viernes, 17 de noviembre de 2017

Guillermo Gortázar, historiador autor del ensayo “El salón de los encuentros. Una contribución al debate político del siglo XXI”



 Guillermo Gortázar en la presentación del libro



Julia Sáez-Angulo

           
            El historiador Guillermo Gortázar es el autor del ensayo El salón de los encuentros. Una contribución al debate político  del siglo XXI, libro publicado por Unión Editorial, en el que se proporcionan ejemplos de la historia para argumentos de un debate sobre la situación política en España, ante una situación de agotamiento de la élite gestora del régimen de la Constitución de 1978, por deriva hacia un estado de Partidos o partitocracia, que no es la primera vez que se produce en la nación española.

            Guillermo Gortázar (Vitoria, 1951) es licenciado en Historia y Derecho por la Universidad Complutense de Madrid en 1971. Fue becario de a Fundación Fulbright en 1980-82 y obtuvo un master de Historia en la Universidad de California La Jolla. Fue titular de Historia Contemporánea en la Universidad Española a Distancia, UNED, 1986 y diputado  en el Congreso durante tres  legislaturas (1993 – 2001). Cuenta con la Gran Cruz de la Orden del Mérito Civil. Es autor de un centenar de libros, entre los que figuran: Alfonso XIII, hombre de negocios (1986) y Cuba: camino de libertad (2013).

            El hecho de que en la elecciones de 2015, los españoles se hayan decantado por nuevos partidos políticos motiva a Gortázar a una serie de reflexiones sobre el porqué y explica el ascenso de cierto populismo. Razona sobre el abandono de ciertos sectores del espíritu de la Transición y la crisis de la monarquía encarnada en Juan Carlos II, para advertir que “El separatismo, la extrema izquierda y los populistas aparecen como una amenaza a la convivencia, a la libertad, a la democracia y a nuestro vínculo con el resto de las naciones democráticas europeas”.

            “El populismo es una enfermedad derivada del deficiente funcionamiento de la democracia, florece en las crisis económicas y cuando las elites políticas se burocratizan y caen en la tecnocracia (Rajoy) o en el infantilismo izquierdista (Zapatero)”, apunta el historiador en otro momento. Como diputado protagonista en tres legislaturas, el autor de El salón de los encuentros. Una contribución al debate político  del siglo XXI, discrepa sobre renegar de lo realizado políticamente desde 1978, pero apunta a cierto reformismo ineludible, aunque sólo sea –piensa el lector en algún momento- para el cambio mínimo necesario, aunque todo siga igual, que diría Giuseppe de Lampedusa.

Crítica a la II República y a Azaña

            El debate de Guillermo Gortázar pasa por la crítica a la II República y sobre todo al gobierno excluyente de Manuel Azaña, pese a los adoradores sectarios de aquel régimen que condujo en cierta manera a un desenlace fratricida, por tratar de excluir a una derecha, a la que no estaba dispuesta a integrar, dada la actitud excluyente de ese régimen izquierdista y sectario en que derivó la Constitución de 1931, ya lastrada en origen desde el cómputo de votos de las elecciones. Los tiempos revolucionarios y el sesgo hacia determinados regímenes autoritarios tampoco favorecieron el momento.

            “En 1931, cuando la crisis de la monarquía era patente, ni Cambó ni la Lliga pudieron sostener el régimen y, en los años 30, el catalanismo moderado fue ampliamente rebasado por el nacionalismo radical de Maciá. Por cierto, todo esto recuerda, en alguna medida, al sorpasso de la Esquerra Republicana sobre CiU en la Cataluña actual”, apunta Gortázar.

            El historiador plantea en su libro un buen debate sobre la actitud receptiva o descalificadora de los distintos sectores políticos de España a la hora de abordar el futuro con actitud democrática libre, tolerante y respetuosa con los múltiples matices que ofrece la sociedad española. Una sociedad mucho más fiable hasta ahora que el sectarismo implacable de los partidos, en los que los fines endogámicos –ineludiblemente marcados por la corrupción- parecen haber predominado sobre los nacionales. Y esto en tiempos de crisis, no se perdona.

           



Santiago Ydáñez: Exposición de pintura “Sin fin” en la Universidad de Jaén





 Santiago Ydañez ante uno de sus cuadros



Julia Sáez-Angulo

       18/11/17 .- JAÉN .- El pintor Santiago Ydáñez: expone su pintura reciente bajo el título “Sin fin” en la Sala de Exposiciones de la Antigua Escuela de Magisterio de la Universidad de Jaén. Una muestra fuerte, llamativa y bien hecha, que permanece abierta hasta el 24 de noviembre de 2017.

