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lunes, 9 de noviembre de 2020

“El proceso” de Kafka, dramatizado en el Teatro Réplika de Madrid



Julia Sáez-Angulo

9/11/20.- Madrid.- Franz Kafka (Praga, 1883-1924) escribió una novela inacabada y un cuento sobre la impenetrabilidad de la Ley y la justicia, como  una enredadera de dificultades y absurdos ante las que el ciudadano se encuentra, dándose con la cabeza en la pared ante la jerarquía sucesiva de instancias en las que nadie se siente responsable sobre la causa,  el caso y el fin último.

El teatro Réplika, de la mano de su director polaco/español Bielski, ha tomado las dos obras de Kafka para recrear en la escena el absurdo y la “locura” de un hombre, que ha sido acusado en un proceso, pero no sabe por qué y por más que pregunta y trata de investigar, solo se encuentra con la cerrazón de los hombres de ley, perdidos en una escala de corrupción sucesiva en la que nadie parece responsable de lo que le sucede a un hombre imputado.

Nueve personajes, siete actores y dos actrices, dan vida a esta secuencia de horror en un escenario blanco, transparente y neutro con plataformas sucesivas de lecho y estrados. Ellas vestidas de putas, quizás para ¿“colorear” mejor , el opresivo ambiente de la obra?  

Nada más adecuado en este tiempo que esta obra de sin sentido y denuncia de una justicia manipulada por el poder hasta el descaro, la degradación y el absurdo. De eso saben mucho los ciudadanos, máxime si disputan el poder al otro poder.

Joseph K  -la K parece referida al apellido del autor- es el protagonista que como Gregorio Samsa en “El escarabajo” del propio Kafka, se encuentra ante una situación de calma y acoso al mismo tiempo que le llevan a una puerta cerrada y al mismo tiempo pensada únicamente para él. El estado Leviatán gravita sobre la obra; la cultura del descarte del marginado, también.

Jaroslaw Bielski explica así la obra: “El proceso hoy podría titularse perfectamente "El culpable".

Josef K. es culpable. ¿Culpable de qué? De algo que él mismo no es capaz de definir ni comprender. Sin embargo, se siente culpable. Culpable, tal vez, de su abandono, de su conformidad con las reglas del juego impuestas por el sistema, por la sociedad.

Vivimos en una época de un conformismo radical generalizado. Nos estamos convirtiendo en unos efectivos trabajadores-consumidores. Y, a pesar de todo, nos sentimos culpables.

Los verdugos de K. le acusan de la falta de iniciativa, de productividad, de autosuficiencia.

La realidad de Josef K. de pronto nos presenta el choque de dos sistemas, propios de la sociedad en la que nos ha tocado vivir: el Sistema de la disciplina y el deber y el Sistema de la productividad y las posibilidades.

Josef K. parece estar totalmente perdido en el mundo nuevo del you can (tú puedes). No sabe qué es lo que puede y qué es lo que no puede. No sabe encontrarse en un mundo donde todo se le exige, a él y solo a él. No sabe cuál es realmente su responsabilidad social".


FICHA ARTÍSTICA Y TÉCNICA

→ Dirección, traducción, versión y diseño de iluminación: JAROSLAW BIELSKI

→ Autor: FRANZ KAFKA

→ Diseño de escenografía: GABRIEL CARRASCAL

→ Diseño de vestuario: ROSA GARCÍA ANDÚJAR

→ Composición musical: CHEMA PÉREZ

→ Compañía: RÉPLIKA TEATRO

→ Reparto: RAÚL CHACÓN, JAVIER ABAD, MARIANA BUSTO, ANTONELLA CHIARINI, ANTONIO DUQUE, ENRIQUE MELÉNDEZ, VARO MOGROVYAN, MANUEL TEÓDULO y  MANUEL TIEDRA 

