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viernes, 19 de enero de 2018

“La bailarina de Auschwitz”, novela inspirada en una historia de supervivencia de Edith Eger editada por Planeta








Julia Sáez-Angulo


            18/01/18 .- MADRID .- La bailarina de Auschwitz es el título de la novela inspirada en una historia de valentía y supervivencia escrita por Edith Eger y publicada por la editorial Planeta. para Desmond Tutu, premio Nobel de la Paz, “este libro es un regalo para la humanidad. Una de esas historias que nunca quieres terminar de leer y que te cambian la vida para siempre”.  La traducción es de Jorge Paredes.

            El libro, que ha sido un best-seller internacional, se divide en cuatro partes tituladas: La prisión, La huida, La libertad y La curación. La novela va dedicada a cinco generaciones de su familia que que murieron o sobrevivieron al holocausto. Una hermosa foto en blanco y negro habla de la belleza y elasticidad de Edith en su juventud.

            Se trata de la primera novela de la autora Edith Eger (Kosice, Hungría, 1927) psicóloga residente en los Estados Unidos, discípula del célebre neurólogo y psiquiatra Viktor Frankl, después de pasar una vida como auténtica luchadora y superviviente. Una novela llena de emociones. La autora trabaja hoy en California como psicóloga para ayudar a curar las heridas de la mente.

            Ella, Edith Eger, junto a sus padres y hermana fueron detenidos por los nazis durante la II Guerra Mundial y llevados a campo de exterminio de Auschwitz, donde sus padres perecieron en la cámara de gas. Las dos hijas jóvenes esperaban también su muerte, pero Edith comenzó a bailar El Danubio Azul para el monstruo de Menguele, capo nazi al que se atribuyen la gran matanza sádica del holocausto.

            El arte de Tepsicore salvó a Edith de una muerte segura. “La guerra me había enseñado a percibir el peligro antes incluso de poder explicar que me había asustado”, escribe la novelista, que abre la primara parte con la afirmación de “yo era dueña de mi secreto y mi secreto me poseía”.

            Todos los que vivimos somos hijos de supervivientes, tras una historia de violencia sanguinaria y muerte, pero el pueblo judío lo ha sido con más evidencia y ha extremado su inteligencia para resistir y sobrevivir, para salir a flote. Edith Ager lo pone de manifiesto en esta intensa y amena novela titulada La bailarina de Auschwitz.

           


lunes, 13 de noviembre de 2017

Mercedes Monmany, autora del libro “Ya sabes que volveré” sobre tres grandes escritoras en Auschwitz: Irène Némirosvsky, Gertrud Kolmal y Etty Hillesum





 Mercedes Monmany



Julia Sáez-Angulo


            La escritora Mercedes Monmany es la autora del libro Ya sabes que volveré sobre tres grandes escritoras en Auschwitz: Irène Némirosvsky, Gertrud Kolmal y Etty Hillesum. Una obra más en la rica literatura sobre el holocausto llevado a cabo por la barbarie nazi, una barbarie que tuvo lugar nada menos que en la culta Alemania en 1939-45.

            Mercedes Monmany (Barcelona, 1957)  es ensayista,  crítica literaria en ABC y experta en literatura europea de los siglos XX y XXI. Entre sus libros: Por las fronteras de Europa (2015).

             El libro Ya sabes que volveré, que ha sido presentado por Carmen Iglesias, directora de la Real Academia de la Historia en la librería Lé de Madrid, ha sido publicado por la editorial Galaxia-Gutenberg. Presentó el acto Joan Derrida, por parte de la editorial, quien elogió el título del libro como un acierto, un aserto positivo y de esperanza de tres vidas, que eran promesa y futuro intelectual de Europa.

            En la conversación entre Carmen Iglesias y Mercedes Monmany se comentó la tardanza y resistencia de Europa a reconocer la Soab –holocausto de seis millones de judíos-, incluso el rechazo a publicar los textos de testimonio y denuncia de escritores que sobrevivieron como Primo Levi y otros, aunque estuvieran escritores como Natalia Ginzburg o Cesare Pavese.

