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jueves, 16 de febrero de 2023

LOLA SAELICES. Homenaje por su trayectoria artística en la Tertulia Peñaltar del Hogar de Ávila en Madrid

Lola Saelices, pintora
Homenaje a Lola Saelices



Julia Sáez-Angulo

16/2/23.- Madrid.-  Lola Saelices ha recibido un homenaje por su trayectoria artística en la Tertulia Peñaltar del Hogar de Ávila en Madrid, dirigida por el pintor Pablo Reviriego. María Anunciación Guild, presidenta de la citada institución, abrió el acto y elogió la obra de la pintora. Seguidamente, Pablo Reviriego leyó el rico currículo de la autora, ganadora de numerosos premios o igualmente seleccionada en la mayoría de ellos, como por ejemplo, en el certamen Mercedes Ballesteros de la localidad de Noblejas.

Lola Saelices Santos (Villacañas. Toledo, 1960), residente en Madrid, fue haciendo un recorrido en voz alta por su trayectoria como artista visual, desde que a los trece años fuera premiada en el Certamen de Guerrero Malagón en Toledo, algo que le marcó con el deseo de dedicarse a la Pintura, un empeño que le llevó a ser una luchadora en medio de circunstancias no siempre fáciles en su infancia y juventud, tanto en familia como en sociedad.

Antonio de Ávila colaboró en la proyección de las imágenes de las obras pictóricas que se fueron mostrando en pantalla, al ritmo de las explicaciones de la pintora, que utiliza todas las técnicas y soportes: óleo, acuarela, acrílico, lienzo, papel, tabla.... 

Entre los galardones, el más sobresaliente recibido por Lola Saelices fue el Premio Ejército de alta montaña, por un bello cuadro en el que aparece un soldado con uniforme blanco en la nieve. La obra se encuentra hoy en la colección de arte del Ejército.

Lola Saelices, que siempre quiso hacer Bellas Artes, si bien se matriculó en la Escuela de Artes y Oficios, lo que le ayudó a aprender distintas técnicas en madera, cerámica, modelado, grafismo, técnicas publicitarias… “Era un arte muy utilitario y lo que yo seguía queriendo es hacer Pintura”, contaba.

Saelices mostró numerosos dibujos en los que buscaba la síntesis de la forma, muchos de ellos con acento surrealista, por influencia de algunos de sus profesores, de los que guarda un excelente recuerdo, como Paco Rojas del grupo Tolmo en Toledo.

La pintura al aire libre, sobre todo en los certámenes de pintura rápida fueron un gran reto y experiencia para Lola Saelices, quien recuerda sus recorridos por distintos pueblos y ciudades, por Andalucía, Galicia, La Mancha, Castilla… “De la pintura rápida han salido grandes artistas, con los que yo he pintado codo con codo, como Torices, Valero, Javier Gayá, Quique Meana…”, contaba la autora.

En la crisis económica de 2008, Lola Saelices junto a Antonio de Ávila, decidieron abrir ARDEARTE, un espacio de galería de arte y de docencia al mismo tiempo, donde imparte clases de pintura. Muchos de sus alumnos, que llenaban el espacio, estuvieron presentes en el homenaje a su profesora.

La autora cuenta con series de pintura que van desde los paisajes abiertos a los nevados y humedales, estos últimos los expuso recientemente con gran éxito en Villacañas. “Me gusta mucho la figura humana y a ella dedico muchos cuadros, a veces de pequeño formato, porque no toda la pintura ha de pensarse en gran tamaño para museos”, dijo.

El retrato ha sido una de las actividades llevadas a cabo en su pintura, desde que en su infancia dibujara los rostros de sus compañeros de colegio. “Me gusta ser innovadora en el retrato, para que no sea simplemente académico”. Recientemente la autora está trabajando en una serie de “paisajes habitados”, en los que introduce elementos primitivos o simbólicos de la representación humana. “La realidad es que siempre pinto lo que quiero pintar, más allá de si se vende mejor o peor", dijo.

Las playas y paisajes de Saelices son muy solicitados por la belleza y silencio que inspiran. “Pintar es meditar activamente y sumergirse en un presente que absorbe por completo, más allá del desgaste de lo cotidiano”, concluyó la pintora.

