sábado, 6 de abril de 2019

Mar Martín presenta su colección Maroguakids primavera/verano de moda infantil y prepara un desfile en la discoteca Cats


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 Marogua, moda infantil



L.M.A.

            6/4/19 .- Madrid .- La pequeña Olivia es la inspiración y ha posado para Mar Martín, su mamá la diseñadora de Maroguakids, diseño de moda infantil hecho en España. Mar ha presentado su colección de primavera/verano 2019 en la tienda de Núñez de Balboa, 30, y prepara un desfile benéfico para el día 7 de mayor en la discoteca Cats (c / Julián Romea, 4, de Madrid).

            “Tejidos naturales, colores pastel, tonos empolvados y comodidad suma para la libertad de los niños”, constituyen los ingredientes clave de la moda infantil de Mar Martín, una diseñadora joven que ha apostado por este sector de la moda infantil, donde el vestido ha de ser cómodo para que el niño se dedique con toda facilidad y libertad a su verdadera ocupación: jugar.

            Desde trajecitos para bebés hasta niños y niñas de hasta 4 y 6 años, un desfile de telas suaves y alegres al mismo tiempo en estampados rosas, azules, blancos, grises... con tirantes o cerrados, para ciudad o playa... tejidos naturales para cuidar la salud de los más pequeños, transpiran, no tiran en las sisas, graciosos, favorecedores... esta filosofía impregna desde el principio la moda infantil de mar Martín, a la que añade imaginación y belleza.

            "Slow Fashion" lo llaman, aunque a mí me gusta más denominarlo como diseño artesanal, cuidado y hecho con mimo. La filosofía de Marogua no es otra que el disfrute tanto del niño como de los padres. Que los más pequeños se sientan cómodos y puedan adentrarse en todas las aventuras que su imaginación ( y padres ) les permita; sin renunciar a ir bien vestidos, con tejidos de calidad, acabados muy cuidados y diseños exclusivos, todo ello realizado en España,  dice la diseñadora.

            La Naturaleza y el bosque están cerca del pensamiento de Mar Martín cuando llama a los diseños: vestido brezo, vestido álamo, vestido encina... El diente de león, tan silvestre y amarillo, ha sido el tótem de inspiración de su colección de primavera/verano

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viernes, 5 de abril de 2019

Luis Javier Gayá expone en Casa de Vacas sus “Arquitecturas incomplets. Arquitecturas pintadas”


Luis J. Gayá y Lola Chamero, directora de Casa de Vacas

 Luis Javier Gayá




Carmen Valero
Fotos: Rosa Gallego

            5/4/19 .- Madrid .-  El pintor Luis Javier Gayá expone en Casa de Vacas del parque del Retiro sus “Arquitecturas incompletas. Arquitecturas pintadas”, un recreación dibujística y pictórica del mundo clásico, especialmente Roma, la capital del Imperio que abarcó también Grecia. Roma conjunta la arquitectura y la ruina como bien señala el académico Antonio Almagro.

        Luis Javier Gayá Soler (Madrid, 1962), que suele titular sus cuadros en latín para conectar con ese mundo clásico, recrea también la construcción en marcha en algunas de sus pinturas, gusta del abigarramiento de presencias en otras y, a la salida deconstruye y bordea la abstracción. Un quiebro que está por ver en qué depara.

            La muestra permanecerá abierta hasta el 5 de mayo de 2019.

            En la inauguración de la muestra estuvieron presentes Lola Chamero, directora de la Casa de Vacas y, entre otros –un sinfín de artistas, arquitectos y coleccionistas, como Francisco Recuero, Rosa María Manzanares, Pablo Reviriego, Cecilia Lassaletta, Eugenio López Berrón, Mercedes Ballesteros, Ángel Agrela, Pepe Carralero, Carmen Valero, Jose Gabriel Astudillo, Soledad Fernández, Juan Fernández, Javier Aguado, Rosa Gallego, Luis Magán, Jorge Pedraza, José Luis Fernández...

          Lástima que sus cartelas informativas sean incompletas de ficha técnica; carecen de fecha y de localización en colecciones o en el autor. Una pena, porque el espectador avezado lo requiere para su conocimiento cabal de la obra, máxime si no hay catálogo.

