sábado, 7 de junio de 2014

Olalla Castro Hernández, autora del poemario “La vida en los ramajes”, editado por Devenir






Julia Sáez-Angulo

            El libro La vida en los ramajes de la poeta Olalla Castro Hernández es premio Nacional de Poesía “Fundación Cultural Miguel Hernández” 2013 y ha sido publicado por la editorial Devenir.

El jurado, presidido por Javier Díez de Revenga estuvo formado por Juan Carlos Abril, Joaquín, Juan Penalva, Arcadio López yJuan Pastor; como secretario actuó Aitor Luis Larrabide, director de la Fundación que convocaba el premio.

A mis “maestros de la sospecha” dedica entre otros el libro Olalla Castro Hernández (Granada, 1979). La autora es licenciada en Periodismo y Teoría de la Literatura y está terminando la tesis doctoral sobre Enrique Vila-Matas. Además de cantante, Olalla ha participado en algunas antologías y ha colaborados en columnas periodísticas de La Opinión de Granada.

El libro de casi un centenar de páginas se  divide en: la vida en los ramajes; Las Otras invisibles, Negritudes; Los modos del deseo o la mujer-sujeto y Autobiografías apócrifas.

La reivindicación de la fuerza y valor de ser mujer es el concepto que trasvasa todo el poemario La vida en los ramajes, donde la autora, conocedora de la tradición literaria, busca nuevas manifestaciones y reta la misma tradición en su manifestación ideológica, siempre con un lenguaje poético y estético de nuestros días.

En el poema “Homero mintió”, Olalla dice: No era a tejer y a destejer esperas/ a lo que dedicaba Penélope las noches./ Dormían sus pretendientes esperanzando, ávidos, ver al fin la mortaja de Laertes,/  mientras ella inventaba sus propias odiseas.

La autora busca en la historia de la esclavitud negra la redención y la parangona con la de la mujer. Emocionante el poema “Rosa Park no quiso levantarse”; interesante “La señorita Jo”, sobre el personaje escritora del libro  Mujercitas.
Después de citar a Juan Ramón, la autora escribe los versos: Huí de aquel lugar donde la infancia/ era la herrumbre de un columpio roto. / Don de al caer la tarde, distraídos, / los muchachos cazaban lagartijas/ y las chicas plegaban en silencio.





“MASQUELIBROS 2014” , una feria de libros de artistas en La Sede del COAM



Obra de Mateo Maté


Julia Sáez-Angulo

            “MASQUELIBROS 2014” es la feria de libros de artistas o libros de autor, que tienen lugar en La Sede del COAM -Colegio Oficial de Arquitectos de Madrid- del 6 al 8 de junio de 2004. La dirección y comisariado está a cargo de Jesús Herrero, Raquel de Prada y Sandra F. Sarasola.

            Mateo Maté es el artista invitado, que presenta grandes obras escultóricas hechas con papeles de periódicos prensados bajo el título de “Arqueología del saber”.

            Una hermosa feria de creatividad, talento e ingenio a través de materiales singulares como e papel y los textiles llevado a las facturas más sorprendentes y estéticas. La AEPE, Asociación Española de Pintores y Escultores, con José Gabriel Astudillo y Alejandro Aguilar Soria, presidente y vicepresidente de AEPE en la entrega de los premios a los artistas seleccionados, ha participado en esta edición.

            Aguilar Soria, Jorge Crooke y  Vera Hachuel  son los tres artistas de AEPE que presentan obras en un mismo espacio. Interesantes el libro de Tauromaquia de Alejandro Aguilar Soria, así como su libreta de figuras barrocas manipuladas. Este autor tiene manos y mente prodigiosas para hacer libros objeto.



            La poeta y artista Carmen Pallarés ha presentado un singular libro en papel hecho a mano con poemas escritos en tinta sobre “La escritura del jardín”, en colaboración con Ángel Sardina, autor de los fotograbados.

            Rosa Maroto ha realizado un particular libro en caja, donde muestra sus dibujos con los grandes maestros de la pintura que ella admira a través de sus obras. El ejemplar único será donado a la Biblioteca Nacional, una vez terminado el evento.