            Buena parte de las editoriales estaban en manos de comunistas, en los años 50 y 60,  no se interesaban por los testimonios de autores judíos, pues buscaban textos más combativos. “Los países europeos tardaron en quitarse las máscaras”, señaló Monmany

            Primo Levi se sentía urgido, poseído y necesitado de hablar para contar lo sucedido en los campos de concentración y exterminio y su obra solo se publicó trece años después. Ana Frank tuvo más suerte, seguramente por ser una niña.
            En el coloquio se debatió también el tema de la identidad judía, el semitismo y antisemitismo, para concluir que el único que tenía claro quien era judío era el antisemita, que tuvo que acudir a una definición formal y generacional.

            Se habló finalmente sobre el caso de Irene Némirosvsky, crítica en sus libros con los judíos –también con los cristianos- y el por qué lo hacía. Algún presente estimó, off the record, que su actitud fue meramente una cuestión comercial, porque ella escribía para vender a una burguesía muy concreta, que leía sus libros.


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sábado, 14 de marzo de 2015

Eva Schloss, la hermanastra de Ana Frank escribe sobre Auschvitz








Julia Sáez-Angulo

         Después de Holocausto, ¿cómo se puede escribir un poema o pintar un cuadro? Esto que se ha dicho en el mundo de las artes, cabe decir al leer el libro Después de Auschvitz, escrito por Eva Schloss, la hermanastra de la adolescente judía Ana Frank. Un conmovedora historia que ha sido publicada por la editorial Planeta.

         Eva Geiringers -Schloss- (Viena, 1929) cuenta la supervivencia, la tragedia de sobrevivir a todo aquel horror de Auschvitz, al que muchos no lo hicieron y se perdieron por el camino, incluso quitándose la propia vida como Walter Benjamin.

         La autora de este libro lo ha superado contando la historia de los hechos que vivió y presenció, por medio de conferencias que hablan de la comprensión y el respeto a la tolerancia para que nada de los sucedido vuelva a ocurrir. Pero sólo empezó a hablar después de sesenta años de silencio –en el que se protegía- en que sintió la necesidad de hacerlo.

         Otto Frank se casó con la madre de Eva y por eso ambas se hicieron hermanastras; se querían y se entendían.

         El libro Después de Auschvitz es 350 páginas de interés y emoción, que van ilustradas con una serie de fotografías en blanco y negro, para ilustrar la realidad de un tiempo y un personaje que vale la pena conocer.


         

jueves, 6 de diciembre de 2012




“Una lectura etnográfica de los campos de Auschwitz”, libro de Paz Moreno Félix


 Auschwitz


Julia Sáez-Angulo

“En el corazón de la zona gris. Una lectura etnográfica de los campos de Auschwitz” es el  libro de Paz Moreno Félix publicado por editorial Trotta. El volumen ofrece “el conocimiento fragmentario que las memorias de los supervivientes han trasmitido sobre como era el día a día en aquel mundo devastado”.

Es la “intrahistoria”, que diría Unamuno, la vida cotidiana donde las escenas de sufrimiento o esperanza son reales, más allá de la abstracción de las generalidades. Una descripción de los movimientos, del tiempo y el empleo del mismo, la relación con la jerarquía.

El libro se abre con un fragmento de Primo Levi, “La zona gris”, en “Los hundidos y los salvados” que dice: El mundo en elque uno se veía precipitado era efectivamente terrible pero, además, indescifrable: no se ajustaba a ningún modelo, el enemigo estaba alrededor, pero dentro también, el “nosotros” perdía sus límites, los contendientes no eran dos, no se distinguía una frontera sino muchas y confusas, tal vez innumerables, una entre cada uno y el otro”.

