lunes, 13 de noviembre de 2017

Mercedes Monmany, autora del libro “Ya sabes que volveré” sobre tres grandes escritoras en Auschwitz: Irène Némirosvsky, Gertrud Kolmal y Etty Hillesum





 Mercedes Monmany



Julia Sáez-Angulo


            La escritora Mercedes Monmany es la autora del libro Ya sabes que volveré sobre tres grandes escritoras en Auschwitz: Irène Némirosvsky, Gertrud Kolmal y Etty Hillesum. Una obra más en la rica literatura sobre el holocausto llevado a cabo por la barbarie nazi, una barbarie que tuvo lugar nada menos que en la culta Alemania en 1939-45.

            Mercedes Monmany (Barcelona, 1957)  es ensayista,  crítica literaria en ABC y experta en literatura europea de los siglos XX y XXI. Entre sus libros: Por las fronteras de Europa (2015).

             El libro Ya sabes que volveré, que ha sido presentado por Carmen Iglesias, directora de la Real Academia de la Historia en la librería Lé de Madrid, ha sido publicado por la editorial Galaxia-Gutenberg. Presentó el acto Joan Derrida, por parte de la editorial, quien elogió el título del libro como un acierto, un aserto positivo y de esperanza de tres vidas, que eran promesa y futuro intelectual de Europa.

            En la conversación entre Carmen Iglesias y Mercedes Monmany se comentó la tardanza y resistencia de Europa a reconocer la Soab –holocausto de seis millones de judíos-, incluso el rechazo a publicar los textos de testimonio y denuncia de escritores que sobrevivieron como Primo Levi y otros, aunque estuvieran escritores como Natalia Ginzburg o Cesare Pavese.

            Buena parte de las editoriales estaban en manos de comunistas, en los años 50 y 60,  no se interesaban por los testimonios de autores judíos, pues buscaban textos más combativos. “Los países europeos tardaron en quitarse las máscaras”, señaló Monmany

            Primo Levi se sentía urgido, poseído y necesitado de hablar para contar lo sucedido en los campos de concentración y exterminio y su obra solo se publicó trece años después. Ana Frank tuvo más suerte, seguramente por ser una niña.
            En el coloquio se debatió también el tema de la identidad judía, el semitismo y antisemitismo, para concluir que el único que tenía claro quien era judío era el antisemita, que tuvo que acudir a una definición formal y generacional.

            Se habló finalmente sobre el caso de Irene Némirosvsky, crítica en sus libros con los judíos –también con los cristianos- y el por qué lo hacía. Algún presente estimó, off the record, que su actitud fue meramente una cuestión comercial, porque ella escribía para vender a una burguesía muy concreta, que leía sus libros.


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