sábado, 6 de septiembre de 2025

Isabelle Hirschi, fotógrafa. Ojos apotropaicos, Beatos y ojos picassianos

Imágenes de una iglesia etíope (Foto Isabelle Hirschi)
Niños etíopes e icono en la iglesia etíope

        Julia Sáez-Angulo
        Fotos: Isabelle Hirschi

    6/9/25 .- Madrid.- La fotógrafa francesa, que ha visitado de nuevo Madrid, ha mostrado sus fotos de Etiopía en el Torreón de Atocha. En sus fotos, la autora muestra los ojos, tipo apotropaico, de las imágenes de las iglesias etíopes, a la par que las miradas de los niños, jóvenes y personas del país africano, para ver su paralelismo. Esta misma similitud se puede ver en el estilo románico en general, en los Beatos -libros iluminados sobre el Apocalipsis en los monasterios medievales de España- y en los retratos y autorretratos de Pablo Picasso, que se inspiró, según apuntan numerosos historiadores en los citados Beatos. Hay una vieja creencia en que la mirada puede transmitir buenas o malas vibraciones.
    En 2016, el Museo Picasso de Málaga mostró una exposición titulada: “Picasso. Juego de Ojos. Colección”, en la que mostraba los ojos pintados por el pintor malagueño en retratos, autorretratos y otras pinturas de personajes. Entre ellos, los ojos de sus musas: Fernande, Olga, Marie-Thérèse, Dora, Françoise, Jacqueline…El pintor aborda de la mirada en función de la visión subjetiva y artística. Los ojos apotropaicos han estado presentes, de una u otra manera, en numerosos movimientos artísticos.
    Según resumen de la IA, los ojos apotropaicos son representaciones de ojos, a menudo de estilo estilizado y azul, utilizadas como amuletos para alejar el mal, la envidia o los malos espíritus, es decir, para protegerse del "mal de ojo" o de influencias negativas. Estos símbolos se originaron en la antigua Grecia, apareciendo en vasijas del siglo VI a.C., y perduran en la actualidad como amuletos como el nazar (ojo turco) en culturas como la griega y la turca.
    El término "apotropaico" proviene del griego apotrépein, que significa "alejar" o "apartar". Los ojos apotropaicos son símbolos mágicos cuya función principal es la de defensa. Se cree que, al mirar directamente al mal o al envidioso, desvían la energía negativa. 
        Mal de ojo: Es el amuleto por excelencia contra el "mal de ojo", una creencia extendida en muchas culturas que atribuye el daño o la enfermedad a la envidia que se transmite a través de la mirada. 
    En la Antigua Grecia, el nazar (un ojo estilizado de color azul y blanco) es un ejemplo clásico. Se pintaba en vasijas griegas del siglo VI a.C. para evitar que los espíritus malignos entraran en el cuerpo al beber el vino. En el Antiguo Egipto se asocia con el ojo de Horus, un dios del cielo y la guerra. En Turquía y Oriente Medio, el nazar es un amuleto muy común en la actualidad, también conocido como ojo turco o ojo griego. En la antigua Roma se utilizaban representaciones de Medusa, el Minotauro y la esvástica. 
    Además de los ojos, existen otros elementos que cumplen una función apotropaica: La herradura, la pata de conejo, la mano de Fátima (Hamsa) o el cornicello son ejemplos de amuletos. En la arquitectura se colocan gárgolas o estatuas de ángeles en iglesias y cementerios tienen una función protectora similar.

Niños e iconos etíopes
Niño e icono etíopes
El Beato de El Escorial (s. X)
 Beato de Soria, donación a Felipe II. Real Biblioteca de El Escorial
Autorretrato de Pablo Picasso (1896). Museo Picasso de Barcelona.
Ojos apotropaicos


OBITUARIO. Don Julio de la Cruz Matos, empresario dominicano, hombre de bien, tres veces síndico en Yamasá. de la República Dominicana

Julio de la Cruz Matos (1928-2025)
Julio de la Cruz Matos, empresario y alcalde de Yamasa. República Dominicana


    Carmen Valero Espinosa

6/9/25.- Madrid.- Don Julio de la Cruz Matos, empresario dominicano, hombre de bien, tres veces sindico -alcalde-, ha fallecido este mes de septiembre en Yamasá, provincia de Monteplata de la Republicana Dominicana, a los 96 años. Era un hombre muy apreciado en su tierra, como persona y como comerciante de diversos negocios, en especial de gasolineras. Su fama de hacer el bien llegaba a personas jóvenes y mayores, a los que ofrecía empleo y ayudaba en situación críticas. "Un hombre en su naturaleza bueno", que diría el poeta Antonio Machado.

