sábado, 15 de enero de 2022

Juan Jesús Moreno, autor del libro “Por cuentos como el tuyo nunca quise ser princesa”, editado por Bubok



L.M.A.

        15.01.2022.- Madrid.- Por cuentos como el tuyo nunca quise ser princesa es uno de los libros revelación de Bubok. Publicado en el último trimestre del 2021, se ha convertido de un fenómeo tanto en España como en Latinomérica. Entrevista  a su autor, a Juan Jesús Moreno, el artífice de este best seller.

¿Quién es Juan Jesús Moreno?

    Una persona sencilla con vocación de ayuda y con ganas, siempre, de aprender mucho más cada día. Una persona emocional y fuerte a la vez; criado en la España de “Los niños no lloran” que tuvo que dejar en segundo plano su parte más emocional para convertirse en la persona que querían que fuera. Algo que agradezco, porque después de todo, eso me permitió ser lo suficientemente valiente para restablecer, como parte ineludible de mi personalidad, esa emocionalidad y sensibilidad que había guardado en un cajón durante años, y que me hace, con todo, la persona que quiero ser hoy en día.

    ¿Qué nos encontramos en tu libro “Por cuentos como el tuyo nunca quise ser princesa”?

     Es un libro de textos urbanos, algo de poesía urbana también y microrrelato. Un libro con alma propia que engancha de principio a fin. Es una lectura dinámica, pro mujer, pro igualdad, muy ligero de leer y en cualquier lugar. Es entretenido y a ratos bastante divertido. Un libro lleno de energía bonita que te hace emanar emociones a lo largo de sus páginas, lo haces tuyo identificándote muchas veces con lo escrito. En gran medida, sus textos, poesía y microrrelato son un impulso a la autoayuda, pero sin guía, simplemente dejándote encontrar en cada relato y cada palabra.

¿Para quién este libro?

    Para todos y todas. Es un libro dirigido especialmente a la mujer, al empoderamiento, un aglomerado de emociones y sensaciones que planteo desde la empatía y la sensibilidad propia hacia el género femenino. Pero también es para los hombres, para que sientan lo que llevan dentro, para que valoren la importancia de la mujer y la necesidad de verlas en total igualdad.

        ¿Qué va a encontrar el lector?

     Más que a encontrar, va a encontrarse e identificarse con muchos textos, con palabras, de su historia y de su ahora, va a ayudarlos a ubicarlas, a curarse o aceptarlas, todo esto mientras disfrutan de una lectura contemporánea, sin idas y venidas a los recursos literarios, partiendo de lo cotidiano, del día a día, y del código actual que usan las nuevas generaciones. Hay que entender que no estamos en los 60, 70, 80. Estamos en 2022 y hay que escribir para llegar a los adultos que tienen hijos e hijas de ahora, para educar a esos niños y niñas sin el compromiso de valores obsoletos.

    ¿Por qué es necesario un libro así?

     Es necesario éste y todos los que tengan una visión contemporánea de lo que sucede alrededor, los que lleguen a fecha de hoy, con lenguaje de hoy, y se planten como semilla de valores en las personas, como reconocimiento a su lucha diaria por subsistir en un mundo que apenas nos deja tiempo para reconocer que vamos acelerados, que estamos estresados y somos un caos. Es necesario porque es espejo de muchos y alienta a decirnos “no estamos equivocados”

¿Cuál ha sido tu inspiración para este libro?

     La mujer sin duda. Las mujeres son una fuente inagotable de emociones y sensaciones, un carrusel de experiencias. A lo largo de los años se la ha cargado con las tareas más importantes y duras socialmente, sin reconocimiento, sin observarlas como lo que son realmente y ponerlas en el lugar que merecen. La mujer es la única capaz de generar nueva vida humana, el epicentro de todo. Encuentro una fuente de inspiración inagotable en lo que cuentan los ojos, la piel, la voz, los actos, los gestos, los olores, los sabores, las emociones y todo lo que trasmite la mujer.

    ¿A qué personaje público le regalarías un libro?

     A todos y todas aquellos y aquellas que ponen voz, desde sus posiciones, a la igualdad

La poesía urbana se caracteriza por su libertad, la libertad de sus versos, de sus rimas, de su métrica…

    ¿Qué  porcentaje de libertad tiene este libro?

     Poesía y texto urbano son conceptos nuevos realmente. Justamente lo define tu pregunta. Digamos que si la música en tendencia ahora es el Reggatón, El Hip Hop, el rap, y hay una pequeña cantidad de pop y rock que aún suena, hay que escribir en las mismas medidas contemporáneas los textos.  El código, la sencillez, la facilidad de llegada del mensaje, la musicalidad, el color, mezclar los sueños, los anhelos y los deseos con un golpe de realidad, y no dejar de pensar que todo puede ser.

    Por cuentos como el tuyo nunca quise ser princesa está teniendo una gran acogida. ¿Qué les dice a los lectores? ¿Que comentario le ha emocionado más?

    Hay que ser justos y decirle a quienes tienen sueños de escribir que esto hay que lucharlo, que el camino está lleno de obstáculos y estás constantemente haciendo fuerza para que el rumbo siga estable. He tratado de llegar de manera personal y única a cada persona que se ha interesado por leer el libro, he compartido sus historias muchas veces, me han contado, y he participado con alegría de muchos cambios que les han sucedido a lectores.

    Me gusta mucho el trato directo, aunque a veces es complicado, los intercambios me dejan nuevos textos en nacimiento e ideas, que los lectores sin saberlo me provocan, porque cada vez que te comunicas con una persona diferente, tú y ese otro, son una mezcla única y así salen cosas únicas. A los lectores y lectoras solo puedo darle las gracias por hacer suyos mis textos.

