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martes, 4 de octubre de 2022

Guindalera lanza la iniciativa “Producir en compañía Tío Vania”

  • Con la fórmula que ha denominado Producir en compañía, Guindalera se propone ofrecer la posibilidad a espectadores e interesados de participar como micromecenas en su nueva producción, Tío Vania.  
  • Tras un tiempo de ensayos, la compañía madrileña Guindalera presenta su nuevo espectáculo a micromecenas, en formato de ensayos abiertos, en espera de encontrar un teatro donde estrenar. 
  • Tras haber llevado a escena otros textos de Chejov, como Tres hermanas y La gaviota, y las adaptaciones de Tres años y El juego de Yalta, Juan Pastor presenta su adaptación de Tío Vania con seis actores.
Compañía Guindalera 


L.M.A.

05.10.2022.- Madrid

Como ya hizo con Tres hermanas, la compañía Guindalera ofrece la posibilidad de apoyar la producción de Tío Vania con aportaciones desde 15€, dentro de la fórmula que ha denominado Producir en compañía. Con cada aportación se podrá además asistir a uno de los ensayos abiertos de esta nueva producción de Guindalera, Tío Vania, de Chéjov, con versión y dirección de Juan Pastor, y con 6 actores y actrices en escena. La cita será en el Teatro Pavón los días 10, 11 y 12 de octubre. Se puede encontrar más información en esta página web.    

Tío Vania será la tercera obra de Chéjov que estrene la compañía Guindalera (las otras fueron La gaviota en el Teatro Guindalera y Tres hermanas en los Teatros del Canal). Además, a partir de Chéjov, Juan Pastor también ha llevado a escena El juego de Yalta (versión del irlandés Brian Friel del relato La dama del perrito) y Tres años (versión de Juan Pastor de la novela del mismo nombre). La dirección de Tío Vania, al igual que la de los demás montajes de la compañía corre a cargo de Juan Pastor y en el reparto cuenta con María Pastor, Raúl Fernández, José Maya, Alejandro Tous, Aurora Herrero y Gemma Pina (elegida para interpretar a Sonia entre 160 jóvenes actrices ).


La compañía Guindalera, formada por Juan Pastor y Teresa Valentín en 2000, como resultado de muchas experiencias previas de trabajo con un equipo común, ha llevado a escena grandes textos del teatro universal de autores como Chéjov, Shakespeare, Ibsen, y otros más contemporáneos como Brian Friel o Thornton Wilder, y también españoles como Juan Mayorga, José Sanchis Sinisterra o Ignacio Amestoy. Muchas de sus producciones han obtenido diferentes premios y nominaciones, entre las que destaca el premio Max a la Mejor Producción Privada en 2015 por Duet for One. En 2003 la compañía abrió el Teatro Guindalera, en el que estrenó sus espectáculos hasta 2019, en que tuvo que cerrar. Los últimos montajes estrenados en esta nueva etapa de la compañía ya fuera del Teatro Guindalera han sido Yerma y El curandero en los Teatros del Canal y La dama de blanco, Emily Dickinson., en el Teatro Quique San Francisco. 

domingo, 26 de junio de 2016

“Fuga Mundi”, obra de teatro entre la expulsión de los moriscos y lo políticamente correcto de hoy



 María Pastor en escena


Julia Sáez-Angulo

            “Fuga Mundi”, obra de teatro entre la expulsión de los moriscos y lo políticamente correcto del presente: el apoyo histórico a aquellos, temidos cómplices del Imperio Otomano contra la Monarquía Hispánica –de lo contrario no hubieran sido expulsados, aunque solo fuera por el interés económico. Por otro lado, presentes en la obra: el rechazo o ridiculización del catolicismo y un toque de lesbianismo, coincidente con las jornadas de orgullo gay. Todo un cóctel de plena actualidad y de dar la vuelta a la historia para ponerse al otro lado. Es la moda.

