viernes, 12 de julio de 2024

Crónicas gallegas I. BIEITO LEDO, animador cultural de la fiesta y exaltación del Carballo de Padroso

Bieito Ledo Cabido, editor

Bieito con Mai, Julia y Carmen

Julia Sáez-Angulo

        Fotos: Mai Pire

12/07/24.- Padroso (Orense).- Ha hecho del Carballo de Padroso su totem y convoca cada año a amigos y conocidos para exaltarlo en estío, en un encuentro de unos dos centenares de personas en su aldea natal de Padroso, del concello de Xunqueira de Ambía (Orense), Una fiesta entre ecológica, literaria y turística, con un claro oficiante: Bieito Ledo Cabido (1944), escritor y editor jubilado, que decidió dar vida al lugar con toda una puesta en escena, que promete ser interesante. Esta es su segunda edición.

En el acto de homenaje y ensalzamiento al Carballo de Padroso del sábado día 13, se presenta otro libro sobre el Carballo, con prólogo de Xesús Montero Alonso. No olvidemos que por Padroso se dan cita poetas y pintores  como Afonso Vázquez Monxardín, Antón Pulido, María Xosé Porteiro, Luís González Tosar, Xulio Gil

Director, junto a un equipo, para redactar los 16 tomos de la Enciclopedia Gallega Universal, labor que le llevó diez años, Bieito Ledo no estaba dispuesto a pasar la jubilación brazo sobre brazo, y concibió el encuentro en el bosque de los carballos -más conocidos como robles en castellano- para abrazar a uno de ellos  centenario y sentir -quien lo sienta-, la energía vegetal y vital que emana de sus troncos añejos, en especial uno de los carballos centenarios, que sin ser el más alto ni el mejor, condensa la veneración de todos cuantos pasan por allí, en especial los peregrinos del Camino de Santiago.

Padroso... Xunqueira… Galicia interior de Orense, “lugares situados en la ruta mozárabe que recorre tres ciudades patrimonio de la Humanidad: Mérida, Cáceres y Salamanca” hasta Santiago, ofrece paisajes sorprendentes en la “Galicia eternamente verde”, al recordar de Bieito. “Galicia es un país donde todo está por hacer y en eso radica su atractivo, no como otros lugares de Europa -véase Luxemburgo, Suiza o Suecia- donde todo está hecho y solo les cabe añadir cosas sobre más cosas”, comenta el editor de Ir Indo (Ir yendo), la editorial de Vigo, ciudad donde B. L. reside los meses de invierno. La editorial tiene una tortuga como anagrama y a Bieito le llueven tortugas de todos los materiales, que ya constituyen una amplia colección.

Enamorado de su tierra gallega, B. L. quiere rehacer la gran casa de piedra de sus padres en Pedroso, frente a una fuente abrevadero, lugar donde creció, para acoger en ella a peregrinos del Camino de Santiago, “un camino espiritual que crea adicción, porque en él se reencuentran consigo mismo muchas personas y aprenden a valorar las cosas pequeñas, que son, con frecuencia, grandes para la vida”, explica. Para el editor, el “conócete a ti mismo” de Sócrates, habría que traducirlo por “llévate bien contigo mismo”. 

“Galicia es mágica”, nos repite B.L. en la conversación y merienda con Mai Pire, Carmen Valero, Pepe y Hortensia de Buñol (Valencia), en su casa de Padroso, en la que figura una placa exterior de reconocimiento de Xunqueira como hijo ilustre, por la gran labor de difusión de la tierra del Carballo de Pedroso, que está llevando a cabo este hombre culto, que un día fue cura y le salen los latines con facilidad, cuando conversa.

Empanada de zamburiñas (también elogia la de lamprea), dos tipos de quesos gallegos, uno de ellos de tetilla, y dos clases de chorizo suave, junto a pan moreno, constituyen la merienda cena que nos ofrece, junto al vino blanco Torques, que riega bien las viandas.

A sus 80 años, Bieito Ledo no ha perdido el entusiasmo por la vida y su Galicia natal, a la que consagra sus energías. Llegados del calor asfixiante de la meseta, es un don del cielo encontrarnos con esta Galicia verde, fresca y feraz, donde las hortensias y los magnolios resplandecen en los jardines frondosos, como el de Casa Souto donde nos alojamos en Xunqueira, después de pasar por diversos bosques de carballos o de castaños, otro árbol muy gallego, que antes de la llegada de la patata y el maíz desde América, ofrecía el “pan de los pobres” para matar la hambruna.

B. L. nos habla de los distintos avatares de Xunqueira, de las aldeas abandonadas que, a veces compran, ingleses o alemanes, para instalarse en ellas; de la laguna desecada tristemente en Aveleda, de las bondades de los dos vinos gallegos conocidos: el Ribeiro y el de la Ribera Sacra, junto al río Sil. Hace hincapié en que la “Galicia de los mil ríos es mágica” y que “los ríos nunca mueren, sino que entregan sus aguas a otros, para que las lleven al mar”. "Será lo mismo con micuerpo, el día que me vaya", concluye.

Ejemplar de la Colección de libros sobre el Carballo de Padroso
Bieito Ledo 

Selfies en parada técnica en Puente Viejo, junto a Cuqui Valero

2 comentarios:

Emilio Porta dijo...

Gente, personas, que aportan vida a la vida, valga la redundancia. Personas que contribuyen al progreso de la cultura, que es el gran reto ancestral de la Humanidad. Bieto Ledo es un ejemplo. Investigar y trabajar sobre elementos concretos de la geografía y la historia es una labor que dignifica y nos hace evolucionar desde el antes al después. El viaje. Personal y colectivo. En medio de tanta mediocridad como nos sirven a diario los mass media, sobre las luchas intestinas, el ansía de poder, la supervaloración de lo banal efímero, lo que se concreta en permanencia, lo que se archiva en la memoria de nuestro paso por el planeta, es lo que realmente merece la pena. Aunque no conozco personalmente a Bieto, saber que hay personas que luchan cada día por la cultura, la verdadera cultura, es realmente reconfortante.

Raúl dijo...

Caros amigos
Gracias por el recuerdo de Galicia. En Santiago de Compostela hay una calle Santiago del Estero, nombre de una provincia argentina que debe su nombre a tan bella ciudad de España. Saludos,
Raúl