Como alcalde socialcristiano, Julio de la Cruz, al que llamaban cariñosamente “Don Julito”, hizo el ensanche y diseño del tráfico en la localidad de Yamasá. Deja un legado importante de amor al trabajo, ayuda a los ciudadanos… un ejemplo como servidor público. 

    Era Hijo de Virginia Matos y Rafael de la Cruz. Nació en Yamasá,el 15 de Diciembre de 1928. Murió  el 24 de agosto 2025, en Yamasá. Don Julio tuvo numerosos hermanos:  Celestino, Fanita, Cecilia… estas dos últimas religiosas de la congregación de Hermanas Carmelitas de la Caridad, de Santa Joaquina de Vedruna, que en 2026 cumplirá 200 años de su fundación. Hermanos, hijas, sobrinos de la familia Cruz, fueron buenos estudiantes y licenciados.

Cuando el huracán George azotó el Caribe, en 1998, Cáritas Española, dirigida por quien esto suscribe, se instaló, entre otras localidades en Yamasá, para colaborar en la reconstrucción de las escuelas, ambulatorios, botiquines y otros servicios, animada por las hijas Vedruna: Cecilia y Fanita de la Cruz.

El periodista local Julio César, trabajador de Caritas Dominicana ha escrito: La suerte para las comunidades de los países del mundo es que siempre tenemos héroes y heroínas anonim@s, mujeres y hombres que se ponen por encima de las personas comunes, ejerciendo roles que van más ya de las expectativas, de la cotidianidad y escriben historias con tinta indeleble en el sentimiento de los comunitarios y en todos aquellos que conocen de sus talentos. El fenecido se fue con lo suyo, y dejó una impronta incalculable para su provincia. PAZ A SU ALMA. También ha manifestado su condolencia Mariana Marrero, directora de Cáritas Arquidiocesana de Santo Domingo.

        Más información

https://www.facebook.com/watch/?v=2728101807536455

D. Julio de la Cruz Matos (1928-2025)

viernes, 5 de septiembre de 2025

ROGELIO SÁNCHEZ MOLERO, ACADÉMICO CORRESPONDIENTE DE LA ACADEMIA DE CIENCIAS, INGENIERÍAS Y HUMANIDADES DE LANZAROTE. ARRECIFE DE LANZAROTE.


Rogelio Sánchez Molero y Carmen Palomero

        L.M.A.

4 de septiembre de 2025.En un acto solemne celebrado en el Hotel Lancelot de la capital lanzaroteña, el abogado y escritor Rogelio Sánchez Molero ha sido nombrado Académico Correspondiente en Toledo de la Academia de Ciencias, Ingenierías y Humanidades de Lanzarote.

La Academia constituida en 2002 nació con la finalidad de cultivar, fomentar y difundir la cultura científica y de las humanidades en general. La institución está presidida por el Excmo. Sr. Dr. Don Francisco González de Posada, ingeniero de Caminos, Canales y Puertos, y cuyo currículo académico está orlado por nueve doctorados en las más diversas disciplinas.

Rogelio Sánchez Molero (Ajofrín, Toledo, 1966) es abogado en ejercicio desde hace más de treinta años. Es además escritor y poeta con reconocimientos tales como la Medalla de Oro Mayte Spínola en poesía 2022 y el premio Dulcinea de narrativa de la Asociación de Escritores de Castilla La Mancha 2025.

Rogelio Sánchez pronunció un discurso de ingreso que versó sobre la jornada de trabajo en el Derecho español. Pese a abordar un tema eminentemente jurídico, fue expuesto de manera brillante con un lenguaje accesible y con referencias a la Sagradas Escrituras y a obras maestras de la literatura como el Quijote o Utopía, de Tomás Moro.