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http://www.luisgaya.com/
https://lamiradaactual.blogspot.com/2012/01/luis-javier-gaya-dibujos-y-cuadros-para.html

Lola y Javier



                                                     Rosa Gallego

 Carmen Valero y Julia Sáez-Angulo

Lola Chamero, Luis J Gayá.         Lola, Julia y Jesús Cámara                     

 
Luis Magán, comunicador

Tributo a Stefan Zweig en la Casa Sefarad-Israel


El profesor Arturo Larcati, director del Centro Stefan Zweig de la Universidad de Salzburgo, ofrecerá la conferencia “Stefan Zweig y el mundo de hoy” para analizar la vigencia de su obra


L.M.A.


5 de abril de 2019 .- Stefan Zweig (Viena, 1881 – Petrópolis, Brasil, 1942) ha sido uno de los escritores más internacionales de la historia. Sus ensayos, biografías y novelas llegaron a toda Europa en el S.XX. Su capacidad narrativa, la pericia y la delicadeza en la descripción de los sentimientos y la elegancia de su estilo lo convierten en un narrador fascinante, capaz de seducirnos desde las primeras líneas.
Centro Sefarad-Israel y el Foro Cultural de Austria quieren rendirle tributo, en el marco de su ciclo “Hicieron Historia”, con una conferencia a cargo del profesor Arturo Larcati, director del Centro Stefan Zweig, dependiente de la Universidad de Salzburgo. Durante la charla, que llevará por título “Stefan Zweig y el mundo de hoy”, Larcati repasará el legado que Zweig y su obra dejan a la Europa actual.

El profesor Arturo Larcati es uno de los mayores expertos del mundo en la obra de Stefan Zweig. Ha sido profesor en el Instituto de Novelas y Estudios Alemanes de la Universidad de Minneapolis (Minnesota), profesor de Literatura Alemana en la Universidad de Parma y profesor de Literatura en la Universidad de Innsbruck. Además participó en el proyecto de investigación “El teatro de Stefan Zweig” de la Universidad de Salzburgo. Ha recibido el premio Theodor Körner de la ciudad de Viena y actualmente dirige el Centro Stefan Zweig de la Universidad de Salzburgo.


Stefan Zweig y el mundo de hoy
Jueves 11 de abril, 19:00 h.
Centro Sefarad-Israel. Calle Mayor, 69. Madrid
Entrada libre previa confirmación en www.sefarad-israel.es

Galería Orfila: LA BÚSQUEDA INCESANTE DE TERESA BLANCO DEL PIÑAL


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 Retrato, por Teresa Blanco del Piñal



L.M.A.
  
            5/4/19 .- MADRID .- La pintora santanderina Teresa Blanco del Piñal expone en Madrid, a partir del 8 de abril, en la galería Orfila.  Carlos Alcorta escribió de su arte y su persona lo siguiente:

            “Podemos establecer, al menos, dos etapas en la obra de Teresa Blanco del Piñal. Una primera etapa en la que la materia se expande por el lienzo, crea analogías, correspondencias, forma de transformación emocional insertas en la propia conciencia, esa especie de ojo interior que guía la mano y que no teme caer en contradicciones, unas contradicciones inherentes a la relación de la pintura como forma de interpretar la realidad, de metaforizarla, hasta el punto de tratar que cualquier aspecto de la cotidianidad se universalice y adquiera la categoría de símbolo, de emblema existencial. El espacio y el tiempo se funden en una amalgama de colores y materia que crean volúmenes, contornos, masa indefinida, escenas sumamente complejas, resonancias, claroscuros, sensaciones en estado naciente. Los problemas de composición que plantean estas estructuras sólo se pueden resolver teniendo un conocimiento perfecto de la técnica, hasta el punto de que esta se convierta en algo así como una segunda naturaleza del artista, una parte indisoluble de su intimidad.

