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domingo, 7 de noviembre de 2021

“Ecos literarios del Norte de África. Marruecos, España y Francia” en la Tertulia Ilustrada


Profesor Víctor Morales Lezcano





J. S.A.

Fotos: A. Zapisek y Peter Wall

8/11/21.- Madrid.- “Ecos literarios del Norte de África. Marruecos, España y Francia” ha sido el tema impartido y debatido en la Tertulia Ilustrada por el historiador Víctor Morales Lezcano y la periodista Julia Sáez-Angulo, con motivo del centenario del Desastre de Annual en 1921 y los dos libros respectivos de los citados autores: “Incursión norteafricana de Pérez Galdós. Descifrando “Aita Tettauen” (editorial Diwan) e “Historias y personajes del Norte de África II” (editorial Espacio Cultura).

La tertulia está presidida por María Eugenia Martínez y dirigida por Julia Sáez-Angulo. Esta última puso de manifiesto, en la exposición, la afirmación del escritor Mario Vargas Llosa de que la novela, la ficción,  es siempre más libre y amplia que la propia Historia que ha de ceñirse con rigor a los hechos. 

Seguidamente expuso el enfoque de los escritores Benito Pérez Galdós, Arturo Barea y Ramón J. Sender, sobre las cuatro guerras de África, desde 1859-1860 con el general O´Donnell hasta 1921, fecha de Annual, con el general Silvestre.

El profesor Víctor Morales expuso la visión literaria de Pérez Galdós en su novela “Aita Tettauen” (Canto a la Fuente de los manantiales), uno de los episodios nacionales del escritor canario, que escribió a partir del viaje del novelista a Tánger, invitado por una familia sefardita, de las muchas que habitaban en Marruecos. Seguidamente puso en contexto la situación colonial de los distintos países en África, España y Francia principalmente en Marruecos y Argelia, durante finales del XIX y principios del XX.

    Sobre Francia y Argelia, el historiador mención al escritor pied noir Albert Camus, con sus obras, entre ellas "El extranjero", que tanta influencia tuvo entre los lectores universitarios de los años 60 y 70.





Adriana Zapisek y Peter Wall, con la mascarilla de la exposición de la pintora 


lunes, 31 de mayo de 2021

“Galdós responde Desde los siglos XIX y XX a preguntas del siglo XXI y sus cuentos, ¡faltaría más!”, libro de Juan Carlos de Sancho




Julia Sáez-Angulo

1/6/21.- Madrid.- Benito Pérez Galdós (18843-1920) fue un gigante de las letras españolas, como se ha puesto de manifiesto en el recién conmemorado centenario del escritor canario. “Galdós responde. Desde los siglos XIX y XX a preguntas del siglo XXI y sus cuentos, ¡faltaría más!” es el libro de Juan Carlos de Sancho, número 41 de la colección Mercurio en la editorial del mismo nombre.

El libro se abre con la cita de Galdós: “Charlemos, charlemos, que una charla sabrosa es el mejor alivio de los ánimos destemplados”.

“Galdós está a la altura de Cervantes, autores inagotables, los relees durante toda tu vida y siguen siendo modernos, perspicaces analistas de la Humanidad”, escribe Juan Carlos de Sancho. “Eran dos vividores, no dos moridores, o sea es fácil comprobar que estuvieron dentro de la vida con una actitud participante, vigilante, experimentando lo que escribían, reinventando la realidad”, escribe el autor del libro “Galdós responde”.

“Los personajes de Galdós y de Cervantes parecen querer escaparse de sus libros, buscan lectores en cualquier época porque no son personajes efímeros, sino metáforas de la vida y sus asuntos en estado inmortal. Galdós busca en su forma de escribir reavivar la vida entre el tiempo de la realidad y el entretiempo de las fantasías, luchando contra esa deidad que es la historia, temible y desconocida deidad, como si vivir bajo ella fuese estar dondenado a no vivir”.

Interesante la selección de textos que Juan Carlos de Sancho hace de las obras de Galdós: Nazarín, La familia de León Roch, Tristana, La razón de la sinrazón, Realidad, Marianela, Misericordia, ¿Dónde está mi cabeza?, y La conjuración de las palabras.

