miércoles, 10 de septiembre de 2025

RECUERDOS AMISTOSOS.- Emilio. "Pariente del Gobernador del Banco de España". Economista y narrador. Amante de las palomitas de anís. Veraneante en La Mancha

Fallas de Valencia



Julia Sáez-Angulo

22.07.2025.- El Escorial.- Me lo presentó la escritora alicantina Carmen Payá, cuando ambos fuimos invitados por ella a la fiesta de las Fallas, allá por principios de los 80. Se llamaba Emilio, pero he olvidado su apellido. Una vez en Valencia, Carmen dijo que ella no salía, porque tenía muy vistas las Fallas, y además ella era como san Vicente Ferrer, que se sacudía el polvo de las sandalias, cuando dejaba la ciudad del Turia, con la que siempre tuvo un sutil contencioso, y además prefería Alicante, su tierra natal.

Carmen nos pidió que lo pasáramos bien nosotros y que le lleváramos algo de cena en la noche, pues no estaba dispuesta a cocinar. Poco antes de salir de su piso, llegó el señor Torrent, un vecino de la casa, que deseaba saludar a la “ilustre escritora”, según sus palabras. Carmen nos presentó a Emilio y a mí, él se hizo un lío creyendo que éramos un matrimonio y después de aclarar las cosas, lo dejamos con Carmen.

Emilio me encaminó al primer bar que vimos, para tomar una palomita de anís, combinado español que consiste en anís seco y agua fría, que al mezclarse adquieren un color blanquecino, de ahí su nombre. Esta bebida es muy típica de las zonas del Levante, como Alicante y Valencia, donde se toma como aperitivo. Se prepara añadiendo hielo al final para que no se corte la mezcla. Yo desconocía esta bebida, a la que Emilio era tan aficionado, pues tomaba unas cuantas, cada jornada.

-Bebe una palomita, Juli, ya verás que rica, me dijo.

La bebí y tuve la cabeza zumbada toda la mañana. El paseo por las calles de Valencia era una acumulación de ruido y cruce de bandas de todos los pueblos de Levante, que cuando no tocaban “El fallero”, tocaban “Paquito el chocolatero”. Poco a poco fuimos descubriendo las fallas para el fuego. Las fallas se me antojaron un espectáculo divertido entre kitsch y guiñol.

Al acercarnos a la catedral, vimos una cola enorme para la ofrenda floral a la Virgen de los Desamparados y yo quise entrar, pero el portero de aquel andamiaje, desde donde se veía el desfile de todas las falleras y bandas de los pueblos levantinos nos echó el alto. 

-Si no tienen sitios reservados, no puede pasar.

Emilio vio mi decepción o mis ganas de sentarme y me dijo: “espera un poco Juli”. Me agarró del brazo y me llevó de nuevo hasta el portero y allí me soltó. Cogió la mano del hombre, le cerró el puño y le dijo:

-Mire Ud. nosotros somos parientes del… Gobernador del Banco de España”. Pasamos de inmediato.

-¿Qué le has dado?, le pregunté.

-Un billetito de mil pesetas y el hombre está más contento que unas castañuelas.

-Nunca he visto yo una cosa igual, le dije.

-El mundo funciona así, Juli. No lo he inventado yo.

Después de contemplar la ofrenda floral durante una hora, comenzó a hacerse monótono el espectáculo.

-¿Vamos a tomar una palomita, Juli?, me preguntó Emilio.

Ya no pude más y le dije tajante:

-¡Yo me llamo Julia, no Juli!

-Uy, Juli, digo Julia, ¡qué carácter! Yo te llamo Juli, porque me parece más cariñoso.

Lo cierto es que el hombre no se acostumbraba a llamarme Julia -le parecía duro- y cargué con lo de “Juli”, que me sonaba a pueblo directamente.