            Denostar la historia tradicional a favor de lo políticamente correcto de nuestros días forma parte del paisaje, de lo establecido, de lo políticamente correcto. Dicho esto, la obra,  presenta los hechos de modo maniqueo y “esculpido” con las simpatías hacia los personajes de la tesis y la antipatía hacia lo combatido.

            Los personajes están bien caracterizados en lo que se busca: la escultora, la mora Fátima, la monja sor Paula y la marquesa, junto al convento en ruinas del XVII, toda una metáfora del derrumbe del Siglo de Oro, que subraya la tesis del texto de la dramaturga y novelista madrileña  Mar Gómez Glez, que vive entre Estados Unidos y España desde 2006.

            El personaje de la escultora Juana de la Vega lo interpreta la bella María Pastor, a la que quizás le sobra un exceso de desparpajo en la interpretación de un personaje de XVII, por más que fuera artista. Personaje hecho de la sombra de la Roldana –que esculpió el rostro de su ex esposo que la maltrataba en la talla de un diablo-, Sor Juana Inés de la Cruz, monja mexicana que versificó de modo claro contra la tiranía masculina y hasta la misma Santa Teresa, reformadora del decaído Camelo.

            La monja Prudencia/Sor Paula, lo interpreta con contención adecuada Chusa Barbero y Clara la morisca, Anaïs Bleda, correcta en su papel. María Álvarez encarna el papel de marquesa de Santa Cruz,  representante del stablisment y por tanto la mala malísima de la obra. La dirección es de Juan Pastor y la ambientación de Teresa Valentín Gamazo.

María Álvarez y Chusa Barbero en escena

            El edicto de expulsión de los Moriscos, hecho de forma escalonada desde 1609 a 1613, planea sobre la obra dramática desde el primer momento con el cartel en uno de los paneles del escenario y con la voz en off que va leyendo de modo objetivo la normativa o con comentarios sentimentales, a la usanza de los textos sefarditas con su sabida llave de Toledo. Tópicos.

            La obra se inscribe junto a la reciente petición al Rey de los moriscos de poder optar a la nacionalidad española, como la tienen los sefardíes. Algún diplomático español ha señalado que la situación no es comparable, por cuanto los moriscos no han conservado –porque nunca la tuvieron- la lengua ni las costumbres y tradiciones españolas, como los sefarditas.

            En todo caso, esperemos que el Rey actual no cometa el absurdo anacronismo de su padre, el rey emérito, de andar pidiendo perdón como hizo con los judíos, y si lo hace, que lo haga como Monarquía Hispánica y no como pueblo, hoy soberano. Los anacronismos resultan grotescos, ahistóricos y, si de perdones se trata, la cadena de invasiones y presencias de romanos, visigodos, árabes de Berbería, franceses napoleónicos y demás sería igualmente interminable. Exigiría reciprocidad. Si queremos ser acomplejados de la historia propia y masoquistas del presente…, pues ¡leña al mono!



“Fuga Mundi”, obra final ante el inminente cierre del Teatro Guindalera




 María Pastor y Anaïs Bleda


Julia Sáez-Angulo

            Fuga Mundi,  la autora Mar Gómez Glez, es la última obra dramática de en el Teatro Guindalera, que ha anunciado su cierre hasta que cambien las difíciles condiciones en que se han movido en los últimos tiempos. La última función del Teatro Guindalera como sala de programación será el próximo 17 de julio. Hasta ese día, Fuga mundi estará en cartel los jueves, viernes y sábados, a las 21h. y los domingos, a las 20h.

            Juan Pastor Millet, director, dice en la carta: El Teatro Guindalera nació como centro de creación teatral con la voluntad de ser un servicio público, un servicio público para la ciudad de Madrid, con un espacio físico para la creación y difusión de sus producciones. Durante estos trece años y en ese espacio concreto hemos intentado crear un estilo propio, con unas características específicas, que son el sello de nuestras producciones.