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https://lamiradaactual.blogspot.com/2020/05/lola-saelices-marinas-paisajes-de-nieve.html


Pablo Reviriego junto al cuadro de Saelices

"Humedales"

Asistentes al acto




domingo, 17 de mayo de 2020

LOLA SAELICES. Marinas, paisajes de nieve, retratos y personajes expresionistas. EXPOSICIÓN VIRTUAL



Lola Saelices, galardonada con el primer Premio Ejército 2018, por su cuadro de soldado en la nieve. 

L. M. A.

            18.5.20 .- Madrid .- De pequeña ya apuntaba maneras pictóricas, cuando los niños y niñas de la  clase querían sentarse junto a ella en el pupitre y le decían: ¡Lola, píntame!  y les hacía un retrato con el lápiz y todos quedaban tan encantados, que incluso le traían a su hermano o a su madre para que les hiciera otro retrato. Lola Saelices iba para pintora y así fue, aunque algunos avatares le llevaron por directora de una gran floristería toledana. Su buen gusto la avalaba.
            Confiesa que en su fuero interno se siente siempre atraída por el retrato, aunque haya pintado muchos paisajes y, entre ellos, preciosas nevadas y playas. Ha ganado algunos premios en los concursos de pintura al aire libre, cuando lega el verano y viaja con Antonio de Ávila por los distintos pueblos y convocatorias de pintura rápida.

            En su última exposición madrileña en ARDEARTe, Lola Saelices Santos (Villacañas, Toledo, 1960), residente en Madrid, se ha desquitado y muestra los numerosos femeninos que ha pintado al óleo sobre papel –muchos de ellos se los regalaron en su día, al cerrar la tienda los galeristas Ana y Jesús, proveedores de materiales pictóricos. La mayoría de esos dibujos de caras femeninas la guardaba en carpetas, y ahora los ha colgado a la manera de los antiguos pliegos de cordel en cuerdas con pinzas de madera como sujeción. El resultado es sugerente y vistoso. Curiosamente, buena parte de sus pinturas con rostros femeninos carecen de boca en medio de sus trazos gestuales en la cara y el cabello; no sabe muy bien por qué.

            Algunas de las cabezas femeninas son de mediano formato a modo de rostros referentes, que viene a colmar su profundo deseo de hacer retrato desde siempre”. El éxito de reconocimiento y venta de la exposición ha sido tal, que a ella misma le ha pillado por sorpresa en estos tiempos en que todos los artistas dicen que no se vende nada.
            “Bien es verdad, explica, que he puesto unos precios muy asequibles, para que nadie con sensibilidad, si quiere, puede adquirir una obra de arte única”, explica la pintora. Las piezas se venden enmarcadas o sin enmarcar, lo que facilita la gran difusión de las mismas. “Lo que quiero es la difusión de mis obras”, añade la autora.

            Colorista nata, Lola Saelices muestra igualmente algunos paisajes bien construidos, marinas y nieves, como el titulado Grupos, con figuras esquemáticas que van mancando la distancia y la escala en el cuadro. La pintora indaga e investiga sobre distintos materiales, como los papeles, algunos de ellos finos y velados, casi de seda, porque difunden bien el pigmento y ofrecen calidades exquisitas.
            Lola Saelices dedica algunos días de la semana a la docencia en su galería ArdeArte, junto al también pintor Antonio de Ávila, eso les hace relacionarse, transmitir y reflexionar aún más sobre la pintura.

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"Abstracción", Lola Saelices


 Pinturas sobre papel, Lola Saelices




jueves, 12 de diciembre de 2019

RETRATO: Lola Saelices, pintura, indagación, interés por el rostro humano y retratista, EXPONE EN ARDEARTe


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 Lola Saelices


Julia Sáez-Angulo

            11/12/19 .- Madrid .- De pequeña ya apuntaba maneras pictóricas, cuando los niños y niñas de la  clase querían sentarse junto a ella en el pupitre y le decían: ¡Lola, píntame!  y les hacía un retrato con el lápiz y todos quedaban tan encantados, que incluso le traían a su hermano o a su madre para que les hiciera otro retrato. Lola Saelices iba para pintora y así fue, aunque algunos avatares le llevaron por directora de una gran floristería toledana. Su buen gusto la avalaba.
            Confiesa que en su fuero interno se siente siempre atraída por el retrato, aunque haya pintado muchos paisajes y, entre ellos, preciosas nevadas y playas. Ha ganado algunos premios en los concursos de pintura al aire libre, cuando lega el verano y viaja con Antonio de Ávila por los distintos pueblos y convocatorias de pintura rápida.