            Inga Ivanova, que comparte espacio con los trabajos de Raquel de Prada, ofrece un ingenioso libro escultura a base de papel de embalaje recortado en círculos u palillos para ofreer una suerte de vehículo ilustrado y humorístico.



            El espacio de la galería Rina Bowen es digno de mención, pues este espacio acoge siempre nombres de prestigio.

            Entre los nombres destacables en la feria Masquelibros con sus Top Books: Antonio Gómez, Alberto García Álix, Ángel Sardina, Clara Janés y Adriana Veyrat, Eduardo Arroyo, Equipo Crónica, Glenda León, Ignacio Gómez de Liaño, Isidoro Valcárcel Medina, José Hernández, Katsumi Komagata y Martha Hellion

           



           




            

Javier Lostalé: "Quien lee amó, y con palabras por otro ser escritas consagra lo amado"



 
         L.M.A.

Javier Lostalé conjugó el verbo amar en presente de indicativo -“Quien lee ama, pues aunque esté solo no hay nada que desde su silencio o ausencia deje de responderle hasta cobrar una presencia que acompaña como el amor”- y en pretérito perfecto –“Quien lee amó, y con las palabras por otro ser escritas consagra lo amado” –. Para el poeta y periodista, amor y lectura se confunden también en una promesa de futuro, porque quien lee “se dispone a amar, y en el espejo de un libro arma su corazón para que venza en todas las batallas”. Lostalé concluyó su intervención ante el Micro de la Feria recordando el consuelo y la esperanza que ofrecen los libros: “Hasta los más desahuciados ven cómo nace en su firmamento una estrella durante la lectura. Quien lee vive más. ¿Y no es amar vivir más”.


Palabras que son flores que son frutos que son actos

¡Día, redondo día, / luminosa naranja de veinticuatro gajos, / todos atravesados por una misma y amarilla dulzura! / La inteligencia al fin encarna, / se reconcilian las dos mitades enemigas / y la conciencia-espejo se licúa, / vuelve a ser fuente, manantial de fábulas: / Hombre, árbol de imágenes, / palabras que son flores que son frutos que son actos.

Este último verso de Himno entre ruinas ha dado título a la velada poética que, enmarcada dentro de losactos conmemorativos del centenario del nacimiento de Octavio Paz, se ha celebrado en la Feria del Libro de Madrid. Los poemas de Paz se han oído en las voces de María Baranda, Tulio Demicheli, Jordi Doce, José Luis Gómez Toré, Ana Gorría, Antonio Lucas, Tedi López Mills, Aurelio Major, Eduardo Moga, Julia Piera, Esther Ramón, Juan Soros, Jorge Valdés Díaz-Vélez y Álvaro Valverde, quienes además han leído algunos poemas propios.

Esta lectura, complemento de la que tuvo lugar en la Residencia de Estudiantes el pasado 12 de mayo, celebra asimismo la poesía del Nobel mexicano, centro irradiador absoluto de toda su obra y actividad pública. Una poesía de celebración y conocimiento, que se interroga e interroga. La actividad de Paz como intelectual –la del escritor que ejerce influencia sobre las cosas públicas– es inconcebible sin la poesía, pues compuesta en soledad es por naturaleza escéptica y crítica.

Octavio Paz fue un escritor precoz. Ya en 1938 colaboró en la fundación de Taller, revista que señalaba la aparición en México de una nueva generación de escritores y de una nueva sensibilidad literaria. Abandonalos servicios diplomáticos a su país en 1968 como protesta por la represión de las manifestaciones estudiantiles en la Plaza de Tlatelolco en México. Desde entonces, Paz se dedica a su obra y funda dos importantes revistas: Plural (1971-1976) y Vuelta (1976-1998), en las que pretende crear y potenciar un espíritu plural y universal, dando así cabida a la poesía, la crítica literaria y la reflexión filosófica, política y social. Paz cultivó con igual acierto e intensidad la poesía y el ensayo. Entre otros reconocimientos, recibió el premio Cervantes en 1981, el Nobel en 1990 y el Príncipe de Asturias a la revista Vuelta en 1993. Murió en la ciudad de México el 19 de abril de 1998.