Emilio se tomó su palomita de anís y yo un refresco. Fue entonces cuando me contó que era economista en un Banco, y que antes había trabajado en la empresa de automoción de Barreiros- Chrysler. El amigo de Carmen era un buen narrador y me contó numerosas anécdotas de su trabajo. Recuerdo cuando tuvo que enfrentarse a un piquete de obreros en la huelga de la empresa, pues había que preparar las nóminas de fin de mes:

-Nosotros explicamos a los del piquete de la puerta que cerraba el paso a los esquiroles, que si no preparábamos las nóminas el Banco no podría pagarles a fin de mes. El mandamás cogió un megáfono y gritó: “Compañeros, llegan los economistas de la empresa y necesitan preparar las nóminas para cobrar a fin de mes. Dejadlos pasar”.

“La palabra nómina para los obreros es como “Sésamo ábrete”, y el piquete se abrió en dos, como las aguas del mar Muerto. Yo me sentía como un Rey Mago acogido por los niños”.

Al volver a casa, Emilio tenía la lengua como un estropajo de beber tanta palomita. ¡Qué resistencia! Compramos comida para cenar con Carmen en la casa y el reencuentro resultó grato. Carmen Nos contó que el señor Torrent se le había insinuado, pese a ser vecino y conocer ella a su esposa. Emilio disparó la rechifla sobre el señor Torrent y nos reímos un poco.

    Al día siguiente, seguimos viendo las fallas en las calles y Emilio bebiendo palomitas de anís. En estas paradas etílicas me contaba cosas de su familia, en tono humano y divertido. Pertenecía a una familia manchega que emigró a Madrid. Su abuela trabajó desde los 12 años en la Tabacalera, y, cuando las cigarreras la veían cansada o medio dormida, la mandaban a tomar el aire al patio con su muñeca. A casa de esa abuela, en el pueblo manchego, iban su hermano y él a pasar el verano. “Allí disfrutábamos con todo; nos gustaba mirar a los conejos cuando copulaban”, contaba Emilio.

    La verdad es que el economista, por más que tuviera un título de la Complutense, se le veía con gracia el pelo de la dehesa.

        Vivimos juntos la noche de la mascletá, la cremá, un desideratum de gente, pólvora, fuego, llamas, estampidas... Una mujer a nuestro lado lloraba como una magdalena. "Yo es que cuando oigo el ruido de la pólvora, me emociono mucho", se justificaba.

En Madrid, continuamos viéndonos para tomar palomitas de anís y cervezas sin alcohol respectivamente. Le gustaba ir a la cervecería Portomarín, en la plaza de Lavapiés. No era fácil encontrar mesa y a veces nos tocaba una, donde servía un camarero, al que Emilio calificaba de “acémila”. Llegaba a nosotros, preguntaba elevando la barbilla y se iba sin decir nada. “Es un caso de libro, Juli”, aseguraba Emilio.

    Un día Emilio se me acercó demasiado y lo detuve. “Joé, Juli, ¡ni que yo tuviera gonorrea!”, exclamó.

    Cuando llegó el verano Emilio y yo dejamos de vernos y no volvimos a coincidir. Se perdió en el tiempo. Él y Carmen Payá han sido dos de esas personas que pasan por la vida y no se olvidan, porque dejan una estela de singularidad  y humor.

Palomita de anís

Portomarín en Lavapiés



"ARMONÍAS EN MOVIMIENTO". II Encuentro Internacional Colectivo de Artes Plásticas.




La editorial Verbo Divino celebra los 150 años de su nacimiento y sus 80 años en España


        L.M.A.

        10.09.2025.- La Iglesia de Villatuerta (Navarra) se llenó el domingo 7 de

septiembre de 2025 con más de 350 asistentes para la Eucaristía del 150 aniversario de la Sociedad del Verbo Divino (SVD), acto que a la vez cerró la celebración de sus 80 años de presencia en España. La celebración fue presidida por el arzobispo de Pamplona y Tudela, monseñor Florencio Roselló y concelebrada por numerosos misioneros verbitas, entre ellos Pedro de Dios, provincial de la SVD en España. Durante la misa se realizó la confirmación de votos de los hermanos Dougles Silva a Cruz, Theovanus Jehadul y Melkisedek Deni.