Es posible que estas obras, pensadas como un desplazamiento de esa intimidad a la que aludíamos, surjan de la que tensión que provoca su materialidad con la superficie que abarcan. La materia oprime al vacío inicial del lienzo hasta hacerlo desaparecer. La vastedad del Todo se fragmenta en espacios ocupados, en espacios que fluctúan entre el dentro y el afuera, entre lo íntimo y externo. «El pintor —escribió Leonardo da Vinci— debe tender a la universalidad […] No puedes considerarte buen pintor si no eres maestro universal, capaz de realizar  con tu arte todas las cualidades de las formas que produce la Naturaleza, y no sabrás obtener estas cualidades si no las ves y retienes en tu espíritu». Saber mirar, fijar la atención en lo que se revela bajo la costumbre, en las corrientes subterráneas que discurren bajo las apariencias. «Basta sólo con mirar y escuchar con fuerza para que el absoluto se declare, al término de nuestro erar. Aquí, en esta promesa, está el lugar», escribe Yves Bonnefoy. Saber ver, pero también saber ser perseverante, incisivo, indagador, tener una fe en la pintura, como tiene Teresa Blanco del Piñal, a prueba de contingencias personales o sociales, no en vano reclama la ascendencia que en ella ha tenido un autor como Kandinsky, el cual ha reivindicado la dimensión espiritual del arte: «El artista crea misteriosamente la verdadera obra de arte por vía mística. Separada de él, adquiere vida propia y se convierte en algo personal, un ente independiente que respira de modo individual y que posee una vida material real».

El proceso que articula el paso de una etapa creativa a otra tiene más que ver con las fluctuaciones interiores que con transformaciones externas, aunque estas también hayan existido. El silencio conduce generalmente no al ensimismamiento, sino a acentuar la reflexión contemplativa, al autoconocimiento, es un silencio fructífero no exento de dramatismo que provoca el resurgimiento de la pintura, esta vez de carácter figurativo, quizá porque como decía el ya citado Kandinsky, «Al artista no le bastan hoy las formas puramente abstractas, que resultan demasiado imprecisas. Limitarse a ellas exclusivamente implica renunciar a otras posibilidades, excluir lo puramente humano y empobrecer sus medios de expresión»

En la segunda etapa creativa el juego de correspondencias con otros autores, con otras obras, en este caso con esculturas, establece un nuevo marco de referencias que nos retrocede al poder evocador de la mitología griega, interpretada y reinterpretada hasta la saciedad durante los últimos quinientos o seiscientos años. Pudiera parecer que, a causa de esta reiteración referencial a la que aludimos, las posibilidades de sugerencia hayan mermado notablemente, pero no hay más que contemplar las obras de Teresa Blanco del Piñal para comprobar lo errada de esta presunción. La variedad, la mutabilidad, el cambio es totalmente necesario para remediar el agotamiento de los recursos con los que se cuenta. La autora establece los límites de su refugio privado, hace una defensa a ultranza del esteticismo como forma de contrarrestar la precariedad intelectual de la vida cotidiana; busca en la pintura de consistencia neoclásica, tintada con altas dosis de ironía posmoderna, indagar sobre las analogías que surgen de estratos distintos de la realidad, aquellos que tienen que ver con las ideas y con los sentimientos. Conciliar ambos planos no resulta fácil, y menos aún cuando se ha realizado un tránsito estético como el operado por Teresa, tránsito que muchos, en aras de un estilo inamovible, no están dispuestos a realizar. Nuestra pintora, sin embargo, lo ha realizado sabedora del riesgo que entraña, porque es consciente de que la inmovilidad produce en la mayoría de los casos un manierismo poco creativo. Así, la corriente subterránea que alimenta estas últimas obras tiene mas que ver con la tentación órfica de escudriñar la realidad que con plasmarla como si fuera una foto fija, un espacio plano, sin aristas, prosaico. La lira de Orfeo rejuvenece los antiguos acordes, la música del pasado, los rejuvenece y los actualiza, como hace el verdadero artista con la tradición, una tradición con la que Teresa se vincula con absoluta libertad. Es ella quien elige y define el tipo de diálogo que pretende establecer con las fuentes y referencias. Alusiones, huellas, rastros, juegos metapictóricos que no avanzan ni retroceden, que forman círculos envolventes, con afirmaciones y contradicciones propias de quién se interroga, de quien busca en arte no respuestas, sino nuevas interrogantes.

