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viernes, 23 de junio de 2023

FRUTOS MARÍA. Exposición "Construcción de la mirada" de escultura y pintura en el Espacio Pablo Serrano de Madrid

Escultura de Frutos María
Pintura de Frutos María



L.M.A.
23/6/23.- Madrid.- Frutos María, artista visual, expone "Construcción de la mirada", una muestra de una veintena de piezas artísticas, escultura  y pintura, en el Espacio Pablo Serrano de Madrid. La muestra permanecerá abierta hasta el próximo 26 de junio. 
Con buen tratamiento de los materiales, estilo y estética, la exposición se asienta en un montaje armónico de escultura de mediano formato -en comparación a las grandes y monumentales que acostumbra el artista- que dialoga acertadamente con la pintura bidimensional de sus cuadros, que sostienen los tonos metálicos, minerales o vibrantes del rojo, el óxido y los negros. Una terminación cuidada y pulida, como requieren estos trabajos artísticos traídos a esta formidable exposición en Madrid.,

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Obra artística de Frutos María



viernes, 16 de diciembre de 2022

MANUELA PICO. Homenaje a la escultura desde la pintura

Manuela Picó con Frutos María
Raúl Apausa con Cecilia de Lassaletta



Carmen Valero

Fotos Peter Wall

17/12/22.- Decía Baudelaire -buen poeta y discutible crítico de arte- tras contemplar el Salón de Otoño, que “la escultura era aquello que estorbaba para mirar la pintura”. Manuela Picó, por el contrario, ha tomado la escultura como motivo y pretexto para los cuadros que ahora presenta en la Galería de Arte Herráiz hasta el 11 de enero. Las obras de Raul Apausa y Frutos María han sido el punto de arranque de la pintura que machi-hembra ambos géneros artísticos. 

(Siempre se ha dicho que la pintura ha sido la prima donna de las Bellas Artes en exposiciones y museos, porque se le ha dado un lugar y espacio preferentes, por lo que la pintura de Manuela Picó viene a ser un original homenaje a la escultura)

               Una muestra en la que también participan algunas esculturas de Raúl Apausa, para que el espectador pueda observar el fragmento o punto de partida de la pintora para sus obras. Todo un ejercicio de observación y contemplación que permite ver con atención las pátinas del hierro o la madera de origen, reinterpretadas por la pintura, en la que el proceso de oxidación parece hacerse más evidente, con efectos de lupa.

La exposición de Manuela Picó ha merecido dos inauguraciones y, en la segunda, se han dado cita desde Nati Cañada a Glenda Gaby, pasando por Teresa Escarpenter, Loreto Casado, Chuca, Adriana Zapisek, Pepa Picó, Raúl Apausa, Mario Saslovsky…

Peter Wall ante la obra de Manuela Picó (Foto A. Zapisek)

Galería Herráiz

c/ Don Ramón de la Cruz, 27

28006 Madrid

jueves, 25 de noviembre de 2021

Frutos María. El arte elegante de la escultura


Frutos María, escultor



L.M.A.

    25.11.2021.- Alicante.- El escultor Frutos María ha inaugurado en el Club Información una exposición que recoge todas sus facetas escultóricas sobre hierro, maderas recuperadas del mar o cerámicas

    En la obra de Frutos María no hay discursos ni mensajes, solo el placer de la creación, el uso de materiales naturales y la búsqueda de la originalidad en cada creación. "Yo disfruto del arte -afirma este burgalés de 61 años afincado des- de hace décadas en Alicante-, disfruto creando, no sigo ese camino de muchos artistas de hacer siempre lo mismo, me aburre, tengo que estar constantemente innovando, investigando, haciendo cosas distintas, explica ante la exposición que inaugura en el Club Información, Sobre mi Imanto, comisariada por Aramis López.

    El manto es el tapiz/alfombra de su taller sobre el que el escultor ha trabajado los últimos años, repleto de restos de soldaduras, líquidos, manchas de trabajo, huellas y que ocupa el centro de la sala. De los deshechos de un artista también puede salir arte», sostiene. A su alrededor, una quincena de sus obras más íntimas: unas pocas es- culturas en hierro, otras de madera, alguna cerámica y cuadros compuestos con maderas que han permanecido años en el mar, recubiertas de a e arenas, pigmentos, redes yresinas naturales, materiales sostenibles con los que siempre ha tra- bajado. 