        La eucaristía del Jubileo

La liturgia se desarrolló en un clima de alegría serena y gratitud por una historia

que, desde 1875, ha echado raíces fecundas en Navarra y en toda España. En su homilía, monseñor Roselló situó el aniversario en una doble clave: acción de gracias por el camino recorrido y renovación del compromiso misionero ante los desafíos actuales. Subrayó que la misión de la Iglesia «no se detiene» y pidió

mantener una mirada universal, capaz de descubrir y acompañar las nuevas pobrezas de nuestro tiempo: jóvenes que buscan sentido, ancianos que reclaman cercanía, familias que requieren aliento, migrantes que necesitan acogida y personas en situación de vulnerabilidad que esperan una palabra y gestos concretos de esperanza.

Junto al arzobispo, concelebraron numerosos padres y hermanos de la SVD,

con la presencia del provincial Pedro de Dios, así como religiosos y laicos vinculados a las parroquias donde la Congregación tiene presencia. La participación de coros y equipos de liturgia contribuyó a una celebración cuidada y participativa, en la que resonaron los acentos interculturales propios de la familia verbita.

La celebración tuvo un momento especialmente significativo con la confirmación de votos de Dougles Silva a Cruz, Theovanus Jehadul y Melkisedek Deni, signo visible de que el carisma verbita sigue llamando hoy a una entrega generosa y perseverante.

Tras la renovación de votos, Pedro de Dios presentó la colecta misionera del mes, destinada al Centro Hospitalario-Maternidad de Katende (República Democrática del Congo), obra que la SVD sostiene junto con las Misioneras del Corazón de María. Explicó la urgencia de medicación, suministro eléctrico e incubadoras para atender partos y bebés prematuros, e invitó a una colaboración generosa: «Hagamos posible que estas madres den a luz con

seguridad».

        Una fiesta compartida: comunidad, cultura y gratitud

Concluida la Eucaristía, la celebración continuó a las puertas del templo con la

actuación del grupo de danzas Virgen del Puy-San Andrés de Estella, que ofreció un breve festival en honor de la efeméride. La música y la danza pusieron el acento popular a una jornada vivida como encuentro de comunidad, al que se sumaron familias, jóvenes, agentes de pastoral y vecinos de la zona.

Posteriormente, todos los presentes compartieron un ágape fraterno, espacio de conversación y reencuentro que prolongó el clima festivo y permitió saludar a los misioneros y voluntarios que hicieron posible la jornada.

En nombre de la Congregación, se dirigieron palabras de agradecimiento al arzobispo por su cercanía y presidencia, a los sacerdotes concelebrantes, a los equipos parroquiales, a las comunidades religiosas y a quienes colaboraron en la preparación y desarrollo del aniversario. Se reconoció, asimismo, la

colaboración de Editorial Verbo Divino en aspectos organizativos y logísticos, así como el apoyo de diversas realidades eclesiales de la diócesis.

El acto de Villatuerta culminó un año de celebraciones realizadas en diversas parroquias y diócesis donde la SVD está presente, y ofreció una síntesis elocuente del carisma que la Congregación comparte con la Iglesia: anunciar la Palabra con obras y palabras, cuidar la vida en sus etapas más frágiles, acompañar   educativos y pastorales, y tejer vínculos de fraternidad más allá de fronteras geográficas y culturales.