→ Producción: RÉPLIKA TEATRO - SOCORRO LÓPEZ ANADÓN

→ Jefe de producción: MIKOLAJ BIELSKI

→ Ayudante de dirección: EVA GARCÍA

→ Comunicación y prensa: NOELIA GALLEGO

→ Técnico de sonido e iluminación: MIKOLAJ BIELSKI






jueves, 29 de octubre de 2020

"El proceso" de Kafka en Réplika Teatro de Madrid, dirigido por Jaroslaw Bielski

 La compañía Réplika Teatro estrena EL PROCESO, afrontando una nueva producción con 9 intérpretes en el escenario y la autoría de una de las voces más lúcidas del panorama europeo del pasado siglo : Franz Kafka


CALLE EXPLANADA, 14. 28040 Madrid

teatro@replikateatro.com // 91 535 05 70

www.replikateatro.com




L.M.A.

    MADRID, 20.10.2020.-  En palabras de Jaroslaw Bielski, director de la obra: “...Ya no hay contra quién dirigir la revolución, no hay otros de donde provenga la represión.” Byung-Chul Han El proceso hoy podría titularse perfectamente “El culpable”. Josef K. es culpable. ¿Culpable de qué? De algo que él mismo no es capaz de definir ni comprender. Sin embargo, se siente culpable. Culpable, tal vez, de su abandono, de su conformidad con las reglas del juego impuestas por el sistema, por la sociedad. 

    Vivimos en una época de un conformismo radical generalizado. Nos estamos convirtiendo en unos efectivos trabajadores-consumidores. Y, a pesar de todo, nos sentimos culpables. Los verdugos de K. le acusan de la falta de iniciativa, de productividad, de autosuficiencia. La realidad de Josef K. de pronto nos presenta el choque de dos sistemas propios de la sociedad en la que nos ha tocado vivir: el sistema de la disciplina y del deber y el sistema de la productividad y las posibilidades. Josef K. parece estar totalmente perdido en el mundo nuevo del you can (tú puedes). No sabe qué es lo que puede y qué es lo que no puede. No sabe encontrarse en un mundo donde todo se le exige, a él y solo a él. No sabe cuál es realmente su responsabilidad social. Busca ordenanzas, inspiraciones, indicaciones para elegir un camino adecuado. No es capaz de decidir, de pensar por sí mismo. Josef K. hoy, es producto del pasado. De una sociedad marcada por el sistema de la disciplina y la fuerza exterior, que ordenaba y estimulaba sus pensamientos y sus actos. 

    En la actualidad, en la sociedad del tú puedes, la falta de esa fuerza exterior le hace sentirse perdido, desamparado. Josef K. busca desesperadamente ese punto de referencia, que ya no existe o que, tal vez, nunca existió. Byung-Chul Han, el filósofo surcoreano-alemán, concluye: “En la orwelliana 1984 esa sociedad era consciente de que estaba siendo dominada; hoy no tenemos ni esa consciencia de dominación (...) uno se explota a sí mismo figurándose que se está realizando; es la pérfida lógica del neoliberalismo que culmina en el síndrome del trabajador quemado”. 

    Y la peor de las consecuencias es que “ya no hay contra quién dirigir la revolución, no hay otros de donde provenga la represión”. Vivimos en la alienación de uno mismo. El Josef K. de hoy es el producto de esa alienación. Jaroslaw Bielski

