martes, 11 de enero de 2022

CRÓNICAS ARGENTINAS XXX. Paraíso de la Naturaleza, ciudadanos cultos y política compleja



Troncos y raíces en La Recoleta





Julia Sáez-Angulo

Fotos: Adriana Zapisek

13/1/22.- Buenos Aires.- País exportador de Papas y de reinas, dije de Argentina en mi primera crónica, pero sobre todo país hermoso de una Naturaleza rica y feraz, que invita a escribirla con mayúsculas, y rico también en extensión, en territorio, en belleza. Ciudadanos cultos en líneas generales, al menos en sus élites, lo que demuestra que tienen un buen Bachillerato y Universidad. Cuentan con varios Premios Nobel. “Un país donde se vive muy bien, si no fuera por los políticos”, me decía un argentino en alguno de los encuentros que he tenido a lo largo de este mes en Buenos Aires.

Aquí y allá es inmediato y fácil echar la culpa al Gobierno de turno o a los políticos del presente. El país está muy dividido entre peronistas y oposición conservadora, aunque todos los argentinos son de alguna manera peronistas, como señalara Borges, solo seapor el tiempo que el partido de Perón con distintos nombres, ha detentado el poder. Inevitable: tirios y troyanos. 

Hay muchos peronismos dentro del Peronismo, por eso me contaba un abogado en mi anterior viaje a Argentina: “Yo milito en el peronismo porque hay más chance de llegar al poder y me gusta ejercer la Política”.

Siguiendo a Borges, al que he disfrutado releyéndolo en su tierra, (eso tiene su punto): “Creo que con el tiempo mereceremos que no haya Gobierno” (prólogo de su libro “El informe de Brodi”). Borges siempre hacer sonreír con sus boutades.

En España, donde se habla con cercana periodicidad de los argentinos, porque los consideramos parientes, también había oído, hace tiempo aquello que dice más o menos: Dios creó en Argentina el paraíso terrenal, que hace crecer en la noche, pero los argentinos lo deshacen durante el día.

En fin, ¿quién soy yo para opinar de un país que no es el mío? Pero no se puede remediar; como señaló el filósofo Baruj Spinoza, ya hace siglos: “Dios nos ha dado la inteligencia para que la usemos” y mi mente no se cansa de observar, ver y analizar, aunque se equivoque. Ya lo dijo el escritor español Juan Benet: el primer artículo de cada Constitución debiera ser: “El ciudadano tiene derecho a equivocarse”, quien solo pretenda que piensen como él o, de lo contrario, anatematiza, ese sí que es un fascista.

He disfrutado estos 30 días en Buenos Aires, en Argentina. Claro que el hecho de estar con amigos me da la ventaja de tener un observatorio más cercano e intenso que, cuando se mira desde un hotel. Amigos que me han ofrecido su intimidad doméstica y familiar, lo cual es jugar con ventaja. Nunca podré agradecerles tamaña generosidad. 

        "El tema es la amistad, esa íntima pasión de los argentinos", escribe Borges. (*)

    Conocer es amar, cuando las cosas son gratas. Amaré más a Argentina, a partir de este viaje en que he conocido mejor sus entrañas, aunque mis crónicas hayan sido meramente impresionistas. La espuma, también habla del caldo interior.

        He escrito algún breve relato estando en el país, y sé que aflorará en mi escritura mucho más en el futuro. Hay temas que me interesan y sobre los que investigaré, como la actuación de antiguas pandillas montoneras en la pampa del XIX o los corsarios que llegaron hasta San Francisco e hicieron la ciudad argentina durante dos días, cuando aquel territorio pertenecía todavía a México. Los recovecos de la Historia esconden siempre buenos relatos. Borges  lo sabía y es un buen maestro en ello. También escribiré sobre malevos y policías conniventes que reparten ganancias en "zonas liberadas". O sobre los apagones prolongados de verano en la gran ciudad.  Todo viaje nutre a un escritor.

Los argentinos hablan el español con donosura y, a veces, con aspaviento cantarín. Cuentan con cierto vocabulario de argentinismos que les da sabor. El lunfardo es más bien orillero, si bien algunas de sus palabras han pasado de los porteños al habla coloquial, sobre todo entre los jóvenes. El escritor Roberto Arlt sabía bien de todo esto.