La jornada dejó imágenes de oración y fiesta —el templo lleno, la emoción de las familias, el gesto vocacional de los hermanos, la danza en la plaza y el encuentro alrededor de la mesa— que condensan el sentido profundo del Jubileo del 150 aniversario y de los 80 años de la SVD en España: memoria agradecida, presencia viva y envío misionero. Con la mirada puesta en los próximos años, la SVD renovó su deseo de seguir sirviendo a las personas y comunidades allí donde la Iglesia la envíe, con la misma confianza que inspiró a los primeros misioneros y que hoy sostiene a quienes continúan esta historia.


martes, 9 de septiembre de 2025

LEICA. La icónica marca alemana de cámaras celebra su centenario con una exposición fotográfica en el Centro Fernán Gómez. Centro Cultural de la Villa de Madrid.

Matías Costa, CEO de Leica en la inauguración de la exposición de fotografías Leica 100 años

Concejala de Cultura de Madrid en la inauguración, Marta Rivera de la Cruz
   

L.M.A.

                Fotos: Luis Magán

        09.09.2025.- Madrid.- La exposición “Leica. Un siglo de fotografía” celebra, a través de un excepcional recorrido por la obra de grandes fotógrafos internacionales, los cien años de la creación de la primera cámara de la marca, la legendaria Leica I.La exposición abre sus puertas de forma gratuita el 10 de septiembre de 2025 y podrá visitarse hasta el 11 de enero de 2026.

Un viaje por cien años de arte, emoción y legado

“Con la Leica I, presentada en 1925, comenzó una nueva era: los fotógrafos podían trabajar de forma rápida, discreta y justo en el centro de los acontecimientos. Las imágenes más icónicas del siglo XX serían impensables sin ella: reportajes de guerra, escenas callejeras, retratos íntimos...100 años de Leica significan 100 años de historia, arte y emoción contados a través de fotografías icónicas que nos conmueven y nos conectan” afirma Karin Rehn-Kaufmann, Art Director Leica Gallery International y comisaria de la exposición.

La exposición organizada con motivo del centenario de Leica reúne 174 fotografías de una selección de autores vinculados con Leica durante los siglos XX y XXI. Entre ellos el público podrá disfrutar de la obra de autores como Bruce Davidson, Elliott Erwitt, Alberto Korda, Ralph Gibson, Sebastião Salgado, Steve McCurry, Joel Meyerovitz o Jane Evelyn Atwood, junto a otras más desconocidas, ampliando así nuestro conocimiento de la historia de la fotografía y de la propia historia de Leica desde que Ernst Leitz II decidió producir en serie el revolucionario invento de la "Ur-Leica" de Oskar Barnack, cuyo prototipo original es de 1914, pero su desarrollo posterior se retrasó debido al estallido de la primera guerra mundial hasta 1925.

“No sólo queríamos mostrar las fotografías más famosas e icónicas, sino también momentos personales, sorprendentes y llenos de intimidad. Nuestra selección no es estrictamente cronológica, sino que sigue un hilo emocional. Buscamos imágenes que cuenten una historia, que hagan tangible la magia de la mirada Leica, a través de décadas, géneros y puntos de vista. La cámara Leica es una herramienta, sí, pero son las personas que hay detrás de ella las que dan forma al momento. Por eso nos centramos en la voz visual única de cada fotógrafo”, explica Karin Rehn-Kaufmann.

    El teatro Fernán Gómez. Centro Cultural de la Villa de Madrid se convierte así en el centro que acoge la mayor exposición internacional del centenario. A través de un recorrido coral, los visitantes podrán descubrir cómo la marca ha acompañado a grandes fotógrafos y fotógrafas, y ha sido testigo de momentos clave de la historia. La exposición incluye además un recorrido por la propia historia de Leica.

    La huella española en este siglo de Leica

La exposición a su paso por Madrid se enriquece con la obra de casi una treintena de fotógrafos españoles, entre los que figuran nombres como Agustín Centelles, Ricard Terré, Gonzalo Juanes, Manuel Sonseca, Clemente Bernard, Manolo Laguillo, Anna Turbau, Javier Campano y Alberto García -Alix, entre otros, que completan este fascinante recorrido por la fotografía de calle, el documento social, el paisaje urbano, la naturaleza o el retrato.Un legado vivo a través de elementos inéditos

La muestra incluye además una selección de cámaras clásicas como Leica I (1925) y Leica II (1932) además de materiales audiovisuales e históricos procedentes de la colección del Ernst Leitz Museum que Leica tiene abierto al público en la ciudad alemana de Wetzlar y que ilustra en Madrid la evolución tecnológica y estética de Leica durante un siglo de historia.