    En cuanto a comentarios, hasta hoy son muchísimos que se pueden encontrar en mis redes (Instagram  @jjmorenoc), impactantes, de ponerme el bello se punta, de incrustarme una sonrisa como forma habitual de mis días. Todos me tocan la fibra, sobre todo cuando trasmiten que no han podido dejar de leerlo, o cuando te dicen que el libro los ha ayudado, se han identificado o forma parte de una cura necesaria que está afrontando la persona. El libro tiene alma propia, cura sin ser un libro de autoayuda, porque te reconoces, y que te lo cuenten como lo sentiste tú, emociona.

    ¿Qué próximos proyectos editoriales tienes en mente?

     Esta es mi primera publicación. Mi madre conserva un poema escrito de cuando tenia 6 años. Antes de llegar aquí he escrito poesía, cartas, canciones, prosa, relato corto, novela, cuentos de autoayuda o cuentos de superación e infantiles, y nada publicado. Actualmente tengo el nivel de inspiración muy sensible y constantemente escribo nuevos textos. Podría sacar 5 libros de este tipo ahora mismo porque tengo material para ello. Sin embargo, este acaba de salir y está tomando fuerza Aunque me piden más, hay que dejarlo madurar, e intentar que abarque el mayor espacio posible en vistas a próximos proyectos.

    No es fácil sin tener una editorial o distribución detrás haciéndolo todo por ti. Ojalá y pueda contar con ese tipo de promoción en el futuro.

    Yo le doy las gracias a Bubok porque poquito a poco ha ido creyendo más en este proyecto y ha ido ayudándome dentro de sus posibilidades en este camino. Le doy las gracias porque siempre han estado en contacto conmigo para resolver mis dudas e incluso ayudarme con lo que han podido a pesar de ser una autopublicación.

    Espero encontrar lugar en alguna feria de las distintas ciudades y poder verme cara a cara con todos aquellos que están haciendo posible mi sueño. 

“Las mujeres que inventaron el arte indio”, libro por Eva Fernández del Campo y Sergio Román Aliste (eds.)



L.M.A.

        15/1/22.- Madrid.- “Las mujeres que inventaron el arte indio”, libro que es un intento coral de aproximarse al arte de la época de las vanguardias desde una perspectiva invisibilizada en la historiografía tradicional: la de la lucha por la emancipación de sus mujeres y la de la importancia que en ello tuvo el contacto con el mundo indio, con la difusión de su pensamiento, la formulación de su imaginario y con su proceso descolonizador. El libro está editado por Asimétricas.

Nueve autoras y autores de distintas procedencias y formaciones repasan proyectos vitales, teóricos y artísticos también transoceánicos y fluidos que intentaron aunar arte y vida, recuperar la belleza de la artesanía y expandir las fronteras de la creatividad y las barreras identitarias. 

Se trata de un abrazo fructífero, pero difícil, entre los extremos del mundo, y entre visiones de la existencia aparentemente antagónicas, en el que la danza y el cuerpo cobran un protagonismo esencial para convertirse en el eje de muchas de las transformaciones ocurridas en el arte; también se  hace un esfuerzo aquí por recuperar la impronta esencial de eso que hemos dado en llamar el esoterismo, un gran cajón de sastre donde el puritanismo y la vuelta al orden que imperaron tras la Segunda Guerra Mundial encerraron y olvidaron los importantísimos coqueteos que la creatividad tuvo con la magia, la brujería, el misticismo y tantas y tantas expresiones que triunfaron en Europa en las últimas décadas del siglo XIX y las primeras del XX, y que, en gran parte, procedían de Oriente.

Eva Fernández del Campo Barbadillo es catedrática en el Departamento de Historia del Arte de la Universidad Complutense de Madrid, donde imparte docencia de Arte Asiático y de Arte Contemporáneo y dirige el grupo complutense de investigación TRAMA (https://www.ucm.es/trama) y el proyecto de investigación del Plan I+D+i de Retos de la sociedad HAR2017-82394-R. «Creativity in the Shadows. Mestizo Art Accounts in Modern Society».

Sergio Román Aliste es profesor ayudante doctor en la Universidad Rey Juan Carlos. Doctor en Historia del Arte por la Universidad Complutense de Madrid con una tesis sobre la vinculación de la enseñanza artística y el arte moderno en la escuela de arte Kala-Bhavana (Santiniketan, Bengala Occidental, India), durante la primera mitad del siglo XX. Ha sido investigador visitante en SOAS, University of London y en el American Institute of Indian Studies de Delhi, e investigador invitado por Visva-Bharati University, Bengala Occidental. Actualmente coordina el título de especialista UCM en Arte de India.

Textos de Eva Fernández del Campo, Sergio Román Aliste, Andrea de la Rubia Gómez-Moran, Ananda Ceballos, Tiziana Leucci, Irene López Arnaiz, Darielle Mason, Johannes Beltz y Rosa Fernández Gómez. 

ISBN: 978-84-17905-95-8

Formato: 14,8 x 21 cm; Páginas: 440

Encuadernación: Rústica; PVP: 24,00€ (iva incluido)

 Diseño de cubierta Toni Cabré


jueves, 13 de enero de 2022

CRÓNICAS ARGENTINAS.-Coda y despedida en el Yacht Club Argentino de Sol Durini y Miguel Nougués

Sol Durini, diplomática, escritora ante la Virgen de Bonaria frentre a Museo de Emigrantes. Buenos Aires