            En su última exposición madrileña en ARDEARTe, Lola Saelices Santos (Villacañas, Toledo, 1960), residente en Madrid, se ha desquitado y muestra los numerosos femeninos que ha pintado al óleo sobre papel –muchos de ellos se los regalaron en su día, al cerrar la tienda los galeristas Ana y Jesús, proveedores de materiales pictóricos. La mayoría de esos dibujos de caras femeninas la guardaba en carpetas, y ahora los ha colgado a la manera de los antiguos pliegos de cordel en cuerdas con pinzas de madera como sujeción. El resultado es sugerente y vistoso. Curiosamente, buena parte de sus pinturas con rostros femeninos carecen de boca en medio de sus trazos gestuales en la cara y el cabello; no sabe muy bien por qué.

            Algunas de las cabezas femeninas son de mediano formato a modo de rostros referentes, que viene a colmar su profundo deseo de hacer retrato desde siempre”. El éxito de reconocimiento y venta de la exposición ha sido tal, que a ella misma le ha pillado por sorpresa en estos tiempos en que todos los artistas dicen que no se vende nada.
            “Bien es verdad, explica, que he puesto unos precios muy asequibles, para que nadie con sensibilidad, si quiere, puede adquirir una obra de arte única”, explica la pintora. Las piezas se venden enmarcadas o sin enmarcar, lo que facilita la gran difusión de las mismas. “Lo que quiero es la difusión de mis obras”, añade la autora.

            Colorista nata, Lola Saelices muestra igualmente algunos paisajes bien construidos, como el titulado Grupos, con figuras esquemáticas que van mancando la distancia y la escala en el cuadro. La pintora indaga e investiga sobre distintos materiales, como los papeles, algunos de ellos finos y velados, casi de seda, porque difunden bien el pigmento y ofrecen calidades exquisitas.

            Lola Saelices dedica algunos días de la semana a la docencia en su galería ArdeArte, junto al también pintor Antonio de Ávila, eso les hace relacionarse, transmitir y reflexionar aún más sobre la pintura.
            “Lo mío es una pulsión y necesidad de pintar, lo mismo que respirar. Recuerdo que en La Mancha, cuando era joven, yo veía un suelo de cemento libre y limpio y me ponía a pintarlo con spray. Con frecuencia utilizo los restos de óleo en las paletas para hacer esos dibujos inmediatos y rápidos, que son como automáticos, en los que la pintura me lleva de modo inconsciente, como si yo fuera solo una médium. A veces hay que pintar de modo inmediato, olvidando lo que sabes, para que aparezca lo que, sin pretenderlo, has aprendido a lo largo de tu trayectoria como artista. El resultado puede ser sorprendente”, explica Lola Saelices, convencida de que ella es pintora por encima de todo.

            Para celebrar todo el éxito de esta exposición Lola Saelices convoca a una fiesta de clausura el viernes día 13, que se sume a las fiestas de la Navidad.

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 pinturas de Lola Saelices



sábado, 9 de abril de 2011

“Bailes de Mar” en la exposición de marinas de Lola Saelices

Lola Saelices, pintora


"Bailes de Mar" Pintura
Lola Saelices
Galería Duayer
c/ Alcántara, 7.
Madrid Marzo-Abril, 2011


Julia Sáez-Angulo

       09.04.11 .- Madrid .- “El mar es más que un paisaje, también es un sentimiento” canta Rosa León con palabras del poeta. Lola Saelices expone su última serie titulada “Bailes de Mar” en la galería Duayer de Madrid, en la que acoge marinas del litoral gallego y levantino a partes iguales.

