sábado, 10 de marzo de 2018

El almirez: ECOS DEL 8 DE MARZO


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Julia Sáez-Angulo

            Algunas ideas quedaron claras tras la multitudinaria manifestación del día 8, el llamado Día Internacional de la Mujer Trabajadora: que fue multitudinaria, millonaria de a cinco en toda España y que las mujeres se vieron convocadas por un hilo común: el de la desigualdad con los hombres que se traduce en brecha salarial y de pensiones, en la equidad en los trabajos y cargos superiores de mando, de poder, y en los derechos humanos iguales para las hembras en sentido biológico.

            No prosperó la fanfarria de la explotación y desigualdad capitalista que algunos panfletos izquierdistas, populistas y/o comunistas quisieron introducir en el mensaje del día, sin mencionar al machismo visual y rampante de comunistas en China, Cuba y Corea por poner algunos ejemplos. Hay que recordar la afirmación de Karl Mrach: “la mujer es el proletariado del hombre”. Tampoco se  abundó en la posición sangrante de retaguardia, de varios pasos de la mujer respecto al hombre –en sentido literal- en los países islámicos, pese a ciertas mujeres veladas.

            Hay muchas fallas todavía en esas convocatorias interesadas y sesgadas de ciertos feminismos, que parecen manipulados por hombres políticos. El feminismo está fraccionado y ha de dar la batalla centrando sus objetivos comunes o se perderá en los colectivos que existen y se manipulan hacia una política global. Hay que buscar, táctica y estratégicamente para avanzar, a los que ostentan el poder, es decir a los hombres, o si no nos darán las uvas hasta conseguir la justa igualdad de situación socioeconómica con ellos.


Bronces de Sergio Blanco en el Centro Cultural Pablo Picasso de Colmenar Viejo


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Papa Luna en Peníscola (bronce, 180 x 190 x 700 cm)






Julia Sáez-Angulo


10/03/18.- Madrid .-  Medio centenar de obras entre bronces y dibujos constituye la exposición homenaje al escultor vasco Sergio Blanco (1948 – 2015) que residió sus últimos años en esa localidad madrileña, junto a su esposa Estíbaliz Uranga y sus dos hijas. La muestra permanece abierta los meses de marzo y abril de 2018. El escultor había realizado más de 40 exposiciones individuales a lo largo de su trayectoria plástica, que comenzó en la década de los 80.

            La música y la escultura fueron actividades paralelas de este autor vasco conocido, por un lado como miembro del dúo Sergio y Estíbaliz, y por otro como artista visual, con esculturas públicas monumentales en distintas ciudades españolas como las del rey Juan II de Castilla en una avenida de Ciudad Real, el Papa Luna en Peñíscola (Castellón) o del Duque de Ahumada en Aranjuez.

            La exposición en el Centro Pablo Picasso muestra piezas de mediano y pequeño formato, algunas de ellas auténticas maquetas de esas esculturas de gran formato en las que él se sentía muy a gusto. Ciertas, originales o múltiples se encuentran en diversos museos o instituciones nacionales como Álvaro de Bazán en el Museo Naval de Madrid o “Soldado Miguel de Cervantes” en el Ministerio de Defensa.

            Algunos originales de su obra están agotados al comercio, como es el caso de “El Cid Campeador” o la del general “Francisco Javier Castaños en Bailén, 1808”.

            La escultura de Sergio Blanco, que modelaba en plastilina, barro y cera perdida es realista, minucioso y de gran precisión en los detalles como por ejemplo en la cota de malla de “El Cid Campeador”.  Interesantes las esculturas ecuestres del “Gran Capitán”, “Carlos III”, “General Castaños en Bailén” o Carlos II” (pretendiente carlista sobre caballo español, 1874)”.

            “Sergio no era belicista, le interesaban los personajes históricos, como héroes casi románticos de la Historia, como el “Guerrero íbero””, explica Estíbaliz su esposa. El caballo era también motivo de su interés por eso lo plasma igualmente en las esculturas de pasos ecuestres como el galope o el paso español, jinetes, “camperos” “concursos hípicos”, jockeys o rejoneadores.

            El historiador Alfonso de Carlos Peña, que fue miembro de la Asociación Española de Críticos de Arte fue comisario de la obra de Sergio Blanco en varias ocasiones y ha catalogado buena parte de la obra de este escultor vasco, que quizás su popularidad como cantante no dejó concentrar toda la atención sobre su obra escultórica que hoy se expone en Colmenar y próximamente en Madrid.


 junto a la escultura del Papa Luna



 Pastor y perro (bronce)


Fernando Cohnen, autor del libro “El Círculo de Bellas Artes en la Guerra Civil”


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Julia Sáez-Angulo


            10/03/18.- MADRID .- El periodista y escritor Fernando Cohnen es autor del libro El Círculo de Bellas Artes en la Guerra Civil, que fue presentado por el arquitecto Juan Miguel Fernández León, presidente del citado Círculo, que ha sido el editor del volumen.

            Después de los libros de José Luis Temes El Círculo de Bellas Artes 1880-1936  y El Círculo de Bellas Artes. Madrid, 1939 a nuestros días, publicados por Alianza Editorial a final de los 90 y principios de 2000, la institución encargó a Fernando Cohnen que escribiera sobre el periodo que faltaba, exactamente durante la guerra civil 1936 - 39 y el autor investigó a fondo sobre ello.

            Frente a la repetida idea de checa del Círculo de Bellas Artes durante la contienda bélica, el presentador y el autor insistieron en que solo lo fue durante veinte días la que de verdad se denominaba checa de Fomento. El edificio de Antonio Palacios había sido incautado por el Frente Popular.

            En los años de infausta memoria para España, el Círculo de Bellas Artes  fue Casa del Pueblo, sede del Comité Popular de Abastecimiento o Casa de Valencia para evacuar niños y mujeres de Madrid y a la coordinación de milicianos levantinos que acudieron a defender la capital, o el Altavoz del Frente, órgano de propaganda del Partido Comunista y su teatro vibró con las multitudinarias asambleas y conferencias que pronunciaron las personalidades más renombradas de la ciudad en guerra.

            Rafael Alberti, María Teresa León y otros escritores comunistas siguieron haciendo actividades culturales en el Círculo de Bellas Artes durante la guerra.

            Aunque fue sede comunista, los asesores soviéticos ”ojos y oídos de Stalin” residían en el lujoso hotel Gaylor de Madrid, mencionado en los libros de Hemingway.
            En la presentación se mencionó también el libro El terror rojo (Espasa, 2012) de Julius Ruiz, hispanista escocés de origen español, que ha abordado los años de guerra civil en España en ese y otros libros. En dicha presentación se insistió en que el patrimonio histórico artístico se conservó bastante bien durante este tiempo, ya que quedan todavía carteles de la convocatoria del Carnaval de primeros del XX.


Más información
·             El Círculo de Bellas Artes. Madrid, 1880-1936. Alianza (Madrid), 1999. (Ded: A María Rosa Cepero y Tomás Marco).
·       El Círculo de Bellas Artes. Madrid, 1939 a nuestros días. Alianza (Madrid), 2003. (Ded.: Para Beatriz)