Julia Sáez-Angulo
Fotos: Adriana Zapisek
13/1/22 .- Buenos Aires.- No pudo haber una despedida más grata que la de Sol Durini y Miguel Nougués a Adriana Zapisek, Mario Saslovsky y Julia Sáez-Angulo. El matrimonio parte de vacaciones a Punta del Este (Uruguay) -Mario para pescar pejerreyes- y yo regreso a España. El encuentro tuvo lugar en un almuerzo en el Yacht Club Argentino, a la salida del río hacia el Plata, por donde se desliza hermoso y solemne el buquebús Francisco -en honor del Papa argentino-, que llega de Montevideo, cargado automóviles con sus correspondientes propietarios que llegan del mar.
Miguel Nougués y García Uriburu, diplomático fino, pertenece a todos los clubs privados de alta gama en Buenos Aires y no pudo elegir el mejor en este caso, para una comida al aire libre, en una mesa bajo un ceibo escultórico centenario, al borde del agua, viendo pasar veleros y barcos. 
    "La flor del ceibo fue declarada flor nacional por un decreto, pero hubo un tiempo en que se disputaba ese honor con la "estrella federal", también roja que en España se llama la flor de Navidad o de pascua", explica Sol Durini y Adriana asiente.
    El Yacht Club Argentino se fundo en 1883 y es el primero de América Latina. Allí figura un trofeo de Uriburu, abuelo materno de Miguel. Al diplomático lo hacen socio vitalicio el año que viene en el Yacht Club, porque cumplirá 60 años en el mismo. Entró con once años.
    Sol Durini, Sherezade porteña, nos narró amenas y diversas historias del pasado y del presente, con Miguel como red, en caso de duda o vacilación sobre un dato, un nombre o una fecha.
La primera historia, más bien referida hacia mí, porque doy por hecho que los otros argentinos ya la conocían, fue la de Nuestra Señora de Bonaria, protectora de navegantes desde la localidad italiana de Cagliari, en Cerdeña, donde se le da culto. Se sabe que la imagen de la Virgen en madera llegó a la localidad sarda por mar y que los conquistadores españoles, con Don Pedro de Mendoza a la cabeza, conocieron la imagen, su poder milagroso y su apreciado culto, por lo que le pusieron ese nombre (Bon Ayre) a la capital argentina en su primera fundación en 1536, continuada más adelante, en la segunda, por Juan de Garay en 1580. 
La isla de Cerdeña pertenecía entonces al reino de Aragón, y por tanto a España: el santuario de Cagliari era del siglo XIV, al que siguió una basílica del XVIII y XIX. La capital argentina también cuenta con una basílica de nombre Nuestra Señora del Buen Aire, en el barrio de Caballito. 
De lo sacro, pasamos a lo profano y Sol Durini contó la historia de la escultora tucumana Lola Mora (1866-1936) -nombre de bailaora flamenca-, de estilo clasicista, que hizo obras importantes para la ciudad de Buenos Aires como la Fuente de las Nereidas, más conocida como la Fuente de Lola Mora. Mujer adelantada en su época, escandalizó con sus figuras femeninas de senos al aire y fue censurada por ello. 
    Al mirar las nereidas recordé el célebre libro renacentista el Sueño de Polifilo, de Francesco Colonna, en el que un joven recorre los jardines en las noches de luna, para besar los labios de las bellas estatuas greco-romanas. La cultura libresca nos pierde y podemos acabar como Don Quijote.
    No se permitió que la Fuente de las Nereidas fuera instalada en el centro de Buenos Aires y se trasladó hacia las afueras del río, donde todavía se encuentra, bien protegida con una valla contra el vandalismo. Se supo en Buenos Aires, que Lola Mora, fue amante del presidente Julio F. Roca, al que le hizo un busto de su figura. La escultora estudió en Roma, de ahí su gusto por la mitología y el clasicismo con alguna tendencia abstraizante. Su obra en mármol de Carrara ha quedado sembrada por toda Argentina y su autora es modelo de feminismo audaz en el país.
El Congreso de la Nación Argentina instituyó el “Día Nacional del Escultor y las Artes Plásticas” el 17 de noviembre, fecha del natalicio de Lola Mora. 
        Cerca de la Fuente de las Nereidas, se encuentra el Paseo de Gloria con la hilera de esculturas en recuerdo u homenaje a los atletas argentinos célebres: Guillermo Vilas (tenis), Luciana Aymar (hockey), Gabriela Sabatini (tenis), Hugo Porta (rugby), Roberto di Vizenzo (golf), pascual Pérez (boxeo), Juan Manuel Fangio (automovilismo). Todo un recorrido por la Costanera sur, que hicimos en automóvil, después del almuerzo y recorrer las estancias del Yacht Club Argentino..
    Continuamos después por delante del Museo de la Inmigración, antiguo Hotel de los Inmigrantes, donde Adriana cuenta que estuvieron sus padres, durante una semana al llegar de Italia en 1946. Su mamá italiana, su papá polaco, ella argentina de primera generación. Lo cuenta la pintora, no sin emoción. En los Registros figuran los nombres.
    Resulta grato compartir tiempo y palabras con Sol Durini y Miguel Nougués, con Adriana Zapisek y Mario Saslovsky. Queda mucho por ver, por recorrer. Sol y Miguel volverán a Capilla del Señor, porque “a mí me gustan los pueblos más que los countries (urbanizaciones)", insiste Sol. "Me gusta la gente local y asistir a procesiones y fiestas costumbristas de gauchos vestidos de cuero y plata, que se celebran dos veces al año". 
    Los gauchos, como los toreros, son muy ceremoniosos en el vestir. Tanto Borges como Victoria Ocampo decían que ya no quedaban gauchos en el sentido genuino de aquellos hombres, jinetes solitarios, centauros que recorrían la Pampa, ataviados con bombachas, sombreros o boinas, pañuelos al cuello, espuelas y facones afilados al cinto.

Al hablar del placer de la comida, me permitir contar el chiste malo de: 
-Señor, ¿le gustan los niños?
-Yo como de todo.
Al menos Sol se rió.

