Julia Sáez-Angulo
12/3/21.- Madrid.- William Butler Yeats (1865-1939) es uno de los grandes poetas ingleses, del que ahora podemos leer el libro “89 poemas (Antología poética 1983-1939), publicado por la editorial ´Catedra en la colección Letras Universales.. Se trata de una edición bilingüe de José Francisco Ruiz Casanova, que lleva a cabo un interesante estudio del poeta inglés.
En la vida de Yeats, un poeta torrencial, en ocasiones inabarcable, influyeron fundamentalmente tres personas: su padre, el pintor John Butler Yeats; su amor nunca correspondido Maud Gone y su confidente, mecenas y amiga Lady Gregory. Al primero debe su ser como poeta, sus primeras lecturas y el ambiente intelectual de su formación; a la segunda, su relación con la causa nacionalista irlandesa y su posterior desengaño; a Lady Gregory, el paisaje de Coole para su poesía.
Yeats escribió: “El escritor debe morir todos los díasde su vida y renacer, según la frase del Oficio de Difuntos, como un yo incorruptible, como el yo contrario hasta todo lo que entonces ha considerado como su yo personal”.
Al final de sus años, el poeta dijo: “Traté de hacer que el lenguaje de la poesía coincidiera con el elnguaje apasionado y normal. Quería escribir en el lenguaje que fuese más natural cuando hablamos en soliloquio, como hago yo todo el día, sobre los hechos de nuestras propias vidas o de cualquier vida en la que podamos reflejarnos en algún momento”.
He aquí uno de sus poemas:
BELLEZA VIVA
Rogué, porque el pábilo y el aceite se acabaron,
Porque se helaron los cauces de la sangre,
Mi corazón insatisfecho con trazar se contenta
La belleza que nace de un molde
De bronce, o la que surge del mármol esplendente;
Surge, pero cuando nos vamos de nuevo, se va
Más indiferente a nuestra soledad
Que cuando aparición fuese. ¡Oh, corazón!, somos viejos;
La belleza viva es para los más jóvenes:
No podemos satisfacer su tributo de lágrimas desoladas.
1 comentario:
Queridos amigos
Les pido disculpas pero casi no he leído a Yeats. Una aclaración, porque alguien podría ofenderse. Era "inglés", en tanto que escribía en la lengua de Shakespeare, pero nació en Dublín.
Esta edición es entonces otro eslabón más de la cadena que tanto ha unido a irlandeses y a españoles. Encima llega a mi conocimiento a pocos días del 17 de marzo, San Patricio. En esta ocasión España rinde homenaje a un poeta irlandés. Quiera Dios que España siga teniendo algo de afecto por esta patria mía, que también es una suerte de isla, que ocupa el puesto 120 más o menos en el concierto de las naciones. Hoy no tenemos ni para darles de comer patatas a los irlandeses. Un gran abrazo,
Raúl
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