Tras pronunciar su discurso el Presidente de la Academia le impuso la medalla enunciando el lema de la institución: “ingredere afferendo; largire exiens” (entra y aporta tu sabiduría y al salir difúndela). A continuación el Secretario de la Academia le hizo entrega del diploma acreditando el ingreso en reconocimiento a los relevantes méritos culturales y jurídicos que concurren en el nuevo académico.




RELATOS DE VERANO, por Carmen Valero Espinosa


Carmen Valero Espinosa             

LA SILLA Y EL MERCADILLO

                                

Puente Viejo, 30.08.2025

        En los años 60, cuando estudiábamos en la Universidad, mi hermana Carmela y yo íbamos por el barrio pobre del Pozo del Tío Raimundo en Madrid, para alfabetizar a los jóvenes que, fuera ya de edad escolar, no sabían leer ni escribir. De entonces nos viene nuestro conocimiento, trato y afecto por los gitanos.

    Aarón, el hermano mayor de Abigail, una de las gitanas que alfabetizábamos, nos pedía siempre “un dinerito para un diente de oro”, y así supimos que lucirlo era un signo externo, no solo de riqueza, sino de poder, entre la tribu. A mí me parecía un derroche dar dinero para aquella causa, pero mi hermana sí se lo daba, diciéndome “al pobre le hace ilusión”.

    Al cabo de los años, volvimos a coincidir con Aarón y Abigail en un mercadillo burgalés. Aarón lucía orgulloso un colmillo de oro, y nos contó que, además de vendedor de ropa, era pastor evangelista y nos impartía bendiciones con ocasión y sin ella. Mi hermana, no sé si generosa, desprendida u ostentosa -todavía no me he aclarado- los saludaba con efusión de simpatía y ellos se ponían muy contentos de que una señora, de la categoría de mi hermana, una abogada célebre, los tratara como amigos.

    Pero yo soy recelosa y desconfiada sobre la condición humana, y también pensaba que aquellos rumaníes solo pudieran tener  interés, porque Carmela les compraba lo que le ofrecían sin más miramientos y así volvíamos a casa con cosas horrendas, que yo me apresuraba a entregar en un punto de madres solteras, que atienden las monjas Trinitarias.

    Cuando Aarón y Abigail nos veían cerca de su puesto de venta, se apresuraban a sacar una silla de la parte trasera y se la ofrecían a Carmela, para que se detuviera y descansara. La veneraban como a un patriarca. Poco a poco, yo ponía orden en aquellas ofertas masivas de prendas y seleccionaba cuales convenían o no llevarse. Pronto se dieron cuenta de que quien organizaba la cuestión era yo, y quien pagaba era Carmela, la abogada.

    Un día, delante de mí, Abigail y Aaron le comunicaron entusiastas a Carmela que, al fin, se habían comprado un piso en Burgos, y allí ella tenía una habitación para cuando viajara a la capital del río Arlanzón. A mí, ni me miraron.

    Un día, Aarón y Abigail pasaron por delante de casa y se asomaron al jardín. Carmela, contra mi voluntad silenciosa, y Carmela les invitó a pasar. Sé que a los gitanos no hay que darles excesiva confianza, porque pueden abusar. Al ver nuestras sillas, Abigail dijo que necesitarían una para tener dos en el puesto de venta. Les prometimos que les llevaríamos una en la próxima ocasión de mercadillo. Lavé una silla de plástico que estaba en la caseta del jardinero y se la llevé. No les gustó, creían que les iba a llevar una silla de hierro como las del jardín.

    A las vacaciones siguientes de Semana Santa, comprobé que faltaba del porche una de las seis sillas de hierro. Que Dios me perdone, pero pienso que los autores de la sustracción fueron los gitanos saltando la tapia en nuestra ausencia. Mi hermana los defiende a capa y espada, pero yo, ¿qué le voy a hacer?, sigo convencida de que fueron ellos. Nada se puede hacer contra la libertad de pensamiento. FIN

                        *****


 

EL FAVOR Y LA FLAUTA DE IBÉRICO. Relato

            Mi hermana Piedi está pasando por un mal momento, su marido está muy enfermo tras un ictus y, en uno de sus muchos ingresos de urgencia en el hospital, dejó el coche aparcado en un lugar que, al día siguiente, debía presentar tique de estacionamiento en espacio público. 

