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martes, 1 de marzo de 2016

Fotografías de Leo Matiz en la Casa Azul sobre Frida Khalo

EN LA CASA AZUL Totalmente Frida
La Térmica, Málaga (España)
del 11 de marzo al 29 de mayo de 2016
Comisarios: Angustias Freijo y Mario Martín Pareja


 L.M.A.

La Térmica presenta “Frida Kahlo. Fotografías de Leo Matiz en La Casa Azul”; exposición que recoge las míti­cas fotografías que el fotógrafo colombiano Leo Matiz realizó a Magdalena Carmen Frida Kahlo y Calderón, popularmente conocida como Frida Kahlo (Coyoacán, 6 de julio de 1907- Coyoacán, 13 de julio de 1954), y casada en 1929 con Diego Rivera.

Cuando André Bretón conoció la obra de Frida Kahlo afirmó que era una surrealista espontánea y la invitó a exponer en Nueva York y París, ciudad esta última en la que no tuvo una gran acogida. Frida nunca se sintió cerca del surrealismo, y al final de sus días rechazó abiertamente que su creación artística fuera encuadrada en esa tendencia: “Se me tomaba por una surrealista. Eso no es correcto. Yo nunca he pintado sueños, lo que yo representaba era mi realidad”.

Kahlo fue retratada tanto o más que cualquier estrella de cine en México y sus fotos alimentaron su pro­tagonismo en su entorno. Durante su primer viaje a los Estados Unidos fue fotografiada por Lucienne Bloch, Imogene Cunningham, Peter Juley, Martin Munkacsi, Nickolas Muray, Carl van Vechten y Edward Weston. Y la lista siguió creciendo. En México posó para Tina Modotti, Lola Álvarez Bravo, Miguel Ángel Bravo, Miguel Covarrubias, Giselle Freund, Héctor García.., entre otros. También por André Breton y Dora Maar. Lola Álvarez Bravo afirmó que Kahlo era buscada por los fotógrafos debido a su atractivo estético. Estos famosos fotógrafos y, quizás, muchos más, realizaron series muy conocidas, como la que acoge esta exposición de FRIDA por Leo Matiz.

Desde muy joven, sin duda, junto a su padre, el fotógrafo Guillermo Kahlo, Frida aprendió a posar. Compla­cida, permitía que otros la retrataran.

Ella dominaba por completo el instante fotogénico; una modelo que se dirigía a sí misma y que imponía la manera en que debía ser retratada. Modelo intransigente que manipulaba el sentido final de la placa.
De los testimonios fotográficos que quedan de esa época, que son numerosísimos, quizás el más interesante es el que se conserva en el acervo del fotógrafo colombiano

Leo Matiz

Leo Matiz se sumergió con su cámara Rolleiflex en el ambiente intelectual y artístico de la época y logró reg­istrar en sus retratos la intensidad creativa y personal de los hombres y
mujeres que protagonizaron un papel decisivo en la historia cultural de México en los años
cuarenta . Leo Matiz fue, al ser uno de los más allegados a la pareja Kahlo Rivera, uno de los que captaron a Frida en la intimidad de su hogar, siendo estos los retratos más originales, precisamente, por su sencillez.

La exposición, comisariada por Angustias Freijo y Mario Martín Pareja, muestra a la enigmática artista Frida Kahlo en medio centenar de imágenes exclusivas nunca vistas antes en España realizadas por Leo Matiz, y que provienen de los fondos de la Fundación Leo Matiz, así como publicaciones de las vanguardias de la época, algunas obras de autores que se interrelacionan y aportan claves de la escena mexicana de la época.

Concebida como una gran instalación, la exposición se completa con obras de otros autores de la época (Germán Cueto, Mathías Goeritz…), publicaciones estridentistas, documentos, bibliografía, proyecciones y textos.

Las fotografías incluidas en “Frida Kahlo. Fotografías de Leo Matiz en La Casa Azul” son también un acerca­miento a uno de los fotógrafos más importantes del siglo XX, el cual expuso en el MoMA en 1949.