Como “verso suelto” que somos en la profesión, hemos buscado la independencia, la dignidad artística, técnica y laboral, así como el equilibrio entre lo que nos interesa a nosotros y a nuestra sociedad, entre la elección de textos sólidos y el deseo de renovación, además del entretenimiento y la búsqueda de temas que hablen de la condición humana y planteen nuevos interrogantes sobre el ser humano en el universo.

Nos interesa fundamentalmente el actor como centro de la experiencia teatral y sus procesos creativos, al tiempo que nos alejamos del “efecto teatral”, en la búsqueda de la esencia del arte escénico. Buscamos la magia del juego sin estridencias circenses ni trucos escondidos bajo la manga. En nuestros montajes damos prioridad a la cercanía con el espectador, que siente la proximidad de las emociones desnudas de nuestros actores.

La sala, situada en el número 20 de la calle Martínez Izquierdo, fundamentalmente ha sido ese espacio físico que ha propiciado que el proyecto se desarrollara adecuadamente; un lugar donde poder elaborar y mostrar nuestra propia producción teatral, enriquecida con la aportación de otros espectáculos cercanos a nuestra forma de concebir el arte escénico. De esta forma, el Teatro Guindalera se ha convertido con los años en un espacio de culto con un público fiel, en un referente por la calidad artística y por su modelo de gestión independiente (se paga un precio muy alto por la independencia), en algo que, como servicio público muy localizable, sin los presupuestos de los teatros “oficiales”, enriquece a la sociedad a la que pertenecemos.

Es también un lugar que, por sus características, propicia intimidad y cercanía –que se amplía con el licor de guindas que comparten espectadores y actores en al hall al final del espectáculo, como excusa para intercambiar comentarios sobre la obra, o en pequeños debates programados–.


Sin embargo, después de remontar muchas situaciones críticas -que nos llevaban durante varios años a un posible cierre-, nos vemos finalmente en la obligación, definitivamente, de cerrar la sala como centro de exhibición, por la única razón de una total imposibilidad económica para su mantenimiento.

El Teatro Guindalera se convierte así en un lugar donde únicamente se ensayarán nuestros espectáculos -que deberán exhibirse en otros teatros-, o se llevarán a cabo otros proyectos de investigación teatral. No podemos seguir manteniéndonos como sala de teatro con una programación estable. Es verdad que una posible solución para evitar el cierre sería la de renunciar al centro de creación para convertirnos en sala multiprogramación, programando incluso varios espectáculos diarios o exigiendo un porcentaje superior a las compañías. Pero, por razones que nos alejan de nuestros objetivos anteriormente expuestos o, simplemente, por dignidad profesional, nos negamos a ello. No buscamos la supervivencia a través de un servicio comercial.

Por tanto, después de muchos años buscando soluciones cada vez mas ingeniosas, llega el momento en el que en la balanza pesa más la desesperación del presente (el 21% del IVA es solo un matiz más) que la esperanza de un futuro mejor -en el que siempre habíamos creído-, especialmente porque llegamos a la conclusión de que nuestras administraciones no sólo son incapaces, sino que no tienen interés en proyectos como el nuestro.

Hay que añadir que las instituciones apenas ayudan a las salas de creación, pero se vuelcan con festivales que todo el mundo difunde y de los que se sienten muy orgullosos (FRINGE, TALENT, SURGE...), que no miran por la calidad de la programación ni por la profesionalidad o legalidad de las personas que participan.

¡Nadie premia ni destaca que los artistas estén contratados! La cuestión es ganar dinero o servir de imagen, y no crear un proyecto de calidad y un equipo de trabajo estable... Por otro lado, el teatro profesional tiene que ser cosa de profesionales con la estabilidad necesaria para su desarrollo profesional, y si no están al servicio de las
necesidades del mercado, mejor.