La mirada Leica continúa en Leica Gallery Madrid

La celebración del centenario se amplía en Leica Gallery Madrid (C. de José Ortega y Gasset, 34) con una exposición donde se podrán contemplar más fotografías emblemáticas que forman parte de este testimonio único.

Más que una exposición: una agenda de actividades

Con motivo del aniversario, Leica organizará también una serie de experiencias en Leica Store & Gallery Madrid y en la propia exposición hasta enero 2026. Las propuestas incluirán workshops de fotograja, charlas con expertos y visitas guiadas.

Una de las actividades más relevantes será el Leica Classic Day que se celebrará el 27 de septiembre en Leica Store & Gallery Madrid con un claro enfoque en la comunidad Leica y de fotograja clásica donde los asistentes podrán recibir asesoramiento de expertos Leica, probar equipos Pre-Owned y Classic, valoración de productos, conferencias de expertos internacionales de Leica así como disfrutar de cámaras singulares que estarán presentes en esta jornada. Leica reafirma con este centenario y exposición su compromiso con la innovación, la excelencia y el arte visual invitando a fotógrafos, aficionados y público general a sumergirse en un viaje por la historia y el futuro de una marca que ha sido testigo y narradora de un siglo de imágenes inolvidables.

“Leica. Un siglo de fotografía” se podrá visitar en la Sala de Exposiciones del teatro Fernán Gómez. Centro Cultural de la Villa del 10 de septiembre de 2025 al 11 de enero de 2026 en horario de martes a domingo de 10:00 horas a 20:00 horas. El acceso será gratuito hasta completar el aforo.

Steve McCurry. Peshawar, Pakistán (2002) © Steve McCurry/Magnum Photos
Fotógrafos de "El País"

Marisa Flórez y otros dos fotógrafos de pro
Cesar Lucas y Raúl Cancio, fotógrafos
Luis Magán y Julia Sáez-Angulo, selfie

El Círculo de Bellas Artes presenta su temporada 2025-26

 “Pasado, presente, CULTURA” es el lema de una temporada marcada por el centenario de la sede actual de la institución


 L.M.A.

        9/9/25 .- Madrid.- La temporada 2025-2026 del Círculo de Bellas Artes está atravesada por claro componente de celebración. En 2026 el Círculo de Bellas Artes celebra el centenario de su edificio, una construcción firmada por Antonio Palacios que, desde su inauguración, se convirtió en símbolo de modernidad y punto de encuentro para la cultura en Madrid. 

A lo largo de cien años de historia, sus salas han acogido debates, exposiciones, conciertos, proyecciones y espectáculos que han marcado la vida intelectual y artística de la ciudad, proyectando su influencia mucho más allá de nuestras fronteras. Pasado, presente, cultura es el lema que acompañará un aniversario que huye de toda mirada nostálgica del pasado. 

Al contrario, la celebración del centenario se fundamentará en la afirmación de un compromiso que permanece intacto: ofrecer un espacio abierto, plural y transgresor, donde la creación y el pensamiento libres puedan encontrar siempre cobijo. La programación recordará la huella de quienes han hecho del Círculo un lugar imprescindible y al mismo tiempo propondrá nuevas formas de imaginar y construir lo que está por venir.

    Nota Bene: El presidente Juan Miguel Hernández de León terminó su discurso pidiendo la retirada del ejército de Israel de Gaza. Olvidó pedir la liberación de los rehenes, si quedan, que fue el deus ex machina del conflicto bélico.