    La muestra es un pequeño. universo de la amplia creatividad del escultor en la que se adivina una tendencia a la ampliación de formatos. «Cada vez que hago más exposiciones me gusta más la sencillez, el no recargar es más elegante, y el espectador se centra más», explica sobre cierto minimalismo presente en Sobre el manto. -Sihay algún mensaje, no lo debo decir. No me gusta hablar de mi obra, yo soy un creador, luego están los críticos, subraya. 

    La exposición permanecerá abierta hasta el 1 de diciembre.

Obra de Frutos María

viernes, 18 de junio de 2021

FRUTOS MARÍA: “Mi obra escultórica es completamente emocional y personal, plasmando en cada pieza parte de mis vivencias”

Foto de familia a través de una escultura de Frutos María. El escultor, con mascarilla

Frutos María, Ana Vivas...




L.M.A.
Fotos Jannet Challapa Mejía  y Ana Vivas

    18/6/21.- Madrid.- El escultor Frutos María expone durante quince días una veintena de sus esculturas y pinturas más recientes en AEPE (c/ Infantas, 30). El propio artista explica así la génesis de su creatividad artística:
    “Hay ocasiones en que me esfuerzo tanto en el día a día que mi obra es completamente emocional y personal, plasmando en cada pieza parte de mis vivencias y emociones, todas ellas mezcladas y transmitidas mediante el uso de materiales, de técnica, de diseño y de imaginación. Vivencias que se acumulan en metales de formas inimaginables hasta ese momento, emociones que se funden, que se ensamblan y dan forma a un nuevo significado. 

    Desde este punto de partida, las creaciones evolucionarán, otorgándole el máximo respeto al arte. Así, comunicarán a quién las contemple que hay algo más, que no todo es lo que se ve, fortuito o no, que los ojos del artista han ido más allá para traer algo que completará la visión de ese espectador. 
Mi viaje comienza en el ínfimo instante en que las puertas comienzan a abrirse y el haz de la razón se cuela por la rendija. Son, éstas, puertas de suma importancia que marcan el inicio de un viaje profundo y reflexivo en la vida; puertas quedan la oportunidad, una vez aparecen, de elegir un camino para recorrer. Con rapidez, un mundo nuevo se despliega ante la persona, abriéndose en infinidad de direcciones. 
    La existencia o el olvido de cada una de estas vías dependerá, entonces, de la visión de aquél a quién llevarán por un recorrido propio hacia lo más interno de su ser. Cuando de entre todas las posibilidades que nacen, de todos esos caminos, se elige uno para ser el camino, sin importar lo sinuoso de su trazado, aparecen espacios nuevos que difícilmente habrían sido posibles de imaginar antes”.
La inauguración contó con la presencia de José Manuel López Reina, vicepresidente de AEPE y numerosos artistas, principalmente del Grupo pro Arte y Cultura: Cuchi de Osma, Marcela Ariagudo, Manuela Picó, Adriana Zapisek, María Jesús de Frutos, Paloma Casado, Ana Vivas, Carmen Lastra, Dolores Tomás, Julia Sáez-Angulo… 
Adriana, Dolores, Frutos, Julia y María

Paloma Casado y Carmen Lastra



martes, 8 de junio de 2021

Frutos María expone su obra artística en Madrid

Frutos María junto a una de sus obras (Foto Diario Información)


L.M.A.

9/6/21.- Madrid.- Frutos María, artista visual burgalés, residente en Alicante, expone su obra en AEPE de Madrid del 18 de junio próximo a finales de mes. El propio autor presenta su obra:

«Hay ocasiones en que me esfuerzo tanto en el día a día que mi obra es completamente emocional y personal, plasmando en cada pieza parte de mis vivencias y emociones, todas ellas mezcladas y transmitidas mediante el uso de materiales, de técnica, de diseño y de imaginación.