FICHA ARTÍSTICA Y TÉCNICA 

    Josef K.: Raúl Chacón Franz y Block: Varo Mogrovyan Guille y El Ujier: Manuel Teódulo El Supervisor y El Sacerdote: Enrique Meléndez El Juez Instructor y El Abogado Huld: Manuel Tiedra La Mujer: Antonella Chiarini El Estudiante y Titorelli: Javier Abad Tío Albert: Antonio Duque Leni: Mariana Busto → Dirección, traducción, versión y diseño de iluminación: JAROSLAW BIELSKI → Autor: FRANZ KAFKA → Diseño de escenografía: GABRIEL CARRASCAL → Diseño de vestuario: ROSA GARCÍA ANDÚJAR → Composición musical: CHEMA PÉREZ → Compañía: RÉPLIKA TEATRO → Producción: RÉPLIKA TEATRO - SOCORRO LÓPEZ ANADÓN → Jefe de producción: MIKOLAJ BIELSKI → Ayudante de dirección: EVA GARCÍA → Comunicación y prensa: NOELIA GALLEGO → Técnico de sonido e iluminación: MIKOLAJ BIELSKI Producción realizada con el apoyo de la Comunidad de Madrid y la colaboración del Centro Checo de Madrid

lunes, 20 de febrero de 2017

María Villarroya: “Silencios cantados”, musical dramatizado en el Teatro Réplika dirigido por Bielski



 María Villarroya


Julia Sáez-Angulo

            María Villarroya es la cantante y autora del musical Silencios cantados, que tiene lugar en el Teatro Réplika de Madrid, bajo la dirección de Jaroslaw Bielski. Las funciones durarán hasta el 9 de abril, todos los domingos (excepto el 19 de marzo que  se estrena el musical en Barcelona, dentro del festival Barnasants), a las 19,30 horas.

            La cantante, compositora,  escritora y actriz María Villarrroya (Mataró, Barcelona, 1960) presenta un musical original, vivo y en movimiento. Un excelente guión que navega entre canciones, textos y poemas llenos de la fuerza de la realidad y de la vida, plagado de humor elegante, ironías, juegos y buena música.
            Silencios cantados es también un libro, en el que María Villarroya (Mataró. Barcelona, 1964) compila todos sus poemas críticos, satíricos o amorosos, que vienen a ser un proceso vital hasta conseguir el ritornello de su tesis “ser mujer”.
            El argumento del musical es una imaginaria oficina de objetos perdidos en la que hay objetos y sentimientos. Con este juego de conceptos, la cantante y actriz va desgranando textos, poemas y canciones en un viaje interior del alma, en el que se ve el abrir del corazón de una mujer, de su experiencia y lucha para ser ella misma libre y mujer. 

          El estilo de María Villarroya está en la saga de grandes maestras del género Liza Minelli, Nacha Guevara e incluso Edith Piaf.

            Canciones de amor, desamor, agridulces y decididas. El humor y la ironía con algunos acentos mordaces se cuelan en el decir y el cantar. María Villarroya tiene una buena modulación de voz, una gran preparación musical en el Liceo de Barcelona, con ampliación de estudios en Inglaterra y los Estados Unidos. 


            Bien dirigida por Bielski y acompañada por los músicos Josué Santos, Dayán Abas, Ana Mula y Mauro Pugliese, con piano, guitarras, violoncello y saxo soprano, el espectáculo musical es emotivo y vivaz en la hora y media de duración, lo que pone a prueba la buena resistencia de una María Villarroya vestida de traje largo y rojo.
            El espectáculo está bien trabado en todo momento, sin pausas no decaimientos. Se echa quizás de menos un buen estribillo pegadizo que una en el canto todo el musical, para que el público se lo lleve bien tarareado en la memoria.


Datos de interés



Las funciones durarán hasta el 9 de Abril, todos los domingos (excepto el 19 de marzo que se estrena el musical en Barcelona, dentro del festival Barnasants), siempre a las 19:30.
Dirección: Jaroslaw Bielski
Movimiento escénico: Socorro Anadón
Dirección musical: Josué Santos
Arreglos: Josué Santos, Jacob Sureda, Iván Valdés
Producción: Carlos Gómez
Reparto: María Villarroya
Música en directo: Josué Santos, Mauro Pugliese, Dayán Abad, Ana Mula
Más información
mariavillarroya.com



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sábado, 20 de febrero de 2016

