos y conocidos, amén de mis anfitriones que tienen mucho que decir, contar y mostrar. La Navidad la pasaremos en Nordelta, zona noble del country, con la familia que tiene niños, y ya se sabe que donde hay niños hay alboroto y alegría.

Para después de Navidad, tengo encuentros ya y medio cerrados con el entrañable Roberto Alifano, gran conocedor de la literatura española y experto en Borges; con la poeta Sol Durini, en el palacio de Sans Souci; con la pintora Cristina Santander que reinterpreta con maestría la pintura española del Siglo de Oro y suele exponer en la feria de Estampa; la escritora Elsa Leonor di Santo, que hizo la tesis doctoral en Madrid sobre  el dramaturgo del Siglo de Oro Juan de Matos Fragoso (1606-1669), coetáneo de Calderón de la Barca; con la maravillosa escultora Norma d´Ippolito; la fotógrafa Grace Rogers; la uruguaya Verónica Musselli, que lo sabe todo sobre la Agricultura…, y qué sé yo. No hay tanto tiempo; un mes pasa rápido, máxime cuando hay fiestas por medio. 

De momento Raúl Lavalle sigue siendo mi guía ilustrado en la capital argentina y nadie podría contar con mejor cicerone para hacerlo. A él no se le escapa un latín. En una fuente de la avenida del Libertador descubrió y me mostró una fuente con esta inscripción: amicitia vera iluninat. La verdadera amistad ilumina.

Compra de regalos en los shopings (lo argentinos, reticentes con lo inglés, desde el episodio de las Malvinas, utilizan con frecuencia su lengua “americana”). Ya lo dijo Benedicto XVI: cada regalo que llegue a nuestras manos que nos recuerde al gran regalo de Dios en estos días: su Hijo Jesús hecho Niño, el Mesías, el Señor.

En las tiendas de bisutería no faltan los collares, pulseras y pendientes de rodocrosita (“color rosa” en griego), considerada la piedra nacional de Argentina, aunque no hay decreto institucional para tal afirmación. Una piedra que va contra las energías negativas, según el prospecto publicitario. Es un buen regalo como souvenir. Adriana me obsequió con un colgante de rodocrosita.

El lenguaje simbólico es sugerente y tiene un punto. A la bandera blanquiazul argentina también se le atribuyen significados: desde el original color azul Borbón del rey de España, frente al invasor Napoleón en la península, a los colores de María, para aquellos que veneran a la madre de Cristo, a la Virgen de Lujan, patrona de esta tierra. Argentina cuenta también con una aparición mariana, Nuestra Señora del Rosario de San Nicolás, un santuario muy visitado de fieles, en la misma provincia de Buenos Aires.

Resido al lado del Barrio parque de las embajadas en Buenos Aires, donde los edificios son palacetes que decimos en Madrid, algunos de estilo Tudor y la mayoría de estilo afrancesado o italiano de primeros del XX, con sus rejas curvilíneas. No falta una casa racionalista de Le Corbusier, frente al Museo de San Martín. En ella estuvo algún tiempo Victoria Ocampo y recientemente vivió en ella uno de los Macri, ex presidente de Argentina. En un palacete recubierto de hiedra residió la princesa polaca Delfina Krasicka Orlofska, autora de bellos textiles artísticos, que expuso en su día junto a los cuadros de la pintora Adriana Zapisek. Conmovedora la estatua de San Martín en bronce junto a sus dos nietas María Mercedes y Josefa Dominga. Buenos Aires. 

El empresario Mario Saslovsky que vivió de niño en el barrio de Flores, de clase media, cuenta que a veces los niños se acercaban al barrio de las embajadas para ver como vivían los ricos. Hoy él reside aquí. Es un hombre hecho a sí mismo. Empezó la carrera de Medicina, pero llevaba el comercio en la sangre y se entregó de lleno a él, al negocio electrónico. La vida es siempre sorpresiva; el éxito de los audaces y el fracaso es  mera circunstancia pasajera. Lo importante es la marca de la infancia que se imprime en la vida. Luciano Pavarotti decía: “yo de niño era pobre, pero no me enteré, porque era feliz”. Pues eso.

Mi querido amigo, el historiador Víctor Morales Lezcano, prepara una ponencia sobre la emigración árabe (sirios, jordanos, palestinos y libaneses) en Argentina durante el período 1890-1945. A casi todos ellos los llaman los turcos por aquí y se fueron a las zonas más secas del país, como Santiago del Estero o La Rioja argentina, un clima más acorde a sus países de origen. El padre François Narsh, maronita del Líbano, tuvo en Argentina su primer destino, porque aquí, la colonia libanesa es numerosa y próspera. Ya saben aquello de que, en los negocios, donde haya un libanés que se quite un judío, y donde haya un armenio, que se quite el judío y el libanés.