“Lo que a renglón seguido se cuenta, es verídica historia o una invención de esas que por la doble virtud del arte expeditivo de quien las escribe y la credulidad de quien las lee, resultan como una ilusión de la realidad?.. se interroga Galdós. “Y oigo además otras preguntas: ¿Quién demonios ha escrito lo que sigue… Nada puedo contestar, porque yo mismo me vería muy confuso si tratara de determinar quien ha escrito lo que escribo. No respondo del procedimiento; si respondo de la exactitud de los hechos. El narrador se oculta. La narración nutrida de sentimientos de las cosas y de histórica verdad, se manifiesta en sí misma clara, precisa, sincera”, concluye el escritor canario.

“Dejemos nuestro arte para guía de los venideros y encausamiento plausible de sus emociones. El arte y no la historia es el maestro de la vida”.

Con razón escribió María Zambrano: “Galdós, el descubridor del secreto de la íntima estructura de España”


sábado, 21 de noviembre de 2020

Benito Pérez Galdós y las mujeres en “Sombra y Realidad” del Teatro Español

"Galdós: Sombra y realidad" en el Teatro Español



Julia Sáez-Angulo

22/11/20,- Madrid.- Benito Pérez Galdós y las mujeres, podría titularse la obra puesta en escena, “Galdós: Sombra y Realidad” en el Teatro Español. Mujeres reales e imaginarias, de arriba y de abajo en su clase social. Reales como a la prima cubana Sisita; la mediocre actriz Concha Morell; la escritora y condesa Emilia Pardo Bazán;  la modelo Lorenza Cobián, con la que tuvo a su hija María, y que acabó suicidándose -como algunas compañeras de Picasso lo hicieran más adelante-. Hay hombres que no satisfacen o no saben hacer felices a las mujeres que topan en su existencia. Da que pensar en el caso de Don Benito, por más que Ignacio del Moral y Verónica Picaflores, autores de "Galdós: Sombra y realidad" lo presenten como alma cándida y hasta buenaza en su texto para el Teatro Español. El escritor canario tenía algo o mucho de picaflores.

    La obra permanecerá en cartel hast el próximo 13 de diciembre.

Junto a las mujeres reales están las imaginadas nacidas de su mente y escritura, seguramente acendradas en la observación -Don Benito era un voyeur- de la vida cotidiana: Fortunata, Jacinta, Tristana… Todas ellas han dado protagonismo a sus novelas u obras de teatro.

Benito Pérez Galdós (1843 -1920), el escritor canario/madrileño/santanderino, de acuerdo con las ciudades que marcaron su vida, ha recibido un buen homenaje en el centenario de su muerte. Se le ha reconocido como el segundo grande de las letras españolas, después de Miguel de Cervantes y se han llevado a cabo numerosas exposiciones y representaciones, pese a la pandemia.

“Galdós: Sombra y realidad” recrea de modo fugaz la intimidad del escritor con las mujeres de su vida, porque como señala la Pardo Bazán era tímido en el exterior y apasionado en la vida privada. La recreación de los autores de la obra queda un poco como fantasmagoría evanescente, que sugiere más que dice sobre el autor,  hecha y dicha con clara simpatía y sin crítica alguna. Mujeres en sombra y sin la consistencia de una atención individualizada.

    Interesante el movimiento de muebles de cada una de ellas para terminar formando en el escenario ese salón, que bien pudiera estar en el palacete santanderino de Galdós, que la ciudad cántabra dejó demoler para lamento de hoy.

*****

Pilar G. Almansa, directora de la obra teatral escribe:  "Toda obra es una forma de autobiografía", decía Oscar Wilde. Con los años, cada vez me interesa más la persona que hay detrás de los versos o las pinceladas, y no falla: la afirmación de Wilde me resulta cada vez más verdadera.

Bucear en la vida de Benito Pérez Galdós me ha revelado que las monumentales obras de ficción realista y universal que nos dejó como herencia son también una plasmación de sus deseos, contradicciones, obsesiones y sentido del humor. A veces, su correspondencia casi literal con su biografía es asombrosa. Así, sus novelas se convierten en una conversación íntima entre el lector y Benito. Entre Benito y yo.

