* La exposición Tejiendo Agua en Seda: Encanto Oriental y la promoción cultural y turística Jiangsu, el Encanto del Agua deslumbran en la capital española
L.M.A.
08.11.25.- Madrid.- La promoción cultural y turística Jiangsu, el Encanto del Agua, junto con la exposición de arte textil Tejiendo Agua en Seda: Encanto Oriental, en el Centro Cultural de China en Madrid, están conquistando a los madrileños que se animan a conocer esta bella región, uno de los destinos más interesantes de China, aún relativamente desconocido. Esta provincia además de una historia milenaria, ofrece también la visión de un país pujante, con grandes contrastes en sus ciudades en las que los rascacielos se elevan majestuosos tras cuidados barrios de casas antiguas y grandiosos jardines.
El evento reunió a profesionales del turismo, artistas, diseñadores y periodistas españoles, quienes disfrutaron de una muestra excepcional de estética oriental. La exposición ofreció al público una ventana hacia la profundidad cultural y la singular belleza de Jiangsu, reforzando los lazos históricos de amistad entre China y España, y abriendo un nuevo capítulo de intercambio cultural a través de la moda y la artesanía tradicional.
Durante el acto inaugural, presentado por la polifacética y multilingüe Esperanza Liu, el vicegobernador de la provincia de Jiangsu, Chen Zhongwei, pronunció el discurso principal. Destacó que Jiangsu es una provincia líder en economía, educación, cultura y apertura, con un rico patrimonio histórico y abundantes recursos turísticos. Chen recordó que los lazos entre Jiangsu y España se remontan a la era de la navegación y el comercio de la seda, y que hoy se renuevan en el diálogo artístico contemporáneo. Invitó a los amigos españoles a visitar Jiangsu, una tierra donde el agua une las culturas y la seda enlaza las amistades.
La vice directora del Departamento de Cultura y Turismo de Jiangsu, Qian Ning, presentó los recursos turísticos más emblemáticos de la provincia e invitó al público español bajo el lema Jiangsu, el Encanto del Agua: Contigo, más bella aún. La directora del Centro Cultural de China en Madrid, Yang Changqing, subrayó el papel del evento como puente cultural entre ambos países. La directora de Travel Trade de Turismo del Ayuntamiento de Madrid, Sabine Schwantz, expresó su deseo de fortalecer la cooperación turística con Jiangsu. Por su parte, Antonio Carmona, presidente de la Asociación de Amistad Hispano-China, destacó la importancia del intercambio cultural entre los pueblos. El embajador de China en España, Yao Jing, felicitó la iniciativa y señaló que este tipo de actividades aportan nueva vitalidad a la amistad y al entendimiento mutuo entre China y España.
La seda como Puente Cultural
Los asistentes disfrutaron del vídeo promocional Jiangsu, el Encanto del Agua, compuesto por tres capítulos Armonía del Agua, Huella del Agua y Tierra de Agua, que ofrecieron una experiencia inmersiva sobre la relación entre el agua, la naturaleza y la cultura de Jiangsu. A continuación, artistas chinos y españoles interpretaron conjuntamente la danza El abanico de la amistad, una fusión entre la danza tradicional del sur de China y el flamenco, símbolo de diálogo y convivencia entre las dos culturas. El acto concluyó con una ceremonia artística en la que los invitados pintaron juntos un mural de puntos de color, marcando la apertura oficial de la exposición Tejiendo el Agua en Seda: Elegancia Oriental.
La provincia de Jiangsu, situada en la costa este de China, es reconocida por su rica tradición en la producción de seda. Este arte milenario ha florecido gracias a la interacción armónica entre el agua y la tierra, donde ríos, lagos y canales han sido esenciales tanto en la producción como en la transmisión cultural de la sericultura una técnica que tiene una historia que se remonta a más de 3.000 años. Tradicionalmente, las mujeres desempeñaban un papel fundamental en este proceso, que incluía el cultivo de moreras, la crianza de gusanos de seda, el hilado y el tejido de la seda. Estas prácticas se transmitían de generación en generación, formando parte integral de la vida rural en la región.
El agua, la otra riqueza natural de la provincia, desempeña un papel crucial en la sericultura de Jiangsu. Los residuos de los gusanos de seda se utilizan como alimento para los peces en los estanques locales, mientras que el barro de estos estanques fertiliza los árboles de morera. Las hojas de morera, a su vez, alimentan a los gusanos de seda, creando un ciclo ecológico sostenible que refleja la profunda conexión entre la naturaleza y la cultura local.