Debemos agradecer a todos los ángeles que han desfilado por Guindalera, que han sido multitud, espectadores, colaboradores, artistas y, porqué no, a algún demonio que quiso hacernos daño -aprovechándose de nuestra ingenuidad-, pero que nos abrió los ojos un poco más a la realidad. Nos vamos con la alegría y satisfacción de haber
sido fieles a nuestros postulados y con la tristeza de comprobar que el país no puede permitirse proyectos como el de GUINDALERA o, simplemente, no le interesan.

¡Ojo! Tenemos que cerrar la sala, ¡pero Guindalera seguirá dando que hablar en sus producciones! Seguimos con nuestro montaje de Tres hermanas de Chéjov que en octubre iniciará su gira, y en noviembre El año del pensamiento mágico estará programado en el Teatro de la Abadía.




viernes, 13 de mayo de 2016

"Placenta", espectáculo dramático escrito y dirigido por Julio Provencio en el Teatro Guindalera


            La plataforma escénica Guindalera acoge a la compañía Becuadro Teatro dentro del Festival Surge de la Comunidad de Madrid, con su espectáculo “Placenta” escrito y dirigido por Julio Provencio

            En primavera, Guindalera abre su escena a creadores afines. Tras Las princesas del Pacífico, se presentan dos espectáculos dentro del Festival Surge de la Comunidad de Madrid. Este es el segundo de ellos.



L.M.A.

            Madrid, 13.05.2016 .- Una chica joven acude a una manifestación en el centro de Madrid. En la carga policial al final de la concentración, recibe golpes de varios policías, quedando tendida sobre la acera. Una prostituta de avanzada edad que observa desde su portal la sube a su apartamento para curarla. El shock por la violencia y el encuentro con la mujer despiertan en la chica una desconocida lucidez.

            El padre de la joven recibe a medianoche un mensaje confuso de su hija, y decide salir hacia el centro en su busca. Cuando da con la casa de la prostituta, su hija ya no está allí. Solo encuentra a la anciana, pero su carácter enigmático le impide aclarar el paradero de la chica. En los nervios por tratar de hallarla, el padre traspasará ciertos límites morales, cuya violencia destapará el recuerdo de capítulos escondidos de su pasado.

            En el transcurso de las escenas, el espectador irá descubriendo los motivos y conflictos que mueven a los personajes: la muerte de una madre, una profesión policial de la que se sabe poco, el plan de una posible huida… y un pasado rural remoto donde se reflejan ecos del presente. Todos ellos, además, se revelan íntimamente ligados a la evolución de la sociedad española y sus acontecimientos más importantes en los últimos cincuenta años: él éxodo rural hacia la ciudad, la amenaza del terrorismo en el País Vasco, o las protestas políticas recientes.

     No hay diálogo, sino parlamentos, soliloquios de los tres personajes. En algún momento, el texto sugiere, más que dice, como en el caso del policía. El espectador debe atar cabos entre lo que dicen uno y otros. Alcobendas "borda" su personaje, quizás el más difícil. La proyección de pantalla apoya el pensamiento de la joven (Neus Cortés); al final incluso la sustituye, dejando a un lado su presencia, evocando su ausencia. Quizás el papel de la prostituta buena sea ya demasiado tópico en el argumento. Obra interesante y dura al mismo tiempo. Sobrecoge. Sale uno acongojado.


Ficha artística y técnica
Intérpretes: José Luis Alcobendas, Aurora Herrero y Neus Cortès Iluminación: Juanan Morales Fotografía: Alicia López/Susana Martín Prensa: Raquel Berini Dramaturgia y dirección: Julio Provencio

Placenta nació en un proceso de escritura tutelado por Juan Mayorga dentro de la Cátedra de Artes Escénicas de la Universidad Carlos III de Madrid, donde el trabajo de dramaturgia se combinaba con la puesta en escena, la improvisación y el debate colectivo. Desde ese impulso, la obra fue tomando forma a lo largo de los meses hasta conformarse como el espectáculo que ahora es. El texto retrata la sociedad española actual a través de tres personajes de distintas generaciones y procedencias. En su encuentro cruzado a lo largo de una noche en el centro de Madrid, el espectador es invitado a recorrer sus pasados, las emociones que el presente más radical produce en ellos y las razones de sus diversas reacciones hacia el futuro.