Como Concha Ruth, Teodosia, Emilia, Lorenza y tantas otras, también he caído rendida al encanto de su verbo, a su guasa (¡Benito me hace reír a carcajadas!), a sus observaciones de fina ironía (que tanto me revelan de los otros y de mí misma), a su enorme humanidad de desclasado socialista. Benito es, sin duda, sorprendente, genera confianza, ama la vida. Benito no quiere mentirse a sí mismo ni a nadie. Benito cree que puede haber un mundo mejor. ¿Quién no se enamoraría de él?

En el montaje queremos quitarle el blanco y negro que, por la fotografía de la época, marca nuestro imaginario de Galdós y su época, y transmitir lo que realmente fue: un periodo vibrante, lleno de esperanza y rabia, de rupturas y promesas, pero. sobre todo, de amor libre, sin complejos y real. Si es que alguna vez alguien supo lo que es la realidad. Deberíamos preguntarle a Benito.


FICHA ARTÍSTICA Y TÉCNICA

DIRECCIÓN Y ADAPTACIÓN A ESCENA: PILAR G. ALMANSA

TEXTO: IGNACIO DEL MORAL Y VERÓNICA FERNÁNDEZ  

REPARTO: MARTA ALEDO, CARMEN CONESA, AMPARO FERNÁNDEZ, JESÚS NOGUERO, DIANA PALAZÓN, MARÍA RAMOS Y AINHOA SANTAMARÍA

PIANO: CARMEN CONESA

ESPACIO ESCÉNICO: JOSÉ LUIS RAYMOND (AAPEE)

AYUDANTE DE ESCENOGRAFÍA: LAURA ORDAS

DISEÑO DE ILUMINACIÓN: CARLOS TORRIJOS (AAI)

DISEÑO DE VESTUARIO: VANESSA ACTIF

COMPOSICIÓN MÚSICA ORIGINAL: MARIANO MARÍN

MOVIMIENTO ESCÉNICO: AMAYA GALEOTE

AYUDANTE DE VESTUARIO: MÓNICA TEIJEIRO

AYUDANTE DE DIRECCIÓN: MANU BÁÑEZ

Producción del Teatro Español


miércoles, 18 de noviembre de 2020

Víctor Morales Lezcano: Incursión norteafricana de Pérez Galdós. Descifrando la novela "Aita Tettauen"

Víctor Morales Lezcano, Incursión norteafricana de Pérez Galdós. Descifrando a Aita Tettauen, Madrid, Diwan Mayrit, 2020, 103 pp.

  




por Francisco Manuel Pastor Garrigues

    18.11.2020.- Madrid.- Las guerras que España sostuvo en el norte de África durante los siglos XIX y XX hicieron correr ríos de sangre y tinta. De hecho, la literatura hispana siempre ha estado presente en todos los conflictos africanos: como homenaje al supuesto romanticismo y gloria del combate o, por el contrario, como la conciencia insobornable que denunciaba la barbarie de la guerra y quienes medraban con ella. 

La campaña militar librada contra el Sultanato de Marruecos entre 1859 y 1860 a iniciativa del gobierno de la Unión Liberal dio pie, entre otras varias obras, a una novela histórica de B. Pérez Galdós, Aita Tettauen, inserta en la cuarta serie de los Episodios Nacionales. El leitmotiv de esta obra viene a ser una percepción intimista e identitaria (con un reconocimiento explícito de los valores no sólo del mundo islámico, sino también de las improntas cristiana y hebrea, o sea, de las tres culturas o componentes medievales de los reinos ibéricos, Castilla, Aragón y Portugal que Galdós encontró redivivos en el norte de Marruecos) de los lazos que han unido y, en ocasiones, fracturado las sociedades ibero-magrebíes desde hace siglos.   La Guerra de África le facilitó, en este sentido, a Galdós una novedosa incursión cultural e histórica, cuyo protagonista es un “converso” soldado español que proclama la alternativa del sacerdocio laico frente al cíclico enfrentamiento entres las naciones y sus pueblos. 

El autor del presente ensayo que analiza esta novela de Galdós es el historiador Morales Lezcano, una autoridad académica reconocida desde hace más de treinta años, en las relaciones entre España y Marruecos y, por extensión, en los temas relacionados con el mundo islámico. 