Babelia revisa las lecciones de la Gran Guerra

La Feria del Libro de Madrid ha abierto las sesiones dedicadas a la Gran Guerra con la mesa redonda “Babelia se va a la guerra. Un repaso a las lecciones de la Primera Guerra Mundial, 100 años después”, en la que han intervenido Jacinto Antón, periodista de El País; Ricardo Artola, historiador y editor, autor de La I Guerra Mundial, de Lieja a Versalles, y Eduardo González Calleja, historiador, profesor de la Universidad Carlos III y coautor de Nido de espías, España, Francia y la I Guerra Mundial. El debate, presentado por Berna G. Harbour, reciente directora de Babelia, estuvo moderado por Guillermo Altares.

La conversación ha discurrido salpicada de personajes reales que bien podrían ser de ficción (Lawrence de Arabia, Mata Hari, el káiser Guillermo II), otros que saltan de una guerra a otra (Goering, Churchill, Heydrich o el propio Hitler), imperios que se deshacen, húsares, lanceros, caballería, atentados rocambolescos, contrabandistas, trincheras, oficiales que avanzan con sus tropas, corsarios y submarinos, fronteras coloniales: un conflicto que evoluciona hacia una guerra moderna tanto desde el punto de vista técnico (supone el gran salto de la aviación) como ideológico (bombardeos de civiles, propaganda). “La Segunda Guerra Mundial es muy homogénea, más fácil de comprender porque tenemos más claros los bandos; es una guerra de buenos y malos”, explicó Jacinto Antón. “De la Primera no llegamos a entender por qué empezó y tiene, además, una iconografía heterogénea que nos despista”. Ricardo Artola, por su parte, precisó: “Era la peor guerra para ser general y para ser soldado: por un lado, es un vierteaguas del desarrollo tecnológico militar; por otro, la vida individual no vale nada”. En opinión de González Calleja fue “un guerra que podía haberse quedado en algo local y que nos deja dudas sobre si llegó a terminar alguna vez: algunos autores la consideran una segunda guerra de los treinta años y, sin duda, es el detonante de la II Guerra Mundial”.

A invitación de Guillermo Altares, los reunidos han señalado algunos títulos, novedades editoriales o no, que en su opinión orientan acertadamente e ilustran distintos aspectos del conflicto: Sonámbulos, de Christopher Clarck (Galaxia Gutenberg/Círculo de Lectores); 1914. De la paz a la guerra, de Margaret MacMillan (Turner); Adiós a todo eso, de Robert Graves; Tempestades de acero, de Ernst Jünger; El buen solado Svejk, de Jaroslav Hasek y El miedo, Gabriel Chevallier (El Acantilado). La recomendación cinematográfica ha sido unánime: Senderos de gloria, de Stanley Kubrick.


Arte italiano en el Palacio de Abrantes

El volumen Arte a Palazzo, editado por Skira y que esta tarde ha sido presentado en la Feria del Libro, ofrece documentación gráfica sobre las siete exposiciones que acogieron en los dos últimos años algunas salas del primer piso del madrileño palacio de Abrantes, sede del Instituto Italiano de Cultura. El actual director de la institución, Carmelo Di Gennaro, explicó que el origen del proyecto expositivo fue “la invitación que hicimos a algunos artistas italianos a una residencia creativa”.  Botto&Bruno, Matteo Basilé, Vedovamazzei, Patrick Tuttofuoco, Paolo Grassino, Federico Solmi y Diana Siarianni realizaron entre febrero de 2012 y el mismo mes de 2014 intervenciones en el emblemático palacete. “Arte a Palazzo se convierte, así, en una suerte de exposición colectiva virtual”, añadió Di Gennaro, quien estuvo acompañado en el acto por la galerista Oliva Arauna. Arauna celebró que “el mundo del arte hemos vuelto a sentirmos en el Instituto Italiano como en casa”. 

Feria del Libro, La Gran Guerra o la derrota de todos

                                                                                             


L.M.A.

“Somos ciegos y sordos ante el destino”. Esa fue la impresión que asaltó al novelista Andrea Molesini cuando, documentándose para su novela Entre enemigos, descubrió que la prensa italiana tardó mucho en comenzar a referirse a la Gran Guerra. Desde que Gavrilo Princip asesinó al archiduque Francisco Fernando de Austria y durante semanas, se creyó que el inminente conflicto sería una contienda local, la tercera guerra balcánica. “Nadie fue capaz de advertir que toda Europa se vería implicada. En ocasiones la historia actúa así, convirtiendo en previsibles la cadena de acontecimientos cuya lógica, sin embargo, queda oculta para los contemporáneos”, añadió Molesini en el coloquio que mantuvo hoy en la Feria del Libro con el historiador Daniele Ceschin sobre la huella que la derrota de Caporetto ha dejado en el imaginario colectivo de los italianos.