Estreno de “El casamiento” de Witold Gombrowicz en el Teatro Réplica de Madrid

de Witold Gombrowicz
Puesta en escena: Jaroslaw Bielski
Aspectos estéticos: Elizabeth Wittlin Lipton
Espacio sonoro: Chema Pérez
Reparto: Socorro Anadón, Manuel Tiedra, Raúl Chacón, Juan Erro, Eeva Karoliina






Julia Sáez-Angulo

         El Teatro Réplika de Madrid ha estrenado la obra El casamiento del autor polaco Witold Gombrowicz, dirigida por Jaroslaw Bielski. Teatro del pensamiento y del absurdo, que conecta con La vida es sueño de Calderón de la Barca y con la mejor tradición del teatro del absurdo de Ionesco o Becket. Una realidad delicuescente, casi inasible, en la línea de Esperando a Godot.

         Un montaje sencillo, simplificado, como corresponde a un teatro alternativo y una obra de pensamiento.  El casamiento luce en el escenario con toda la fuerza del devaneo de sus personajes, de la palabra, en suma.


W. Gombrowicz


         Witold Gombrowicz (Polonia, 1904 – Francia, 1969) es uno de los autores polacos de culto del siglo XX. Los Diarios, argentinos o no –él vivió varios años en Argentina (1939 -1963), donde lo llamaban Don Witoldo- son de gran interés por sus dotes de observación y reflexiones, no exentas de sátira y espíritu corrosivo. Su nombre –prohibido en la Polonia comunista- fue propuesto para premio Nobel en diversas ocasiones.

         La obra que nos ocupa, traducida como El casamiento, otros lo hacen como La boda es una visión de la vida como algo extraño, sorpresivo, inconsistente en su inicio, que va solidificándose a medida que uno la llena de palabras, gestos y hechos para conformarla. Una realidad que luego se impone a los otros.
         El casamiento nos recuerda que somos construcciones artificiosas o impostadas de nosotros mismos. La mujer será una reina, porque así lo dispone el protagonista. Tratamos de acogernos al pasado y se desdibuja o destruye el presente. Gombrowicz luchó contra la identidad excesiva y obsesiva de la mentalidad nacionalista, tan acendrada en Polonia. Curiosamente esta obra se representó en parte en Cataluña.




J. Bielski



Palabras de Jaroslaw Bielski

         El director ha dicho de esta obra: “Creo que hay pocas obras dramáticas cuya forma y tema reflejen con tanta claridad la desazón que produce en el hombre de hoy la pérdida de los valores tradicionales. El protagonista de El casamiento, en el camino de recuperar el pasado, su identidad y su “vida de antes”, se centra en la reconstrucción de los valores de antaño, a través de la destrucción el presente”.
         “Una especie de paradoja, en la que Enrique –el protagonista- impone su punto de vista por encima de la opinión de los demás, estableciendo así su propia “realidad”, personalizada, ideada, producto de deseo y de su manipulación ideológica. A través de las palabras pronunciadas se crean unas nuevas realidades, individualizadas y asumidas por el resto de  los participantes del “juego” de Enrique”.
         “Por esto último, percibo en la obra un claro aspecto postmodernista. Vivimos en la época de la globalización de la sociedad y del resurgimiento de los movimientos del pensamiento personalizado. El destino trágico del hombre postmoderno, guiado por el hedonismo y la individualización, donde la realidad es sólo un producto de nuestra imaginación”

         Réplika Teatro participó en las jornadas dedicadas a Gombrowicz y Barcelona: fidelidad a Europa  en la Universidad de Barcelona en 2013, con un fragmento de la obra “El casamiento”. La jornadas estuvieron organizadas por la Universidad de Barcelona, el Museo de Witold Gombrowicz en Wsola y el Instituto Polaco de Cultura de Madrid.