Vivencias que se acumulan en metales de formas inimaginables hasta ese momento, emociones que se funden, que se ensamblan y dan forma a un nuevo significado. Desde este punto de partida, las creaciones evolucionarán, otorgándole el máximo respeto al arte.

Así, comunicarán a quién las contemple que hay algo más, que no todo es lo que se ve, fortuito o no, que los ojos del artista han ido más allá para traer algo que completará la visión de ese espectador.

Mi viaje comienza en el ínfimo instante en que las puertas comienzan a abrirse y el haz de la razón se cuela por la rendija. Son, éstas, puertas de suma importancia que marcan el inicio de un viaje profundo y reflexivo en la vida; puertas que dan la oportunidad, una vez aparecen, de elegir un camino para recorrer. Con rapidez, un mundo nuevo se despliega ante la persona, abriéndose en infinidad de direcciones. La existencia o el olvido de cada una de estas vías dependerá, entonces, de la visión de aquél a quién llevarán por un recorrido propio hacia lo más interno de su ser.

Cuando de entre todas las posibilidades que nacen, de todos esos caminos, se elige uno para ser el camino, sin importar lo sinuoso de su trazado, aparecen espacios nuevos que difícilmente habrían sido posibles de imaginar antes».

En 2018, Frutos María expuso una amplia muestra de sus esculturas en la sala de exposiciones de la Universidad de Alicante.

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http://www.escultorfrutosmaria.com/




sábado, 16 de mayo de 2020

Frutos María, escultor del hierro y del reciclaje de pecios marinos. EXPOSICIÓN VIRTUAL


escultura de Frutos María


Frutos María, escultor, junto a su casa estudio



L.M.A.
            17.5.20 .- Madrid .- Frutos María nació en Hontoria de Valdearados (Burgos) en 1959, hijo de agricultores. Realizó sus primeros estudios en su pueblo natal donde pasó su infancia. Desde muy joven siente muchas inquietudes creativas, se construía sus propios juguetes y empezó a realizar manualidades. Sus primeros cuadros y objetos de decoración los vendía con 12 - 13 años.
Su pasión por las herramientas y la mecánica lo lleva a estudiar maestría industrial donde empieza a crear piezas escultóricas en hierro, pero deja apartado este trabajo de creación y se dedica a mecánico de coches y restauración de coches y motos.
Debido a su inquietud, afán, y buena visión por los negocios y a su espíritu aventurero intenta viajar y trabajar fuera de España incluso en los sultanatos Árabes, pero le ponen varios impedimentos para marcharse por su corta edad.
Entonces se hace empresario, se dedica a negocios de compraventa de automóviles en Aranda de Duero (Burgos). Posteriormente se traslada a vivir a Alicante en 1985 donde compagina su trabajo como empresario con el arte. Aquí tiene más posibilidades de introducirse en el mundo del arte y además conoce a su gran amigo y maestro D. Juan Guardiola, arquitecto y artista plástico y gran conocedor del arte con un gran nivel artístico. Le anima y comparten trabajos de creación en escultura y pintura y le introduce en este mundo.
En la actualidad compagina sus negocios con el arte disfrutando cada día más de la creatividad. Críticos de arte y amigos le animan para que exponga sus obras, pero tiene más interés en crear que en exponer.
Frutos María es un consolidado artista de Alicante, que nació en Burgos en 1959. Hizo su primera exposición en 2008 y, desde entonces ha realizado numerosas muestras, individuales y colectivas. Trabaja tanto la escultura como la pintura y utiliza para ello materiales muy diversos como la madera, el hierro, la piedra o el hormigón armado.         Su reciente exposición, en 2019, en la Universidad de Alicante fue comisariada por Julia Sáez-Angulo.
            Mi trabajo es sensible a la creación, es un proceso constante de análisis e investigación para que el trabajo sea de calidad en el diseño de las esculturas. Yo siempre creo en mi trabajo, mi capacidad de hacer lo que me gusta. Una necesidad interna es la que me ha conducido a crear. No busco el éxito, me interesa más el trabajo bien hecho, con coraje y sentimiento. No me gusta limitarme en el trabajo, siempre busco ir más allá, por ello me gusta innovar con diversos materiales, trabajar con sus texturas y crear nuevas formas. Hay que saber cómo moldear cada uno de ellos, ya que cada uno pide un trato distinto.
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pintura de Frutos María





lunes, 2 de diciembre de 2019

FRUTOS MARIA. Sobre la pieza Delfín. Exposición en la Sala 365 Museo de la Universidad de Alicante