Daniele Ceschin, profesor de la Universidad Ca’Foscari de Venecia y autor de varias monografías sobre la Primera Guerra Mundial, recordó que los italianos no fueron ajenos a la idea de que el conflicto se resolvería en poco tiempo y que prefirieron inicialmente mantenerse al margen, a la expectativa. El país fue madurando durante meses el cambio de alianzas y de estrategia que se formalizó con la firma en abril de 1915 del Tratado de Londres. Una carta de Giuseppe Prezzolini a Benedetto Croce resumiría, según el historiador, el viraje que decidió a Italia a entrar en la guerra: “En ella, Prezzolini defiende la participación italiana, es más, incluso le resulta preferible una posible derrota a mantener la neutralidad en un conflicto del que resultaría el futuro diseño de los poderes en Europa”.

El 24 de octubre de 1917, después de dos años y medio de guerra en los que Italia había perdido medio millón de hombres, comienza la batalla de Caporetto, un hito en la historia del conflicto que dejó, además, una huella indeleble en la memoria colectiva. Caporetto pasó a formar parte de una frase hecha utilizada para hablar de una completa debacle. La aplastante derrota infligida por las tropas austrohúngaras costó a Italia la vida de 40.000 hombres y fueron hechos prisioneros 300.000 soldados. El profesor Daniele Ceschin recordó que “los historiadores de la Italia fascista nunca citaron la batalla por su nombre, intentaron ocultar un episodio vergonzoso en la joven historia de la Italia unificada”. Sin embargo, no pudieron hacer olvidar un episodio que significó “tanto para la sociedad como para sus dirigentes, una herida profunda y también inmediata, según reveló el suicidio de un senador, solución que también llegó a contemplar Mussolini”. También gravísimas fueron las repercusiones militares de aquella derrota: “Una vez las tropas austrohúngaras tomaron Caporetto, la ciudad hoy llamada Kobarid, en Eslovenia, tenían el paso franco para avanzar por la llanura del Véneto”. El ejército italiano, con la cadena de mando destrozada, se retira hasta el río Piave y la población civil huye masivamente de los territorios ocupados. “Hay que tener en cuenta que esa población había dado toda la credibilidad a las que el historiador Marc Bloch llamó noticias falsas, aquellas que hablaban de las mujeres violadas en Bélgica; estaban convencidos de que eran verdaderas las imágenes de niños belgas con las manos amputadas. Eran los recursos que utilizó la propaganda para ilustrar la brutalidad del enemigo. Así que los civiles huyeron despavoridos”.

Daniele Ceschin subrayó que aquellos refugiados, cerca de medio millón, constituían “la imagen viviente de la derrota, que el Ministerio del Interior intentaba ocultar”. Llegaron en tren, de noche, de forma casi clandestina a sus destinos, en las regiones de Bolonia, Lombardía y la Toscana. Este movimiento de población fue el que permitió, en opinión de Ceschin, que “Italia, que acaba de celebrar en 1911 el 50º aniversario de su unificación, aprendiese a conocer las distintas partes que la componen durante la Gran Guerra”. Comentando también las consecuencias de la guerra, Andrea Molesini añadió que el conflicto “vino a liquidar aquella sociedad decimonónica, aristocrática, con diferencias sociales muy marcadas”. Además, recuperó el juicio de uno de los personajes de su novela Entre enemigos: “La guerra, dice un agente secreto italiano en un momento de la obra, no solo condenará a los imperios derrotados, también a los ganadores. Porque el imperio colonial británico se sustentaba en la idea de que sus hombres eran seres besados por los dioses. Ese mito se disuelve cuando se les ve morir ennegrecidos, como cualquier otro hombre, en el lodo de las trincheras. Con el fin del mito que sustenta el imperio, también este se extinguirá el imperio”.

viernes, 6 de junio de 2014

Carmina Martínez-Remis, Poeta invitada por "La Mirada Actual"





Carmina Martínez-Remis


L.M.A.