Los capítulos del libro llevan los apartados: Un conocimiento venenoso; Los campos de Auschwitz; Rituales de iniciación al campo; La economía política del tiempo; Las jerarquías del Lager; arios, triángulos y números; La circulación de bienes: “organizar”, y Mademoisselle Fifi en Auschwitz.

El libro añade unas breves biografía de los SS más importantes mencionados en las páginas, una cronología y una explicación de la organización administrativa en los campos de Auschwitz, junto a un glosario o vocabulario del campo de concentración.






         

martes, 10 de mayo de 2011

Félix Grande, Revisión biográfica y poemario estremecedor sobre Auschvitz



Félix Grande
Biografía (1958 – 2010)
Prólogo de Ángel Luís Prieto de Paula
Galaxia Gutgenberg/ Círculo de Lectores
Barcelona (492 pags)





Julia Sáez-Angulo



Es un poeta reconocido y premiado en el panorama lírico español. Félix Grande (Mérida, Badajoz, 1937) acaba de ver publicada su “Biografía (1958 – 2010)”, libro en el que ha añadido el estremecido poemario “La cabellera de la Shoá”, escrito en 2010, después de haber visitado los campos de exterminio nazi de Auschvitz en Polonia.

Joan Tarrida destacó la obra poética y narrativa –una decena de libros- de Félix Grande, del que Galaxia Gutgenberg/ Círculo de Lectores ha publicado varios libros. Un prólogo del crítico Ángel Luís Prieto de Paula centra al lector de la poesía del poeta de manera serena y analítica.

Prieto de Paula señaló en la presentación del libro que hay que poner el dedo índice en el poema libro “La cabellera de la Shoá” para que no pase desapercibido en el volumen de la poesía completa. También destacó la incorporación de algunos sonetos algo escondidos. “Félix Grande es poeta de un libro unitario”, con una “originalidad absoluta de confesionalismo, que se lee como una biografía”. “Es un niño de la guerra porque nació en 1937. Su educación tuvo lugar en Tomelloso, “la Atenas manchega”, que ha dado notables escritores y artistas”.

Grande obtuvo el premio Adonais de poesía en 1963 y con Las rubáiyatas de Horacio Martín” en 1978, el Premio nacional de literatura, “cenit de su producción según el presentador. Con “Blanco Spirituals” ganó en La Habana, el Premio Casa de las Américas 1967. “Es un poeta confesional y patético porque su obra se nutre del sufrimiento y la compasión; poeta más allá de la influencia de Luís Rosales, Cesar Vallejo y Antonio Machado”, según Prieto de Paula.

Félix Grande, con su habitual oratoria sentimental y doliente (Paco G. Pavón me enseñó: “cuando hables en público mueve a la gente el corazón porque si no, moverán el culo”, dijo), señaló que sus “maestros musicales” fueron Rubén Darío y Bécquer; su consuelo, Antonio Machado y su aprendizaje polisémico, Cesar Vallejo, al que admira como el mejor de los poetas de la vanguardia.


“Un libro lleno de madre y de espanto”

Durante la presentación, el poeta de Mérida/Tomelloso declaró: “todo el contenido de este libro está lleno de madre y lleno de espanto; de indignación y piedad”. Señaló que su madre fue una “mujer nacida para sufrir y propagar el terror”, víctima viva de la guerra civil en la que vivió con terror de perder a su marido y quedó traumatizada y de los nervios, amenazando siempre con tirarse a un poco o ahorcarse, angustiando de modo terrible a sus hijos.

Frente al poeta Antonio Ramoneda, que idealizó a su madre viuda de la guerra civil, Félix Grande aludió al espanto padecido ante la suya, sentimiento que ha superado con la compasión y la piedad a través del tiempo. Confesó que se ha sometido al psicoanálisis. Ambos poetas, Ramoneda y Grande, van a hablar en León, de la respectiva postura personal y poética ante sus madres.