Esta exposición examina, así mismo, la utilización vicaria del medio fotográfico por parte de Kahlo, el papel de esas imágenes en su trabajo creativo y, de manera medular, cómo Frida desafía tres principios básicos de la disciplina fotográfica a través de sus retratos: la noción de autoría fotográfica en su trabajo, el uso que hace la artista de la capacidad narrativa del medio y, por último, la relación de estas fotografías con ciertas prácticas autobiográficas (“Soy el motivo que mejor conozco”, afirmaría). O, en palabras de Margaret Hooks: “En algunas de las fotografías de esa época, su desbordante personalidad está escondida bajo una ajustada máscara, pero sus ojos buscan al espectador con una mirada que no ha perdido ni un ápice de su orgullo desafiante ni de su atractivo.”

También se incluyen en “Frida Kahlo. Fotografías de Leo Matiz en La Casa Azul” las sentimentales foto­grafías que Leo Matiz realizara a su regreso a México en 1997, después de 50 años de ausencia, de algunos de los rincones de esa “Casa Azul” convertida en museo. Matiz recuerda a aquella mujer controvertida que un día fue su amiga y que le ofreció las miradas más especiales. Él, las inmortalizó. Y soñando y recordando su pasado y el de ella, fotografió algunos de los objetos que la acompañaron a lo largo de su vida, como queriendo encontrar dentro de ellos algo de Frida, algo de aquella mujer que sufrió y amó sin tibiezas.

Datos Biográficos

Magdalena del Carmen Frida Kahlo Calderón, más conocida como Frida Kahlo (Coyoacán, 6 de julio de 1907- Coyoacán, México, 13 de julio de 1954), fue una pintora y poetisa mexicana de ascendencia alemana y española. Casada con el célebre muralista mexicano Diego Rivera, su vida estuvo cruzada por el infortunio de una enfermedad infantil y por un grave accidente en su juventud que la mantuvo postrada en cama durante largos periodos, llegando a someterse hasta a 32 operaciones quirúrgicas. Llevó una vida poco convencional, fue bisexual y entre sus amantes se encontraba León Trotski. Su obra pictórica gira temáticamente en torno a su biografía y a su propio sufrimiento. Fue autora de unas 200 obras, principalmente autorretratos, en los que proyectó sus dificultades por sobrevivir. La obra de Kahlo está influenciada por su esposo el reconocido pintor Diego Rivera, con el que compartió su gusto por el arte popular mexicano de raíces indígenas, inspirando a otros pintores mexicanos del periodo post-revolucionario. En 1939 expuso sus pinturas en Francia acudiendo a una invitación de André Breton, quien intentó convencerla de que eran «surrealistas», aunque Frida decía que esta tendencia no correspondía con su arte ya que ella no pintaba sueños sino su propia vida. Una de las obras de esta exposición (“Autorretrato”) se convirtió en el primer cuadro de un artista mexicano adquirido por el Museo del Louvre. 

Hasta entonces, Frida Kahlo había pintado solo privadamente y a ella misma le costó admitir que su obra pudiese tener un interés general. Aunque gozó de la admiración de destacados pintores e intelectuales de su época como Pablo Picasso, Wassily Kandinski, André Bretón o Marcel Duchamp, su obra alcanzó fama y verdadero reconocimiento internacional después de su muerte, a partir de la década de 1970.