Aita Tettauen no le resultó una obra de fácil redacción a Galdós. El profesor Morales Lezcano desnuda la carpintería y quebraderos de cabeza que le causó al narrador la búsqueda de fuentes fidedignas, contrastadas, casi en lo que se podría asimilar con la labor de un minucioso investigador. Leyendo el trabajo del profesor Morales, tanto por su capacidad de conjugar y rastrear las características narrativas de Galdós como por su lucidez en cuanto a la forma de tratar esas mismas características, nos damos cuenta del valor de su estudio. El historiador no se ha contentado en su trabajo investigativo con el fácil recorrido por los hechos inmediatos de la vida del autor canario, o por contextualizar históricamente la trama de la novela, sino que parte de un cuestionarse esas características desde un variado prisma de posibilidades esclarecedoras. Todos los datos, que en esta obra se nos muestran como resultado de una metódica búsqueda son analizados en profundidad, dotándolos de una carga de humanidad que no desequilibra el contenido estrictamente científico que impera a lo largo del estudio.  Así, por ejemplo, se nos insiste en como resuelta por el escritor canario, la tarea de la acumulación de información, para lo que se valió del asesoramiento literario y lingüístico del africanista Ricardo Ruiz Orsatti, quien le facilitó incluso documentación marroquí, soslayando la crónica de las gestas y triunfos coloniales en “tierra de moros”, Galdós,  como bien demuestra Morales Lezcano, desplegó su andamiaje literario para pergeñar lo que se podría calificar como un texto de connotaciones decoloniales. De hecho, tras descartar críticamente los aspectos militaristas y colonialistas del enfrentamiento, la contemplación que ofrece Galdós de la guerra de África no es sólo bifronte, marroquí por un lado, hispana por otro, sino que incorpora también la perspectiva, la visión, la entidad de los sefardíes o hebreos de origen ibérico, asentados en Marruecos tras la expulsión de  los reinos peninsulares a partir de 1492. Aita Tettauen, al igual que ocurre con sus novelas, sorprende por los giros que aplica a los personajes, aparte de utilizar el sugerente contexto norteafricano, plenamente interracial, para poner de manifiesto las preocupaciones religiosas del autor, o la compleja existencia de un amor marcado por los prejuicios de las creencias, el amor que mueve al soldado español, Santiuste y a la bella Yohar, hija del personaje judeoespañol llamado Riomesta, un sentimiento víctima del antagonismo religioso, remoto, que se opone a la superación de los prejuicios enraizados en los credos religiosos monoteistas. Con todo, esta obra de Galdós aun manteniendo la tónica habitual de los Episodios Nacionales, es decir, mezclando la literatura y la crónica de los hechos, asumiendo el orillar y deshacer la fábula folclórica del país, se distancia de los pertenecientes a  las dos primeras series, escritas por un autor juvenil, y  que se adhería a las proposiciones liberales que representaban Gabriel Araceli o el afrancesado Santorcaz. Eran aquellos episodios en los que destacaba una clara propensión al reformismo, se desechaba el ideario extranjerizante y se buscaba un plano testimonial que autentificara los valores del pueblo español en su lucha patriótica. Galdós, hombre liberal, voluntarioso y bien intencionado creía en el progreso cuyos objetivos finales serían la libertad, el trabajo y la ciencia. Estas ideas venían ligadas a una ideología que el autor sostenía en todas sus novelas como incontestables tesis a partir de las cuales una vida mejor aguardaba a todos. Este mundo de tesis liberales era sostenido por Galdós como fundamento de la Historia de España del siglo XIX. Y en esta tesitura, los Episodios Nacionales no eran sino la gratificación del héroe burgués frente a las tendencias reaccionarias equivocadas e interesadas como las que sustentaban legitimistas y apostólicos. Galdós entendía pues que las virtudes del honor, el valor, el sacrificio y la lucha eran propias, rasgo inherente de todo el pueblo español. Ahora bien, no podían ir sino encauzadas por una clase dirigente que buscase el progreso y dirigiese correctamente ese cúmulo de cualidades. Era evidente que asistíamos a un embellecimiento más de la Historia de España, en tanto que estos Episodios Nacionales eran, como las novelas de tesis del Galdós juvenil, la realidad colectiva deformada por la ideología.