El escultor junto a una de sus piezas

"Delfín", escultura de Frutos María



por Aramis López

     02.12.19.- Alicante .- El pasado 15 de noviembre se inauguró en la Sala 365 del Museo de la Universidad de Alicante una exposición con la obra de Frutos María. Entre todas las piezas expuestas llamó mi atención la que está al final del recorrido, la última, Delfín, es una de las obras que Frutos realiza a partir de objetos recobrados del mar; recorre puertos y bahías recogiendo objetos que el mar expulsa, los trata, cuida y les da un contenido artístico, las convierte en arte. 

La obra es un gigantesco tronco que ha permanecido mucho tiempo sumergido, tiene una cara llena de todo tipo de incrustaciones de pequeños moluscos, algas y pequeños seres marinos y otra suave, aterciopelada por el rozamiento con el fondo marino, esta parte se asemeja al vientre de un delfín, con esa textura de suavidad que atrae al tacto. La parte con incrustaciones me resulta difícil de mirar, sufro tripofobia que es aversión a la visión de elementos repetitivos y abultados producto de una mala percepción de las tres dimensiones, sin embargo, no puedo apartar la vista. El tronco ha sido tratado, moderado y preparado para su exhibición y para que lo percibamos como una obra de arte, cuelga y es enmarcado por un bastidor metálico, la pericia del artista lo convierte en un objeto bello. La última vez que escribí sobre la obra de Frutos me llamó la atención una pintura a la que yo atribuí la imagen del dios romano Jano, el ser de las dos caras, principio y fin, y en esta ocasión también me intriga esa doble cara, por un lado, presenta una parte rugosa y dolorosa a mi visión y la otra es suave y atrayente. Frutos y yo somos antagónicos en muchas visiones e ideas, sin embargo, no creo que nunca vaya a discutir con él, es muy respetuoso conmigo, y yo con él, siempre pienso que es increíble que podamos hablar con tanta facilidad y cordialidad. 

Fui a ver con mi sobrino Leo de seis años la segunda parte de Maléfica, una producción Disney nada edulcorada, al final se produce una batalla entre humanos y seres alados, parece que no va a tener ganador, es brutal, en un momento de la trama algunos de los protagonistas se dan cuenta de que todo el conflicto es provocado por la perversión de una sola persona, y deciden no continuar luchando, y así se acaba la guerra, ninguna de las dos partes ganaba nada con la victoria y las dos perdían en la batalla, era tan simple como parar de luchar. Detener la contienda es simplemente querer parar de luchar. ¿Qué les empujaba a la lucha? La incomunicación, la imposibilidad de decirse unos a otros, la percepción distorsionada del otro. ¿Es posible la alteridad? No es sencillo percibir al otro en su complejidad, no es fácil ver las dos caras de nadie, habitualmente solo apreciamos la que se nos muestra o la que queremos ver. 

Volviendo a Delfín, la pieza de Frutos, tiene dos caras contrarias, una rugosa y repulsiva y la otra suave y seductora, en mi percepción atrofiada miraría mucho más tiempo la que me resulta dolorosa y mareante, mi fobia me hace prisionero de la autoflagelación que me impone la imagen degradante. 

Mi fobia me obliga a escribir sobre esta obra. Y solo de ella, no es que el resto de la exposición no tenga interés, ni mucho menos, pero mi vivencia personal de la visita a la exposición se queda marcada por lo que me hace reflexionar esa última obra vista, y claro que el arte conmueve y mueve. Es muy probable que tras ver un partido de futbol no tuviese yo la mente tan ocupada como me sucedió ese día. Y es mucho más probable que cuando regrese a ver de nuevo ese delfín me sucedan de nuevo pensamientos nuevos. 