“Su marido se está muriendo”, le dijo el médico. Angustiada, llamó a su hijo para decirle que, al día siguiente, no podría asistir a la primera comunión de su niña.

Cuando a la mañana siguiente, dejó un momento solo a su marido en la habitación y bajó a desayunar, se encontró con una soberbia multa municipal en el parabrisas de su coche, que la dejó más desconsolada. Así la encontré yo, cuando fui a visitar a mi cuñado.

Ni corta, ni perezosa, me acerqué a la controladora del parquímetro y le conté la tragedia personal y familiar de un enfermo, de urgencias, de su esposa cuidadora, ambos jubilados y con escasa pensión… La mujer, humana, seguramente comprensiva de la situación, anuló la multa.

Cerca había un establecimiento de bocadillos gigantes de jamón ibérico, donde yo compro habitualmente “una flauta de jamón” que dicen los castizos. Invité a pasar a la revisora y pedí a Marcos, el dependiente que me conocía, dos “flautas”, una para mí y otra para “esta señora que me acaba de hacer un gran favor”. Marcos se esmeró y puso más jamón que de costumbre en los bocadillos. Sabe que soy generosa en las propinas.

La controladora, que se llama Esther, y yo nos sonreímos, un poco cómplices, cada vez que coincidimos por el barrio. Pepe me dice que la mujer , desde entonces, le ha enviado numerosos clientes a comprar su “flauta de jamón ibérico”.

Lástima que el Ayuntamiento cambia de barrio a las controladoras del parquímetro, como el Estado cambia de país a los diplomáticos cada cuatro años, para evitar complicidades amistosas. Dios bendiga a Esther que hizo aquel noble favor a mi y a mi hermana. FIN


jueves, 4 de septiembre de 2025

ALFONSO SEBASTIÁN, pintor. “Luz y piedra”, exposición en el Colegio de Aparadores en Madrid

Alfonso Sebastián Beltrán, pintor
Alfonso Sebastián y el músico de saxofón, Felipe Zaragosi

Julia Sáez-Angulo

Fotos: Isabelle Hirschi, Adriana Zapisek

        04/9/25.- Madrid .- “Luz y piedra” es el título de la exposición de pintura, sobre la serie Catedrales, de Alfonso Sebastián Beltrán, pintor y arquitecto técnico, que se ha inaugurado en el Colegio de Aparejadores y Arquitectos Técnicos de Madrid. Miembros de la Junta Directiva del Colegio han estado presentes, en representación de su director Jesús Paños Arroyos. El pintor pronunció unas palabras de agradecimiento al Colegio, a los presentes y recordó la belleza y la luz de las catedrales, que ha plasmado en la veintena de cuadros expuestos.

    Un concierto de saxofón, por Felipe Zaragosi animó la inauguración.

    Entre los asistentes al evento: Nestor Prieto y Francisco Brives, directivos y fundadores de la Neomudejar de Arte Contemporáneo; los artistas Antonio Alvarado, Mercedes Ballesteros, Pablo Reviriego, Adriana Zapisek, Isabelle Hirschi; las críticas de arte Carmen Valero, Carmen Rocamora y Guía Boix, esposa del pintor; Belén del Pino, de Enmarcaciones Corzón… Mañana, ha prometido su visita el Dr. Jean Paul Larbre, que viajará desde Lyon.

Alfonso Sebastián, hijo de celebrados hosteleros toledanos, nació con una clara vocación artística, por las artes plásticas del Dibujo la Pintura y la Arquitectura. Nunca las pudo disociar, por lo que acabó compaginándolas en el tiempo y fundiéndolas en el espacio, al representar la una en la otra. 

    Recordemos la histórica y clásica distinción de artes mayores y menores. La arquitectura, la pintura y la escultura pertenecían al primer grupo, dejando para el segundo el resto: grabado, cerámica, orfebrería, grabado, joyería, y otras artes aplicadas o decorativas… Hoy se mira más la excelencia en cada género, sin olvidar por ello, que la Arquitectura o la Pintura siguen consideradas como “prima donna” en la sociedad, en los museos, en la Historia del Arte.