Dotada para la música y la composición de poemas, Lola Saelices Santos (Villacañas, Toledo, 1960), ha llevado a cabo una pintura poética en la que con ojos atentos mira al mar y extrae de él los infinitos movimientos y colores del agua en cada una de las luces del día: desde la perlada del amanecer hasta el ocaso, en un casi nocturno de fuerte evocación. En el catálogo deja sus reflexiones: “Bailes de mar arremetiendo en las rocas, /deshaciendo en diminutas semillas las piedras,/ formando pepitas de oro”.

Obra de Lola Saelices



El azul verdoso de las aguas matizadas de rizos blancos por las olas o las reverberaciones de la luz, se alternan en los cuadros con los ocres de la arena en las playas. En las Rías Bajas de Galicia, la pintora apresa los momentos irrepetibles del mar en Villagarcía de Arosa, Cambarro, Pontevedra y su papelera al fondo, la desembocadura el Miño –un cuadro espléndido de composición y acogida de un gran espacio...




De la costa levantina, sobre todo de Campello, surgen las marinas serenas que alternan el agua y la playa, el azul y el tostado, con acentos más intensos en las rocas, con matices más claros o desvaídos en el horizonte y los celajes. Un trío de playas, situados en cuadros correlativos en el montaje de la exposición, dan idea de esta visión serena que la pintora busca y encuentra para reflejar en su obra. También está presente una tarde de tormenta con celajes inquietantes. Hermoso el cuadro titulado “Tarde con Mercedes”, referido a un compartir el mismo motivo de paisaje junto a la pintora Mercedes Ballesteros.



“El mar tiene muchos momentos y manifestaciones al cabo del día. Es un elemento vivo que no se agota”, comenta en voz alta Lola Saelices para resaltar que el mar es un vivero inagotable de marinas y ella da fe e su pintura de lo afirmado. Las composiciones varían tomando proporciones diferentes del espacio verdiazul del agua o del terroso de la arena. Los horizontes quedan abiertos a la mirada del espectador.


Saelices, graduada en Artes Aplicadas y Gráfica Publicitaria, trabaja su obra en técnica mixta: acrílico y óleo; el primero en la base y el segundo en la superficie para dar la visión, cremosidad y suavidad del pigmento al aceite. Su pincelada es lisa y barrida en general, resaltada a su vez con toques impresionistas de materia que producen un ritmo visual de gratos resultados.

“A veces sentimos que lo que hacemos es sólo una gota en el mar, pero el mar sería menos si faltara una gota”, dice la gran Teresa de Calcuta y Lola Saelices lo recoge en su blog. El mar es un referente infinito para los artistas.





viernes, 3 de enero de 2025

LOLA SAELICES Y ANTONIO DE ÁVILA. Dos lustros de Pintura y Docencia. 10 aniversario en el espacio ARDEARTe

Antonio de Ávila y Lola Saelices, pintores, docentes y galeristas



Julia Sáez-Angulo
Texto y fotos

3/1/25.- Madrid.- Lola Saelices y Antonio de Avila, artistas visuales y pareja en la vida, llevan dos lustros de Pintura y Docencia, por eso han celebrado su 10 aniversario en el espacio ARDEARTe, en el madrileño barrio de la Guindalera (c/ Ardemans, 24), para disfrutar con clientes, coleccionistas, artistas  músicos, críticos de arte, amigos, familia… Fue una fiesta por todo lo alto en la que no faltó nadie. 
Un aniversario que coincide con la compra del local -hasta ahora en alquiler- lo que les permite una mayor seguridad y holgura. “Hemos trabajado mucho, como hormiguitas”, dice Antonio de Ávila. Ser propietario es un punto, a la hora de regentar una galería de arte.
Para la expo de celebración, Antonio de Ávila presentó sus recientes acuarelas en gran formato, y Lola Saelices, su serie de mujeres, que ha tenido un gran reconocimiento por parte de los clientes. “Son cabezas femeninas de todo tipo, casi siempre con flores, como las mayas de Colmenar Viejo, pero unas son románticas, otras galácticas, otras… He participado con ellas en favor de AMASVE, dirigida por Leyre Navaridas, que ayuda a las mujeres a no tener que abortar".
Antonio señala que lo suyo es fundamentalmente el paisaje y las flores. Lola muestra que tiene varios registros, en los que investiga a fondo y logra aceptables resultados. Con los restos cromáticos de las paletas, propia y de alumnos, indaga en “el mundo mágico de la mancha” y se deja llevar por ella. De modo automático salen ángeles, hadas, toreros, samuráis, mujeres de pasarela… figuras casi abstractas. Yo misma me asombro de lo que encuentro”.
    Su tercer registro, tras las “Mujeres” y “Manchas”, es el de los “reciclados gestuales”, para poner orden en el caos de la Naturaleza, con personajes diminutos y simbólicos. Casi pintura narrativa en pequeños cuadrados, que conforman un políptico. Utiliza siempre un buen papel, de grabado, como soporte.
Cuando echan la vista atrás, Antonio y Lola recuerdan los comienzos, siempre duros e inciertos ante la aventura, el cierre por la pandemia y el lento despertar, la espera de alumnos… pero "ha valido la pena. El proyecto ha salido adelante". Están contentos. “Sabemos en qué liga jugamos”, dice el pintor, con realismo. Aseguran, por experiencia, que, "el mejor vendedor es el escaparate".