La palabra tiene su poder en ser escrita, leída y escuchada, la imagen se completa al ser vista y perdura en nuestra mente, pasa a nuestro espíritu y aunque no lo creamos moldea nuestro cuerpo. Mi facilidad de comunicación con Frutos creo que viene de su capacidad creadora, de su interés y persistencia en crear, le importa mucho su obra, le importa que su vida tenga un recoveco siempre para invertir en hacer, no es una afición es vida. 

Vimos la exposición en compañía de Lidó Rico, otro artista, y por deformación pensamos enseguida en como habríamos montado cada uno de nosotros las piezas para su exhibición, pero los dos recaímos en la misma obra, y en el dispositivo que había creado para mostrarla, un marco metálico del que se suspendía el trozo de madera anudada por hilo de acero, un marco para enmarcar ese paisaje. Para mí la forma perfecta sería flotando, sin marco ni sujeción. 

Frutos me contó que el trabajo de consolidación de la madera la convertía en eterna, que soportaría el paso del tiempo eternamente, y me fascinó pensar en esa madera flotando eternamente en el universo, como un asteroide, una pieza eterna que sobreviviría a cualquier hecatombe, un trozo de madera convertido por un artista en un objeto inalterable, y pensé en el niño de la película Inteligencia Artificial de Spilberg, creado para amar a sus padres, un humano artificial también eterno que perduraba más allá de la civilización que lo creó, con conciencia y con capacidad de amar, pero con esa capacidad ya sin destinatarios. 

¿Será cierto que ese trozo de madera tan bello podrá durar eternamente? ¿incluso cuando no halla ningún humano capaz de apreciar su belleza? ¿Somos capaces de percibir la belleza de objetos creados bajo condicionamientos culturales distintos? Como decía nada de esto se me pasa por la cabeza después de ver un partido de futbol, no es estimulante de la misma manera, pero es cierto que visitar una exposición artística o un acto cultural pide más esfuerzo, hace años estas actividades formaban parte de lo cotidiano ya que se entendía que para la formación integral del ciudadano era necesario tanto el haber cursado estudios reglados como la costumbre de acudir a actos culturales, nos parecía a todos que parte de nuestra actividad como zoon politikón era la de consumir cultura. 

En estos tiempos hemos perdido el rubor de declararnos incultos y se debe a la falta de referentes en los que mirarnos, los medios de comunicación, políticos y algunos otros actores sociales han manifestado desde hace años su falta de interés por crecer intelectualmente, vemos en televisión auténticos atentados contra la cultura actual continuamente, y no a hay quien escuchar, la oratoria política es desastrosa, vemos habitualmente a lerdos integrales marcar la pauta. 

En un panorama así ni exposiciones de arte, ni libros, ni periódicos, ni teatro, conciertos o representaciones de ningún tipo tienen posibilidades de progreso, y cada vez más las personas que se dedican a desarrollar contenidos se ven desoladas, tanto anímicamente como económicamente. 
     Nos preocupa que el cambio climático producido por la voracidad de los intereses económicos acabe con la naturaleza tal y como la conocemos, pero no hay preocupación por que la inacción cultural acabe con la civilización humana. 

Animo pues a todo aquel que aún lea y a aquellos que aún escuchen a visitar la exposición de Frutos María en el Museo de la Universidad de Alicante.

domingo, 17 de noviembre de 2019

Frutos María: Pintura y escultura del acero, el hierro, los textiles y el reciclaje marino en Alicante. Taller y exposición

 Esculturas de Frutos María

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Frutos María en el taller



Julia Sáez-Angulo

            17/11/19 .- Alicante .- Tiene su casa/estudio junto al Campo de Golf de Alicante. La construyó sobre una antigua huerta de las afueras, respetando el estilo de casa-torreón que caracterizaba el paisaje, hoy completamente urbanizado. Allí está también su gran almacén de piezas, más de mil en su catalogación, que dan fe de su creatividad artística donde conjunta los materiales más diversos que van desde el hormigón, al hierro, acero, plomo, textiles, redes y maderas rescatadas del mar, que oportunamente tratadas conforman una presencia singular y artística dentro de las obras.

