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martes, 29 de julio de 2025

NATI CAÑADA, pintora, retratos, arte sacro y libro sobre su trayectoria

Autorretrato de Nati Cañada y portada del libro
Nati Cañada (Foto: Heraldo de Aragón)

Julia Sáez-Angulo

29/7/25.- Madrid.- La pintora aragonesa, residente en Madrid, Nati Cañada es una cotizada retratista y refinada pintora de arte sacro. Recientemente hemos visto buena parte de su obra reunida en el libro “Nati Cañada”, impreso por Castillo Nevado. 

En él, la artista recorre su trayectoria personal, familiar, artística… así como diversos textos de historiadores o críticos de arte que han escrito sobre su trabajo artístico.

El prólogo del libro quedó escrito por su esposo José Luis Monaj, a quien la pintora dedica su libro.

“La raíz y denominador común de su pintura podra encontrarse en una intuición personal del “misterio” de la existencia en la que se entremezclan la religiosidad, el recuerdo, el subconsciente…, elementos con los que ha creado un mundo fantástico y a la vez familiar, en el que coexisten la realidad y el ensueño, lo palpable y lo mágico. Y ello sin apoyarse en recursos oníricos o en alusiones pretenciosas”, escribió Monaj en el libro sobre Nati Cañada, en el que puede seguirse con fidelidad la evolución de esta artista, que llegó a un dibujo y a una pintura bella y evanescente, resuelta en ocres y dorados fundamentalmente.

No olvidemos que Nati Cañada nació en una familia de artistas. Su padre fue otro gran pintor y profesor.

Para Nati, “el retrato son los gestos, la postura, la mirada” del modelo que tiene delante. Ha retratado a numerosos personajes del ámbito del arte, la política la empresa… como son los Reyes de España, la Princesa de Asturias y las Infantas, Gabriel García Márquez, Plácido Domingo, Antón García Abril, Mayte Spínola, Conde de Güel, Juan Pablo II, Benedicto XVI, Monseñor Damián Igüacén…

Han sido diversos los primeros mandatarios de Hispanoamérica los que la han convocado a Nati Cañada, tanto para el retrato oficial como privado, por lo que la pintora realizaba cada año un viaje al otro lado del Atlántico: México, Ecuador, Colombia…

El arte sacro lo ha desarrollado en distintas vertientes, desde el Oratorio de la Archidiócesis de Madrid, a los altares de la iglesia de las Calatravas, también en la Villa y Corte, o los innumerables retratos de los monjes mercedarios en el Monasterio de la Oliva, en Teruel, o los numerosos mártires durante la Guerra Civil española de 1936-39.

Nati Cañada colabora con frecuencia con el Grupo pro Arte y Cultura que lidera Mayte Spínola y algunos de los retratos de los Reyes de España en los museos creados por el Grupo, son de la citada pintora.

    Más información

https://lamiradaactual.blogspot.com/search?q=Nati+Ca%C3%B1ada


Martires madrileños del siglo XX



miércoles, 30 de noviembre de 2011

Nati Cañada, cotizada retratista, expone en la CAI de Zaragoza





 
Nati Cañada
Pintura. “Antología”
Sala CAI Luzán
Zaragoza
Noviembre-Diciembre, 2011


Julia Sáez-Angulo

     El premio Nobel colombiano, Gabriel García Márquez tiene un único cuadro en su despacho: el retrato que la pintora Nati Cañada  le hizo hace unos años. Ella es una cotizada retratista en el panorama de pintores de hoy. Su ciudad natal, Zaragoza le ha dedicado una exposición antología en la sala institucional de la CAI Luzán.

       Volver a la propia tierra siempre es un reto y Nati Cañada Peña (Oliete. Teruel, 1942), residente en Madrid, lo ha querido hacer con una muestra antológica y retrospectiva de su trabajo artístico en el que da cuenta de todos los registros de su lenguaje plástico, rico en sugerencias de dibujo y paleta.