            Enmarcada en mayo de 2011, la obra muestra el rostro y los conflictos de los que no fueron protagonistas del 15M, pero recibieron igualmente la onda expansiva de una nueva necesidad de hablar, de encontrarse y de avanzar.

            En el momento de su estreno en 2016 - cinco años después y plenamente inmersos en los cambios políticos que aquel movimiento impulsó- Placenta tratará de propiciar una reflexión sobre los múltiples factores que configuran nuestra realidad social presente, indagando en la cara oculta de las vivencias compartidas por diversas generaciones; generaciones que hoy se encuentran –nos encontramos- ante la encrucijada de redefinir el marco que hemos de compartir y desarrollar en el futuro.

            A partir de un lance azaroso (una manifestación en que la policía carga contra los participantes), los personajes se verán obligados a tomar la palabra para explicarse, defenderse y entenderse a sí mismos. En sus voces y sus historias se dejará ver una particular relación con la historia de nuestro país a múltiples niveles: el cuidado íntimo, la paternidad, o la independencia femenina, pero también los conflictos sociales, políticos y generacionales.

Currículos

Julio Provencio. Dramaturgo y director de escena, compagina las labores de ayudantía de dirección y regiduría en la compañía de Angélica Liddell (Atra Bilis) con labores académicas y docentes (especialmente, dentro del Máster en Investigación y Creación Escénica de la Universidad de Salamanca) y de producción. Es autor de Proyecto 43-2, que también dirigió (presentada en las salas Kubik Fabrik y MiradorCNC), y del guion Humanoides (IV Premio Teatronika), entre otros. Ha sido ayudante de dirección en las producciones You are my destiny (Lo stupro di Lucrezia), Primera carta de San Pablo a los Corintios, Las puertas de la carne y Esta breve tragedia de la carne, de Angélica Liddell. Es licenciado en Filosofía por la UAM, Máster en Humanidades por la UC3M, y Máster Europeo en Artes Escénicas por las Universidades Libre de Bruselas y de Bolonia, gracias a una Beca de la Fundación La Caixa. A nivel dramatúrgico, se ha formado con Juan Mayorga, Jean-Pierre Ryngaert o Pascal Rambert; con André Helbo, Marco de Marinis o Julio Checa desde el punto de vista teórico; y con Sista Bramini, Magali Pinglaut o Alberto Kurapel a nivel de dirección e interpretación.

José Luis Alcobendas es un conocido actor de teatro, cine y televisión. En los últimos años ha participado en Rinoceronte (dir. Ernesto Caballero), Julio César (dir. Paco Azorín), El arte de la comedia (dir. Carles Alfaro), Drácula (dir. Ignacio Gª May), La paz perpetua (dir. José Luis Gómez) o Hedda Gabler (dir. Eduardo Vasco). Neus Cortès es una joven actriz mallorquina. Ha trabajado en La evolución (dir. Rubén Ochandiano), Ivanov, ja no hi ha mosques (dir. Sergi Baos), Doménica (dir. Vicka Durán) o Klígula (dir. Pitus Fernández).

Aurora Herrero es una actriz teatral con más de cuarenta años de carrera a sus espaldas. En los últimos años ha participado en Tres hermanas (dir. Juan Pastor), Don Juan Tenorio (dir. Laila Ripoll), La nona (dir. Carlos Vides), Marta tiene un marcapasos (dir. Borja Manso) o Presas (dir. Ernesto Caballero).