            Frutos María Martínez (Hontoria de los Arados. Burgos, 1949), residente en Alicante, acaba de inaugurar una exposición en el Museo de Universidad de Alicante, MUA, titulada Acero y pecios del mar,  en la que muestra casi medio centenar de obras en los distintos materiales que el escultor trabaja. “Hoy en día se desechan materiales buenos y se utilizan materiales inferiores como cartones prensados, conglomerados.. y otros”, explica el escultor, que recorre la costa levantina y recoge las ofrendas del mar como un tesoro con toda su significación simbólica. Nueva vida tituló una de sus exposiciones en 2017. El reciclaje como técnica y actitud de rescate, desde sus estudios de Maestría industrial durante su juventud Aranda de Duero, cuando la escultura ya estaba arraigada en su vocación. Sus obras se encuentran hoy en distintas instituciones y colecciones privadas.

            La crítica de arte Carmen Valero escribe en el catálogo de la exposición: “Ya se le había visto dar una segunda oportunidad a las cosas en su anterior exposición en el Museo de la Universidad de Alicante, MUA, en 2017, cuando Frutos María mostró sus vetustas puertas con cerradura, intervenidas de pintura y expuestas de nuevo a la mirada o a los relieves rectangulares de madera, que algunos críticos denominaron confesionarios por la oquedad aparente o casi manifiesta en la superficie de la tabla. Por si quedara alguna duda, los títulos de algunas piezas lo subrayan: Nueva vida. Obras de arte que el escultor convoca a la resurrección. Un reciclaje desde el vertedero al arte, toda una aventura de compasión, piedad y transformación de la materia. Una metamorfosis pensada, calculada, voluntaria y llevada a efecto. Una aventura feliz, desde la desventura táctil a la cristalización del arte. Una visión doble, el antes y el después; una visión dual con distinta intencionalidad. Como Jano, el dios bifronte, con cuyo nombre el autor quiso titular la muestra anterior.

            El escultor se nos manifiesta ahora de nuevo como un salvador, un rescatador de la materia arrojada por el oleaje del mar, la que él recoge, cortocircuita y manipula. La materia no se crea ni se destruye, se transforma es todo un principio de la física, desde que lo afirmara con rotundidad el químico francés Antoine Lavoisier en 1785  y que viene a la memoria,  cuando se contemplan las esculturas de Frutos María. 

            Maderas, pigmentos, arenas, resinas... sobre tablas de madera, todo sirve para dar  vida a la obra de arte con aire mineral u orgánico, según los casos. Nueva vida a unos componentes que solos eran solo materia desechable, mientras que unidos y organizados generan algo diferente, con significado muy particular en la gestación de la obra de arte. Un objeto escultórico que es ejercicio plástico, estético, comunicativo, ante un público abierto y heterogéneo que mirará y reinterpretará su significado.

            Junto a las pinturas de renovada vida, prácticamente relieves de escultor, Frutos María ofrece esculturas de metal, de hierro, acero u hormigón –elementos industriales y constructivos-, que emergen con la fuerza rotunda del arte de la tercera dimensión, bien sea un “elogio a la Arquitectura,  un “brocal” o unos “abrazos” en el aire.

Un poco de historia escultórica

            Recordemos que la escultura nació en origen como tótem sagrado sin ánimo estético alguno, según se puso de manifiesto, entre otros estudios, en la exposición Qu´est que ce que la Sculture Moderne (1900 – 1970), celebrada en el Musée National d´Art Moderne – Centre Georges Pompidou de París en el año 1986, muestra que contó con la obra de algunos artistas españoles como Jorge Oteiza, quien, en su laboratorio de tizas, se “perdió” en la Caja vacía como último estadio de su investigación. Una muestra gigantesca que desbordó el edificio original del Pompidou y tuvo un segundo ámbito en un hangar a las afueras de la capital de Francia. Nunca más volvió a hacerse una exposición tan gigantesca en el citado museo francés, porque los organizadores aprendieron que lo mejor enseña más que lo mucho. Aquel gigantismo de la exposición había sido contraproducente en los espectadores, que se mostraron fatigados ante la avalancha inacabable de tanta obra.
            A la citada exposición del Centro Pompidou se sumarían años más tarde, en 2001, la muestra 50 años de Escultura española en el siglo XX, organizada en el Palacio Real de París y ese mismo año La escultura española del siglo XX, en la Fundación Banco Santander Central Hispano, BSCH, de Madrid. La reflexión e indagación sobre la escultura reciente ha sido un hecho y son varios los estudiosos que opinan que la escultura ha sido mucho más audaz que la pintura en pasadas y presentes décadas del XX y XXI.