    Alfonso Sebastián quiso abordar, por un lado, la Pintura, como arte ilusionistico, que juega con la perspectiva y, por otro, la Arquitectura, como arte creador de espacios de función, de habitabilidad…Su trayectoria ha sido larga y fecunda, por eso llega muy acertada esta exposición que conjunta visualmente la doble vocación del artista.

    El creador toledano desarrolló su trabajo como arquitecto técnico en el Ministerio de Cultura, donde ha llevado a cabo una enorme tarea de restaurar catedrales, iglesias, ermitas, monasterios, conventos, claustros, museos, salas de exposiciones… Sitios de belleza que, en paralelo, le llevaban a inmortalizarlos en la nueva belleza del cuadro, como pintor. Todo era arquitectura: tridimensional y bidimensional.

    En principio fue la figuración más realista, en la que el artista plasmó los monumentos en sus fachadas o interiores, pero paulatinamente, la contemplación y la mirada pictórica se fueron abriendo, deshaciendo, abocetándose… alternado siempre con la figuración más o menos realista. El detalle apareció como motivo propio: un rosetón, un ábside, unos reflejos… La luz, siempre la luz como clave de la Pintura, de la Arquitectura, del Arte… Óleo y acrílico como pigmentos que contribuyen al color. Color que es luz. Composición que estructura la armonía de la obra. Todo ello en un debate permanente con el pensamiento, que plantea alternativas y dudas.

    En la exposición podemos ver  fachadas, rosetones, gárgolas y diversos detalles de las catedrales, además de un esbozo del Ángel caído”, escultura del Retiro madrileño, a modo de gárgola evanescente.

    Para Alfonso, "el artista es  un mendigo de la sensibilidad ajena que ha de compartir con su propio arte". 

 Más información: https://lamiradaactual.blogspot.com/2025/08/dr-jean-paul-larbre-las-catedrales-de.html

Colegio de Aparejadores y Arquitectos Técnicos.

C/ Maestro Victoria, 3; 28013. Madrid.

Rosetón, pintura de Alfonso Sebastián
Alfonso Sebastián y su esposa Guia Boix
Alfonso y Guía junto a los directivos de la Neomudéjar: 
Nestor Prieto y Francisco Brives

Póquer de damas: Carmen, Julia, Guía y Adriana
Alfonso Sebastián con amigos
Guía Boix, esposa del pintor y crítica de arte


Rosetón, de Alfonso Sebastián
Carmen, Guía, Isabelle y Julia.

JAVIER GÓMEZ expone su escultura en vidrio, en la Fundación Pizarro. Trujillo de Extremadura


M A R M U R Á N CELEBRA LOS 80 AÑOS DEL P O S T I S M O





Exposición: 80 AÑOS DE POSTISMO, 1945-2025

Fechas: 13 de septiembre-31 de octubre de 2025

Inauguración: 13 de septiembre de 2025 a las 13:00 horas


GALERIA MARMURÁN:

C/ Castellanos, 37; Alcázar de San Juan - 13600 (Ciudad Real)

info@galeriamarmuran.com, Telf. 653046089

Comisario: Ángel Maroto

                    

L.M.A. 

        04.09.2025.- La Galería de Arte Marmurán, Alcázar de San Juan, con una heterogénea y especialísima exposición temática homenajea la aparición del Postismo a los ochenta años de su nacimiento en el Café Castilla de Madrid.

Aunque emergió en Madrid de la mano, o la chistera, de Eduardo Chicharro

Briones, acompañado por Carlos Edmundo de Ory y Silvano Sernesi,

Ciudad Real siempre fue muy postista y desde allí se alentó con una fuerza

insuperable, impulsada por Ángel Crespo, Gabino-Alejandro Carriedo, el

periódico Lanza y varias revistas.

El Postismo, que apareció en una España deprimida, en 1945, no fue muy

atendido en su tiempo ni después, pero sigue suscitando interés, como

prueban la buena cantidad de estudios universitarios que sigue generando o

esta muestra que recuerda con imágenes y documentos su existencia,

comisariada por Ángel Maroto.


El Postismo es Eduardo Chicharro y Ory, Ángel Crespo y Carriedo, pero

también Gregorio Prieto, Nanda Papiri, Paco Nieva…y hasta Arrabal o el

Niño Tony, Chepé, aunque sea de forma tangencial.