Parafraseando a Roland Barthes, podríamos decir que hay en estos cuadros una ironía de los símbolos, una manera de poner en tela de juicio al arte por los excesos aparentes, declarados, del propio arte. No creo, sin embargo, que su obra se haya resentido de tan dispares intereses, antes bien, la intensidad de su mirada se ha acentuado y ha logrado salvar aquellos obstáculos, no siempre fruto de la soledad del artista, que se le han presentando., porque incluso lo que nos resulta familiar en exceso —y las esculturas clásicas lo son se convierte en otro objeto del que se ignora casi todo porque si se logra evitar la costumbre, se da cuenta de que nunca se había visto tal cual es, sino con los anteojos de los prejuicios, ya sean estéticos, ideológicos o económicos, y es que, como escribe Paul Valéry, «el gobierno de la mano por la mirada es muy indirecto. Intervienen muchas conexiones: entre ellas, la memoria. Cada ojeada al modelo, cada línea que el ojo traza se vuelve elemento instantáneo de un recuerdo, y de un recuerdo va a tomar la mano la ley de su movimiento sobre el papel. Hay transformación de trazo visual en trazo manual».

La sencillez artística no es un método particular de elaboración, es, en realidad, el fin perseguido, es, y volvemos a Valéry, «un límite ideal que supone la complejidad de las cosas y la cantidad de miradas posibles y de pruebas, reducidas, agotadas —sustituidas al fin por una forma o una fórmula de acción que a alguien le resulte esencial. Cada uno tiene su punto de simplicidad, que se sitúa bastante tarde en su carrera». Nos encontramos, en esta segunda etapa, en el momento actual de su pasión creadora, con una realidad ilusoria, fragmentaria cuyo origen parece remontarse al romanticismo alemán, en la que se pretende, gracias a las imágenes sacadas de contexto, explorar los límites de la percepción, desafiar a la memoria y a las estructuras mentales que la integran, otorgar otro sentido a cuanto nos constituye, ampliar el campo magnético que nos atrae hacia el centro de nosotros mismos para dar cabida a esa otra forma de realidad que proviene de la ensoñación. En ese proceso tan sugerente está inmersa en este momento Teresa Blanco del Piñal y los visitantes de esta exposición son testigos privilegiados de esa búsqueda ininterrumpida que dura ya mas de cuarenta años”.

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jueves, 4 de abril de 2019

Exposición MAN RAY "objetos de ensueño" en la Fundación Canal


Exposición    MAN RAY "objetos de ensueño"
Fundación Canal
Plaza de Castilla-Madrid
Del 31 de enero al 21 de abril de 2019