Finalmente Félix Grande se detuvo a hablar sobre la poesía y el lenguaje. “Poesía es un estado de gracia, de coraje e inocencia para que las palabras vengan y se queden a convivir con el poeta”, dijo. “Las palabras si no son sagradas, sí son prodigiosas”, añadió. “Las palabras viene de lejos, de milenios, y la inmortalidad del escritor está en la felicidad de escribirlas. Las palabras tienen una duración según la cantidad de dolor que hay en ellas”. “El lenguaje es una necesidad de la especie para combatir el espanto de saberse finita”, dijo en otros momentos.


Félix Grande recordó la afirmación de Unamuno: “Tened fe en las palabras porque ellas son cosas de vida”, “son criaturas vivas y autónomas”, añadió al recordar que tardó cuarenta años en volver a escribir poesía, después de “Las rubáiyatas de Horacio Martín” en 1978. La visita al campo de exterminio nazi le motivó de manera terrible y transformadora. Reniega de la frase de Adorno: “Después de Auschvitz ya no se puede escribir poesía”. Pese a que se conoce el holocausto judío por libros, documentales y películas, verlo de cerca fue una sorpresa de horror para el poeta. Al ver el montón de cabelleras femeninas cortadas y amontonadas, “allí me temblaron las piernas y comprendí que tenía que dar memoria a esa mendicidad”. “Adorno no tenía razón; sus palabras son un “adorno. Nunca la especie humana había llegado a tales cimas del mal y del desprecio como con los nazis y el GULAG de los soviéticos, que se comienza a estudiar ahora. Ambas barbaries han sucedido en el siglo XX ”.


Durante la presentación estuvo presente la poetisa Paca Aguirre, esposa de Félix Grande, a la que el poeta reconoció como su salvación.

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jueves, 18 de febrero de 2010

Auschwitz, Una lectura etnográfica de los campos de los campos de exterminio

"En el corazón de la zona gris"
Paz Moreno Feliu
Editorial Trotta
Barcelona, 2010



L.M.A.


Coincidiendo con la conmemoración del 65 aniversario de la liberación del campo de exterminio de Auschwitz, se publica en Editorial Trotta En el corazón de la zona gris. Una lectura etnográfica de los campos de Auschwitz, de Paz Moreno Feliu.

La obra se basa en los testimonios que los supervivientes de los campos han transmitido sobre el día a día de aquel mundo devastado y busca reintegrar en una visión de conjunto esas memorias fragmentarias, reconstruyendo el conocimiento que sus experiencias encierran. Ese mundo en el que, en palabras de Primo Levi, “uno se veía precipitado” y que, además de “terrible”, resultaba “indescifrable”, es aquí abordado desde una perspectiva antropológica que ilumina la “zona gris” de las relaciones sociales que surgieron a la sombra de las chimeneas. El resultado no es una descripción abstracta que se añadiera a las reflexiones generales ya existentes sobre el genocidio, sino una exposición de la cotidianeidad excepcional a la que se vieron forzadas las víctimas: los rituales de paso que presidían la deshumanización progresiva de los prisioneros, la economía política del tiempo, las jerarquías y la organización del campo o la circulación de bienes.


“La vida en Auschwitz era una cuestión de «organizar», de solucionar las necesidades desnudas cuando las encontrases. Si tomábamos algo, debería ser de los muertos. ¿Para qué le servían sus ropas o sus raciones a los muertos? Mi madre en el hospital tenía muchas oportunidades para coger pan o una ocasional loncha de queso o de salchichón de un cadáver. [...] Robar a los vivos o a los semi-vivos era acelerarles el camino hacia la muerte. «Organizar» las reliquias de los muertos era adquirir material que ayudaba a mantener vivos a los vivos, a respirar a los semivivos con la suficiente fuerza para que sobreviviesen hasta que se abrieran las puertas a un mundo exterior más libre y más apacible (Hart, 1981: 71).” (En el corazón de la zona gris. Una lectura etnográfica de los campos de Auschwitz)

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