La exposición, “80 Años de Postismo” cuenta con dibujos originales de

Gregorio Prieto y Eduardo Chicharro ”Chebé”, dibujos y dedicatorias de

C. E. de Ory, pinturas de Nanda Papiri, grabados y dibujos de Francisco

Nieva, un dibujo de Gabino-Alejandro Carriedo; pinturas de Antonio

Fernández Molina; dibujos de Antonio Beneyto y primeras ediciones,

cartas, referencias, huellas de la realidad de este último ismo.

A la muestra acompaña un catálogo testimonial de esta celebración-

edición 80 ejemplares firmados por el comisario- con la reproducción de

las obras expuestas y textos de El Niño Toni (Antonio Chicharro Papiri),

Raúl Herrero con una propuesta brillante de diccionario postista; Amador

Palacios y Tomás Paredes.

Puede parecer insólito que una pequeña galería de arte de una ciudad

manchega de Ciudad Real ofrezca este importante homenaje a un ismo tan

español, tan genuino y complejo como el Postismo, en su octogésimo

aniversario. Se trata de evidenciar nuestro compromiso cultural más allá de

lo comercial, porque una galería necesita vender, pero sin olvidar que es

una ventana abierta a la cultura.





martes, 2 de septiembre de 2025

RETORNO A PUENTE VIEJO V.- Volaron las cigüeñas del Pinar de Puenteviejo. Los canteros vascos de Mingorría, para el Real Monasterio de El Escorial. El cuento de Azorín.

Cigüeñas
El Pinar de Puente Viejo


Julia Sáez Angulo

Fotos: J.S.A.

3/9/25.- Puente Viejo (Ávila).- Todo son comentarios y escenas rurales vibrantes en esta zona de Ávila. Las numerosas cigüeñas del Pinar de Puente Viejo han desaparecido de los pinares donde anidaban sobre sus copas y, a veces, las hundían. (Recordé el primer párrafo de una antigua lectura: “Las cigüeñas con las aves de mayor tamaño que nidifican cerca del hombre). Habrá sido el humo de los fuegos próximos lo que las asustó y se marcharon, comenta Cuqui Valero

    Merendamos torreznos, queso curado y jamón en casa del matrimonio de Juli y Jose Dueñas, antiguo administrador de El Pinar de Coto Viejo, nos explican que ha sido la retirada del vertedero de Sanchidrián, lo que ha obligado a emigrar a las cigüeñas. La falta de comida.

    Sale en conversación las grandes fincas del Conde de Mayalde, la cantante Conchita Piquer o los Canusa… En ellas hay patrimonio ganadero y agrícola. Las pueblas y las dehesas son focos de riqueza. Los pueblos están muy juntos. También hay minifundio. Los viajeros románticos ingleses, Richard Ford o George Barrows los recorrieron y escribieron sobre ellos. También el filósofo norteamericano George Santayana, nacido en Ávila, estuvo por aquí.

    Se afirma que la legumbre y las patatas de la comarca de la Moraña es la mejor, pero algunos recelan del agua freática, porque alegan que tiene arsénico. El chulentón de Ávila no tiene parangón de abundante y rico.

    El pueblo de abulense de Mingorría llama la atención por su sonoridad vasca y también lo percibió a Azorín que escribió un curioso cuento en la zona titulado “Los vascos de Mingorría” (1936), que hace referencia a una probable colonia de canteros vascos, principalmente de la región de Guipúzcoa, que se estableció en la localidad abulense de Mingorría durante el siglo XVI para trabajar la piedra destinada a la construcción del Monasterio de El Escorial. Aunque se les atribuye origen vasco a través de la jefatura de un grupo de Andoáin y una posible leyenda sobre el nombre del pueblo, actualmente no quedan huellas significativas de su presencia en los apellidos de la población actual de Mingorría, señala la IA, al contrario del cuento de Azorín. 