         Hija y hermana de artistas (su padre fue el pintor Alejandro Cañada), Nati Cañada estudió Bellas Artes en las Escuelas de San Carlos de Valencia y San Fernando de Madrid, A partir de su licenciatura comienza la búsqueda de su mundo artístico, de su estilo como manifestación propia para tener una dicción pictóricia personalizada.

       Mujer elegante, espiritual y refinada –siempre viste de blanco su estilizada figura- traspasa su espíritu a la pintura, por lo que no es de extrañar que hayan sido muchos los personajes públicos y privados que se han acercado a ella para posar y lograr un retrato que da permanencia a la imagen.

        Desde numerosos mandatarios latinoamericanos, como el residente Fox de México por partida doble, hasta cantantres de ópera, empresarios o escritores, Nati Cañada ha sabido acoger los rasgos físico y psicológicos en el lienzo, casi siempre resuelto en ocres, tierras y sienas que confieren un aire dorado a sus cuadros.

       Nati Cañada viaja a distintos países de América Latían al menos dos veces al año para llevar a cabo los retratos que le encargan.

Etapas de su trayectoria expositiva

        En Zaragoza comenzó mostrando sus cuadros de grupos de figuras de los años 60-70, en los que su propia familia aparece en composiciones a modo de dioses lares.

      La etapa mística de los 80-90 proporciona una ingravidez a sus figuras que se funden en nubes y cielos, con una blancura ciertamente inmaterial. Sus bodegones y naturalezas muertas de esta época son bellísimas.

      En 1990-2000 la desmaterialización se hace aún mayor y los objetos se hacen ingrávidos por completo. Parece que la autora se aisla de la realidad y crea su propio mundo más allá de las cosas circundantes. Las figuras y los objetos se sitúan en una ensoñación que los caracteriza como visiones oníricas.

        La arqueología clásica fragmentada o las escenas bíblicas con el Cristo como protagonista se dan cita en una siguiente etapa donde la artista pareciera asumir las dos raíces fundamentales de la cultura de Occidente: Grecia y Roma por un lado, el cristianismo, por otro. El color sepia se instala en su iconografía trabajada con frecuencia sobre tabla.

       Nati Cañada es una artista de evolución silente y progresiva en una continua indagación sobre el lenguaje pictórico.
(2016)


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miércoles, 9 de diciembre de 2015

Nati Cañada presenta el cuadro “Fundación de las Salesas Reales” antes de la entrega de la pintura a la clausura del Convento


*  Mayte Spínola para el rostro del la reina Bárbara de Braganza



 Nati Cañada y Mayte Spínola ante el cuadro


Julia Sáez-Angulo
 Fotos Marga Núñez

         09.12.15.- Madrid .- La pintora Nati Cañada ha presentado el cuadro Fundación de las Salesas Reales en su estudio, a un grupo de colegas y críticos de arte, ante de su entrega a las monjas de  clausura del Convento madrileño -sito en la calle Bárbara de Braganza- que hicieron el encargo.

         El cuadro, un óleo con toques de grafito sobre tabla, de 225 por 180 cm, se ha inspirado en la ilustración de un libro que narra la entrega de la llave del convento de las Salesas Reales por su la reina Bárbara de Braganza a la Priora Ana Sofía de la Rochebardoul, al tiempo que ésta le hace entrega del libro con la Regla de la congregación por la que se rigen las religiosas. Para el rostro de la reina, la autora ha tomado como modelo a la pintora Mayte Spínola, mecenas y directora del Grupo pro Arte y Cultura, PAC.

         La inauguración del convento de las Salesas Reales tuvo lugar en 1757, un año antes del fallecimiento de la reina, que seguidamente se retiró a Aranjuez. La pintura será instalada en la sala de la Comunidad de las Salesas y enriquecerá el patrimonio artístico de esta fundación real.

         La reina Bárbara de Braganza (Lisboa, 1711- Aranjuez. Madrid, 1758), era esposa de Fernando VI. Esta pareja real está sepultada, por propia decisión, en la iglesia de las Salesas Reales de Madrid,  y no en El Escorial como el resto de los Reyes de España. La reina era una mujer culta, que hablaba seis idiomas y tenía un carácter agradable. Tuvo tendencia a la obesidad. Fue una reina mecenas y protectora de las artes. La pareja real vivió enamorada y en buena armonía. A la muerte de la reina, su esposo el rey la lloró hasta casi la locura.

