Madrid, 23,03.2025
I
EL JERTE Y EL FRÍO EN SUS CEREZOS
La noche se desgarra con la aurora
y, el Jerte ya se viste de amarillo.
Lejos y arrinconado, llora un trillo
bajo la araña astuta y tejedora.
Pasa un ave de paso y se enamora
del perezoso aroma de un membrillo,
y balando, persigue, un cabritillo,
la flor de nata de su paridora.
Ha llegado Diciembre en el otoño,
y un cuchillo, en el aire, corta tanto
que, tiritan, desnudos, los cerezos.
Ya duerme el valle, su feliz retoño
que brotará por Marzo, y, entretanto,
rompe el silencio el grajo con sus rezos.
II
EL JERTE Y SUS CEREZOS EN FLOR
Hoy ha escampado por los pedregales.
Marzo se despereza, y sus bostezos
hacen brotar las jaras y los brezos,
y refulgir de luz los manantiales.
Un milagro de Marzo en los frutales
y, arde la nieve sobre los cerezos.
Van trinando los pájaros sus rezos
y resuenan sus silbos celestiales.
El Jerte ya rebrota y reverdece;
el sol levanta tras lejana bruma
y se trasiega por la sementera.
Repunta una caléndula y florece
y, el aire se recrea y se perfuma.
¡Mágica y trascendida primavera!
III
EL JERTE Y LOS CORAZONES DE SUS CEREZOS
El sol se adueña de los matorrales.
Y Junio, casi Julio, resplandece.
El campo se eterniza y se florece,
perfumando sus puntos cardinales.
Trabajan las abejas sus panales
y, el agua de los ríos relentece;
mueve el aire los juncos, y los mece,
y cantan sus amores los zorzales.
Asoma la cabeza alguna ardilla;
ya la espiga del trigo cabecea
cargada de zarcillos y aderezos.
Y para completar tal maravilla,
otra vez más, el Jerte milagrea
y se encienden y laten los cerezos.
Pilar Aroca
2 comentarios:
Hola, Julia. Yo soy de Tornavacas y tengo varios miles de cerezos heredados que me dan más disgustos que satisfacciones. Ya ves que te sigo fielmente. Luis S. Bardón
Muchas gracias por tan bellos poemas y, de paso, por la enseñanza, pues no conocía el Jerte. Nuevos saludos,
Raúl
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