       Santiago Ydáñez (Puente de Génave, Jaén, 1967) es licenciado en Bellas Artes por la Universidad de Granada y ha llevado a cabo talleres con Juan Genovés, Alfonso Albacete, Nacho Criado, Fernando Castro Flores y Mituo Mihura.

       El artista jienense comenzó a exponer desde 1997 y “Sin fin” es el título de su última muestra en la ciudad andaluza. Una obra al óleo o acrílico sobre tabla o lienzo la expuesta- que refleja, en su mayor parte, el rostro humano en diversos personajes, algunos tomados de la escultura como la Cabeza de San Juan de Dios, de Alonso Cano del Museo de Bellas Artes de Granada.

También presenta, casi en primer plano el rostro de animales como el de un gran perro blanco con ojos verdes, imagen de gran impacto que ha servido para el cartel de la exposición en la calles de la ciudad.

       Lástima que el pintor haya denominado “Sin título” a todas sus obras, sin adjudicarle siquiera un nombre de serie o un número romano a cada una de ellas, lo que dificulta al crítico de arte poder señalarlas o denominarlas, cuando como dice la cábala, cada cosa debe tener su nombre para der identificarla y hablar de ella con propiedad.

       Santiago Ydáñez es un buen pintor, su pincelada larga dibuja y matiza al mismo tiempo, sus temas impactan e inquietan. El primer plano o plano medio de los modelos llegan de inmediato a la retina del espectador. Las miradas de sus rostros, hacen de los modelos una interpelación inmediata ante quien los contempla.

       El pathos de los rostros representados es una constante, que se subraya con el cromatismo elegido, radiante, vivaz y contenido al mismo tiempo. Expresivo al máximo, este pintor contagia el deseo de mirar atrapando los ojos hacia unas figuras y rostros, que además de pintura ofrecen sentimiento.



Mercedes Ballesteros: “La mirada en el rostro”, exposición de retratos en AEPE






Carmen Valero

            17/11/17 .- MADRID . La pintora Mercedes Ballesteros presenta  “La mirada en el rostro”, exposición de retratos en la Asociación Española de Pintores y Escultores, AEPE. El presidente de la asociación José Gabriel Astudillo hizo la presentación y elogio de la pintora en eel campo artístico del retrato, difícil y exigente en su realización respecto a otros géneros pictóricos.

            En la exposición de Mercedes Balleteros, una veintena de retratos al óleo, acuarela y cuatro esculturas, figuran, entre otros, como representados S.M. el rey Felipe VI y SAR Doña Ana de Orleans, además de toreros, escritores, abogados y niños.

            A continuación el compositor José Ángel  Martínez interpretó tres canciones en honor de Mercedes Ballesteros ante los numerosos asistentes al acto, entre los que se encontraban Eugenio López Berrón, María Jesús de Frutos, Bielsa, María Luisa Valero, Reina, Ángel Salamanca, Carmen Feijóo, Rosa María Manzanares, Eva González, Ana Muñoz, Juan Moral, Soledad Fernández, José Luis Sánchez, Paco Recuero, Amparo Ruiz Ayllón, Rosa Moreno de Castro, Pilar Hidalgo Espinosa, Pepa Díaz…

Próxima exposición en el Ateneo de Madrid

La crítica de arte Julia Sáez-Angulo ha escrito sobre la exposición:  

         El retrato es la naturaleza más viva del hombre y del arte. La mirada del otro compromete y la de la pintora se enfrenta a ella en un reto sin precedentes. Mercedes Ballesteros presenta casi una treintena de retratos, bajo el título La mirada en el rostro, en el espacio expositivo de la Asociación de Pintores y Escultores Españoles, AEPE.

         El retrato es un género pictórico que ha dado gloria a la pintura española. No se entiende el Museo del Prado sin el retrato, que deja constancia de los hombres y mujeres en la historia de España. Mercedes Ballesteros (Noblejas, Toledo, 1946) gusta del retrato y lo ha trabajado con gusto y con riesgo. Por su estudio y como modelos han pasado personajes del mundo de la cultura, la empresa y la sociedad. Han sido numerosos los escritores y artistas que han posado para ella, no solo en la pintura, sino también en la escultura.

         El retrato alienta la vida humana y la pintora sabe extraer de sus modelos el gesto o el rictus que mejor los define. Sabe que la última pincelada en el cuadro sirve para reafirmar la personalidad del modelo y cuida con tino ese momento para dar la expresión buscada y definitiva.

         La pintora de Noblejas, residente en Madrid, ha interpretado en varias ocasiones en sus retratos, el rostro del rey emérito Juan Carlos I y del rey actual, Felipe VI. Sus cuadros presiden hoy diversas instituciones municipales y culturales.