    La checa sangrienta del Círculo de Bellas Artes, de los milicianos durante la guerra civil 1936-39, también merece un recuerdo. Allí se asesinó a mucha población civil.

        Más información

https://www.youtube.com/watch?v=hxfTJE8AX1



La Caja de las Letras recibe ediciones facsímiles del manucristo original del Libro de buen amor, del Archipreste de Hita

 
 
• El depósito en la caja número 1541 del Cervantes también incluye una edición conmemorativa de los cien años de Espasa-Calpe

• La localidad de Hita (Guadalajara) lega un cofre con tierra del solar de la iglesia donde ejerció como arcipreste el autor, Juan Ruiz
 
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El director del Cervantes, Luis García Montero, introduce uno de los libros del legado en la caja 1541 junto al alcade de Hita, Ignacio Ayuso, a la izquierda. Foto: Instituto Cervantes / Nuria Iniesta Sepúlveda.

L.M.A.
 https://www.youtube.com/watch?v=tlV4tdqoG9Y
 
 

Madrid, 8 de septiembre 2025.- La Caja de las Letras del Instituto Cervantes ha recibido este lunes 8 de septiembre el legado en homenaje al autor del Libro de buen amor, Juan Ruiz, Arcipreste de Hita (1283-1350), que ha incluido ediciones facsímiles del manuscrito original de 1389 y otra edición conmemorativa.
 
En el acto han participado Luis García Montero, director del Instituto; el alcalde de Hita, Ignacio Ayuso y el director de la revista Archiletras, Arsenio Escolar.
 
Una de las donaciones ha sido el facsímil del Libro de buen amor (1974), una reproducción del manuscrito original de 1389, propiedad de la Real Academia Española, conocido como códice Gayoso. También se ha dejado otra edición facsímil completa (conocida como el códice de Salamanca) publicada por Edilán, con dos volúmenes encuadernados en piel, a mano.
 
Asimismo, se ha depositado una edición limitada y numerada, conmemoración de los cien años de la editorial Espasa-Calpe, en estuche. La obra incluye una reproducción del Códice Vª-6-1, llamado de Toledo, depositado en la Biblioteca Nacional.
 
El director del Cervantes, Luis García Montero, ha destacado la importancia de las 1.700 estrofas que componen este libro en el que se «reconoce el valor de la parodia, el de la sonrisa y el diálogo con textos de la tradición clásica». Así, también ha resaltado el «aprendizaje» con la lectura de unas páginas en el que «las apariencias rebeldes a veces son más partidarias del pasado que del futuro y engañan». 


En cualquier caso, García Montero ha defendido que «cada cual pueda hacer sus lecturas» de un libro que establece diálogos con la actualidad. «Conocer la memoria es reflexionar sobre el futuro y conviene entender a los clásicos para dialogar con ellos», ha apuntado.
 
Otra de las donaciones ha sido la de Archiletras, con un ejemplar de la revista publicado en el verano de 2005 y dedicado a los «viejos enigmas» en torno a la obra y su autor.
 
«Siempre ha existido una enorme polémica respecto a cuestiones como el lugar de nacimiento del arcipreste, la intención devota o irreverente de su obra o si bebió de fuentes orientales u occidentales. Pero es maravilloso que un libro de hace 700 años siga interpelando y conmoviendo así», ha celebrado el director de la revista, Arsenio Escolar.
 
Para el alcalde de Hita, Ignacio Ayuso, este acto sirve para «mantener el vínculo» con el arcipreste, un «gran poeta», que escribió «una obra cumbre» de la literatura española, citando a personajes como Don Melón o Doña Endrina que ya son referentes literarios.
 
Tierra de la Iglesia de Santa María
 
Esta localidad ha legado un cofre con tierra del solar de la Iglesia de Santa María donde ejerció como arcipreste el autor, Juan Ruiz. También el libro Teatro Medieval de Hita, de Manuel Criado del Val.
 