                                          Leo Matiz Espinoza (Aracataca, Colombia, 1 de abril de 1917 - Bogotá, Colombia, 24 de octubre de 1998) fue uno de los más destacados fotógrafos y caricaturistas colombianos con reconocimiento internacional. Fue uno de los fotógrafos más versátiles y singulares de la legendaria y memorable generación de reporteros gráficos que renovaron la escena del fotoperiodismo durante las primeras seis décadas del siglo XX en América Latina, Estados Unidos y Europa. Leo Matiz vivió y viajó. Vivió no sólo en su propio país, donde adoptó la fotografía y consolidó en Colombia una reputación de reportero gráfico alerta con las situaciones y en un cazador penetrante del azar y las almas de los personajes captados con su cámara Rolleiflex, sino también en México donde se relacionó con notables artistas, en Estados Unidos donde trabajó para algunos medios como “Life” y “Reader’s Digest” y en Venezuela como fotógrafo del Palacio de Miraflores. Vital e incansable, Matiz viajó de manera infatigable por los cinco continentes (México, Centroamérica, Estados Unidos, los andes latinoamericanos, el Caribe, Palestina, Beirut, Tel Aviv y Venezuela, entre otras zonas) y volcó su talento igualmente como fotofija en el cine, la fotografía publicitaria, creador de periódicos y fundador de galerías de arte, exhibiendo por primera vez en 1951 al pintor Fernando Botero en la Galería de Arte Leo Matiz. La vida creativa y tumultuosa de Matiz obtuvo reconocimientos meritorios como el premio Chevalier des Arts et des Lettres, en Francia, en 1995 y en 1997 el Filo d` Argento en Florencia, Italia. Entre sus obras se registran notables personajes y eventos como “El Bogotazo” (1948) durante el cual resultó herido. En 1949 fue elegido como uno de los diez mejores fotógrafos del mundo.


domingo, 31 de marzo de 2013


 
 
"PERFILES DE MUJERES EN LAS ARTES"
Génesis de un libro

 Por Elisa Marino Manzini

  Desde el lejano día que tomé contacto con el NMWA (National Museum of Women in the Arts), se me abrió un mundo nuevo: el mundo de las mujeres artistas. Durante la época que tuve un cargo representando al NMWA en Madrid, tuve la suerte de conocer muchas mujeres, no sólo europeas y americanas, sino también orientales y rusas cuya vida estuvo consagrada al arte y advertí que cada una de ellas tiene características distintas que las diferencian de otras mujeres: una excitación constante que hace que sus manos no descansen nunca en la eterna búsqueda artística.

En la cautivadora personalidad de la mujer nunca faltó el espíritu artístico; aún el ama de casa poco instruida decora su hogar y pone flores sobre una mesa con una gracia especial.
Escultura de La Roldana
 

Lo mismo Plinio el Viejo afirmó que la pintura no fue una invención masculina, sino femenina y, para demostrarlo, contó que la hija del alfarero Butades Sicyonius, agotada al echar de menos a su amante que había partido a la guerra en lejanas tierras, dibujó la cara del joven arriba de una roca para poderlo recordar siempre.

En mi libro “Perfiles de Mujeres” hablo sólo de 183 artistas, sin dejarme llevar únicamente por su capacidad creativa. También me interesaron sus diferentes características  y la influencia del medio ambiente y de la familia que alentaron su arte, como a veces lo hizo un padre, un amante o un hermano. Todas fueron mujeres excelentes y lucharon para triunfar en esa eterna búsqueda de su Verdad.

Me vinculo a ellas por una especie de aura misteriosa que irradian difundiendo tanto amor como tormento, paz, sexualidad, dolor.
Hildegard von Bingen
 
 

Muchas veces un hombre, sea el padre, un hermano o el amante ayudó la artista. Pero, siempre han tenido que luchar por triunfar. Todas, también estas de la cuales no hablo y todas estuvieron muyeres excelentes, a la eterna búsqueda de la Verdad.

No puedo eludir a Hildergard (Von) Bingen, monja, nacida en el 1098 y que tuvo una vida extraordinaria. Entre sus notables obras literarias, reconocidas por La Iglesia, están un estudio del orgasmo femenino y la importancia familiar para el desarrollo del carácter infantil en su vida futura. Fue la primera en investigar este tema y lo realizó entre los muros oscuros de un monasterio medieval.

Hildergard también escribió muchas obras musicales que hasta hoy han superado el tiempo. De hecho en el 1998 el grupo de músicos “Sequencia” grabó con éxito los emocionantes “Cánticos Internacionales”.

El mundo de la mujer artista es muy distinto al del hombre. Sabemos que durante siglos los hombres fueron los protagonistas de las bellas artes: pintura, escultura, música, literatura, artes escénicas. El valor de Recco padre no era el mismo que el de su hija Elena, o  la fuerza pictórica de Tintoretto la misma que la de su hija, La Tintoretta. Ninguna mujer es comparable a Michelangelo o a Picasso o a Dalí. ¿Acaso es algo de congénito en la estructura fisiológica?  Yo no lo sé y pienso que nadie lo puede saber en la actualidad.