        Por lo demás, a Argentina le va la divisa parisina de fluctuat nec mergitur, Fluctúa, pero no se hunde. Los cortes de electricidad en la ciudad son tremendos, la inflación, el cambio de moneda oscilante... pero ¿quién esta libre de estas lacras que afligen con frecuencia a la sociedad? La pandemia también está presente, en estos momentos de estío, afortunadamente menos que en España, que lleva camino de endémica. Aunque la situación depara muchas oscilaciones en este campo.

Vale la pena visitar y conocer Argentina, Buenos Aires especialmente, además del glaciar Perito Moreno, por los recién casados. Mejor en primavera y otoño para evitar calores con humedad insufribles en verano, sin tregua alguna en la noche, o fríos  en el invierno. Y mucho mejor, cuando pase la pandemia ingrata. 

    De Argentina nunqvam satis, (este latinismo va en honor del amigo, el escritor porteño Raúl Lavalle con el que recorrí algunas calles y lugares). De Argentina nunca se hablará bastante.

    Han quedado cosas sin ver, de la primera lista inicial confeccionada con Adriana, pero el tiempo, medida de las cosas, no daba para más. Se me ha quedado colgando el mercado de antigüedades y brocanters de Buenos Aires. No hubo un día más para hacerlo. Elegir es renunciar y yo lo hice en medio de los calores sofocantes, que han dado máximas de 41 y 43 grados hasta el punto de establecer records y provocar apagones de horas. "Una vergüenza para los argentinos", se quejaba un camarero sensible a la imagen externa del país entre los visitantes foráneos.

        A veces, en mi ingenuidad, creyéndome en posesión de un español neutro, creía pasar desapercibida en el habla, pero no, pronto me preguntaban de dónde era. Cuando yo respondía de España, no les bastaba, pues de inmediato volvían a preguntar de qué parte de España. Necesitaban conocer la región, por si coincidía con alguna de las de sus abuelos. En muchos casos presumían de ser también españoles, o más bien de tener la doble nacionalidad argentina y española, con lo que no descartaban volver algún día a España, más en el ensueño que en la realidad. 

        Todo este presente en el cono sur ha sido un tejido de recuerdos para el futuro. Quizás, a media que pasen los días, los meses y los años se vuelvan sueños fantasmagóricos como si nunca existieron.

    *"Páginas de Jorge Luis Borges seleccionadas por el autor" (1983)



Julia Sáez-Angulo y Adriana Zapisek en "El Rodal"


Gomero de La Recoleta

4 comentarios:

Domingo Quero dijo...

Muchas gracias Julia por habernos enseñado tantas cosas bellísimas sobre Argentina, creo que no hemos sido pocos los que hemos aprendido y disfrutado tanto de estas crónicas con tanto talento.
Muchas gracias otra vez y un cordial saludo.

Maite dijo...

Muchas gracias Julia! nos habéis tenido subyugados con los relatos e iconografia! Buenos Aires haycque vivirlo! Pero tendras que volver para ver las cataratas de Iguazú y el glaciar perito Moreno y alrededores! Son tan espeaculares que se llora de emoción! Por favor así tendremos esos espléndidos relatos de esos lugares únicos!

Emilio Porta dijo...


Cuando una auténtica escritora hace un viaje y lo comparte literariamente como tú has hecho, ese viaje es algo más que una experiencia y recuerdo personal y se convierte en un elemento de referencia para otros. La mayoría de las crónicas han sido espléndidas, deliciosas, rezumando cultura y buena escritura, alguna más costumbrista que otra, pero siempre en todas hemos aprendido algo y los que hemos tenido la suerte de conocer ese gran país, Argentina, recordado y profundizado en su conocimiento y memoria. Este último capítulo final es un gran broche de oro. Gracias por el esfuerzo y constancia, aunque para una escritora como tú escribir sea un don.

Anónimo dijo...

maravilloso enriquecedor y para soñar es tu viaje a la Argentina me alegro mucho por tide que hayas disfrutado de todo su cultura paisaje gentes etc....algo maas para el recuerdo que es lo que nos hace soñar..felicidaadess y gracias por compartirlo.....maryluz y jose