    Sol Durini rio piadosamente el chiste. Ella y su esposo cuentan con un apartamento en Marbella y viajan con frecuencia a España. Por medio de Isabel Padilla Borbón, ex directora del Museo Larreta, conocieron a la Infanta Doña Margarita, que siempre cuenta cómo su hija mayor fue concebida en Argentina, pero el padre de la Infanta, Don Juan de Borbón, le hizo viajar a España, para que la niña naciera allí. La realeza es así.
Vimos otra vez al buquebús Francisco. Partía hacia Uruguay, solo tarda dos horas y media en llegar. Va a buena velocidad, con las ventanas cerradas. Es un ferry catamarán de alta velocidad construido en 2012. En dos días lo tomarán Adriana, Mario y su Jaguar rumbo a Punta del Este. Los pejerreyes esperan.
¿Por qué el Papa Francisco no habrá visitado Argentina todavía, desde que tomara posesión del Vaticano en 2013? 

    Buenos Aires, 14 de enero de 2022

 

"Fuente de las Nereidas" de Lola Mora, protegida frente a grafiteros improvisados

Sol, Julia, Mario y Adriana
Buquebus "Francisco"
Al otro lado del Yacht Club Argentino. Buquebus "Francisco", al fondo
Almuerzo bajo el ceibo centenario


Sol Durini bajo el ceibo centenario del Yatch Club Argentino


martes, 11 de enero de 2022

Ángeles Durini, autora exitosa de Literatura Infantil en Argentina y España


Ángeles Durini, escritora argentina de Literatura Infantil y Juvenil

Libros de Ángeles Durini

Julia Sáez-Angulo
Fotos: Adriana Zapisek

14/1/22.- Buenos Aires.- Ángeles Durini tiene una larga lista de títulos de libros en Literatura Infantil y Juvenil, lo que demuestra que los niños y jóvenes la siguen en la lectura y, por ende, las editoriales publican sus cuentos y novelas. Próximamente le va a editar uno de sus cuentos la firma española/argentina Alfaguara. También lo ha hecho en la editorial SM con numerosos títulos.
Sus libros han merecido diversos premios como el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, 1997 o el Concurso Imaginaria Educared 2004 y han sido traducidos a diversas lenguas como el inglés y el portugués. Los buenos ilustradores figuran al lado de sus cuentos como Adela Basch, Gustavo Aimar, Alexai Gandman u Horacio Gatto. 
Tradición y transgresión se dan cita en sus historias, que figuran en diversas antologías. Su texto "Como se construye un lector" es una reflexión teórica interesante.
Ángeles Durini (Maldonado. Uruguay, 1957) argentina que reside desde siempre en Buenos Aires. Es profesora de Letras y coordina talleres de escritura. Dice que su vocación nació con los cuentos que le narraba su abuela y con las experiencias propias y ajenas que le provocan una historia para niños o jóvenes, como “la nevada en Buenos Aires el 22 de junio de 1918, cuando una niña enferma, aferrada a su muñeca, se muere por mirar por la ventana. Ese mismo día André, un joven francés, llega a la ciudad para trabajar con su tío. La enfermedad, la nieve y las muñecas los llevarán al encuentro”.
Entre sus novelas figuran: “De la Tierra a Kongurt” (2005); “Príncipe melifluo en sueño de manzana” (2010) y “Doña Rosita y don Cocoliche” (Quito, Ecuador, 2010). Entre sus cuentos: “Amor sin fin (2008), “Amapola y tomates”, “Frasco gitano”, “Mientrz el lobo”, “Sopa de gallina” o “De pueblo en pueblo”.
Ángeles Durini, escritora
Ángeles Durini en primer plano, en la casa de Sol Durini en Capilla del Señor (Foto: Adriana Zapisek)

Miguel Nougués, Mario Saslovsky, Ángeles Durini y Horacio

CRÓNICAS ARGENTINAS XXX. Paraíso de la Naturaleza, ciudadanos cultos y política compleja



Troncos y raíces en La Recoleta





Julia Sáez-Angulo

Fotos: Adriana Zapisek

13/1/22.- Buenos Aires.- País exportador de Papas y de reinas, dije de Argentina en mi primera crónica, pero sobre todo país hermoso de una Naturaleza rica y feraz, que invita a escribirla con mayúsculas, y rico también en extensión, en territorio, en belleza. Ciudadanos cultos en líneas generales, al menos en sus élites, lo que demuestra que tienen un buen Bachillerato y Universidad. Cuentan con varios Premios Nobel. “Un país donde se vive muy bien, si no fuera por los políticos”, me decía un argentino en alguno de los encuentros que he tenido a lo largo de este mes en Buenos Aires.

Aquí y allá es inmediato y fácil echar la culpa al Gobierno de turno o a los políticos del presente. El país está muy dividido entre peronistas y oposición conservadora, aunque todos los argentinos son de alguna manera peronistas, como señalara Borges, solo seapor el tiempo que el partido de Perón con distintos nombres, ha detentado el poder. Inevitable: tirios y troyanos. 

Hay muchos peronismos dentro del Peronismo, por eso me contaba un abogado en mi anterior viaje a Argentina: “Yo milito en el peronismo porque hay más chance de llegar al poder y me gusta ejercer la Política”.

Siguiendo a Borges, al que he disfrutado releyéndolo en su tierra, (eso tiene su punto): “Creo que con el tiempo mereceremos que no haya Gobierno” (prólogo de su libro “El informe de Brodi”). Borges siempre hacer sonreír con sus boutades.

En España, donde se habla con cercana periodicidad de los argentinos, porque los consideramos parientes, también había oído, hace tiempo aquello que dice más o menos: Dios creó en Argentina el paraíso terrenal, que hace crecer en la noche, pero los argentinos lo deshacen durante el día.

En fin, ¿quién soy yo para opinar de un país que no es el mío? Pero no se puede remediar; como señaló el filósofo Baruj Spinoza, ya hace siglos: “Dios nos ha dado la inteligencia para que la usemos” y mi mente no se cansa de observar, ver y analizar, aunque se equivoque. Ya lo dijo el escritor español Juan Benet: el primer artículo de cada Constitución debiera ser: “El ciudadano tiene derecho a equivocarse”, quien solo pretenda que piensen como él o, de lo contrario, anatematiza, ese sí que es un fascista.