Claro está que hubo muchas mujeres artistas, pero por siglos estuvieron bloqueadas por la familia y dedicadas sólo al hogar, al sexo, a la procreación y a la educación de los hijos. Parecía imposible que fueran creadoras, salvo excepciones. Y mientras hoy nadie se impresiona ante obras de arte creadas por la muyeres, ya, hace solo unos años, parecia imposible que hubierar creaciones femeninas. Recordemos a La Roldana (1652-1704) a quien su padre Pedro Roldán empujó a la creación artística. Fué la primera mujer del mundo nombrada “Escultora Real de la Cámara”.  A La Roldana le ordenaron la escultura de “San Miguel aplastado por el Diablo” y, nota curiosa, utilizó a su marido como inspiración  para tallar al diablo. Su arte, influenciado por el barroco dominante de la época, muestra ternura e inconmensurable sensibilidad.

Tampoco debemos olvidar los soberbios retratos de Rosalba Carrera que llegó a trasmetir la exquisitéz de la piel con delicados juegos de colores. También a Rose Bonheur (1822-99) que se dedicó a pintar animales. Y a la dibujante científica Marie Sibille Meriam quien, obsesionada por los insectos, los estudió y dibujó en Guyana durante dos años, afrontando muchos riesgos para calmar su curiosidad.

En la actualidad, como los varones y las mujeres tienen las mismas posibilidades de conocimiento y de expresión,  podemos apreciar las grandes capacidades expresivas de la mujer. Por ejemplo, las pinturas surrealistas de Frida Kalho y las fotografías de Tina Modotti, que vivieron una vida comunista y violenta y la transmitieron a sus obras de arte. (Fotos de la Modotti)

También destaca  la artista plástica contemporánea Louise Bourgeois, reconocida por sus especiales creaciones escultóricas, arte-objeto y mixed media, que han marcado un cambio radical en el arte.

Pero ¿que cosa es el Arte? ¿Una sensación física, emocional e intelectual que cierra la garganta?

En la España del siglo XXI la mujer busca recuperar el tiempo perdido. En las asociaciones artísticas me parece que hay más mujeres que hombres. Entre mis amigas están Nati Cañada, Julia Sáez, Maite Spinola, Maica Bas, Mata Maldonado, Carmen Santaya, Ana Queral. Espero que encuentren su lugar en la historia.

Es interesante notar que en la actualidad, aparte de las artistas plásticas y escénicas, bailarinas, músicos y escritoras, existe el arte informático, a través del cual se crean los que llamamos “Artists Books”, aún poco conocido. Con el método digital se imprimen obras artísticas muy diferentes al libro clásico. En 1973 se instaló una gran exposición de este tipo en el “Moore College of Arts” en Filadelfia y a los libros le llamaron “Booksworks” o “Book Objects”.Entre las artistas estaban Claire Van Vlieh y la italiana Bentivoglio.

Muy interesante es la moderna corriente abstracta, donde la narrativa de sus elementos plásticos - línea, color, composición, textura – se diferencia del arte figurativo y ciertamente estimulan la sensibilidad y la imaginación, como en las magníficas obras pictóricas  de Joan Snyder y multimedia de Ana Queral.
Barbara HepBarbara Hepworth
 

Una escultora que me encanta es Barbara Hepworth (1903-1975) que después de años de estudio, llegó a ser una de las primeras escultoras abstractas que añadió objetos como cinturones y colores en los agujeros de sus formas para crear juegos de luces infinitos. También me gustan las magníficas obras de mi amiga la escultora Paz Figares Hidalgo.

En el medio de las artistas están también unas lesbianas, como en la vida.

