Foto de grupo junto al párroco don Alejandro Rguez. Catalina
Julia Sáez-Angulo y Cuchi de Osma, crítica de arte y pintora
Cuqui, Carmen, Cuchi, Adelina, Ana Queral y Julia, a la entrada de la casa
J. S.A.
Fotos: Cuqui Valero y Lupe Rodríguez
8/4/24.- Alalpardo, Madrid.- La pintora mexicana Ana Queral (1948), artista pluridisciplinar, deja España y regresa a México D.F. después de 25 años de residencia en Madrid, pero antes prepara una gran exposición retrospectiva en Alarpardo, localidad madrileña en la que ha residido los últimos diez años, exposición que va a ser inaugurada por el alcalde del municipio, Miguel Ángel Medranda Rivas, quien, al igual que sus amigos, siente que la mexicana nos deje. Fechas de la muestra: del 20 de septiembre al 20 de octubre de 2024. El salón de plenos de Alalpardo cuenta con un buen cuadro de Ana Queral. La gente del lugar la llama a ella “la pintora” o “la de la casa grande”
Todo es cuestión de retorno, de cerrar el círculo, de volver con los hijos y nietos, según nos explica Ana Queral Quesada, quien también siente dejar España, pero añade que volverá a visitarnos con cierta periodicidad. Precisamente ahora, ha recibido la Medalla de Oro Mayte Spínola X Edición, por su trayectoria artística. Y el Museo de los Pizarro de Trujillo-Cáceres ha adquirido una de sus pinturas de gran formato.
La pintora mexicana, también española, por aquello de la doble nacionalidad, ha vendido su gran casa/estudio, pero cuenta con cuatro meses para embalar todo lo mucho que se acumula en la vida y el transcurso de los años. Algunas, hasta implorábamos al cielo que no vendiera la casa, para que ella se quedara más cerca de nosotros, pero la providencia ha dispuesto otra cosa. De su casa en México nos ha contado que es perfecta, porque tiene cerca una iglesia y un supermercado.
Coincidiendo con su cumpleaños, Ana Queral ha querido hacer una despedida simpática con amigas en su casa, donde nos ha preparado guacamole, mole picante con ajonjolí y gelatina de fresa con la tarta de manzana, obra de Cuchi. Previamente un aperitivo con el “brebaje Ana Queral”, a base de un combinado con zumo de manzana, ginebra y tónica sobre hielo frappé. Lupita Rodríguez nos atendía con sonrisa y afecto.
Sus amigas Cuchi de Osma, Adelina Covián y Cuqui Valero, pintoras, más Julia Sáez-Angulo y Carmen Valero, críticas de arte, acudimos presurosas -es un decir porque nos perdimos entre Algete y Fuente del Saz, hasta llegar a Alarpardo que dista 20 minutos de Madrid, pueblo que cuenta con magníficas instalaciones deportivas y donde Ana Queral cuenta con una buena comunidad de amigos, a los que ha llevado a conocer su museo de interpretación sobre “Las Moradas” de Santa Teresa de Jesús, en Villanueva de la Jara (Cuenca), llevado a cabo para las monjas carmelitas de la localidad. El museo es objeto de numerosas visitas por la originalidad de su factura artística.
Las amigas acudimos con nuestros regalos, que iban desde el precioso dibujo de Adelina, a las perrunillas extremeñas y cerezas bañadas en chocolate por Carmen. Almorzamos en una mesa bien alhajada con platos de cerámica distintos y únicos realizados en su día por la artista Ana Queral. Fueron muy elogiados.
Mientras tomábamos el aperitivo, Ana fue sacando cinco bolsas llenas de regalos procedentes de los pecios de la casa, para cada una de sus amigas. Las cosas que había dentro eran de lo más variopinto, desde libros de la biblioteca, hasta bolsos de Gucci, sombreros de verano, blusas y camisas… Todo un desprendimiento y despojo interesante de la casa de la anfitriona, que será un recuerdo afectivo entre las amigas.
Cuando Ana bendijo la mesa, dio gracias a Dios por cada una de nosotras, haciendo un elogio como amigas.
Algunas alfombras enrolladas y cajas se apilan en el zaguán de la casa. Los de la mudanza y el traslado ya han ofrecido sus presupuestos, todos ellos una verdadera fortuna por atravesar el charco. Solo los cuadros del taller llenarán un contenedor del barco. Desde luego no cabrían en la carabela, cáscara de nuez, de Cristóbal Colón.
Hablamos de todo. Las anécdotas familiares se sucedían. Adelina, 94 años, comentó que podría vivir cien años como su madre, una mujer que supo superar la muerte de ocho hijos varones, debido a la hemofilia que padecen los hombres y transmiten las mujeres. Adelina insistió en que a ella no le asusta la muerte, porque está convencida que el más allá va a ser una cosa estupenda, mucho mejor que la de acá. Carmen recordó que su madre presumía de buen dentista, el Dr. Aranguren, porque a él iban personajes relevantes como Abbe Lane, la compañera del músico Xavier Cugat, con la que habló más de una vez en la sala de espera.