"Amicitia Vera Illuminat", inscripción en una fuente de la Avenida del Libertador

Colgante de rodocrosita argentina

Pablo Reviriego expone acuarelas bajo el título “Los colores del agua” en AEPE. Madrid








L.M.A.

22/12/21.- Madrid.- El acuarelista Pablo Reviriego, coordinador de exposiciones en la Agrupación Española de Acuarelistas, AEDE, ha expuesto sus últimos trabajos artísticos en la sede de la AEPE (c/Infantas 30, primer piso. Madrid).

Aunque el pintor suele trabajar acuarelas de gran formato, en esta muestra -así lo pone de manifiesto en los Salones de Otoño- se exponen piezas de pequeño y mediano formato, con una visión de acceder a los regalos navideños. Regalar arte es una decisión de buen gusto.

Paisajes y tauromaquias son la especialidad de Pablo Reviriego (Ávila, 1948), un artista que ha hecho mucho por reivindicar el género de la acuarela en los grandes concursos nacionales, hasta hace unos años preterida respecto al óleo y el acrílico.

PABLO  REVIRIEGO. CV  REDUCIDO

Socio de  Honor  de  la  Agrupación  Española  de  Acuarelistas.

Comisario de exposiciones y certámenes de A.E.D.A.

Vicepresidente de la internacional watercolor  Sáciate

Creador y Comisario del grupo Spiral XIII

Miembro  de  la Asociación  Española de Pintores y Escultores.

  Creador Y  Comisario de las Bienales “20 pintores unidos por la acuarela”.

Algunos Premios y Distinciones:

Premio ciudad de Getafe en el 83 salón de otoño de la  A.E.P.E

 Finalista varias veces  en el Certamen Nacional Reina Sofía.

Premio Casino de Madrid.

Premio Anfaco “El Mar y sus Productos Vigo.

Premio Ayuntamiento de Madrid Área de las Artes en el Salón de Otoño de la Asociación Española de Pintores y Escultores.

Premio Diputación de Albacete.

Primer Premio del Certamen Nacional Mimicromatísmo.

Primer Premio de Certamen Nacional Galileo.

Medalla del centenario de la Asociación Española de Pintores y Escultores

Cuenta con más de 90  Exposiciones Individuales y Colectivas (entre otras en la Goya  Gallería de  New York).

Sus obras se encuentran en Colecciones Privadas por toda la geografía nacional, así como en la biblioteca nacional, Museo del dibujo del Castillo de Larrés (Sabiñánigo, Huesca), Caja Ávila Bankia, en el castillo Sáchalos  Merodeé  de Alemania, Casino Gran Madrid torrelodones , Diputación de Albacete, Diputación de Ávila, Ayto. De Sotillo Ávila. Ayuntamiento de Madrid,  Fundación Camilo José Cela, Museo López Berrón en  Gotarrendura (Ávila), Museo de Arte Contemporáneo Mayte Spínola en Marmolejo Jaén, Museo de Arte contemporáneo de Azuaga (Badajoz) , y en países como Estados Unidos, Venezuela, Alemania, Australia, Portugal, Arabia saudí, México, Rusia, Holanda, Colombia, Marruecos, Cuba, Bélgica, Suiza, Italia, Francia, Austria, etc. Poseen obras suyas destacadas personalidades del mundo de las finanzas, la política, el espectáculo, y el  mundo taurino.

Pagina web: www.pabloreviriego.es 


CRÓNICAS ARGENTINAS VI. Del 150 aniversario de “Martín Fierro” de José Hernández en 2022

Busto de José Hernández ante el Museo que lleva su nombre en Buenos Aires, junto a busto de Walter Owen, escocés que tradujo "Martín Fierro" al inglés.



Julia Sáez-Angulo
Fotos: Adriana Zapisek
            22.12.2021.- Buenos Aires.- En el Museo de Arte Popular, MAP,  José Hernández de Buenos Aires recibieron al profesor latinista Raúl Lavalle con todo entusiasmo. Se lo merece. Él es un buen profesor de la UCA, Universidad Católica, buen conocedor del “Martín Fierro” (1872) -lo tradujo al latín como una extravagancia intelectual-, libro de José Hernández (1834-1886) y coleccionista de casi un centenar de ejemplares del poema gauchesco “Martín Fierro”, que van desde la edición príncipe a una de quiosco. Entre medias ediciones traducidas a todas las lenguas, por supuesto en guaraní, o singularmente encuadernadas. No hay nada como una colección, que según la definición clásica es “la pasión de una persona que se deshace en una testamentaría”, a menos que el coleccionista tome medidas con antelación.
A la vista de todo esto, le pedí al latinista que me transmitiera unas líneas sobre “Martín Fierro”.         Aquí están:
    “En 2020 se cumplirán ciento cincuenta años de la aparición de la Primera Parte del Martín Fierro. No soy entendido (solamente un lector) en literatura argentina, pero me permito decir dos o tres pequeñeces. Una, cometo el pecado de ser autorreferencial (como se dice ahora), pues me alegro de haber podido hacer una versión (no traducción) al latín del poema de José Hernández. Una partecita la hice en España, estando unos días allí de viaje. A dicha estancia pertenece esta coplilla latina:
 
In campis quos peragrabat
Rudericus Vivarensis
Ferreum ego Martinum
temptabam interpretari. 
 