            Frente a la pintura como prima donna de las Bellas Artes en los museos tradicionales, la escultura ocupaba siempre un segundo lugar hasta el punto de que el poeta Charles Baudelaire, escritor y crítico de arte, afirmara aquello de que “la escultura era aquello que dificulta la visión de la pintura” en los salones de otoño. Tuvieron que ser las vanguardias históricas de los años 20, con Marcel Duchamp a la cabeza rupturista, las que pusieran de manifiesto y en valor la escultura moderna –más punta de lanza que la pintura-, una escultura que dejaba de ser estatua o bulto redondo, para centrarse sobre todo en el objet d´art, el objeto artístico, en una sucesión imparable que llegaría a nuestros días y en la que se inserta con toda autoridad, la escultura de Frutos María.
            Las enseñanzas de Picasso, Miró y Julio González iban a granar con fuerza en una pléyade de seguidores españoles singulares de posteriores generaciones de posguerra, como Alberto Sánchez, Pablo Gargallo, Honorio García Condoy, Pablo Serrano, Ángel Ferrant... amén de los vascos Jorge Oteiza y Eduardo Chillida. Una saga fecunda y rica. Y en esta línea, sin solución de continuidad, se inscribe la escultura de Frutos María.

            En el trabajo escultórico del autor que nos ocupa, se advierte una indagación espacialista, una investigación sobre los materiales elegidos para conjuntarlos y hacerlos dialogar en su dispar consistencia. El escultor busca presencia y vacío, volumen y ausencia, ligereza y rotundidad, ocupación y oquedad, dinamismo y quietud, peso y vuelo al mismo tiempo, dentro de la abstracción o lo que es lo mismo, de la escultura no imitativa de la realidad, aunque cuente con ella. Corporeidad y espacialidad. Escultura de cierta verticalidad.
            El escultor experimenta con materiales y con formas en el espacio y, al igual que Pablo Picasso, más que buscar encuentra la forma definitiva en el proceso de indagación y trabajo. Cierto espíritu constructivo o constructivista se aloja en su trabajo, donde no se abandona el trazo revelador identitario de la propia caligrafía plástica. Geometría y gesto. Apolo y Dionisos. Líneas metálicas que escriben y dibujan el aire. El autor logra piezas que se prestan muy bien al monumento o la escultura pública, obras que sugieren, más que dicen; obras abiertas a la interpretación libre de quien las mira. La escala es fundamental en la obra tridimensional, porque la escultura ha de adaptarse de modo muy particular, como contenido, al espacio o continente que la alberga.

            La filosofía de Frutos María va más allá de la indagación de la forma para adentrarse en el reciclaje y  la reutilización de las tablas de madera arrojadas por el mar, como en una llamada silenciosa de salvamento, un S.O.S. que pide auxilio para no morir en la destrucción y el olvido. La materia habla, los despojos del mar gritan y el escultor va en su auxilio para devolverlos a la vida y proponer una reflexión sobre la cultura del desecho, la que destruye y abandona la materia. La creatividad y producción del autor no prescinde de lo que le rodea, sino que se implica y lo pone de manifiesto. Una visión estética y meta-artística al mismo tiempo. Una actitud ética. Una llamada de atención hacia la contención y la sobriedad de la vida, una actitud más racional frente al derroche y el aniquilamiento. Y una vida nueva en sus obras expuestas.

         No olvidemos la advertencia de Rachel Carson (1907-1964), divulgadora estadounidense, considerada una de las impulsoras de la conciencia ambiental moderna: Es una situación curiosa que el mar, del que surgió por primera vez la vida, ahora está amenazado por las actividades de una forma de vida. Pero el mar, aunque cambie de una manera desastrosa, seguirá existiendo; la amenaza es más bien para la vida misma.”

 Frutos María en el taller
 Ante la escultura "Matrimonio"
 Escultor Frutos María
Pintura pecio del mar