         Nati Cañada Peña (Oliete, Teruel, 1942), célebre retratista residente en Madrid, ha concebido el cuadro de gran formato con dos parte bien diferenciadas: la derecha, conventual con las monjas y la hermosa arquitectura del convento; la izquierda, cortesana, con la reina Bárbara de Braganza y su corte de damas. La pintura se resuelve en ocres dorados y rojizos fundamentalmente, en el estilo y lenguaje de su autora.

Nati Cañada con su cuadro

         La pintora Nati Cañada ha hecho ciertos guiños al cuadro Las Meninas de Velázquez, con el personaje femenino arrodillado que presenta a la reina la llave del convento sobre una pequeña almohada roja, personaje que es un autorretrato de la propia autora. Los rostros de los otros personajes han sido tomados de personas cercanas a la pintora, como una sobrina, su peluquera, etc. Todas las modelos han sido aprobadas por las monjas.

         Un medallón con el retrato de los monarcas Fernando VI y Bárbara de Braganza al fondo, bajo un cortinaje rojo son otras dos alusiones al citado cuadro velazqueño. La pintura está resuelta sobre dos grandes tablas, cuya unión se produce en la línea del remate del zócalo de la estancia.

         “Me ha llevado mucho tiempo pensar el cuadro y preparar los elementos como los vestidos de la Corte y los hábitos de las monjas. Después, pintarlo, me ha ocupado tres meses”, declara Nati Cañada, que se siente satisfecha del cuadro.

         La pintora aragonesa pintó recientemente el cuadro de los Mártires del siglo XX para la iglesia de las Calatravas de Madrid, en el que había algunas monjas salesas mártires. Cuando las monjas vieron ese cuadro, se apresuraron a encargar a Nati Cañada el actual cuadro sobre la fundación de las Salesas.

        

 Reina Bárbara de Braganza entre la priora y una dama

       


 Ilustración original


sábado, 21 de julio de 2012

Nati Cañada, coleccionista de arte hispanoamericano

    Nati Cañada con Michael Jackson


Julia Sáez-Angulo

         21.12.12 .- La pintora aragonesa Nati Cañada (Oliete. Teruel, 1946), residente en Madrid, dijo que se plantaría cuando sumara quinientas piezas de arte sacro hispanoamericano, pero ya las ha rebasado y junto a su esposo, el lingüista José Luis Monaj (Zaragoza, 1938), sigue entusiasta con una colección que comenzó en su primer viaje a los países de Hispanoamérica para retratar a alguno de sus empresarios, escritores o mandatarios, haca ya más de veinte años.

         Las piezas reunidas con la pasión de buen coleccionista que las busca con ahínco, las estudia y las expone, van desde 40 vírgenes bahianas –de la Bahía—hasta ángeles y serafines que constituyen un rico angelorio, pasando por 33  san Antonios y decenas de santos franciscanos –muchos de ellos vestideros--, amén de cabezas de santa Lucía, santa Ana, san Roque, san Antón, santa Teresa, cabezas de Cristo o cruces de forja entre otras piezas de pequeño y mediano formato.

         La piezas del siglo XVI al XXI proceden de distintos países: Bolivia, Ecuador, Perú, Paraguay, Uruguay, Brasil, México, Argentina… Algunos anticuarios esperan a Nati Cañada y la proveen de piezas, porque ya conocen sus gustos y colección clara y definida. “A veces me las llevan al hotel para que yo elija”, cuenta la pintora.

         “Es una pasión que tiene un largo proceso –explica Nati Cañada pintora que acaba de retratar a Carlos Slim, el empresario mexicano de origen libanés, el más rico del mundo: Primero localizar a los anticuarios, explicarles lo que buscas, seleccionar bien, enviar las piezas a España, casi siempre por barco, rescatarlas y limpiarlas a veces de una capa “imposible” de palomino o suciedad, tratarlas con ceras u otros productos no agresivos de conservación y colocarlas en el espacio adecuado”.