[En los campos que recorría / Rodrigo de Vivar / yo el Martín Fierro / intentaba traducir.]
 
Y justamente quiero recordar que ser gaucho es una forma de ser español; por eso improvisé esta otra coplilla:
 
Es ansí, amigo gaucho,
no nació usté de un repollo:
vino desde las Españas
y vivió entre nosotros.
 
Y lo último, que, así como los navegantes tienen su mar y sus estrellas orientadoras, algo parecido le pasa al gaucho, pues vive en un inmenso piélago, la mar de la pampa. Lo cual trato de expresar en otra copla:
 
No tengo a la vista el mar
mas no padezco nostalgia,
pues sé que hay otro mar,
que es el mar de la pampa.”

El escritor Jorge Luis Borges tampoco escapó a glosar y parafrasear el “Martín Fierro”, cuando en su tema de cambio del destino, toma a un personaje del libro y lo hace cambiar de bando ante el asombro al ver la valentía del desertor Fierro. De la misma manera que el bárbaro invasor de Rávena se pasó al enemigo para defender la belleza de aquella civilización que tenía delante.
    Borge tenía su idea sobre los gauchos: No murieron por esa cosa abstracta, la patria, sino por un patrón casual, una ira o una invitación de un peligro.

Comienzo del Martín Fierro

   Aquí me pongo a cantar
al compás de la vigüela,
que el hombre que lo desvela
una pena estraordinaria,
como la ave solitaria 5
con el cantar se consuela.



   Pido a los Santos del Cielo
que ayuden mi pensamiento,
les pido en este momento
que voy a cantar mi historia 10
me refresquen la memoria,
y aclaren mi entendimiento.



   Vengan Santos milagrosos,
vengan todos en mi ayuda,
que la lengua se me añuda 15
y se me turba la vista;
pido a mi Dios que me asista
en esta ocasión tan ruda.



   Yo he visto muchos cantores,
con famas bien obtenidas, 20
y que después de alquiridas
no las quieren sustentar-:
parece que sin largar
se cansaron en partidas.



   Mas ande otro criollo pasa 25
Martín Fierro ha de pasar,
nada lo hace recular
ni las fantasmas lo espantan;
y dende que todos cantan
yo también quiero cantar.

Raúl Lavalle, escritor

martes, 21 de diciembre de 2021

El Museo Nacional del Prado presenta un fanzine que reflexiona sobre el valor de las imágenes y la desgracia de su desaparición

Basado en el Álbum de estampas como modelos para el aprendizaje artístico, reunidas por Juan Clemente Brignardelli

Imagen de la presentación del fanzine La era de las imágenes desaparecidas. De izquierda a derecha: José Antonio de Urbina, director de la galería Caylus, coeditores del fanzine; Brais Rodríguez, autor de La era de las imágenes desaparecidas; y José Manuel Matilla, jefe de Conservación de Dibujos y Estampas del Museo del Prado. Foto © Museo Nacional del Prado

L.M.A.

        21.12.2021.- Madrid.- La era de las imágenes desaparecidas trata sobre una extraña pandemia de origen desconocido que hace desaparecer todas las imágenes en los cuadros, grabados y dibujos.

En este proyecto gráfico, Brais Rodríguez, su autor, se basa en el deterioro, por su uso diario, de las estampas del Álbum de estampas como modelos para el aprendizaje artístico, reunidas por Juan Clemente Brignardelli, un álbum de 114 páginas de gran formato que reúne adheridas 420 estampas, conservado en el Museo Nacional del Prado.

El fanzine, a la venta físicamente en Tienda Prado por 3 €, se podrá descargar gratuitamente en la tienda online.

CRÓNICAS ARGENTINAS V. Del solsticio, cartoneros, murciélagos, estatuas y san Martín de Tours

Rok and Roll en La Boca



Julia Sáez-Angulo

Fotos: Adriana Zapisek

        21.12.2021.- Buenos Aires.- El solsticio recorre ya las calles bonaerenses con su calor húmedo, como los cartoneros, esos personajes que atraviesan las calzadas con pesadas cargas a mano, bicicleta o motocicleta -los mejor situados. Son los primeros recicladores del cartón y papel de la ciudad. Todo un paisaje y paisanaje urbanos. No se ve una brizna de papel por las calles, por lo que debe estar bien pagado en destino. 