    El autor del cuento se interesó por Mingorría, pueblo vasco en el corazón de Castilla, mientras leía la guía de los Ferrocarriles del Norte, o el Manual para viajeros de Richard Ford publicado en 1845, cuya lectura reseña en Castilla (1912). La Mingorríana era entonces una de las posadas menos malas de la capital abulense decía Ford; la «Fuente de las Mingorrianas» se hallaba en el paraje de la capital abulense de «Las Santidades» en la zona de la Encarnación; y el camino carretero de Mingorría, que iba de Ávila a Arévalo, destacaba por la actividad comercial de arrieros y trajinantes. 

FELIPE II Y DON JOSÉ CHINCHURRETA

    En 1956, Máximo Alfayate, secretario del Ayuntamiento de Mingorría escribió en respuesta a una consulta sobre el origen del pueblo que le hace M.C.: “En la época en que el Rey de España Don Felipe II se encontraba construyendo el Monasterio del Escorial, acamparon en varios lugares, donde ahora es termino de Mingorría, varias colonias vascas, con objeto de labrar piedra para las obras, de orden del Rey antedicho, entre las cuales se encontraba una, que era la envidia de las demás y la admiración del Rey, por los buenos y bonitos trabajos que ejecutaban; al frente de esta colonia venía un señor, natural de Andoain, provincia de San Sebastián, que se llamaba don José Chinchurreta, que era muy apreciado del Rey y debido a la confianza que tenía en él, le concedió el honor de entrar en Palacio sin descubrirse (Caballero cubierto). -150 Crónica de Historia Natural- Una de las veces que se presentó en Palacio don José Chinchurreta a dar cuenta al Rey Don Felipe, de que en la colonia se había presentado una enfermedad que en aquel entonces la denominaban “Mal Rojo“ y que en vista de que la enfermedad iba en aumento, le rogaba el nombramiento de Médicos para que pudiesen curar la enfermedad. 

El Rey, después de escucharle detenidamente y de recoger muchos datos referentes a la situación de la colonia que don José Chinchurreta le proporcionó, el Rey le preguntó: ¿Qué enfermedad es esa? Min...Gorria... Jauna, contestó don José Chinchurreta. Por lo visto la palabra “Min” es mal; la palabra “Gorria“, es rojo y la palabra “Jauna“ es señor. Esta enfermedad que antes, o sea en aquel entonces, la llamaban Mal Rojo (Min-Gorria) es la que ahora está denominada con el nombre de sarampión. 

    Don José Chinchurreta, recibió la alegría de que el Rey ordenara la salida de Palacio de Médicos especializados en esta clase de enfermedades que curasen dicha enfermedad y en conmemoración de este hecho pusieron a la colonia el nombre de Mingorria, y por eso en las guías de Turismo ponen “Mingorría”, antigua colonia vasca. Son los datos que puedo facilitar en contestación a su atenta. de fecha 23 de los que cursan ofreciéndose a la vez incondicional s. s. q. e. s. m.

    Interesante, pero el cuento de Azorín me gusta más. Ahí lo aporto, un poco chusco.

Más información

chttps://www.aranzadi.eus/fileadmin/docs/Munibe/1956148150.pdf

https://es.scribd.com/document/740954766/Los-vascos-de-Mingorria

Mingorría (Ávila)

Cuqui, Juli y Carmen en el supermercado de Sanchidrián

RETORNO A PUENTEVIEJO ( y VI). Despedida del verano. La soledad del lugar de veraneo. La sopa de ajo.

Ermita de la Virgen del Cubillo, con Aldeavieja al fondo

Placa en el muro exterior de la iglesia de Sanchidrián (Ávila)

Julia Sáez-Angulo
Fotos: J.S.A.