El resto del legado se completa con otras publicaciones del Libro de buen amor, como la edición del filólogo Alberto Blecua que vio la luz en Cátedra o la edición de la Universidad de Valladolid de Textos y contextos con aportaciones de varios autores. También otro ejemplar publicado en 1983 por la editora de los Amigos del Círculo del Bibliófilo con una encuadernación en rústico.
 
Además, la Caja de las Letras albergará la obra Transcripción y Contorno histórico y actual de Hita y del Buen amor, con tres volúmenes, así como el primer número de la Revista de Literatura Medieval del año 1989 dedicada a la obra de Juan Ruiz, bajo el título de «Clerezía en el Libro de Buen Amor».
 
El Libro de buen amor, atribuido a Juan Ruiz, Arcipreste de Hita se ha considerado la obra literaria más importante del siglo XIV. El manuscrito permite ofrecer una mirada valiosa a la cultura, la moral, la vida cotidiana y las costumbres de la sociedad de su época,
así como reflexionar sobre los valores de la época actual.



lunes, 8 de septiembre de 2025

Recuerdos Amistosos: CARMEN PAYÁ MIRA, UNA MUJER VALIENTE Y LUCHADORA. Concertista, escritora, conferenciante… La lucha por la vida.

Carmen Payá (1917-1996), escritora



Julia Sáez-Angulo

21/7/25.- El Escorial.- He recordado a la escritora Carmen Payá Mira (1917-1996), una mujer alicantina, de Monóvar, residente en Madrid, que colaboraba con frecuencia en periódicos. La he recordado y he querido escribir sobre ella. Era buena amiga del director, Emilio Romero, quien la invitaba a colaborar en el diario Pueblo y a todas las fiestas de la empresa, porque con su figura singular de mujer rubia con ojos azules, su modo de vestir entre exótico, extravagante, hollywoodense o pasado de moda, y sus modales de princesa autosuficiente, ponía una nota de notoriedad en medio de los numerosos invitados convencionales. Carmen atraía las miradas y las cámaras como nadie. Hubiera podido cobrar por asistir a estos eventos, pero ella no hubiera permitido medirse con esas muñecas insípidas que aparecen en el papel couché. No le hubiera venido mal cobrar ciertos honorarios, porque nunca la vi holgada en lo económico, pese a que había nacido en una familia adinerada, pero nunca fue pedigüeña ni quejumbrosa. Todos la saludaban con deferencia, besándole la mano enguantada.

    Carmen Payá colaboró en los periódicos Pueblo, Ya y ABC. Desde joven lo había hecho en periódicos de Monóvar, Elda y Alicante como Renovación, o, La Cháchara.

La conocí en los años 80, en uno de estos saraos y me pareció encantadora. Una superviviente nata de los diversos y difíciles avatares que tuvo que soportar en su vida, debido a las circunstancia políticas y sociales que le ofreció su país, España, en los años 30 y 40 principalmente. Todo ello lo reflejó en su libro de memorias “Una mujer y tres cárceles: memorias de amor y dolor”, que tuvo la gentileza de dedicármelo.

Lo de su paso por las cárceles femeninas de España, nada menos que después de la guerra civil, tenía su explicación. Al estallar la contienda dejó Madrid y regresó a su pueblo natal, Monóvar, donde militó en el partido Sindicalista y fue la primera concejala del municipio. Esta filiación política, su cargo en el Ayuntamiento y sus actividades del momento fueron consideradas causa suficiente para un consejo de guerra en 1939, por auxilio a la rebelión y por perseguir a una familia de derechas, que le aplicó nada menos que 20 años de cárcel, pena que más tarde, quedó conmutada en doce y con la amnistía de 1943 se redujo a cuatro años. Ingresó en la cárcel de mujeres de Santa Clara en Valencia, ciudad de la que no guardaba buen recuerdo, pese a conservar un piso en la misma.

“Cada vez que me marcho de Valencia, sacudo mis sandalias como hizo San Vicente Ferrer. No soporto esta ciudad ni a su gente. Prefiero Alicante, con diferencia”, decía.