Seguidamente viene la fotografía, el estudio y la catalogación, porque tanto Cañada como Monaj son rigurosos en este campo. Se diría que la pintora elige las piezas y las restaura, mientras que el estudio y catalogación y montaje corre a cargo del esposo, capaz de hacer también “boas” preciosas a base de maderas estofadas de distintos períodos.

“Hemos rebasado las quinientas piezas que en principio nos propusimos poner como límite, pero disfrutamos tanto con cada ejemplar nuevo que adquirimos, que vale la pena seguir”, declara Cañada. “Nos encantan sobre todo las piezas del barroco”.

Exponerlo al gran público

El deseo de los coleccionistas de arte sacro hispanoamericano es exponer una amplia selección de piezas para que puedan disfrutarlas quien lo desee. Están pensando en algún museo –el mejor sería el de América-- o en un centro cultural de Madrid o Zaragoza.

Cuando muestran los crucificados, la pintora explica: “Hay dos estilos según procedencia: de las misiones de los jesuitas que eran más exigentes con las imágenes y pedían un mayor parecido con los modelos españoles, mientras que las franciscanas dejaban a los indios tallistas mayor libertad para trabajar la expresión.

Junto a las piezas hispanas, los coleccionistas tienen también tallas españolas como un pequeño “Descendimiento” de Gabriel Joly, siglo XVI, un francés que se trabajo mucho en Aragón. “La pieza procede de la familia de mi marido”, cuenta Nati.

Además del arte sacro, Nati Cañada y José Luis Monaj coleccionan cerámica de Teruel y de Calanda.



        

         

domingo, 2 de septiembre de 2018

RETRATOS: Nati Cañada, la Dama de blanco, retratista de oro y facedora de retablos


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 Nati Cañada


Julia Sáez-Angulo


            02/09/18 .- MADRID .-  Se diría La Dama de blanco, la célebre novela de Wilkie Collins, pero no, es ella, una mujer alta, delgada, elegante, con figura de cisne, de cuadro de Boticelli. Es etérea, espiritual, casi mística, diríase una profetisa que camina por senderos de Palestina, pero no, ella está en Madrid y eso nos permite verla de vez en cuando con su indumentaria nívea, inmaculada, pulcra, sea verano o sea invierno. Todos sabemos que viste siempre de blanco y que le sienta divinamente.

            Pero es sobre todo su arte lo que la define. Natividad Cañada Peña (Oliete, Teruel, 1942), bajo-aragonesa de honor, es pintora, hija de pintor, el profesor Alejandro Cañada, que con su excelente docencia ha dejado una pléyade de buenos alumnos, entre ellos a sus dos hijas, Nati y María Ángeles.

            El gran despegue de la carrera pictórica de Nati Cañada se debe al retrato que hizo a S. M el Rey Don Juan Carlos I para el pabellón real de la EXPO-92 en Sevilla, dirigido por Inés Medina, que dos años más tarde, fundado ya el del Grupo pro Arte y Cultura, PAC, por Mayte Spínola, fue la primera coordinadora. Emilio Casinello era entones el comisario de la EXPO, en cuyo despacho ornaba un cuadro de tauromaquia de Mayte Spínola. Una cosa trajo la otra. La familia de Miguel Báez, el Litri, posó seguidamente para Nati, uno detrás de otros: primero los dos grandes matadores, padre e hijo quedaron inmortalizados con acierto, al igual que Conchita Spínola y su hija.

            Pues bien, el retrato del rey Juan Carlos I fue motivo de admiración internacional y de reconocimiento general. A partir de este retrato, cabeza de fila decisivo, los encargos de retratos oficiales y particulares llovieron sobre Nati Cañada. Las llamadas desde el otro lado del Atlántico eran continuas para retratar a distintos presidentes de lpaíses hispanoamericanos y artistas de Hollywood, El presidente mexicano Fox, después de posar en dos ocasiones –formal e informal- le encargó varios retratos para su familia.