He disfrutado estos 30 días en Buenos Aires, en Argentina. Claro que el hecho de estar con amigos me da la ventaja de tener un observatorio más cercano e intenso que, cuando se mira desde un hotel. Amigos que me han ofrecido su intimidad doméstica y familiar, lo cual es jugar con ventaja. Nunca podré agradecerles tamaña generosidad. 

        "El tema es la amistad, esa íntima pasión de los argentinos", escribe Borges. (*)

    Conocer es amar, cuando las cosas son gratas. Amaré más a Argentina, a partir de este viaje en que he conocido mejor sus entrañas, aunque mis crónicas hayan sido meramente impresionistas. La espuma, también habla del caldo interior.

        He escrito algún breve relato estando en el país, y sé que aflorará en mi escritura mucho más en el futuro. Hay temas que me interesan y sobre los que investigaré, como la actuación de antiguas pandillas montoneras en la pampa del XIX o los corsarios que llegaron hasta San Francisco e hicieron la ciudad argentina durante dos días, cuando aquel territorio pertenecía todavía a México. Los recovecos de la Historia esconden siempre buenos relatos. Borges  lo sabía y es un buen maestro en ello. También escribiré sobre malevos y policías conniventes que reparten ganancias en "zonas liberadas". O sobre los apagones prolongados de verano en la gran ciudad.  Todo viaje nutre a un escritor.

Los argentinos hablan el español con donosura y, a veces, con aspaviento cantarín. Cuentan con cierto vocabulario de argentinismos que les da sabor. El lunfardo es más bien orillero, si bien algunas de sus palabras han pasado de los porteños al habla coloquial, sobre todo entre los jóvenes. El escritor Roberto Arlt sabía bien de todo esto.

        Por lo demás, a Argentina le va la divisa parisina de fluctuat nec mergitur, Fluctúa, pero no se hunde. Los cortes de electricidad en la ciudad son tremendos, la inflación, el cambio de moneda oscilante... pero ¿quién esta libre de estas lacras que afligen con frecuencia a la sociedad? La pandemia también está presente, en estos momentos de estío, afortunadamente menos que en España, que lleva camino de endémica. Aunque la situación depara muchas oscilaciones en este campo.

Vale la pena visitar y conocer Argentina, Buenos Aires especialmente, además del glaciar Perito Moreno, por los recién casados. Mejor en primavera y otoño para evitar calores con humedad insufribles en verano, sin tregua alguna en la noche, o fríos  en el invierno. Y mucho mejor, cuando pase la pandemia ingrata. 

    De Argentina nunqvam satis, (este latinismo va en honor del amigo, el escritor porteño Raúl Lavalle con el que recorrí algunas calles y lugares). De Argentina nunca se hablará bastante.

    Han quedado cosas sin ver, de la primera lista inicial confeccionada con Adriana, pero el tiempo, medida de las cosas, no daba para más. Se me ha quedado colgando el mercado de antigüedades y brocanters de Buenos Aires. No hubo un día más para hacerlo. Elegir es renunciar y yo lo hice en medio de los calores sofocantes, que han dado máximas de 41 y 43 grados hasta el punto de establecer records y provocar apagones de horas. "Una vergüenza para los argentinos", se quejaba un camarero sensible a la imagen externa del país entre los visitantes foráneos.

        A veces, en mi ingenuidad, creyéndome en posesión de un español neutro, creía pasar desapercibida en el habla, pero no, pronto me preguntaban de dónde era. Cuando yo respondía de España, no les bastaba, pues de inmediato volvían a preguntar de qué parte de España. Necesitaban conocer la región, por si coincidía con alguna de las de sus abuelos. En muchos casos presumían de ser también españoles, o más bien de tener la doble nacionalidad argentina y española, con lo que no descartaban volver algún día a España, más en el ensueño que en la realidad. 

        Todo este presente en el cono sur ha sido un tejido de recuerdos para el futuro. Quizás, a media que pasen los días, los meses y los años se vuelvan sueños fantasmagóricos como si nunca existieron.

    *"Páginas de Jorge Luis Borges seleccionadas por el autor" (1983)



Julia Sáez-Angulo y Adriana Zapisek en "El Rodal"


Gomero de La Recoleta

lunes, 10 de enero de 2022

CRÓNICAS ARGENTINAS XXVIII.- Norma D´Ippolito. Escultora del cuerpo humano. Un “Ecce Homo” al Papa Francisco. Libro de artista en mármol sobre Borges y escultura de mujer proa para Pablo Nerudaa

Norma D´Ippolito ante su obra "Conjuros e ilusiones"
Esculturas de Norma D´Ippolito


Julia Sáez-Angulo

Fotos: Adriana Zapisek

10/1/22.- Buenos Aires.-XXVIII

Norma D´Ippolito. Escultora del cuerpo humano. Un “Ecce Homo” al Papa Francisco. Libro de artista en mármol sobre Borges y escultura de “Mujer proa” para Pablo Neruda


Comienza mostrándome una escultura femenina en mármol blanco, que se inclina hacia adelante como un “mascarón de proa”, en homenaje al poeta chileno Pablo Neruda, que coleccionaba mascarones de proa en su residencia chilena de Isla Negra. También me enseña un libro de artista en láminas de mármol en honor de Borges, con pastas fijas y hojas móviles que recoge la afirmación del escritor: “Siempre imaginé el paraíso como una biblioteca”. Antes lo dijo Cicerón.