Docencia: tres días a la semana
Ejercen la docencia solo tres días a la semana, y “contamos con otros cuatro para pintar a solas”. La docencia la disfrutan también, explica Lola. “es un intercambio satisfactorio para enseñar y aprender al mismo tiempo, porque exige estar atento a los procesos y obliga a investigar más allá de lo establecido”.
Lola se explaya en los métodos y consejos que da a los alumnos. “La creatividad es muy personal y hay que ayudar a que salga a flote, según lo que busca cada uno: desde la soltura en la forma al hiperrealismo. Les puedes abrir horizontes, y animarles a dibujar, porque -a veces se resisten- es clave para la composición. No todo vale. Tienen que aprender a construir, para luego deconstruir, cada cual a su ritmo y manera. A veces, les digo: ‘si te pierdes, agárrate a lo aprendido’.
Ambos pintores presumen de la fidelidad de sus clientes, coleccionistas y alumnos -el 70% mujeres. Tenemos clientes del barrio y de fuera del mismo. Una vez llegó uno y nos dijo, que había venido a nosotros, porque éramos los primeros en abrir, a las 10,30, frente a la mayoría que abre a las 11. Se dio una vuelta por otras galerías y acabó volviendo y nos compró cuatro cuadros".
Desde la pandemia del covid-19, hacen menos exposiciones temporales y se dedican más a comercializar su propia obra. “Es curioso, como a cada coleccionista le gusta uno u otro artista. Se ve que la sensibilidad le va en la misma dirección. Hubo uno que nos compró varios cuadros y me dijo: “Lo siento Antonio, pero son todos de Lola, porque son los que me gustan”. Otras veces sucede lo contrario.
Antonio y Lola; Lola y Antonio están seguros de que ellos ofrecen calidad en su pintura y los clientes lo aprecian de una manera u otra, según la preparación o exigencia artística que tengan. No en balde, los dos artistas han ganados diversos premios en concursos al aire libre o de pintura seca. Antonio ganó el premio del Ejército del Aire, y Lola el del Ejército de Tierra. De su vida en los concursos tienen decenas de anécdotas para contar, desde que no les devolvieron los cuadros, porque fueron una semana más tarde del plazo previsto a recogerlos, dado que estaban fuera por vacaciones, a las trapisondas descaradas y descubiertas, por medio del teléfono móvil entre el presidente de un jurado y el ganador definitivo, cuando el cuadro de Lola ya estaba apartado para el premio.
El futuro de su pintura y el proyecto de Espacio ARDARTe, lo contemplan con calma y serenidad. “Hemos trabajado mucho y hay que ralentizar el ritmo, porque no pensamos en jubilarnos. La Pintura es nuestra vida”. Y la familia también: ellos hablan de cuidar a la abuela durante los fines de semana, alternando con la hermana de Antonio, y hablan también de los dos nietos, hijos del pintor Albano Hernández. El Arte y la Vida.
            Más información
Antonio de Ávila y Lola Saelices, pintores

"Humedal de Castilla", pintura por Lola Saelices
"Mujer" (2019) (premonición de las mascarillas), por Lola Saelices
Antonio y Lola, ante un cuadro del primero.
Políptico narrativo de Lola Saelices

viernes, 23 de junio de 2023

LOLA SAELICES. Entre abstracciones, mapas sugerentes, acuarelas de gran formato y rostros. Los humedales de Villacañas

