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miércoles, 20 de julio de 2022

OBITUARIO. Ha fallecido el dibujante José Luis Monaj, miembro del Grupo pro Arte y Cultura


José Luis Monaj entre su esposa Nati Cañada y la baronesa Carmen Thyssen-Bornemisza (2019)


Julia Sáez-Angulo

20/7/22.- Madrid.- Ha fallecido en Madrid, el dibujante José Luis Monaj (Zaragoza, 1938- Madrid, 2022), esposo de la pintora Nati Cañada, ambos  miembros del Grupo pro Arte y Cultura, GpAyC, redidentes en la localidad madrileña de Pozuelo de Alarcón. Era frecuente verles siempre juntos en todos los actos organizador por el Grupo y sus dibujos se vendieron bien cuando expuso en el Liceo Molière de Bélgica. 

José Luis Monaj, Doctor en Lingüística, era persona inteligente, cordial, de trato agradable, muy querido por todos los miembros del GpAyC. Fue secretario del Ayuntamiento de Pozuelo de Alarcón. Descanse en paz.

Hoy, día 20, estará en el tanatorio Memora de Majadahonda sala 3, de 11:00 a 20:00 h,  calle Barbero de Sevilla, 21 R. 28222 Majadahonda, Madrid

El funeral y entierro será mañana jueves 21, sobre 12:30 en Oliete,  (Teruel).


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https://lamiradaactual.blogspot.com/2018/08/retratos-jose-luis-monaj-dibujante.html


martes, 28 de agosto de 2018

RETRATOS: José Luis Monaj, dibujante, coleccionista y lingüista







Julia Sáez-Angulo

            29/08/18 .- MADRID .- Es un hombre discreto y caballeroso que dibuja muy bien con un lenguaje singular, con una dicción propia en el trazo. Sus dibujos taurinos fueron los primeros que se vendieron en el Liceo Molière de Bruselas, cuando expuso con el Grupo pro Arte y Cultura, PAC. En principio lo suyo no son las Bellas Artes, si bien ha pintado y dibujado desde siempre, como muestra con orgullo su autorretrato de 1956. Estudió Derecho y su vida profesional transcurrió como secretario de Ayuntamiento, largamente en Pozuelo (Madrid), un municipio, junto con el de Calvià (Mallorca) con más presupuesto. Ayuntamiento y dibujo como constantes

            Los dibujos de este autor van por series taurinas, mitológicas y caricaturas fundamentalmente. Sobre el mito de “Europa y el toro”, el mito de la doncella raptada por Zeus, ha hecho variaciones interesantes. Son muy interesantes sus dibujos repletos de linea, en un horror vacui sin precedentes. Algunas de sus piezas se encuentran en museos y colecciones.

            José Luis Monaj Abadía (Zaragoza, 1938), que actualmente se ayuda de bastón,  conoce muy bien la Historia del Arte, no en balde sabe dar la replica teórica a su esposa, la a pintora y retratista Nati Cañada, a la que hizo su primer regalo como novia, de un fuste de columna estofada, hoy pedestal de una de las esculturas que colecciona. A este regalo siguieron otros, adquiridos en anticuarios. Al dibujante y a su esposa les gusta coleccionar arte del pasado, como cuna y fuente de inspiración del arte de siempre.

            Hace muchos años faltó de su casa una tabla gótica durante las vacaciones de verano. La policía, que no es tonta, la encontró al cabo de 14 años, cuando el dueño ya se había resignado a perderla. Hoy la casa nunca está sola y cuenta con buenos medios de seguridad y vigilancia.

            Monaj es un hombre que sabe inventariar, conservar y estudiar la gran colección de arte hispanoamericano, especializada en arte sacro culto y popular, que guarda en su casa. Nati Cañada adquiere y restaura las piezas y él prosigue el proceso de fotografía, clasificación y estudio. Más de 500 piezas de Cristo, cruces Vírgenes, Nacimientos y santos con todo el candor hispano del otro lado del océano. San Francisco y San Antonio se llevan la palma en la representación icónica. El Barroco del XVI y XVII domina en las fichas técnicas de estas figuras, algunas con preciosas pátinas doradas de origen y bien restauradas en la sociedad Monaj/Cañada. El Museo de América conocen esta colección.

        José Luis Monaj enjuicia así la pintura de Nati Cañada: “la verdadera enseñanza es el protagonismo que consigue en el manejo de la luz, una luz, que no busca contrastes, que no esculpe las formas sino que las transfigura, que trasciende lo que toca en espíritu”. Sería, por tanto, esa energía luminosa el elemento central de una pintura que está viva y que evoluciona en cada una de sus recreaciones.

            Pero José Luis Monaj no se quedó solo en el arte. Le interesaba enormemente la lingüística y escribió una tesis doctoral titulada Leer es un placer. Por una escritura al servicio de la lectura. Le preocupa el futuro del libro ante los medios digitales de la imagen. Hablar con él de este tema es apasionante. Le inquieta el mundo de la lectura, la capacidad comprensora, la disminución de lectores. Texto, discurso y comunicación del significante son aspectos de esta tesis, que bien merece hacerse libro.