A terminar, como mandan los cánones, Ana soplando la vela y las amigas cantando “Cumpleaños feliz”, a los acordes de la guitarra de Cuqui, que trajo para la ocasión, seguido de mariachis y corridos mexicanos. Ana y Carmen bailaron el “jarabe tapatío” sin pudor alguno.
El campo en torno a Alalpardo está precioso. Las últimas lluvias de primavera lo han regado y el verde es una hermosa alfombra. Los dientes de león asoman y las amapolas no tardarán en salir. La naturaleza, pese a su impasibilidad, es magnífica. Ana Queral se irá en breve, el día 20 de abril, pero nos deja la fragancia de su persona y su arte, que se encuentra entre los coleccionistas. Volverá, eso sí, el 20 de septiembre para la apertura de su exposición de Alalpardo, junto al alcalde.
Más información
https://lamiradaactual.blogspot.com/search?q=Ana+Queral
NOTA BENE.- El Ayuntamiento de Alalpardo cobra a los artistas visuales por exponer en su espacio (a músicos y actores sí paga). Ana Queral pagó 1300 euros por ocho días de exposición.
Inenarrable. ¿Cuando acabarán algunos Ayuntamientos con estas prácticas que van contra la cultura?
Obras junto al estudio/taller de Ana QueralJulia Sáez-Angulo
Fotos: Cuqui Valero
14/1/24.- Madrid.- A la pintora mexicana, residente en España desde hace más de veinte años, le espera un año de gratos acontecimientos y disfrutes: la tesis doctoral de Davinia López Picazo en la Universidad Francisco de Victoria en Madrid, sobre el Centro de Interpretación de “Las Moradas” de Santa Teresa, junto al Carmelo femenino de Villanueva de la Jara (Cuenca), que ella creo. Por otro lado, recibirá la Medalla de Oro Mayte Spínola en Marmolejo (Jáen) y, el próximo mes de octubre, expondrá su trabajo artístico de los últimos cuatro años en el Centro Cultural de Alarpardo, localidad madrileña en la que reside.
Invitadas por ella, Carmen y Cuqui Valero, y yo, hemos acudido a su gran casa/estudio, para ver y disfrutar su obra, amén de su compañía y su almuerzo. Nos recibió con una copa del que denomina “brebaje Ana Queral”, consistente en un cóctel a base de copa con hielo picado, un chorro de licor de manzana (también sirve de melocotón o granadina), un buen chorro de ginebra (mejor Beefeater) y una botella de agua tónica. ¡Delicioso!
El aperitivo no va a la zaga: patatas fritas con “Dip iraní”, una crema a base de yogur griego sazonado con eneldo abundante, comino, menta y ajo en polvo, más un chorro de limón. Un acierto.
Pero pasamos al estudio/taller, donde la pintora lleva a cabo una serie de trabajos de pequeño y mediano formato, donde las visiones abstractas, geométricas y florales, se alternan en pigmento acrílico y collages de papeles y textiles. “He descubierto que la pelota de ping pong me ayuda a diseñar flores”. Lienzos, lonetas y papeles de distintos gramajes constituyen el soporte de su trabajo. También la tabla.
Ana Queral concibe la pintura como un arte casi metafísico y también como un diálogo o combate entre ella y el autor. “Yo percibo una mancha que me interpela y le contesto con un color, un gesto, una pincelada, y así seguimos dialogando hasta dar por finalizado un cuadro. Se producen una serie de inter-reacciones muy misteriosas”.
Pasamos al almacén de todos sus cuadros, una amplia estancia en planta baja, en la que cuelgan distintos marcos en la pared, mientras decenas de cuadros reposan embalados en papel burbuja sobre palés. Nos muestra la “serie 2020” de obras que pintó durante el cautiverio de la pandemia covid-19. Son principalmente abstracciones donde se muestra el gradual estado de ánimo de la autora. El papel corrugado acoge formas y colores a base de gamas, platas, dorados, collages variopintos… “hay que aprovechar los materiales, el reciclado de los mismos… contribuir al mundo sostenible…”
Atenta a la actualidad, Queral nos muestra dos piezas separadas en el tiempo, que le inspiraron la guerra de Ucrania (2022) y la del Golfo en Oriente Medio (1990). El lenguaje plástico es elocuente.
Ana cree en el valor elevado del arte, de ahí que lo califique de “metafísico”. Es una persona espiritual, ascética, mística, por eso ella pudo concebir como nadie el museo de Las Moradas de Santa Teresa de Jesús. Cuando asistió a la exposición de la tesis doctoral de Davinia López Picazo en la Universidad, uno de los profesores le dijo: “Señora Queral, ya es Ud famosa. Y ella replicó: “No me interesa la fama, sino la verdad”.