En comparación a Europa, o más exactamente a Madrid, no hay mucha decoración pública de Navidad en las calles de la capital argentina, salvo la publicitaria de marcas y tiendas. Tampoco he escuchado villancicos, pero seguro que los cantan en alguna parte. Dicen que todo es cuestión de presupuesto.

Los murciélagos en la noche, pequeños vampiros, son otros visitantes de la ciudad en las alturas, y mis anfitriones me recomienzan cerrar bien las persianas, el olor ácido que rezuman sus cuerpos es insoportable, asegura Adriana Zapisek. Por su parte, Mario Saslovsky los ahuyenta con pequeños lazos de plástico transparente atados a las persianas, que los agita el viento. Lo aprendió en su casa de Málaga, cuando unos vecinos utilizaban ese método para ahuyentar a las palomas, otras aves ratoneras, depredadoras del aire.

He paseado por el verdor del Parque 3 de Febrero, una de esas fechas que muchos ciudadanos olvidan a que efemérides se refiere. Descubrí un busto del escritor, premio Nobel en 1934, Luigi Pirandello (1867-1936) y me alegró. Otra atención literaria. El busto es donación de una comunidad siciliana de Agrigento, residente en Buenos Aires, que lo donó a la ciudad.

He tenido que aclarar a María Tecla Portela Carreiro, la mejor lusista de España (Linda de Sousa afirma que habla y escribe portugués mejor que cualquier nativo), que los bustos de escritores y poetas en los parques bonaerenses se deben a los regalos de instituciones, asociaciones, o grupos de amigos, en colaboración asertiva con el intendente (alcalde) de Buenos Aires). Pues eso. Fernando Pessoa y Camoens tendrían un buen lugar, pero de esa manera. Tecla se lamentaba de que no hubiera un busto de escritor en lengua portuguesa en el Jardín de los Poetas. Ella adora la cultura lusa.

    El busto de Pirandello está junto a la avenida del Libertador, lo que no es decir mucho, porque en Buenos Aires las calles pueden acercarse con facilidad al número ocho mil, eso sí todo muy cuadriculado, porque todo es llano y bien dispuesto para las bicicletas. No lejos de Pirandello, el monumento al presidente Sarmiento, en una estatua de Auguste Rodin.

La Boca y san Martín de Tours

    No me he privado del paseo turístico e informativo por el barrio de La Boca, con el consiguiente recorrido de “Caminito”, el callejón de cien metros que ha sido inmortalizado en el famoso tango de Carlos Gardel, compuesto por Juan de Dios Filiberto. Color, mucho color en casas y veredas, con un aire entre tierno y kitch. Nos sentamos a tomar una cerveza rubia en la terraza de El samovar de Rasputín, donde hay música rock en directo de bandas no falta. Ensordecedor. La camarera, una mujer con facciones finas, nos cuenta que le tiran sus hijos en Buenos Aires, pero que quizás regrese a Barcelona donde tiene derecho de residencia y trabajo, además de un hermano.

Un hombre que nos oye hablar de España, se apresura a decirnos, con cierto orgullo, que él nació en Salamanca. Conversamos con él. Aquí todo es un entrar y salir de Argentina a España y viceversa, sin solución de continuidad.

Benito Quinquela Martín fue el artista que pintó el barrio de La Boca y cuenta allí con su monumento. Fue él quien infundió el intenso color al barrio. El fin de semana, La Boca es un puro mercadillo de cosas variopintas.

Al final del día me acerqué a la iglesia neo-románica de san Martín de Tours, el que partió con la espada su capa con un mendigo. Es el patrono de Buenos Aires. Cuenta la tradición que sortearon ese honor entre los santos del cielo, entre ellos varios españoles, y que, en todas las ocasiones que lo hicieron, salía san Martín de Tours (s. IV a. C.) que fue soldado romano, obispo en Francia y  oriundo de Hungría. Perfecto para sintonizar con el melting-pot de la entreverada capital de la nación, que todo lo acrisola. La iglesia de san Martín de Tours, situada en el barrio de Palermo, está atendida por agustinos.

    Siempre enseñé a mi ahijada Ainhoa que la caridad está en compartir, más que en desprenderse del todo, como hizo san Martín de Tours con su capa. Ella, ahora toda una mujer, me confiesa, que nunca olvidó esta lección. Me dijo que pondría el nombre de Martín a uno de sus hijos. A esto se le llama recoger frutos.

    Los perros de toda raza se pasean señoriales por calles y parques bonaerenses. Como en Madrid, llevan camino de superar en el censo a los niños.


San Martín de Tours partiendo su capa con un mendigo. Relieve en la iglesia en el barrio de Palermo.


murciélagos muertos en la acera (Foto Raúl Lavalle)