            “Distingue Roland Barthes entre los libros que enseñan, entretienen, reafirman nuestras convicciones, labran por campos conocidos y próximos y aquellos otros que despiertan, interrogan, inquietan, estimulan al pensamiento ocioso, desvelan nuevas sendas: son como proas de acero que rompen el hielo inerte de lo dado, a la vez que presagian el rumbo venidero. Cada generación tiene un limitado número de este segundo grupo; las hubo afortunadas que tuvieron muchos; las más anduvieron escasas; algunas carecieron de ellos. ¿Y nuestro tiempo?”, se pregunta Monaj en el prólogo de la tesis. Aquí lo dejamos.

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viernes, 12 de octubre de 2012

José Luis Monaj, pintor, dibujante y caricaturista expone en Bruselas






Julia Sáez-Angulo

         12.10.12 .- José Luis Monaj (Zaragoza, 1938) es un artista que disfruta con la línea, bien sea en el dibujo, la caricatura o el contorno de los campos de color en la pintura. Recientemente ha expuesto sus dibujos en el Liceo Molière de Bruselas con reconocimiento de público y crítica.

Monaj confiesa que ha tenido que represar sus deseos de expresión plástica durante el tiempo de su trabajo funcionarial, pero una vez jubilado ha vuelto con empeño al dibujo, “aunque nunca he dejado de hacer caricaturas”, dice, al tiempo que muestra un antiguo retrato que pintó en 1956.

         Siluetas de toros y toreros es el repertorio icónico más reciente y el que presentó con éxito en Bruselas. “Desde que algunos han atacado la fiesta taurina, han despertado en otros más empeño y entusiasmo por la misma”, dice el autor. El toro es un animal totémico y simbólico de toda la ribera mediterránea y en especial en España.

         Aunque el artista aragonés se ha decantado últimamente en los dibujos de línea, donde se ve con nitidez el trazo, la forma y el ritmo, también lleva a cabo figuras taurinas con una suerte de horror al vacío, a base de líneas, más que manchas que rellenan, a modo de la caligrafía dieciochesca.

         Una de sus obras más logradas es la titulada “Europa y el toro”, dibujada con acierto sobre cartón pluma. José Luis Monaj prepara un dibujo similar para el Gabinete de Dibujos y Estampas de la Biblioteca Nacional de España en Madrid.


El arte de coleccionar santos

         El arte ha sido siempre su pasión y los regalos que hacía a su novia, hoy esposa, la pintora Nati Cañada eran piezas artísticas que adquiría en los anticuarios. El primero de ellos fue un fragmento de fuste de columna, que permanece en la casa como base de uno de los santos barrocos que colecciona.

         Monaj estudió Derecho y se dedicó a él, como secretario de Ayuntamiento del municipio de Pozuelo de Alarcón –Madrid. Pero el arte lo tenía siempre cerca con la pintura de su mujer y las piezas que ambos han ido coleccionando a lo largo de su vida.

Más de quinientas obras en su mayoría latinoamericanas que ella compra en sus viajes a América y que él se encarga de estudiar, inventariar y catalogar. Todas ellas  se exponen en los muros de su casa madrileña o en las de Oliete (Teruel) y Zaragoza.

“Agrupamos las esculturas por figuras como son los San Antonio, san Francisco, San Sebastián, Niños Jesús, Crucificados, Vírgenes de Bahía (Brasil), nacimientos, cruces de forja, … Monaj reconoce que estudia y se aprende a medida que se colecciona. “Es como una caza en que la pieza permanece siempre contigo”.



sábado, 21 de julio de 2012

Nati Cañada, coleccionista de arte hispanoamericano

    Nati Cañada con Michael Jackson


Julia Sáez-Angulo

         21.12.12 .- La pintora aragonesa Nati Cañada (Oliete. Teruel, 1946), residente en Madrid, dijo que se plantaría cuando sumara quinientas piezas de arte sacro hispanoamericano, pero ya las ha rebasado y junto a su esposo, el lingüista José Luis Monaj (Zaragoza, 1938), sigue entusiasta con una colección que comenzó en su primer viaje a los países de Hispanoamérica para retratar a alguno de sus empresarios, escritores o mandatarios, haca ya más de veinte años.

         Las piezas reunidas con la pasión de buen coleccionista que las busca con ahínco, las estudia y las expone, van desde 40 vírgenes bahianas –de la Bahía—hasta ángeles y serafines que constituyen un rico angelorio, pasando por 33  san Antonios y decenas de santos franciscanos –muchos de ellos vestideros--, amén de cabezas de santa Lucía, santa Ana, san Roque, san Antón, santa Teresa, cabezas de Cristo o cruces de forja entre otras piezas de pequeño y mediano formato.

         La piezas del siglo XVI al XXI proceden de distintos países: Bolivia, Ecuador, Perú, Paraguay, Uruguay, Brasil, México, Argentina… Algunos anticuarios esperan a Nati Cañada y la proveen de piezas, porque ya conocen sus gustos y colección clara y definida. “A veces me las llevan al hotel para que yo elija”, cuenta la pintora.