Horario
13 al 15 de mayo (SurgeMadrid), viernes y sábado, 20’30h.
domingo, 19’30h.
19 al 29 de mayo, jueves, viernes y sábados, 21h.,
y domingos, 20h.


domingo, 1 de mayo de 2016

“Las princesas del Pacífico”, una aventura teatral de Alicia Rodríguez y Belén Ponce de León en el Teatro Guindalera





 Alicia Rodríguez y Belén Ponce de León


Julia Sáez-Angulo

            “Las princesas del Pacífico”, una aventura teatral de Alicia Rodríguez y Belén Ponce de León, bajo la dirección de José Troncoso, donde el público disfruta y reflexiona al mismo tiempo. Una puesta en escena en el Teatro Guindalera de Madrid, que ha dado que hablar por la espléndida interpretación de las dos actrices que hace creíble a los personajes. Un proyecto y  producción de Padam Teatro.

            Agustina y Lidia son tía y sobrina, personajes de barrio, de Dos Hermanas (Sevilla), que viven pendiente de los sucesos que se informan en el televisor. Ese es su mundo y alguna conexión con el barrio, como la del “hijo de la Juani, que lo han medido en la cárcel”. Se ríen de los sucesos ajenos, casi como escudo de satisfacción de que no les ha tocado a ellas. Las dos viven de una corta pensión que apenas les permite bien con holgura.

            Pero las penas no siempre son penas en la casa de los pobres, al poco de comenzar la función teatral, a la tía y sobrina les toca un viaje en un crucero y ellas comienzan con los preparativos: sombrero, gafas, diadema… todo pobre y hortera pero con sueños. Si la belleza es un activo, Agustina y Lidia no son precisamente bellas sino un tanto adefesios, grotescas, que se anquilosan, la tía en su mantón de crochet y la sobrina no puede cambiar de vestido sino modificarlo con un lazo de otro color.

            La simbiosis de los dos personajes se aprecia en el lenguaje sevillano, en los diálogos en que ellas se apoyan, casi una repetición de respuestas y latiguillos siempre listos para hablar con el prójimo, sean las vecinas o el capitán del crucero, que es el antiguo chico de la pescadería.

            Recursos verbales y gestuales no les faltan a los personajes, a las actrices Alicia Rodríguez y Belén Ponce de León, que los bordan. “Cucha niña….”  y a partir de ahí cualquier cosa se puede desencadenar entre estas dos supervivientes que hablan, discrepan, se asienten… y siempre se quieren. “¡Verdad!, apostilla siempre la sobrina a la tía, porque ambas forman un tándem inseparable de apoyo en la vida.



            Cuando Lydia se pierde en el barco del crucero, la tía implora al cielo para decirse al más Alto que con ella haga lo que quiera, incuso que la ponga en una silla de ruedas, pero que a la niña no le pase nada. Es una escena inteligente y conmovedora.

            La vida anterior de la tía y la sobrina se cuenta sobre la marcha del espectáculo teatral: ella viuda –hermana de la tía- con un marido que le dio la noche de bodas; ella huérfana de madre, casi al nacer y de padre que se dio a la bebida. Pero la sobrina sonríe cuando la tía le dice que su madre era la más guapa de aquel momento y que su padre la quería mucho.

            La realidad, la narración, el sueño y el ensueño se van dando por partes.

            Las escenas teatrales se suceden a ritmo vertiginoso con gracia y salero como corresponde al habla andaluza popular. La escena de las hamacas es hilarante; las del autoservicio de comidas, otro tanto;  las de los encuentros con el capitán muestran cierto freno de las mujeres de barrio ante el importante, con todas sus reservas; los diálogos con tres mujeres burguesas o con pretensiones avanzan a media que transcurren los días de crucero. Al final pasará factura ante los agentes.

            En suma Las princesas del Pacífico es una obra diez, no solo por el texto sino sobre todo por la interpretación que le da vida. Teatro vivo, espejo de hoy, con un final muy actual.