            Gabriel García Márquez, premio Nobel colombiano, tenía en su despacho un único cuadro: el retrato que le pintara la española Nati Cañadas. Camilo José Cela, otro Nobel en español, también fue retratado por la pintora turolense que reside en Madrid. La relación de nombres de altura en sus retratos es de primera fila: Plácido Domingo, Michael Jackson, Carlos Slim…

            La familia real española también ha ocupado sus pinceles en distintas ocasiones; la Reina Doña Sofía cuenta con uno de los mejores retratos en el Teatro de la Ópera de Madrid. El Rey Felipe VI, Doña Leticia, la princesa de Asturias y la Infanta Sofía también han sido retratada por Nati.

Retablos en conventos y monasterios
           
            El monasterio de la Oliva en Estercuel (Teruel), de los Padres Mercedarios, donde estuvo el gran escritor Tirso de Molina, le encargó toda una serie de retratos imaginarios de los frailes más célebres del lugar que hicieron historia, al tiempo que algunas escenas de santos para el retablo. Fue un verano exhaustivo, en el que la pintora no cesó de trabajar para llevar a cabo el proyecto.

            Esto le llevó también a que las religiosas de la Visitación le encargaran más adelante un gran cuadro titulado “Fundación de las Salesas Reales” por la reina Doña Bárbara de Braganza (Lisboa, 1711-Aranjuez. Madrid, 1758). Nati tomó la figura y el rostro de su amiga Mayte para representar a la reina. La presentación de esta gran pintura al Grupo PAC, como primicia, antes de que el retablo entrara en la clausura del convento, fue un hermoso detalle por parte de la pintora.

            La conferencia Episcopal Española quiso que Nati representara a los Mártires españoles del siglo XX, donde figuran 13 obispos que murieron asesinados durante la guerra civil española de 1936-39, por el solo hecho de estar consagrados a Dios. En ningún país han muerto tantos obispos durante una contienda bélica.

            El retablo de la capilla privada del Obispado de Madrid, con monseñor Osoro a la cabeza mitral, también le fue encargado a Nati Cañada, que representó los santos madrileños como el obispo Leandro de Toledo, Simón Rojas, el padre Poveda, Soledad Torres Acosta, Vicenta López Acuña… La pintora ha realizado también un emocionante Vía Crucis y el sagrario.

            Prelados y curas acuden a Nati, porque su iconografía rezuma espiritualidad y ascética. Lo saben todos, curas y prelados, por eso cuentan con ella para un arte espiritual, refinado, ascético y místico, resuelto en ocres y rojizos; su cuadros se dirían dorados, con toques de albayalde. Una paleta singular y única, que también aborda las representaciones clásicas grecorromanas llegado el caso.

           Por último hizo un cuadro de la Virgen para la capilla del Archiduque Andrés Salvador de Habsburgo en el palacio austriaco de Gmünd, inspirándose en la Virgen de Van Eyck. En esta capilla palaciega ha tenido lugar recientemente una boda religiosa entre un noble español y una bella dama argentina, hoy española.

            Tener a Nati Cañada cerca y en el Grupo PAC es un activo que en verdad sabemos apreciar. El primero, su marido, José Luis Monaj, que le ayuda y documenta sobre el tema pictórico que se trae entre manos y sistematiza las etapas de su evolución. Con un marido así, ya se puede.

Más información


https://lamiradaactual.blogspot.com/search?q=Nati+Ca%C3%B1ada

http://www.celandigital.com/25/images/pdfs/cuaderno_canada/canada_biografia.pdf

http://www.naticanada.com/


 Retrato de Michael Jackson
 Retablo "Mártires del siglo XX"

 Doña Bárbara de Braganza (fragmento del gran cuadro)
 S.M. Felipe VI

Retrato de Plácido Domingo

lunes, 18 de septiembre de 2017

Bendición de la Capilla del Arzobispado de Madrid con pinturas de Nati Cañada, escultura de Jesús Ávalos y sagrario restaurado por Manuela Picó






 San Dámaso, pintura al óleo de Nati Cañada 

Monseñor Osoro distribuye el santo óleo sobre el altar




Julia Sáez-Angulo

            18/09/17 .- MADRID .- El cardenal, arzobispo de Madrid, monseñor Carlos Osoro, ha bendecido la Capilla del Arzobispado de Madrid con pinturas de Nati Cañada, escultura de Jesús Arévalo y sagrario restaurado de Manuela Picó, en presencia de los tres artistas. Después de la bendición del altar, el cardenal concelebró la eucaristía con monseñor Juan Antonio Martínez Camino -supervisor de los trabajos de la capilla- y un sacerdote de la diócesis. La Capilla tiene capacidad para 70 personas.