2/9/25.- Puenteviejo.- Aunque el otoño y el equinoccio no llega hasta el 21 de septiembre, el lugar de veraneo se va quedando solitario y tristón, al terminar agosto, con la consiguiente bajada de la temperatura, al menos hoy y ahora en esta sierra. Las mañanas y las tardes refrescan y exigen ponerse una rebeca, que se dice en Madrid, a partir de la película ”Rebeca” (1940), de Alfred Hitchcock, en que la protagonista lucía una coqueta chaqueta de punto. 
    Estamos a 924 metros sobre el nivel del mar, como señala una placa en los muros de la iglesia de san Martín, en Sanchidrián, a 4 km de Puenteviejo. Recordemos que Madrid, también en la meseta, está solo a 657 m. sobre el mismo nivel. 
Hemos paseado al atardecer por las calles de Puenteviejo y estaban completamente vacías, sin luces en muchas casas, con menos perros paseando o ladrando, mayor silencio… Es la soledad del lugar tras el veraneo. Me viene a la memoria la película “Muerte en Venecia”, cuando el viento azota el Lido, ventea las cosas y hace rodar por la arena las casetas y otros tinglados playeros, ante la ausencia de la gente. 
Algunos amigos se van hoycomo los Pomar. Otros, como María Moreno y familia, se va el domingo; los Pérez-Urruti y Maura, lo hacen el sábado; yo regreso mañana a El Escorial… Cuqui Valero se queda, porque quiere asistir a la romería de la Virgen del Cubillo, en la ermita que se reparten y está a caballo, entre y Aldeavieja (Ávila) y Villacastín (Segovia). Se celebra el 8 de septiembre, festividad del nacimiento de la Virgen, y comienza ya desde el sábado. Las hermanas Valero Espinosa son miembros de la cofradía del Cubillo, como fidelidad a la Virgen y a la tradición de sus padres. Acuden con su buena amiga M. Ángeles Ferrari, a la que recogen de una residencia de mayores en El Espinar, para que pase el día festivo en El Cubillo. Todos hacen comunidad de encuentro y afectos.
La gente, la buena gente, comienza a trabajar en las ciudades, a cumplir sus citas médicas. Las familias disponen de todo lo necesario para que los niños vuelvan al colegio. Septiembre es como una llamada al trabajo, a la laboriosidad, a la vida real y cotidiana. A los periodistas nos comienzan a convocar a distintos actos informativos en Madrid: una presentación en el parador de Chinchón; la apertura de la exposición de Alfonso Sebastián en el Colegio de Arquitectos Técnicos, el día 4; la llegada de los amigos de Lyon a la capital de España… Yo también echaré el cierre en mi lugar de veraneo, El Escorial, y regresaré obediente a la llamada de Madrid.
El final del verano tiene mucho de melancolía. Comienza el nuevo curso académico y laboral, que es más importante, que el comienzo del nuevo año. Ha sido un verano de sofocos por los incendios y la desidia de nuestros políticos ante los mismos. Un veraneo con la espada de Damocles continua, en la europea Ucrania, en la castigada Gaza mediterránea, en el ardiente Sahel africano… Una siente impotencia ante estos dolorosos conflictos bélicos, al tiempo que sabe que faltan líderes clave, en estos tiempos, para solucionarlos. Hay que seguir viviendo y amarrarse a la esperanza como última tabla de salvación.
Los columnistas de los periódicos, auténticos literatos, también acuden, en sus temas, a la melancolía del final del verano y hasta cierta nostalgia del sol potente en los días de la ola de calor, que ya se antojan muy lejanos. Vemos a los vecinos cargando o descargando los coches con los bártulos de maletas y deportes veraniegos. Llegan las quejas de que no sabe una como vestirse. Hay que estar, como las cebollas, con capas de vestimenta, para ir desprendiéndose de ellas a lo largo del día y recuperarlas en la tarde.
Cierto que hay algunos rezagados, que veranean en septiembre, pero son aquellos que no tienen niños en curso escolar, que están jubilados, que buscan mejores precios en los hoteles… Son los menos, los más silenciosos, los menos alborotadores… 
El retorno a Puenteviejo termina. He confirmado que el guionista de la serie “El secreto de Puente Viejo” reside aquí. He paseado hasta su casa, no lejos del portón que se cierra en la noche, para que no entre algún toro escapado de su dehesa cercana o algún jabalí que atraviesa las vallas. Tendré que dejar la casa de las Valero Espinosa, una residencia coqueta que fue casa piloto de la urbanización. Cuqui, que estudió Decoración, ha respetado la que dejaron sus padres en ella: los suelos de aguas de los  azulejos hidráulicos modernistas, mucho plato de cerámica sesentero en las paredes, los muebles de estilo granadino, las sillas de respaldo alto y torneado… Ella es de las mías, de las que deja fosilizado el recuerdo de los mayores, respetando sus cosas, al fin y al cabo, estamos en tiempos de vintage y reciclaje.