Norma D´Ippolito (Buenos Aires, 1943), egresada de la Escuela Nacional de Bellas Artes Prilidiano Pueyrredón en las disciplinas: Escultura (1977) y Grabado (1980) y de la Escuela Superior de Bellas Artes de la Nación Ernesto de la Cárcova en la especialidad Escultura (1981), los mejores centros docentes del arte del país y su afán de saber le llevó también, recientemente, a un master de Arquitectura. Inquieta, sostenía una tertulia cultural en su magnífico y amplio estudio/taller en el barrio de Villa Crespo, por el que han pasado numerosos académicos, ingenieros y pensadores a impartir conferencias. La pandemia acabó con todo ello, como ha acabado con tantas cosas, a la espera de tiempos mejores.

“Trabajo sobre todo la piedra, mármol blanco italiano de Carrara, negro de Bélgica, alabastro, granito... de vez en cuando la madera de la pampa y la fundición en bronce”, me explica al tiempo que me muestra la fotografía de una pieza que llegó al papa argentino Francisco, titulada “Ecce Homo”, en bronce y granito”, y que se encuentra en Ciudad del Vaticano. El Papa le envió una cariñosa tarjeta de agradecimiento, que la escultora tiene enmarcada. En otro pequeño cuadro de su estudio, una cita de Santo Tomás de Aquino: “…Prepárame al comenzar, dirígeme al progresar, cólmame al terminar”. Todo un programa.

La porteña escultora se reconoce muy trabajadora en los 50 años de carrera artística. “He realizado más de 400 obras, todas inentariadas. Comencé con el modelado en barro, pero cuando descubrí la piedra todo cambió. Era otra dimensión”, explica Norma.

Reconoce que admira a Henri Moore y que no se perdió la exposición del escultor inglés junto a August Rodin, que tuvo lugar en París en 2013. También admira al francés Antoine Bourdelle y al argentino Alberto Lagos, al que califica de “buen escultor”. Además, cita con afecto al profesor español Ramón Castejón, que era un “aragonés extraordinario. Él nos enseñó a sacar los puntos de la escultura. El hombre no tuvo mucha fortuna en Argentina. Tenía un taller modesto y se le incendió. Se merecía otra suerte”.

Viajera empedernida por toda Europa y Asia, Norma D´Ippolito cuenta que ha estado más de diez veces en España, con su marido y tras quedarse viuda. En el último viaje en 2019, Norma conoció y conversó con el escultor español “Francisco Leiro, un artista interesante”.

Norma d´Ippolito hizo una gran exposición retrospectiva titulada “20 años piedra” (2003), donde daba cuenta de sus curvas, ritmos, escorzos, estilizaciones y juegos visuales, a partir de la prolongación de una obra anterior. Publicó un buen catálogo de la misma y cuenta igualmente, con otro buen libro “Norma D´Ippolito. Esculturas” (2010), que recoge gran parte de su trabajo artístico, a lo largo de su trayectoria profesional. Su obra nutre numerosas colecciones privadas y públicas de ciertos museos de reevancia.

    La escultora se siente orgullosa de su pieza “Conjuros e ilusiones”, una sucesión de siete torsos femeninos diferentes y unidos, que alternan en mármol mate o pulido, y que representa a las mujeres de su sangre, hermanas y primas, a las que, la familia emigrante italiana les estimulaba para “estudiar y trabajar” al mismo tiempo. Todas nosotras cumplimos el objetivo de superación”, concluye orgullosa. 

    "Como verás no copio el desnudo de manera literal, sino que lo fuerzo y lo llevo a una expresividad nueva. También he esculpido desnudo masculino, pero menos, porque me sentía más incómoda con el modelo hombre en el estudio”.

"También está mi obra de homenaje a Raoul Walenberg, el diplomático que salvó vidas de judíos en Budapest, se encuentra en varias embajadas, en el diario La Nación, en Israel, en Los Ángeles, etc ", cuenta la autora.

Norma D´Ippolito ha trabajado también el arte sacro y ha llevado a cabo, entre otras piezas, el Crucificado y el Pelícano eucarístico de la iglesia de San Martín de Tours en el barrio de Palermo de la capital porteña.

Una de sus obras singulares es la denominada “Autorretrato" (1997) dos pies en bronce sobre un almohadón en mármol blanco de Carrara. “La obra original se vendió con rapidez cuando se expuso", explica la escultora.

Buenos Aires, 10 de enero de 2022 

Más información

www.nomadippolito.com.ar

"Ecce Homo", escultura de Norma D´Ippolito. Ciudad del Vaticano

Esculturas de Norma DÍppolito

Norma y Adriana Zapisek


Dibujos a grafito de Norma D´Ippolito






CRÓNICAS ARGENTINAS XXIX.- Buenos Aires, la ciudad de las mil y una estatuas y los cien mil árboles. El gomero de La Recoleta

Palacio de las Aguas Argentinas

Ceibo en el Yacht Club Argentino


Julia Sáez-Angulo

Fotos: Adriana Zapisek

        9/1/22.- Buenos Aires es la ciudad de las mil y una estatuas y los cien mil árboles. A falta de instituciones culturales abiertas, cerradas -hoy por la pandemia- o restringidas a citas previas aplazadas, solo quedan los largos paseos por las largas distancias de esta ciudad con amplios parques de arboledas, trufados de sucesivas estatuas, en su mayor parte donadas por distintas instituciones. Ciertamente Buenos Aires, B.A. es un museo a cielo abierto tanto de arquitectura como de escultura. Los paseos, mejor en la mañana para evitar los calores de un tórrido verano, que no se alivia en las noches.

    Los grandes edificios o terrazas al aire libre en plazas y veredas, están muy protegidos por puntas de “balas de cañón” en hierro, para evitar atentados terroristas, como los llevados a cabo contra la Embajada de Israel y la Asociación Mutual Israelita Argentina, A.M.I.A, institución de cultura y divulgación de la colectividad judía en Argentina, la más numerosa y activa en Hispanoamérica. Ambas sedes sufrieron sendos atentados islamistas en los 90, por medio de vehículos con explosivos, y resultado de decenas de víctimas, muertos y heridos, propios y cercanos.