          Sin embargo, a partir de 1889, Galdós lo que escribió fueron novelas psicológicas. Y aquí se inscribiría Aita Tettauen. Un tipo de obra, resultado de un paso de la realidad colectiva a progresivas interiorizaciones individuales. La acción se reduce, estiliza, toma un ritmo más pausado y sobre todo se interioriza, es decir, pasa a ocurrir dentro de los personajes que cobran mayor fuerza por sí mismos. El mundo de Juan Santiuste, Confusio, el protagonista principal de este Episodio Nacional supera la mirada social que le resulta ya manifiestamente insuficiente para desvelar la realidad; Galdós funde aquí lo social con lo psicológico en una novelística cuya exigencia de veracidad no puede elidir un plano de pasión interna, incluso mística que se escabulle de la llamada realidad. Algo que entronca con otro de los motores del Episodio Nacional dedicado a la guerra de África: la insistencia del novelista sobre la idea adelantada del pacifismo (p. 36). Morales Lezcano se explaya explicándonos cómo  Santiuste es un  personaje que va dejando atrás las ingenuas convicciones patrióticas y la equívoca exaltación romántica y lírica de la grandeza nacional y las loas a  la guerra que perfilaba un Pedro Antonio de Alarcón (pp. 46-47), llega a admitir incluso que los marroquíes sólo pelean en legítima defensa al ser invadidos por una potencia extraña (p. 55) y al modo de un adelantado predecesor del hemingwayano Frederick Henry, el protagonista de  la antibelicista novela “Adiós a las armas”, va tomando conciencia de los horrores de las guerras, del sufrimiento de las gentes en ellas, y se va desvinculando del contexto imperialista del conflicto, aprendiendo a vivir con el dolor de las heridas, morales y físicas que le aquejan, y haciendo de manera unilateral una paz separada, ajena al contexto patriotero (pp. 48-49-50) y al delirio militar (p. 55). 

Galdós focalizó así su interés sobre un asunto que, religiosa, política y humanamente le atraía mucho. Galdós defendía el ideal de la conversión a un sacerdocio laico, que fusionaba con su llamamiento al imperativo universal de la paz entre las naciones y las religiones más militantes de su credo. No hay que olvidar que, a partir de 1870 en adelante, el autor canario empezó a percibir el perfil belicista de la Europa industrial (e imperialista) de entonces y la necesidad de invocar el eterno tema de la religión de la paz y el repudio de la guerra entre pueblos y naciones (p. 60). 

Morales Lezcano llega a formular la hipótesis de de que Galdós se alineó a principios del siglo XX, momento de redacción de esta novela, con el movimiento pacifista internacional a favor de la paz, contra la carrera armamentística y el militarismo en general, muy consciente de que en ellos momentos la expansión colonial había dado origen a un nuevo tipo de imperialismo en consonancia con los intereses y las expectativas de la nueva era industrial, un imperialismo por tanto muy diferente del imperialismo “mercantilista” de la primera oleada (anterior a 1815) de la expansión europea, y que mezclado con el nacionalismo de estado y en compañía de los viejos prejuicios racistas, a los que el darwinismo social pretendía conferir un aire moderno y “científico”, y de la creencia en la desigualdad y en la jerarquía “natural”, produjo una combinación cada vez más peligrosa en la Europa del momento, suscitando en ocasiones fuertes tensiones internacionales. 

Este movimiento pacifista que contó con la participación de no pocos e insignes escritores de la época como el libertario cristiano León Tolstoi, Thomas Mann y tuvo su más marcada representante en la baronesa Bertha von Suttner, la autora de la escalofriante novela Die Waffen nieder (¡Abajo las armas¡), publicada en 1889 en Alemania y traducida a numerosos idiomas, ejerció una notable influencia sobre la opinión pública con sus escritos de denuncia del coste humano de la guerra y los peligros del militarismo.

          Con este trabajo, en suma,  Víctor Morales nos ha entregado como en un caleidoscopio una sucesión de hechos vitales, históricos que van recomponiéndonos el proceso creador de una novela a la vez que un cuadro minuciosamente dibujado de toda una época. La indudable validez de este estudio radica en su tratamiento de la realidad histórica; un  mirar lleno de ternura y (a la vez) preocupación científica que nos va devolviendo un universo cargado de humanidad y del cual aún no hemos completado su exacta y auténtica mensura. Pocos estudios históricos suelen, como éste, aunar en un todo la frialdad de unos datos y la estremecida ternura por el hecho vital que los generó.