 Lola Saelices, pintora




Julia Sáez-Angulo

24/6/23.- Madrid.- A Lola Saelices le gusta reconvertir toda su mirada y los materiales en pintura. De los grandes humedales de su pueblo natal, Villacañas (Toledo), ha pintado grandes óleos para dar cuenta de su inmensidad solitaria y ahora ha pintado acuarelas de gran formato que dan cuenta de la maestría de esta gran artista visual.
A la pintora le gusta hablar de la singularidad de Villacañas, un pueblo de diez mil habitantes, donde, no solo los humedales con flamencos y otras aves lo caracterizan, sino también los silos o viviendas subterráneas en explanadas con chimeneas y lucernas al exterior, donde se guarda la temperatura todo el año. 
“Allí vivía, en principio, la gente humilde con todo su ganado y animales. Hoy es una rareza antropológica, de la que da cuenta un interesante museo, que gestiona con inteligencia Rosa Torres”, explica Lola Saelices.
    Las anécdotas de los silos y los siliarios son infinitas, desde su victoria sobre los franceses de Napoleón, episodio histórico que se representa en Villacañas todos los años, hasta una gran inundación de agua en los silos que fue un tanto trágica. “Villacañas bien vale una visita para conocer los humedales, los silos, el museo antropológico y su gente. Allí hemos hecho algunas excursiones con los alumnos de pintura”, concluye la autora.
La pintora tiene un gran sentido de la necesidad de un mundo sostenible y es capaz de aprovechar los materiales, soporte y pigmento, hasta el extremo. Le gusta apurar los restos de la paleta en cartones ocasionales y pintar con ellos ángeles o hadas, que fluctúan entre la abstracción o la figuración abocetada.
Una de las series de Saelices con más fortuna ha sido la de mapas, inspirada de modo libre, prácticamente abstracto, en el mundo, en el globo terráqueo, en la que se muestra como una sibila profética que predice el futuro: “Pinté hace no mucho tiempo el continente europeo y una macha oscura, matérica se instaló en el norte. Luego vino la guerra de Ucrania”, explica.
        Lola Saelices ejerce la docencia artística, junto al pintor Antonio de Ávila, tres días a la semana, para reservarse el resto y poder pintar en solitario. Cuenta con treinta alumnos, repartidos entre los días y la docencia le permite transmitir generosamente su conocimiento artístico que es mucho, conocer y tratar a distintos personajes que se acercan al mundo de la pintura. Lola Saelices es una pintora muy sociable y comunicativa.

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sábado, 10 de febrero de 2024

LOLA SAELICES y ANTONIO DE ÁVILA. Premios, estudio/galería y docencia

Lola Saelices y Antonio de Ávila entre un cuadro de él (arriba) y de ella (abajo)