"Sí, considero al Arte pictórico en concreto, como una actividad metafísica porque, además de depender de objetos como telas o superficies varias, pigmentos, pinceles y otros instrumentos materiales físicos, también incluye la creación del artista impregnada de imaginación, amor, creatividad, emoción, autenticidad y demás aspectos que no se pueden valorar ni medir ni pesar dentro de la ciencia fisica. Por ello le llamo actividad meta física. El Arte va más allá de la materia", afirma la pintora.
Durante el almuerzo se habló de todo lo divino y lo humano y, entre ello, hablamos de la célebre y primera iconografía sacra de la Santísima Trinidad, por el ruso Andrei Rublev, siglo XV, que se encuentra en la Galería Tretiakov de Moscú: tres figuras aladas iguales en fisonomía y edad, con sus respectivos halos y atributos simbólicos. Ana nos habla del seguimiento que ella hace de la teología del Padre Manuel Carreira.
Hablamos de México. Ana Queral recordaba con nostalgia su hermosa casa en una urbanización construida sobre lava y vegetación, donde de jóvenes corrían con bicicletas y patines. Hoy, todo aquello está en manos del narcotráfico. No me quedan ganas de volver allí por ahora, Tenemos un presidente en el país, que es francamente mejorable”. Ana Queral (viuda del español Regino Díaz Redondo, el que fuera director del periódico "Excelsior" de México) querría vender su casa en España y regresar junto a sus hijos en América, pero los factores se complican. “Solo sé que estoy en manos de Dios y eso me tranquiliza”. Los amigos españoles rezamos apra que no se vaya.
El humor no ha faltado en la conversación, mientras comíamos el pollo al horno, exento de grasa, con arroz y judías verdes. Ana nos mostró un diminuto hueso de pollo en forma arqueada que, en otro similar, mandó dorar a 27 kilates y hoy lo luce como joya, con orgullo y gracia, la pintora Cuchi de Osma, invitada también al ágape del día, pero no pudo asistir, por imponderables familiares.
Cuqui Valero nos cuenta la milagrosa pastilla microchip que una vez tragada lanza sus señales e informes al cinturón adosado y le cuenta al médico por donde ella perdía hierro y le afectaba a su fortaleza. Parece magia, pero es ciencia médica que llena de asombro y esperanza. Ana añade que algunos mendigos neoyorkinos toman una cucharada de yodo periódicamente, para combatir la anemia.
En suma, el arte y la vida se mezclan sin solución de continuidad. Llega el postre de gelatina con piña. No falta el licor de guanábana, extraído de la chirimoya.
Como despedida, un paseo por el jardín, siempre misterioso en invierno. La nicaragüense Lupita Mairena, que nos atendió en la mesa, y que tiene buena mano para las plantas, cuida la nueva hilera sembrada junto al seto de aligustre. Algunas plantas están cubiertas con plásticos para protegerlas del hielo o la nieve. El olivo, junto a la puerta de salida de la casa de Ana, va creciendo poco a poco, necesita una larga paciencia, como en la vida misma.
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https://lamiradaactual.blogspot.com/2009/10/ana-queral-pinta-el-quijote-en-una.html
"Santísima Trinidad" de Andrei Rublev, s. XV (Galdería Tretiakov. Moscú)
Ana Queral entre Carmen Valero y Julia Sáez-Angulo
L.M.A.
23/5/21.- Madrid .- La pintora mexicano/española Ana Queral ha terminado el telón del fondo (230 x 400 cm, técnica mixta) para el gran teatro de Alalpardo-Valdeolmos, donde se va a representar una pastorela mexicana "El Mesías Redentor", escrita por la pintora cuando era adolescente y revisada en la actualidad.
La artista visual, que emprenderá pronto un corto viaje a México, país en el que se encuentra su serie pictórica de 150 obras sobre El Quijote (dibujo, pinturas, esculturas, collages, grabados…), en el Museo Eulalio Ferrer de Guanajuato, ha querido llevar a cabo un pequeño encuentro de amigos en su casa. Un amplio catálogo da cuenta de toda esta obra quijotesca.
Ana Queral Quesada (La Habana, 1950) es la autora de la instalación museística sobre "Las Moradas" de Santa Teresa en la Casa del Capellán de las Carmelitas en Villanueva de la Jara (Cuenca).
Todos los amigos hicieron un recorrido por el jardín para apreciar las plantas aromáticas que lo conforman, desde el laurel al cilantro, pasando por el hinojo y la hierbabuena o el epazote mexicano. Caléndulas y peonías reciben a la entrada
En el transcurso del encuentro se llevó a cabo un breve recital poético en el que leyeron poemas Rogelio Sánchez Molero y Ana Queral, aplaudido por Lola Gallardo, Carmen Palomero y Julia Sáez-Angulo. Todos ellos visitaron seguidamente la muestra pictórica de Ana Queral hecha durante el confinamiento, realizada en técnica mixta, en ella aparecen franjas verticales alusivas a los barrotes invisibles a los que se han visto sometidos los ciudadanos.
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