El Palacio de Aguas Corrientes (1927), que hoy alberga el Museo del Agua y oficinas, es un edificio notable de Buenos Aires. Construido a final del XIX para alojar los tanques de suministro de agua corriente para la ciudad, su arquitecto fue el noruego Olaf Boye, que lo llevó a cabo son suntuosos materiales importados. Se encuentra en el barrio de Balbanera, el Once, y las cámaras de turistas y visitantes se posan en él.

No lejos del Museo de Bellas Artes, una conmovedora escultura mitológica de “Centauro herido”, por el escultor francés Antoine Bourdelle (1861-1929), que ha dejado numerosa obra en este país del cono sur. El escultor la tituló, según figura en la misma obra como “La muerte del último centauro”, referido a Quirón, preceptor de Aquiles, herido por una flecha envenenada de Hércules. Obra en bronce, oxidado en verde, cercana al barrio de La Recoleta. El tema del centauro fue también de interés para Picasso.

Casi al lado, la escultura de mármol blanco de Julio Le Parc (1928), “Hacia la luz". En 2019, el Museo de Bellas Artes de Buenos Aires le dedicó una amplia muestra monográfica al artista argentino que reside en París desde 1958. En 2016 Le Parc oficializó la donación de la obra “Esfera azul” al Centro Cultural Kirchner.

    Una de las estatuas más emotivas de B.A. la de Raoul Wallemberg (1912- 1947), un “héroe sin tumba”. Diplomático sueco salvó a numerosos judíos en Budapest, fue detenido por los nazis y al final de la guerra por los soviéticos. Nunca se supo dónde y como murió. La colectividad judía, poderosa en Argentina, creó una Fundación internacional con su nombre y llevó a cabo una buena escultura en el parque no lejos del Museo de Bellas Artes. 

    Los arbustos gigantes y árboles, en buena parte centenarios y umbrosos, son las mejores esculturas vivas de B.A. Los troncos retorcidos y horadados o las raíces de muchos de ellos asoman a la superficie como si fueran amenazantes colas de dragón, sus oquedades invitan a pensar en gnomos, sílfides y ninfas del bosque. Verdadero venero para los escritores de literatura infantil.

    Árboles habituales son las tipas, gomeros, ombúes, araucarias, sauces, palmeras canadienses y australianas, eucaliptus, alcanfores, ficus arborizados… Cabe destacar el gomero de La Recoleta, el barrio de pasado patricio, con mansiones al estilo francés, muchas de ellas reconvertidas en hoteles o embajadas.

El gomero de La Recoleta es un espectáculo de visitantes y gozo para los niños. Sus ramas de más de 30 metros de largo se desparraman en el aire y, para evitar su caída, se le han colocado tutores, rodrigones y un titán que las sostienen, creando cierta perplejidad por lo inusual de la vista. Se le tiene cariño entre los porteños por ser el árbol más viejo de la ciudad. Otros árboles gigantescos de interés se encuentran en el cercano Palais de Glace. La historia dice que, a finales del XVIII, el gomero  lo trajo de la India fray Francisco de Altolaguirre. El nombre de La Recoleta se debe a los frailes recoletos que habitaban esta parte de la ciudad. No lejos del gomero se encuentra el célebre café La Biela con las figuras de Borges y Bioy en bronce.

    En cuanto a las aves, no faltan las verdosas cotorras argentinas con sus graznidos duros, depredadoras de los gorriones, así como los horneros y los abundantes pichones negros, algo siniestros, que se acercan a calles y plazas.

Y para cuando uno se sienta cansado, están los 84 bancos de hormigón diseñados por el Grupo Bondi,  con una apariencia de muebles acolchados y abandonados en las aceras. Invitan al tacto para comprobar si el capitoné es verdadero o falso, pues muestran bullones que son trampantojo. Algunos, si están sucios, parecen mobiliario arrumbado en la calle. Una vez comprobado que son duros de cemento, el viandante se sienta sobre ellos y comprueba que no son precisamente mullidos ni cómodos, son simplemente originales. El diseño sorpresivo o extravagante reina en nuestros días.

        Los paseantes de perros, con diez o doce ejemplares en la manada -ocho son los permitidos por la normativa- forman parte del paisaje urbano de Buenos Aires.

    Hablando de ciudades Borge dice: "...En cuanto a Buenos Aires, la quiero mucho, pero bien puede tratarse de un viejo hábito".

        *Mañana última Crónica Argentina XXX.  

Escultura a Wallenberg, "héroe sin tumba"
Retrato de Raoul Wallenberg, por Peter Malkin, el hombre que atrapó a Adolf Eichmann en Buenos Aires en 1960
Escultura de Julio Le Parc

Banco de hormigón en las calles

Paseantes de perros en B.A.
Ceibo en flor

domingo, 9 de enero de 2022

CRÓNICAS ARGENTINAS XXVI.- Sol Durini y Capilla del Señor, primer pueblo histórico de la provincia de Buenos Aires

Sol Durini muestra una muñeca del Museo
El Olvido, casa de Sol Durini en Capilla del Señor



Julia Sáez-Angulo

Fotos: Adriana Zapisek

09/01/22.- Buenos Aires.- Capilla del Señor es el primer pueblo histórico de la provincia de Buenos Aires, a unos 80 km. de la capital. Allí llegó Juan de Garay, el segundo fundador de Buenos Aires, después de Pedro de Mendoza y distribuyó las tierras entre quienes le acompañaban y allí, en 1580, establecieron sus reales. Junto a la Intendencia y la Iglesia se levantaron dos cuadras de casas entre las que se encuentra El Olvido, la casa de la escritora y diplomática Sol Durini y su esposo Miguel Nougués. Una casa colonial de adobe, similar a otras que irían construyéndose en Capilla, revocada en pintura rosada con marquetería turquesa.