         En 2018, Mercedes Ballesteros cumple sus 35 años de trayectoria artística y lo celebrará con una exposición conmemorativa en el Ateneo de Madrid. Sirva esta exposición de retratos como una antesala previa de la amplia exposición que vendrá, en la que se mostrarán óleos, acuarelas, esculturas y dibujos.

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Pedro Rovira: Exposición de moda en el Museo del Traje de Madrid



 Vestido de Pedro Rovira, donado por Marina Castaño

           Modelos de Pedro Rovira


L. M. A.

            17/11/17 .- MADRID .- El Museo del Traje y la Fundació Antoni de Montpalau presentan la exposición Pedro Rovira: de la alta costura al prêt-à-porter. Col·lecció Antoni de Montpalau, primera retrospectiva dedicada a uno de los grandes nombres de la alta costura, Pedro Rovira (Badalona, 1921 – 1978). Su figura estuvo vinculada a la Cooperativa de la Alta Costura, asociación creada en 1940 para la promoción de la alta costura española dentro y fuera de nuestras fronteras. Dirigida por Pedro Rodríguez, la Cooperativa supuso el inicio del impulso de la creación española que se produjo tras la Guerra Civil, y en torno a ella se reunió el grupo de diseñadores conocido como los “Cinco grandes de la costura española” –Pedro Rodríguez, Pertegaz, Asunción Bastida, Santa Eulalia y El Dique Flotante–, además de otras grandes figuras que ayudaron al impulso de la que es conocida como la “Edad de Oro de la alta costura española”, que incluyó a creadores como Vargas y Ochagavía, Rosser, Lino, Natalio, Carmen Mir, Herrera y Ollero y al propio Pedro Rovira que incluyó a creadores como Vargas y Ochagavía, Rosser, Lino, Natalio, Carmen Mir, Herrera y Ollero y al propio Pedro Rovira.

Rovira fue el modisto de esa generación que más se implicó en la consolidación del prêt-à-porter, al iniciar, en paralelo a su dedicación a la costura, la colaboración con la industria de la confección seriada que se imponía en el nuevo mercado, el de las boutiques multimarca, lanzándose a la producción de complementos destinados al gran consumo, en el momento en el que las casas de alta costura españolas
entraban en crisis. Así, creó colecciones muy completas para ser producidas en serie por la industria y comercializadas tanto en España como en el extranjero,y llegó a los mercados de Alemania, Estados Unidos y Méjico, entre otros.

Su muerte prematura en 1978, a los 57 años, truncó una carrera plagada de éxitos, tanto a nivel nacional como internacional. Tras su desaparición, la empresa que ostentaba su nombre se mantuvo un año más, justo para presentar sus últimas colecciones de costura y prêt-à-porter.

Tras ello, su nombre, hasta entonces habitual y obligado en las revistas de moda y principales periódicos del país, pronto dejó de aparecer, y se fue olvidado paulatinamente. Comisariada por Josep Casamartina i Parassols, historiador del arte y de la moda, con la colaboración de Ismael Núñez Muñoz, conservador de la Col.lecció Antoni de Montpalau , y el asesoramiento científico de Rosa Maria Martín i Ros, historiadora de la moda y los tejidos, Pedro Rovira, de la alta costura al prêt-à-porter.

Col·lecció Antoni de Montpalau es un homenaje a esta figura clave de la moda. Se trata de una revisión de la vida y obra del modisto barcelonés a partir de los fondos que conserva la Col.lecció Antoni de Montpalau, y que se componen de dibujos, además de complementos, fotografías y una buena representación de piezas de alta costura y de prêt-à-porter del modisto, en un intervalo de tiempo que abarca desde los años 50 hasta sus últimas colecciones.

La muestra es un repaso a la obra de esta relevante figura de la moda española a través de cerca de doscientas cincuenta piezas (unos sesenta conjuntos) que incluyen trajes, abrigos, trajes de novia, complementos, dibujos, objetos, fotografías y una buena recopilación de prensa de la época, que abarcan desde 1948 a 1978, además de un documental con entrevistas actuales a sus diversos colaboradores y testimonios de la época, que incluyen modelos, fotógrafos y clientes del modisto, en un recorrido por su trayectoria creativa desde sus inicios hasta la desaparición de la marca, en el que se ofrecerá una visión total y poliédrica del personaje y de sus creaciones.


La exposición repasa la vida y obra del modisto catalán a partir de los fondos conservados en la Col·lecció Antoni de Montpalau, compuestos por un buen número de dibujos y piezas de alta costura y prêt-à-porter, complementos y fotografías procedentes del taller del modisto.
La Col.lecció Antoni Montpalau forma parte de la Fundació Antoni Montpalau.