Maica NÖIS

4 de abril de 2019.-  La exposición Comisariada por Pilar Parcerisas, inaugurada por el consejero de Cultura, Turismo y Deportes de la Comunidad, Jaime de los Santos, cuenta con 107 obras, que proceden de colecciones privadas: española y europeas - sobre todo de Francia e Italia. Piezas que como dijo su Comisaria "reflejan sus obsesiones, y componen un autorretrato"., con una selección de una veintena de objetos que " es la primera vez que se exponen en España  tantos  objetos conocidos para sacarlos de su contexto y darles una nueva dimensión ".
Man Ray, seudónimo de Enmanuel Radsnitzky,  nacido en una familia de emigrantes  ucranios (Filadelfia-Pensilvania (1890) París (1976). Debido al antisemitismo decide cambiarse su apellido por el anglo de Ray. Acorta además su nombre de Manny ( familiar). Crea así su marca reconocible.
Fracasa su carrera como pintor y escultor por el fallido intento de su primera exposición.  Practicó,  incluso,  una técnica absolutamente en primicia -1918,el automatismo pictórico con el aerógrafo, sin tela ni paleta.
 Se hace fotógrafo de estudio. Único en el reencuadre, la ampliación o el retoque. Un gran espíritu de vanguardia. Su vida fue una continua experimentación. Sacó a la fotografía del mero documental y la elevó a la categoría de obra de arte. El movimiento surrealista le acogió  vinculando la fotografía al automatismo psiquico y de cómo el artista permite el dominio del inconsciente en el acto creativo. "El ojo existe en estado salvaje"-André Breton. "La fotografía como una creación del espíritu" -Salvador Dalí.
 Esta vida y experimentación tienen su recorrido en esta exposición dividida en siete secciones:
Sección Uno.- Amigos, retratos y autorretratos.- El retrato en la pintura cambia,  inevitablemente,  con la técnica fotográfica. Ray alcanza su fama en este campo entre los años 20-30. Sus retratos de la alta burguesia y aristocracia y la bohemia artística,  con fondos limpios, delicada sensiblidad e imaginación y su capacidad técnica. Picasso, Marcel Duchamp, André Breton, Gereturude Stein, Lee Miller, Andre Derain, Jean Cocteau ......... Su amigo Duchamp le habia introducido en el circulo surrealista de Paris tras haber llegado llegado procedente de Nueva York -1921. Realiza casi todos los retratos de esta época  en una habitación de su  hotel en Montparnasse. Produce especial efecto el retrato, que podemos contemplar en esta exhibición de Marcel Proust en un retrato postmortem.
Sección Dos.- Objetos de ensueño.- Su atracción hacia el objeto cotidiano al que no se le daba valor artístico "by itself" por si mismo, ejemplo su "lampshade" pantalla lo que convierte una simple espiral en pantalla o del cómo crear algo nuevo a partir de la asociación de dos objetos. "Objets de mon affection" (objeto de mi afecto). André Breton lo define "El gran escrutador de la decoración de la vida cotidiana".
Con la metáfora del poeta Lautrémont nace el estilo "hermoso con el encuentro casual de una máquina de coser y un paraguas en una mesa de disección". Los objeto "trouvés" son rebautizados por Robert Ribemont-Dessaignes como "objetos de ensueño" ya que está a medio camino entre: recuerdos,sueños y deseos.
Sección Tres.- Rayogramas (fotos sin cámara) Se registra la silueta de pequeños objetos directamente sobre el papel fotosensible que pasa por la incidencia aleatoria de la luz. Y lo explica "Me rebelé contra mi cámara fotográfica y la tire"
En 1922 publica estos trabajos con el título "Les champs deliceux"- los campos deliciosos, con el prologo del poeta Tristan Tzara.
Sección Cuatro.- Mujeres y Venus.- El cuerpo desnudo de la mujer se convierte en su lugar de trabajo. Con Lee Miller, fotografa, periodista, ayudante, compañera, musa... descubre "la solarizacion" en el que la imagen invierte el tono de forma total o parcial si se coloca sobre un material sensible a la luz que trascurre en pleno proceso de revelado y confiere una aureola al trabajo.
Sección Cinco.- Man Ray y Marcel Duchamp. Máquinas poéticas,.Se conocieron en 1915 en EE.UU. Ray fotografía el estudio de Duchamp y sus pinturas cubistas y su amistad es de las más fructíferas del siglo XX. Alejados del naturalismo en un nuevo concepto de belleza. Crean juntos máquinas cinéticas pioneras. Coinciden, sobre todo, en hacer del arte "una máquina poética" haciendo coincidir los sueños con el progreso de los tiempos modernos.
Sección Seis.-  La realidad inquietante de las maniquies.- El erotismo asociado a lo femenino y maravilloso. Una adolescente ideal- la mujer niña. La mujer fatal. Contemplar la desnudez de la muñeca. La mujer fetiche- un juguete. E inevitablemente,  la moda.
Ray está fascinado por los escaparates y maniquís en los grandes almacenes. Y publica este tema en la "La revolution surréaliste"  y con una edición limitada en 1966 bajo el titulo "Resurrection des mannequins.
En 1938 las Galeries de Beaux-Arts con la Exposición Internacional del Surrealismo  exhibió junto con Ducham, Dali, Miró... este tema
Sección Siete.- El azar y la mente: el ajedrez.- Duchamp, gran jugador enseña a Ray en el club Marshall de N.Y.. (1917). La Galeria Levy de N.Y en 1944 organiza la "Imagin of Chess".
Ray comercializa juegos de ajedrez refugiado en Hollywood cuando ha huido de la Segunda Guerra Mundial. Se identificó con la figura del Rey por su apellido de Ray.
El ajedrez para el surrealismo constituia una metáfora del juego entre la vida y a muerte. Duchamp y Ray en sus estancias en Cadaqués en los años 60 jugaban partidas en el bar Melitón, en clubs ajedrecistas o participando en campeonatos en distintos pueblos del Ampurdán.
Las frases emitidas por Ray en vida contienen su proclama personal "Pinto lo que no puede ser fotogradiado. Fotografio lo que no quiero pintar, lo que ya tiene existencia. Pinto lo invisible. Fotografío lo visible" "Los sueño no tienen título" "A mí lo que me interesa es el objeto que no parezca una obra de arte". Su viuda Juliet grabó en su epitafio en el cementerio de Montparnasse "Unconcerned, but non indifferent" - despreocupado, pero no indiferente.. La posibilidad de la "indiferencia" no cabe visitando esta exposición.