La sericultura y la artesanía de la seda de China, especialmente en las provincias de Zhejiang y Jiangsu, han sido reconocidas por la UNESCO como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad. Este reconocimiento destaca la importancia cultural y la maestría técnica de estas tradiciones, que continúan siendo una parte vital del patrimonio chino. Hoy en día, la producción de seda en Jiangsu no solo es una actividad económica, sino también una expresión cultural que conecta el pasado con el presente. Las técnicas tradicionales se mantienen vivas a través de la enseñanza y la práctica, asegurando que el arte de la seda continúe siendo una parte vibrante de la identidad de Jiangsu.
Invitación a conocer Jiangnsu
Apreciando una mínima parte de lo que Jiangnsu ofrece, nace el deseo de conocerla más a fondo. Hablando de agua y de seda es imprescindible visitar Suzhou, situada en la parte baja del río Yangtsé, a orillas del lago Tai, en la provincia de Jiangsu. Con una historia que se remonta a más de 2.500 años y que encumbró esta ciudad de canales como importante centro político, industrial y comercial. Y es que además de su singular belleza, Suzhou fue un notable paso de la Ruta de la Seda, tanto la terrestre como la marítima y por ello todavía se mantienen ciertos negocios tradicionales vinculados al gremio textil. Suzhou ha sabido armonizar su significativo desarrollo económico con su reputación de Ciudad de los Jardines, ciudad acuática, ciudad de los canales, bañada por el Gran Canal.
La historia de la provincia de Jiangsu corre paralela al Gran Canal, construido para que las riquezas agrícolas y naturales de la región pudieran llegar a la gran capital imperial, Beijing. La parte que recorre su territorio tiene 690 kilómetros de largo, lo cual ha hecho de Jiangsu la provincia donde se encuentran el curso del Gran Canal más extenso y los patrimonios del Canal más numerosos conservados en la mejor condición. El resultado es una de las poblaciones más bellas de Asia. Así se descubren ciudades y pueblos bañados por aguas tranquilas, preciosos lagos, innumerables jardines milenarios, que configuran un paisaje perfecto para explorar con calma, descubriendo la historia y la vida de un país tan grande como sorprendente.
Porque, en efecto, el agua es el símbolo más dinámico de la región que ha hecho que la provincia prospere gracias a su relación con el agua, ya que es la única región de China que posee ríos, lagos, mares y océanos. El agua es el alma de los jardines de Jiangnan que son Patrimonio de la Humanidad. Con sus mil caras, el agua pinta la belleza de estos jardines y refleja la filosofía de imitar a la naturaleza y la unión del cielo y el hombre. Viviendo en armonía con el agua y haciendo amigos con los bosques y las colinas, la vida se condensa en estos jardines, donde cada rincón oculta un paisaje hermoso, invitando a la contemplación y al disfrute de la verdadera belleza. En su época de mayor esplendor Suzhou llegó a tener 400 jardines rodeados por canales y canalillos.
Maravillosos jardines
Aunque todos son muy hermosos y muy distintos, como el Jardín del León (Lín Yuán) o el Jardín del Retiro de la pareja (?u Yuán), si hubiera que quedarse con uno sería el que lleva el curioso nombre de (ya se sabe el gusto de los chinos por bautizar a palacios, jardines y cosas con nombres sugerentes) Jardín del Administrador Humilde (Zhu?zhèng Yuán) que es uno de los cuatro jardines clásicos más importantes de China. Situado en la esquina noreste de Suzhou, fue construido a partir de 1.509. Desde entonces, el jardín ha cambiado de manos y ha sido reconstruido varias veces. Reparado y ampliado a principios del siglo XX, el jardín es ahora una reliquia cultural clave bajo la protección del Estado.
Una zona escarpada con colinas, arroyos y bosques de bambú rodea el área central protagonizada por el gran lago, alrededor del cual se disponen pabellones y salones; y la parte occidental, que acoge los edificios más sensacionales del complejo otra vez los bellos nombres chinos: el salón de las Dieciocho Camelias y el Salón de los Treinta y Seis Patos Mandarines. Cultura, naturaleza y arte se dan la mano en esta majestuosa construcción conceptos que pueden aplicarse al recorrido entero por la provincia de Jiangnsu y su capital Nankín.
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