         La compañía representó un fragmento de la obra El casamiento de Witold Gombrowicz, con Socorro Anadón, Manuel Tiedra, Raúl Chacón, Raúl Peñalba y Beatriz Grimaldos en el reparto y dirección de Jaroslaw Bielski.



sábado, 16 de mayo de 2015

“El jardín de los cerezos”, versión actualizada en el Teatro Réplika de Madrid



 Anton Chéjov
Dirección: Jaroslaw Bielski
Versión: Jaroslaw Bielski y Mikolaj Bielski
Figurines: Rosa García Andújar
Reparto: Socorro Anadón, Manuel Tiedra, Raúl Chacón, Antonio Duque, Rebeca Vecino, Javier Abad, Antonella Chiarini




L.M.A.

         16/05/2015.- No hay mayor gozo que ver de nuevo representado a un clásico y el ruso Anton Chéjov lo es. Su obra El jardín de los cerezos se ha estrenado en el Teatro Réplika , bajo la dirección de Jaroslaw Bielski, en versión actualizada del propio Bielski y Mikolaj Bielski. En esta versión puesta al día se habla de autopistas y de construir apartamentos de lujo en el jardín de los cerezos. El concepto, el resto, queda inmutable.

         En el reparto: Socorro Anadón, Manuel Tiedra, Raúl Chacón, Antonio Duque, Rebeca Vecino, Javier Abad, Antonella Chiarini.

         Anton Chéjov (Rusia, 1890 – 1904) es un médico humanista, gran conocedor del alma humana –como Shakespeare- y afortunadamente dedicado a la literatura. Sus relatos y obras dramáticas alcanza la cumbre de la excelencia poética, como sucede en El jardín de los cerezos.

         El argumento es casi un arquetipo de la vida: los últimos descendientes de una familia rica, emparentada con la nobleza, que consume y gasta lo que hereda, sin percatarse de que el tiempo pasa y hay que adoptar nuevas actitudes vitales. La obra dirigida por Bielski aporta diversos símbolos a este tema recreado por Chéjov: el paso del tiempo, montaje y gestos que se engarzan con los diálogos de la obra teatral.

Reparto de "El jardín de los cerezos"


         La melancolía del alma rusa parece rezumar en los personajes de El jardín de los cerezos. Socorro Anadón hace una interpretación justa y tierna de la mujer que dejó a casa de la finca hace cinco años para irse a vivir a la Costa Azul francesa, como hicieron muchos nobles rusos del tiempo del escritor, a dilapidar sus caudales en la dulce Francia.

         Interesante el contrapunto del criado, fiel y protector de sus señores hasta el final o el personaje del Pedro, el eterno estudiante, que perora, pero no estudia ni acaba su carrera, lo que no es óbice para dar lecciones de pureza e íntegridad. El administrador de la finca es el hombre pragmático, no simpático al espectador, pero realista ante los tiempos que se avecinan.

         El jardín de los cerezos es una obra clásica, y clásica quiere decir eterna. Siempre estará en vigor, a poco que se conozca la condición humana. El cambio de la sociedad y el paso del tiempo que congela a unos hombres y dinamiza a otros. El final de la obra es más sutil que el de La gaviota, otra célebre obra de Chéjov, donde la muerte viene a ser un corte final de hachazo.

         Bielski ha sabido mover a sus personajes para hacerlos creíbles, para aportar un trasunto continuo en la convivencia humana, pero en este caso perfumado con el aroma ruso de Chéjov, un grande entre los grandes. Nadie como los países del Este saben poner en pie a Chéjov; Bielski, de origen polaco, está en la línea.

         Hemos visto diversas puestas en escena de las grandes obras de Chèjov, algunas situadas en el Caribe, en un deseo de adaptar su poética universal a otras latitudes; la representación de El jardín de los cerezos en el Teatro Réplika sostiene la atmósfera del autor ruso, al tiempo que la adapta a nuestros días.

El estreno fue muy aplaudido por un público entusiasta; los actores tuvieron que saludar muchas veces.