Carmen Payá se había casado dos veces y tuvo hijo e hija respectivamente de cada uno de sus maridos, que prácticamente no llegaron a conocer a sus vástagos, porque murieron al poco de nacer. El primer matrimonio fue a los 18 años, y el esposo falleció a los diez meses de nacer su descendiente. El segundo matrimonio lo hizo, a los 29 años, en 1936, pero, al poco de nacer su hija, el marido desapareció en el frente de la guerra civil española. “El matrimonio no era lo mío y no volví a intentarlo más veces”, contaba con humor. 

Carmen había estudiado Piano, y Filosofía y Letras, por lo que tenía una formación esmerada, de la que tuvo que echar mano para sobrevivir, a base de conciertos y colaboraciones de prensa y numerosas conferencias por distintos foros, también en el extranjero, donde elogiaba la Historia y la Literatura de España. El marqués de Lozoya la apreciaba y admiraba por esta labor llevada a cabo sin ayuda institucional alguna. “Los libros no dan dinero, a menos que se revelen como superventas”, decía. Ya instalada en Madrid, publicó en 1934, Las Aventuras de un hombre tímido en París, novela de aventuras.

Mujer viajera impertérrita, conocía bien la capital francesa y podía traducir del francés. Ella recorrió desde muy joven países de Europa, África y Asia. Era una mujer valiente y muy libre, muy consciente de su valía como mujer, feminista y defensora de los derechos de la mujer a la educación y a gobernarse por sí misma, frente a las servidumbres a que el Código Civil del momento sometía a la mujer, respecto al padre, primero, y al marido, después.

Más adelante también publicó el ensayo “La mujer y su significación en la vida actual” (1961), conferencia de final de curso en la Asociación de Escritores y Artistas Españoles, AEAE, y “Una mujer triunfa” (1963).

Carmen siempre llevaba guantes puestos en su mano, de cuero en invierno, y de ganchillo en verano. Explicaba que era para evitar el contacto directo con las barras del autobús, que reciben cientos de manos al día. Se tocaba siempre de sombrero o más bien de gorro o turbante, “para ahorrarse la peluquería”, me confesaba en ocasiones. Siempre la conocí escasa de dinero, pero, repito, nunca quejosa o pedigüeña.

Algunas veces la invité a comer en casa, de imprevisto, sin protocolo alguno. Se la veía disfrutar con la comida casera y en familia. Una vez que había cocido madrileño, Carmen repitió con gusto mientras lo elogiaba. Ella era simpática y locuaz. A mi padre le hacía mucha gracia aquella mujer mayor de aspecto excéntrico, pero agradable y graciosa en su conversación.

    Carmen Payá murió en Elda (Alicante) a los 79 años. Pese a las dificultades y sucesos de su vida, no guardaba rencor alguno al antiguo régimen, o al menos no lo mostraba. Se la veía como mujer serena, animada y positiva. Lejos de la pena y la queja. Una mujer patriota, orgullosa de su país. Su españolidad fue un hecho comprobado. Se relacionó con gente culta que la respetaba, como Emilio Romero, que le abrió las puertas de su periódico para colaborar, el marqués de Lozoya, Fernando Vizcaíno Casas o Carmen Llorca.

Con motivo de la discutida y cuestionada Ley de Memoria Histórica de 2007, en tiempos del presidente Rodríguez Zapatero, (lo que es memoria, no es Historia, dice los historiadores con rigor), el Ayuntamiento de Monóvar decidió cambiar las denominaciones de algunas calles del municipio y aprovechó la coyuntura para poner nombres de mujer, apenas visibles en el callejero. Carmen Payá Mira fue una de ellas. Seguro que estaría contenta de ver su nombre en una placa en lo alto de un muro de su localidad alicantina natal.

Carmen Payá, escritora (Foto: Biblioteca Pública de Monóvar)