         “Es una pasión que tiene un largo proceso –explica Nati Cañada pintora que acaba de retratar a Carlos Slim, el empresario mexicano de origen libanés, el más rico del mundo: Primero localizar a los anticuarios, explicarles lo que buscas, seleccionar bien, enviar las piezas a España, casi siempre por barco, rescatarlas y limpiarlas a veces de una capa “imposible” de palomino o suciedad, tratarlas con ceras u otros productos no agresivos de conservación y colocarlas en el espacio adecuado”.

Seguidamente viene la fotografía, el estudio y la catalogación, porque tanto Cañada como Monaj son rigurosos en este campo. Se diría que la pintora elige las piezas y las restaura, mientras que el estudio y catalogación y montaje corre a cargo del esposo, capaz de hacer también “boas” preciosas a base de maderas estofadas de distintos períodos.

“Hemos rebasado las quinientas piezas que en principio nos propusimos poner como límite, pero disfrutamos tanto con cada ejemplar nuevo que adquirimos, que vale la pena seguir”, declara Cañada. “Nos encantan sobre todo las piezas del barroco”.

Exponerlo al gran público

El deseo de los coleccionistas de arte sacro hispanoamericano es exponer una amplia selección de piezas para que puedan disfrutarlas quien lo desee. Están pensando en algún museo –el mejor sería el de América-- o en un centro cultural de Madrid o Zaragoza.

Cuando muestran los crucificados, la pintora explica: “Hay dos estilos según procedencia: de las misiones de los jesuitas que eran más exigentes con las imágenes y pedían un mayor parecido con los modelos españoles, mientras que las franciscanas dejaban a los indios tallistas mayor libertad para trabajar la expresión.

Junto a las piezas hispanas, los coleccionistas tienen también tallas españolas como un pequeño “Descendimiento” de Gabriel Joly, siglo XVI, un francés que se trabajo mucho en Aragón. “La pieza procede de la familia de mi marido”, cuenta Nati.

Además del arte sacro, Nati Cañada y José Luis Monaj coleccionan cerámica de Teruel y de Calanda.



        

         

jueves, 5 de abril de 2012

José Luis Monaj autor de “Leer es un placer”, tesis doctoral de Lingüística



“Leer es un placer”
Por una escritura al servicio de la lectura
José Luis Monaj
Tesis doctoral
Universidad Complutense. Madrid



Julia Sáez-Angulo

08.04. 12 .- MADRID .- Es un hermoso tratado de lingüística. Leer es un placer. Por una escritura al servicio de la lectura, es la tesis doctoral de José Luis Monaj Abadia (Zaragoza, 1938), que pronto lo veremos publicado en libro. El autor habla entre otros aspectos de lenguaje, lectura, visión, gramática española, signos de puntuación y regulación de los mismos; texto y discurso; comunicabilidad del significante; lectura facilitada y propuesta a favor de la lectura

“Distingue Roland Barthes entre los libros que enseñan, entretienen, reafirman nuestras convicciones, labran por campos conocidos y próximos y aquellos otros que despiertan, interrogan, inquietan, estimulan al pensamiento ocioso, desvelan nuevas sendas: son como proas de acero que rompen el hielo inerte de lo dado, a la vez que presagian el rumbo venidero. Cada generación tiene un limitado número de este segundo grupo; las hubo afortunadas que tuvieron muchos; las más anduvieron escasas; algunas carecieron de ellos. ¿Y nuestro tiempo?”, cita Monaj en el prólogo de la tesis.

“Desde mediados del siglo XX las restricciones a la lectura se han venido superando y la práctica totalidad de la población de nuestro ámbito cultural está alfabetizada. Pero nuevas técnicas han incidido desfavorablemente en esta práctica cultural”, recuerda Monaj y continua: “Nos referimos a la TV que ha conseguido en poco tiempo alejar a la lectura a buena parte de la población. De hecho la capacidad lectoral ha disminuido y el número de analfabetos virtuales va en incesante aumento: son personas que saben leer y no leen y si leen entienden con dificultad”.

“Los tiempos no son fáciles para la cultura del libro, en el sentido tradicional de preponderancia para la adquisición de conocimientos y como entretenimiento que tendrá que adaptarse y buscar su puesto. De no ser así irá perdiendo la escasa influencia que le queda, incluso con peligro para su subsistencia como vehículo cultural”, concluye el autor y añade: “Ante este panorama, pretendo, quizás con exceso de osadía, ofrecer instrumentos de actuación” y así lo hace en su tesis doctoral, que lleva un espléndido Apéndice sobre la puntuación, algo clave para la escritura y la lectura, con la “Ortografía de la Lengua española 1.999”, revisada por las otras Academias de la Lengua Española.

La tesis lleva como ilustración de portada una fotografía de la estatua renacentista de el Doncel de Sigüenza (Guadalajara).