Un estudio que realicé y que me dejó perpleja, es la cantidad de artistas que han acabado su vida con el suicidio: Diana Arbus, pintora; Plath Silvia, escritora que no llegó a superar el dolor del marido infiel y expresa sus tormentos con gran sinceridad, y se puedes considerar como el símbolo de la mujer de la era moderna que lucha entre los deberes familiares y la profesión. Entre otras escritoras, poetisas y pintoras destacan: Antonia Pozzi, Kirst Raguet Claude, Roldan Iñacia Luisa- escultora, esculpió al marido como si fuese un demonio y empujó al suicidio a la mujer y el pecado de ella estuve solo esto de amarlo. Saffo, Shelley Mary- escritora, Alfonsina Storni - poetisa, Virginia Wolf- escritora, Anne Sexton- poetisa, Sera Teasdale- poetisa, Assia Wevill-poetisa y Unica Zurn-pintora.

Probablemente todas ellas tenían una sensibilidad exagerada, de gran ayuda para el arte, pero se dejaron llevar por las tragedias de sus vidas y no las pudieron superar los momentos dramáticos. Desde los comienzos de sus carreras combatieron por afirmarse, pero la atmósfera de rechazo en su entorno, las trasformó en personalidades incomprensibles e incompatibles.

Otros suicidios de mujeres ligadas al arte son los de Dora Mar, Marie Therese Walter y Jacqueline Roque, tres de las mujeres de Picasso a quien amaron profundamente. Fueron fuentes de inspiración y de placer y las pintó y las manejó según su arrebatador criterio y compleja personalidad.   

También en esa época se suicidaron Silvia Plath y Assia Wevill, prima y segunda mujer del gran poeta Hughes,  respectivamente. Silvia se devastó por la personalidad del hombre en la “alegre cocina”, y Assia, nada meno, se quitó la vida junto con su pequeña hija. Comprendo más a Marina Tsvetaeva, que no encontró otra solución que matarse por no tener nada que dar de comer a su hijo, así lo estado se tomaba cura del niño.

Silvia Plath

En medio del mundo de la mujer artista hay músicos que han creado obras inmortales, como las bellas e inolvidables canciones de Maria Greber (1884-1951): “Cuando vuelva a tu lado”, “Te quiero, dijiste” “Muñequita linda”, “ Volveré” “Alma mia”, entre otras. Y cómo olvidar las de Consuelo Velázquez: “Besame mucho”, “Amar”, “Amarga verdad”, “No olvideré”.

Existen escritoras místicas como Santa Teresa de Ávila, Sor Juana Inés de La Cruz  y Al Basri, entre otras, que ponen en relieve la importancia y la necesidad que tiene la humanidad de rezar, amar y alabar a Dios sobre todas las cosas y no por temor.

Otras escritoras como Anais Nin, se dejó llevar por la poesía erótica da Henry Miller y escribe de la exaltación sexual.  Afirma que el encanto del sexo supone fuerza y magia cuando nos dejamos llevar por la emoción y el deseo y da el encantamiento que eso supone..

La poetiza Juana De Ibarbourou es de ritmo modulado y palabras apasionada. Mary Shelly, al contrario, crea el terrorífico y extraordinario personaje de Frankenstein. El premio Pulitzer de 1937  lo obtuvo la escritora del esplendoroso libro “Lo que el viento se llevó”  que  llegó ser una película.

Entrar el mundo de las Mujeres significa conocer una realidad diferente constituida por amor a la creación, pero también con fuerza y orgullo, desengaño y soledad que es enfrentada con fuerza desmesurada.

La mujer de hoy está convencida de que el arte no existe sólo en las galerías y en los museos; más resplandece en la naturaleza y en el espíritu creativo del ser humano. Está conciente desde el fondo de su corazón y de su inteligencia, que todavía debe afrontar otras tantas batallas de voluntad para entrar como merece en ese universo que estuvo cerrado para ellas por muchos años.

Creo que el Arte nace de un soplo indefinido que sublima el alma y abre las puertas a la eternidad. Es un acto espiritual y evanescente que trastorna e inunda al mundo y ya nadie se pregunta cuál es el sexo del artista.

Todas estas creadoras de las que he hablado, representan para mí el ideal moderno de la mujer artista radical y libre que recorre sola las calles de Paris, hoy el centro cultural más importante de Europa.

 Elisa Marino Manzini
Autora de PROFILI DI DONNE
Dialogo irrealePremio international Domenico Aliquò (Inediti)
2008- Graus Editore