Creada en 2004 por el historiador y crítico de arte Josep Casamartina i
Parassols y la librera Anna Maria Casanovas Crusafon, es una iniciativa dedicada a la conservación, documentación y difusión de los tejidos, con el principal objetivo de formar un patrimonio documentado que sea heredero espiritual de otras colecciones como la de Lluís Tolosa o Manuel Rocamora.

Entre los más de diez mil vestidos y un número similar de complementos, tejidos, dibujos y fotografías que la constituyen destaca la colección de tejidos modernistas y Art Déco, y fondos de moda y alta costura que incluyen grandes marcas de alta costura y de prêt-à-porter como Balenciaga, Pedro Rodríguez, Pertegaz, Asunción Bastida, Santa Eulàlia, El Dique Flotante, Jeanne Lanvin, Hubert de Givenchy, Yves Saint Laurent, Pierre Cardin, Thierry Mugler, Azzedine Alaïa, Emilio Pucci, Giorgio Armani, o Yssey Miyake.

Datos biográficos
Pedro Rovira (Badalona 1921–1978) nació en Badalona en una familia de clase media. Empezó la carrera de Medicina, que pronto abandonó para dedicarse completamente a la costura, oficio que comenzó como aprendiz en una sastrería de la Ciudad Condal. Hacia 1946 se trasladó a París para estudiar de cerca la obra de los grandes modistos y contactó con Cristóbal Balenciaga.

En 1948 abrió su propia casa de moda en el barrio barcelonés de Gràcia, y con el tiempo se convertiría en una de las primeras figuras de la alta costura en España. Siguió de cerca a Christian Dior, Jacques Fath e intimó con Cristóbal Balenciaga, quien a menudo aconsejó y orientó Rovira, por lo que se le suele considerar uno de sus discípulos, al igual que lo fueron André Courrèges, Paco Rabanne y Emmanuel Ungaro, colaboradores del maestro en sus diferentes ateliers.

La fama de Rovira se extendió dentro y fuera de nuestras fronteras: en 1957 participó junto a los principales nombres de la costura española en ferias y eventos de promoción internacionales, como La Noche Española, celebrada en Estocolmo; la Feria Internacional de Frankfurt, donde presentó en solitario sus creaciones, que alcanzaron un gran éxito, hasta el punto de que, a partir de entonces, se distribuyeron en el mercado alemán; o el Congreso Internacional del Algodón celebrado en el Lido, en Venecia.

A partir de 1962 la revista Alta Costura, dirigida por Segismundo de Anta, comenzó a dedicarle algunas de sus portadas y, después de participar en los desfiles internacionales de los Cinco Grandes, en el año 1964 Rovira entró a formar parte de la Cooperativa de la Alta Costura. En 1965 fue nombrado Importante de la Moda.

Durante la década de los 60, el diseñador presentó sus modelos en Ginebra, Montecarlo, Ciudad de Méjico, San Francisco, San Antonio, Los Ángeles, Washington y Nueva York, entre otras ciudades, y se convirtió, desde finales de esta década, en uno de los precursores del prêt-à-porter nacional. En 1968, entró en su firma la empresa Cadena, distribuidora de tejidos, que dio un fuerte impulso a las líneas de prêt-à-porter y confección de la marca. Al año siguiente Rovira participó en
el Salon du Prèt-à-Porter, de París.

En 1971 Rovira abrió, dentro de su propio taller de Barcelona, su boutique, dedicada a la venta de sus colecciones de prêt-à-porter, que presentaba de forma habitual en sus propios salones, en los desfiles de la Cooperativa de Alta Costura, en el apartado de Moda Selección junto a los jóvenes creadores, y también en el madrileño Salón de la Moda, sin dejar de lado sus celebradas colecciones de alta costura. En 1974, Cadena dejó su participación en la empresa Pedro Rovira Costura S. L. y para implicarse en la de Elio Berhanyer, sin embargo, Francesc Compte Badía, director gerente de la sociedad, decidió quedarse y continuó con la expansión de la marca hasta el final.


En 1974 obtuvo el prestigioso Premio Galena, al mejor vestido, y en 1978 a la mejor colección. Pedro Rovira falleció prematuramente de un infarto en agosto de 1978; se truncaba así una carrera plagada de éxitos dentro y fuera de nuestras fronteras. Dejó en su mayor parte supervisadas sus dos póstumas colecciones de costura y prêt-à-porter, esta última realizada en colaboración con la joven diseñadora Ángela Guardiola y el equipo técnico de la marca. Tras la presentación de ambas colecciones al año siguiente, y a pesar de estar en plena expansión, la marca cerró definitivamente, al considerar sus socios inviable su continuación.

 Trajes Pedro Rovira