Julia Sáez-Angulo

10/2/24.- Madrid.- Tienen su estudio/galería, ARDEARTE, en el madrileño barrio de La Guindalera, donde exponen su obra y ejercen la docencia a más de una treintena de alumnos, dos clases a la semana. Los pintores Lola Saelices y Antonio de Ávila tienen claro que pintar es lo suyo en la vida, con ello disfrutan y se sostienen bien. ¿Se puede pedir más?
Les abordo en una mañana de sábado, después de saludarnos por el cristal del escaparate. Cierran a las 13, 30, pero nos da tiempo a conversar y contemplar cuadros de ambos. Después viajan a Ávila donde les espera la abuela, 91 años, para cuidarla; entre semana lo hace la hermana de Antonio. Una tarea familiar y humanitaria que hacen con gusto. A la abuela no le gusta tanto escribir, como hacer cuentas, maneja los números de maravilla y se lo pasa bien sumando, restando y multiplicando. Les ha salido matemática.
Hojeo y ojeo el catálogo del XXII Certamen cultural “Virgen de las Viñas”. Bodega y Almazara de Tomelloso (Ciudad Real), donde ambos han ganado dos premios de Adquisición a finales de 2023 y están encantados. “De hecho es de los pocos certámenes a los que concurrimos últimamente”, me dicen.
El galerismo lo han aparcado un tanto, desde la última pandemia. "No nos gusta alquilar el espacio, por más que nos llaman y lo piden, ni tampoco nos gusta retirar nuestras obras, así que hemos ralentizado esta actividad. Nosotros somos pintores y lo que nos gusta es pintar y vivir de nuestra pintura. La docencia es un plus, pero nuestra subsistencia principal está en la venta de nuestras obras”.
Decir esto en tiempos de dificultad de mercado artístico es una sorpresa. “El mercado ha bajado, es cierto y ya no vendemos a los precios de antes, pero no podemos quejarnos. Esta mañana ha venido una cliente -ya coleccionista nuestro- y se ha llevado dos cuadros de Antonio, al tiempo que ha echado el ojo a uno mío, pero la mujer quiere consultar con su marido. Seguro que se lo acaba llevando”, me cuenta Lola, que lleva la voz cantante en la conversación, mientras Antonio atiende a unos clientes.
Para Lola Saelices, la pintura es entrar y salir de un cuadro en marcha, incluso cuando supervisa los de los alumnos. "Comprobar, chequear y contrastar entre lo aprendido y lo improvisado", se explica, a través de lo que aprendió de un buen profesor, "se necesita el dibujo que sustenta la pintura, dominio de los negros y los grises, para dar consistencia y distancia a lo concreto. Es la parte izquierda del cerebro, pero luego viene la parte derecha, que te permite la indagación y la búsqueda, la audacia y el reto, el arriesgar con la forma y el color. Cada pintor acaba asomando su propia paleta de colores y tonos, pero necesita la base del dibujo. Los alumnos acaban entendiéndolo, cuando vienen con cuadros sin base de dibujo. Hay que tirar de carboncillo y de grafito, antes de pasar al color”.
“Yo misma experimenté y disfruté mucho la gradación infinita del negro al gris, con los cuadros sobre nevadas de la serie que hice hace unos años. Tuvo muy buena acogida, pero no iba a quedarme siempre “congelada” en la nieve”, añade Lola, que ganó el premio Ejército con un cuadro sobre un soldado en la nieve.
Las pinceladas de Antonio y Lola son muy diferentes, la de él se mueve mucho y la de ella es más barroca en su figuración reciente, descansando del paisaje. Algo así como derroche y austeridad de materia, aunque Lola comienza a ser algo más barroca en sus figuras o abstracciones actuales. El estilo de Antonio y Lola es muy distinto, pese a compartir estudio durante tanto tiempo.
“Me gusta la huella de lo inesperado, jugar con lo liviano y la textura. No se puede ser simplemente académico o virtuoso en la pintura ni en la música, por eso rechazo el hiperrealismo -me resulta aburrido-, que se ciñe a lo concreto, cuando hay tantas posibilidades y lenguajes en la pintura, para interpretación propia de la realidad. A partir de la mancha, suele venir el inconsciente y acaba una retomando arquetipos libres de figuras como me ocurre a mí con los ángeles, hadas o con los gestos del toreo, en mis dibujos o estudios”, me cuenta Lola, que parece proseguir un monólogo en voz alta, sin necesidad de preguntas.
Ahora, Lola está investigando con collages singulares de textiles y pigmento. "Ante tanta fotomecánica de cuadros, ploters o Inteligencia Artificial, IA, se pone de relieve lo manual, como más valorado. He visto pinturas de la IA y me han resultado pastiches infumables, a base de los datos que les han metido dentro”. 
        "Pintar es un gozo y materializa la necesidad de expresarse. Rescatar con la mirada lo que interesa y elevar o inmortalizarlo en la pintura. Es algo espiritual o intelectual, una manera de interpretar el mundo, de hacer arte, cada cual con su lenguaje. Las horas en silencio que se pasan ante el caballete es un placer, más allá de que se venda o se llegue más alto", concluye la pintora.
Una leve granizada comienza a sonar en los cristales y en las calles de Madrid. Pese a todo, la temperatura no baja como en la nieve. Es curioso. Llega la despedida: ellos a Ávila y yo permanezco en la capital de España.

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Lola Saelices ante uno de sus cuadros

Tondo de Antonio de Ávila

Tronco y raíces, pintura de Lola Saelices
Pintura abstracta y matérica de Lola Saelices