Junio, 2014 .- Carmina Martínez-Remis Martín (Madrid, 1950). Actualmente vive en Arroyo de la Miel, Benalmádena  desde hace siete años. Su afición por la literatura y amor por la poesía la tiene desde una edad muy temprana ya que su padre fue Manuel Martínez Remis, poeta y escritor.

Ha formado el grupo de Amigos de la Poesía en Benalmádena, de la que es coordinadora. Promueve recitales en Fuengirola, Torremolinos, Benalmádena Pueblo, Arroyo de la Miel.

Participa en “Amigos de la Literatura” en el "Pimpi" local conocido de Málaga también por sus reuniones de poéticas. Escritora de novelas y cuentos infantiles.Ha colaborado en la revista del Ateneo de Benalmádena con varios poemas.

Coordinadora y creadora de un Taller de Literatura "Historia, leyendas y mitos de España" para extranjeros y españoles  en Benalmádena.

Ha iniciado un taller de teatro a amateur para distintas edades. Actualmente es un miembro activo promoviendo el  movimiento por la paz "Juntos por la Paz desde Benalmádena” y socio de la Asociación Internacional “Humanismo solidario”.





UN POEMA POR LA PAZ.
La Paz es un tesoro compartido,
en donde nunca existe la pobreza…
(No puedo recordar cómo se reza
que hasta por la memoria me han herido)

La Paz es una hoguera y un latido,
quema de amor, serena fortaleza…
(Si pudiera romper esta corteza
descubriendo palabras en el olvido)

La Paz tiene que ser una proclama,
que cruce por la tierra enloquecida.
Es el fruto maduro que  la vida
ofrece entre los dedos de la rama.

Manantial en el yermo se derrama,
frente fraternal, senda compartida.
Vuestra mano tener siempre extendida
que sólo se es feliz cuando se ama.

Pido por la caliente voz amiga,
por la noche que sueña con la aurora,
por el camino abierto a cada hora.
Pido por la sonrisa y la espiga…
Por los hombres curvados de fatiga,
por los rincones donde el hambre llora,
por una humanidad clara y sonora
en donde el hombre al hombre le bendiga.

Pido por la inocencia y la ternura,
por la justicia y por la labor fecunda,
por la unánime fe de los humanos…
Pido por la Paz,  hermanos.
Antes que el vaso colme la amargura.
Antes que el frágil barco se nos hunda
y se rompa la rosa entre las manos.

El  Amor
Es tan sutil y delincuente,
ríe, sueña, canta, espera
a que yo deje de estar
entre los muros de niebla.

Sabe que no ha de vencerme
con tiranías resueltas
y está pendiente  de mí,
lo mismo que un centinela.

A veces sus ojos tienen
el brillo mordaz del  que sueña;
es tenaz, fuerte,  un D. Juan,
te cautiva, hasta hacerte  huella.

Yo tengo el pecho estrellado
de luces  y de blasfemias
y al mirarle me acobardo
y recuerdo  la noche  aquella.

Y pienso que desde ahora
seré igual a una fortaleza
mas, los sentidos me traicionan
y  siento que se me enredan
en la cintura débil, cansada
una  ilícita inocencia.

Me están mirando sus ojos,
seguros, firmes, con fuerza…
¿Me vencerán al final?
Al final tal vez me venzan.

 Ángel rebelde.
Quisiera ser como yo quisiera,
quitarme las espinas de la frente,
ponerme al mundo por montera,
liberarme de las redes de la herencia,
salir de estos muros de tiniebla.

Vivir sin una sola tachadura,
navegando con mí frente al infinito,
anclando mis temores en la arena,
redimirme con látigos  de ternura, y
gritar a los cuatro vientos… mi pereza.

¿Por qué de esta existencia mía?
¿Por qué el sabor amargo de mi boca es?
¿Por qué corre por mis venas sangre fría?
¿Por qué?... dímelo  tú,  ¿Por qué?

No acierto a encontrar la respuesta cierta,
ni el por qué de este carnaval humano
que cruzo día a día, siempre esperando
a que el ángel de la vida, me dé la mano.