            El cardenal Osoro, tras la ceremonia litúrgica de la consagración del altar con óleos sagrados e incienso agradeció a los artistas sus trabajos en pro del arte sacro de la nueva capilla de la curia en la archidiócesis de Madrid. “Una capilla donde apetece rezar”, dijo después de comentar la palabra de las lecturas sagradas de la eucaristía del día.
           
            Las pinturas realizadas al óleo sobre tabla marmorizada por Nati Cañada representan a los santos que se encuentran en Madrid: el obispo san Leandro de Toledo (Madrid dependió varios siglos de la sede primada de España); san Simón de Rojas, fundador en el siglo XVI de los Esclavos del Dulce Nombre; san Alonso Orozco, presbítero de la orden de ermitaños de San Agustín; san José María Rubio, denominado “el apóstol de Madrid” (su cuerpo incorrupto está en los jesuitas de la calle Serrano); san Pedro Poveda, fundador de las teresianas, a primeros del siglo XX, mártir durante la guerra civil (fue asesinado en las tapias del cementerio de la Almudena en 1936, al comienzo de la guerra) y las santas religiosas fundadoras santa Soledad Torres Acosta (sobre la que se ha inaugurado una película sobre su vida), fundadora de las Siervas de María. Ministras de los Enfermos, y santa Vicenta López Acuña, fundadora de las Hermanas de María Inmaculada. Por último la figura de san Dámaso, santo madrileño que fue papa y está enterrado en Roma. “Fue el papa que comenzó la veneración a los santos mártires”, explicó monseñor Martínez Camino. En la pintura, san Dámaso es el único que como pontífice lleva zapatos rojos, que simbolizan la sangre de los mártires.

            Via Crucis, Crucificado y sagrario

            Nati Cañada es también la pintora del Via Crucis de la capilla con sus catorce estaciones que representan a Cristo a lo largo del camino de la Cruz. Los halos dorados del Crucificado y los santos lucen con fuerza en la iluminación de la Capilla. La autora ha llevado a cabo una gran tarea de documentación biográfica sobre los distintos santos que ha pintado. “Algunas veces me he emocionado”, declara Nati Cañada.

            La escultura de Cristo crucificado preside el retablo sobre el sagrario, esculpida por Jesús Arévalo en madera de cedro y a ella se unirán próximamente las de san Isidro, santa María de la Cabeza y su hijo, santos seculares, a diferencia de los ocho religiosos de las pinturas. El escultor dice que estarán terminadas antes del próximo mes de mayo de 2018.

            La restauración y el dorado del sagrario ha sido trabajo de la pintora Manuela Picó. El sagrario “era una arqueta deteriorada por el tiempo”, señaló el cardenal. Una vez restaurado por la pintora y bendecido, acogerá la reserva de la Eucaristía. “Lo nuevo y lo viejo juntos”, concluyó monseñor Osoro.

Más información

https://www.archimadrid.org/index.php/oficina-de-informacion/noticias-madrid/item/9021482-el-cardenal-osoro-inaugura-la-nueva-capilla-del-arzobispado


Los tres artistas

Nati Cañada y Manuela Picó, colaboradoras habituales del Grupo pro Arte y Cultura en favor del mecenazgo


Crucificado de Jesús Arévalo y sagrario restarurado por M. Picó

 Santa Soledad Torres Acosta





Padre Rubio. jesuita
       
Monseñor Martínez Camino comenta con Manuela Mena y Julia Sáez Angulo, algunos aspectos iconográficos del retablo



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