Julia Sáez-Angulo
Fotos: J.S.A.
23/7/25.- Bayona.- Varios días con la filóloga y escritora María Jesús Domínguez Sió (Porriño. Pontevedra, 1946) en Bayona dan para conocer sus campos de estudio e investigación, el más importante la figura y la obra del poeta de Moguer, Juan Ramón Jiménez (1881-1958), Premio Nobel de Literatura, en 1956. Su tesis doctoral lleva por título “La Institución Libre de Enseñanza y Juan Ramón Jiménez” (1991), que en realidad se ciñe, sobre todo, al krausismo y Juan Ramón.
Todo comenzó cuando la filóloga estudiaba Filosofía y Letras en la Universidad de Santiago y el poeta Dámaso Alonso dio una conferencia sobre el poeta de Moguer, en la que no quedaba muy bien parado. Algo que sorprendió en el auditorio y que al parecer se debió a que Juan Ramón no incluyó a Dámaso en su libro “Españoles de tres mundos” (1942) como poeta, sino como profesor, al que no fue bien recibido por el aludido.
Más adelante, la misma filóloga escuchó otra conferencia del estudioso literario Ricardo Gullón sobre Juan Ramón en la que los elogios no se escatimaron de principio a fin, por lo que decidió investigar en la obra del Nobel para comprobarlo por ella misma. Y la poesía y pros de Juan Ramón Jiménez la deslumbró. De ahí su empeño en la tesis doctoral, que le dirigió Fanny Rubio, en los libros y el casi centenar de artículos que escribió más tarde sobre el autor de Moguer.
Su libro “Platero y yo” es la condensación de la filosofía krausista, que busca la belleza, la verdad y la bondad. Es un libro sobresaliente, que, durante muchos años, que se estudia en muchas escuelas de Hispanoamérica y se vendió en número inmediatamente después de El Quijote.
Entre los libros de M. Jesús Domínguez sobre Juan Ramón Jiménez destacan: La pasión heroica (Don Francisco Giner de los Ríos y Juan Ramón, dos vidas cumplidas (1994); Un andaluz de fuego (Francisco Giner de los Ríos) (1998); Viajes y sueños en Obra poética (2005) y la edición crítica del libro de Juan Ramón Jiménez y Zenobia Camprubí Monumento de amor. Epistolario y Lira (2017).
“El encuentro de Juan Ramón con Giner de los Ríos fue decisivo”, explica la escritora. “Giner le hizo cambiar al poeta, que dejó de ser un “señorito andaluz” para convertirse en un hombre generoso y divulgador de la cultura española. Juan Ramón apoyó a la Generación del 27 y les publicaba los libros gratuitamente. Algunos de ellos, al descubrir las vanguardias, se pasaron al surrealismo transgresor o provocador y se portaron mal con Juan Ramón (le llamaban por teléfono y se burlaban del burrito Platero, ridiculizándolo. Son los que fueron a miccionar ante los muros de la Real Academia Española)”
El poeta de Moguer tenía una idea de la poesía mucho más seria de la poesía, al igual que los hermanos Machado o Unamuno. José Ortega y Gasset, sin embargo, apoyó a los transgresores y les publicó en la “Revista de Occidente”, algo que le llevó a Juan Ramón a escribirle una carta que hablaba de la “Revista de Desoriente”.
María Jesús Domínguez Sió sostuvo una buena amistad con Francisco Hernández-Pinzón Jiménez, sobrino del poeta, y la sostiene con Carmen Hernández-Pinzón Jiménez, sobrina nieta.
También lo tuvo Ernestina de Champourcín, esposa de Juan José Domenchina -ambos poetas de la Generación del 27- amigos de Juan Ramón.
Pregunto a la filóloga por una buena biografía de Juan Ramón y me cita la reciente de Antonio Campoamor González: "Juan Ramón Jiménez y Zenobia Camprubí. Años españoles (1881-1936)" y "Años americanos (1936-1958)" (Universidad de Huelva, 2023). Obra, dividida en dos volúmenes, considerada referencia clave para estudiosos de la vida y obra del poeta, tanto en poesía como en prosa. También hace hincapié en la intensa relación del escritor con su esposa Zenobia Camprubí. Edición publicada por la Diputación de Huelva y la Junta de Andalucía.
Juan Ramón Jiménez (1881-1958) fue Premio Nobel en 1956, figura central de la poesía contemporánea, su vasta producción en verso y prosa -desde Ninfeas y Piedra y cielo a La estación total, Espacio o Dios deseado y deseante, desde Platero y yo a Españoles de tres mundos- es una cima de la expresión literaria en castellano.
La filóloga termina con una buena anécdota de Juan Ramón, que admiraba a Valle Inclán, y un malmete le dijo: "Ud. habla bien de Valle Inclán, pero él no lo hace bien de Ud.", a lo que el poeta de Moguer respondió: "Él puede decir y hacer de mí lo que quiera porque no me debe nada. Yo a él, le debo mucho".
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