Junto a esta residencia, el matrimonio levantó una casa de té en el jardín que denominaron Dulcinea, haciendo honor a la vocación cervantista de Durini, y un pabellón al fondo del jardín que constituye el Museo de El Quijote, Marionetas, Muñecas y Máscaras, que alberga las colecciones de la pareja, adquiridas a lo largo de sus destinos profesionales. Un nuevo pabellón ampliará el museo.

Sol Durini va explicando, como Sherezade, todo a sus amigos invitados a pasar el día en su casa; ellos escuchan atentos la centenaria historia de Capilla del Señor, lugar elevado y obligado paso hacia Rosario en el pasado , para evitar las tierras embarradas de caminos alternativos. Capilla es cabecera del partido de Exaltación de la Cruz y cuenta con un arroyo, afluente del río Lujan, donde se pescan bagres, peces ciegos de grandes bigotes como sensores en aguas turbias. Las nutrias campan cercanas en sus orillas. 

En Capilla del Señor se encuentra también la estancia del escritor José Hernández, quien escribiera allí la segunda parte de “Martín Fierro”, lugar anteriormente visitable, pero en la actualidad sólo se puede contemplar la verja de hierro de la entrada y el camino de eucaliptus que lleva a la quinta. Sus habitantes no son descendientes del escritor.

El pueblo histórico cuenta también con el Museo del Periodismo Bonaerense, sede del primer periódico donde se imprimió “El Monitor de la Campaña” (1871) con la gran prensa importada de Europa en su día para hacerlo. También cuenta con el Museo de Arte Sacro Amalia Sosa, enmarcado en la réplica de la capilla de 1735, que dio nombre al pueblo histórico. La institución alberga una notable colección de arte hispano y napolitano, que refleja la religiosidad colonial. Todos estos museos se muestran al público y prolongan su horario el Día Internacional de los Museos.

Los arquitectos de la iglesia parroquial de Capilla fueron Hunt y Shereder, que hicieron también la Bolsa de la Moneda y la Aduana de Buenos Aires. Se hizo la Capilla de la Cruz en el Campo de Casco de Mendoza en 1736, en que se da origen al pueblo. Las tierras les pertenecían desde 1580 por el reparto de tierras que hizo Juan de Garay entre sus acompañantes.

En suma, Capilla del Señor es un pueblo histórico que bien merece una visita, por sus casas coloniales, sus museos y su referencia a Martín Fierro. Una antigua estación de ferrocarril, evoca igualmente otros tiempos pasados. 

Sol Durini explica su Museo con las colecciones citadas y nos distingue las marionetas articuladas por hilos, de los títeres, movidos con las manos. Proceden de Indonesia, Ceylán, Bulgaria, Grecia, Rumanía, España, Portugal, Francia… Toda una riqueza antropológica, etnográfica, de la muñeca, juguete que existió desde las culturas más antiguas. La variedad de máscaras va desde las africanas y orientales a las refinadas de Venecia o la reproducción de la máscara de Agamenón en Micenas.

        Dentro de la propia casa, una buena colección de sables históricos de toda procedencia, en este caso, colección de Miguel Nougués.

Coleccionista nata, Durini conserva también en su casa de Buenos Aires una buena colección de mates, ornados de plata muchos de ellos y una colección de pesebres -belenes- en su casa de Paraguay. Su vocación estudiosa y didáctica le hace explicarlo todo con conocimiento y detalle, y cuando necesita un dato lo consulta con su esposo Miguel que es como Internet ante de Internet, porque, memoria prodigiosa, conserva nombres de lugares, personas y fechas, sin necesidad de consultar en Google.

La vocación cervantina de Sol Durini le viene de lejos. Cuando estuvo destinada en la Embajada argentina en Madrid en 2006, logró hermanar las ciudades de Alcalá de Henares y  Azul. En esta última ciudad se encuentra una espléndida colección de ediciones de “El Quijote”. El coleccionista fue Bartolomé J. Ronco (1881-1952), que llegó a reunir 8.500 libros entre El Quijote y Martín Fierro. Como editor, Ronco recibió en su casa a escritores como Jorge Luis Borges, Rafael Alberti, Nicolás Guillén, Eduardo Mallea, Arturo Capdevila o Alberto Gerchunoff. Azul fue declarada Ciudad Cervantina de Argentina por el Centro de la UNESCO en 2007 y está considerada una de las mejores ciudades cervantinas del mundo, donde los nombres de personajes del célebre libro dan denominación a las tiendas.

Volvamos a Capilla del Señor, donde Sol y Miguel reciben también a sus amigos como Adriana Zapisek y Mario Saslovsky, Nicolás Davis y Ángeles Durini, exitosa escritora de literatura infantil (de la que hablaremos en otro momento), Teresa Plate, el arquitecto Aldo Pivota y su hermano el abogado Polo.

    Nicolás Davis abundó en la historia de Capilla y señaló que la presencia de irlandeses en el pueblo histórico data de antes de la hambruna en la isla. Llegaron como muleros y pastores con billete de llegada y no de vuelta. Las lápidas de sacerdotes irlandeses en la parroquia de Capilla corrobora el dato.

    Rastrear la historia por territorio argentino es una fuente de conocimiento y placer. Lo dicen los franceses: Un seul plaisir, la connaissance.

        Al terminar la tarde, una guitarreada con el animado repertorio del arquitecto guitarrista Aldo Pivota. Los amigos, que conocen su repertorio, lo secundan.


Museo de marionetas, muñecas y máscaras

 Museo del Periodismo Bonaerense en Capilla del Señor

Museo de Arte Sacro en la reproducción de la Capilla del Señor

Sol Durini (dcha) con Adriana y Julia