             Francisco Manuel Pastor Garrigues

           IES “Sanchis Guarner” de Silla (Valencia)


domingo, 15 de noviembre de 2020

BENITO PÉREZ GALDÓS Y LAS RELACIONES HISPANO-MARROQUÍES


LA NOCHE DE LOS LIBROS, DESDE DIWAN (MADRID)



    L.M.A.

    15.10.2020.- Madrid .- El pasado viernes, 13 de noviembre, la editorial Diwan Mayrit, que acaba de publicar un libro titulado Incursión norteafricana de Pérez Galdós. Descifrando Aita Tettauen, cuyo autor es el profesor Víctor Morales Lezcano, celebró un encuentro virtual en torno al tema Benito Pérez Galdós: memoria histórica y literaria de las relaciones hispano-marroquíes en el siglo XIX, en conexión con los profesores de Marruecos, Mohamed Abrighach (Universidad de Agadir) y Hassan Arabi (Universidad de Nador). Se inscribieron al encuentro on line cerca de treinta asistentes.      En las reflexiones de esta videoconferencia estuvo presente el leitmotiv de Aita Tettauen, episodio nacional de Galdós, donde se ofrece una percepción intimista e identitaria de los lazos que han unido y, en ocasiones, fracturado las sociedades ibero-magrebíes desde hace siglos.

    La Guerra de África, librada entre el sultanato de Marruecos y el reino de España (1859-1860) le facilitó a Galdós una novedosa incursión cultural e histórica, cuyo protagonista es un “converso” soldado español que proclama la alternativa del sacerdocio laico frente al cíclico enfrentamiento entres las naciones y sus pueblos.

                                                                             ***


domingo, 8 de noviembre de 2020

Mujeres en la obra de Galdós. “Electra” Lectura dramatizada en el Teatro Español, Sala Margarita Xirgu




Julia Sáez-Angulo


8/11/20.- Madrid .-  El protagonismo femenino en la literatura es numeroso, aunque nuestros dos arquetipos literarios universales, Don Quijote y Don Juan, son hombres. El Teatro Español ha querido hacer un recorrido por las mujeres de la obra de Benito Pérez Galdós, para conmemorar su centenario y tuve el deseo de ver su “Electra”, un clásico griego revisitado por unos cuantos escritores de distintas latitudes occidentales.

La sorpresa y perplejidad, al comenzar la lectura dramatizada de “Electra”, es que un personaje me suelta de entrada la moraleja o moralina de la obra. En la Escuela de Periodismo se nos enseñaba con humor que “el lector es tonto, pero no tanto”. Por analogía: “el espectador es tonto pero no tanto”. No hay que teledirigirlo. Me irritó, eso es lo cierto. Después la lectura interpretativa de los trece “actores” sentados en sillas, con variedad de acentos y razas: blanca, negra, oriental, latinoamericana…, resultó aceptable, salvo el acento demasiado oriental de la protagonista, Electra, demasiado marcado, lo que distrae a la hora de seguir el texto.

Bien resuelto el tema de las apariciones, algo complicado, al menos en el origen del estreno, y buenas voces las de Ojeda, el marqués o Máximo. Se seguía bien el melodrama -folletín o telenovela (toda tragedia lo es)-, pese a los dos contratiempos citados. El desmadre fue al final con el himno de Riego, que no le vi la oportunidad ni la gracia, salvo el empeño de la dirección de poner la interpretación o el punto de principio y de final con sus obsesiones. No dejó volar la obra a su aire, por revolucionaria que fuera en su estreno, ahora quedan algo más lejos las convicciones del autor.

“Chicas de Galdós”

El texto discursivo de las mujeres Galdós se presenta así en el Teatro Español vía Internet (con la pandemia no se tocan papeles):

“Algunas de tus chicas, como las de Almodóvar, “las chicas Galdós”, se han organizado para rendirte homenaje y darte gracias por darles vida. Isidora, trabajadora y voluntariosa. Electra, magnética y revolucionaria a su pesar. Laura de la Cerda, enferma y frágil, prudente y compasiva. Lucrecia con Nell y Dolly agarradas de su mano. Bárbara, con pose de estatua griega. Casandra, con la mirada perdida y Celia, curiosa y decidida. Siempre fuiste un “mujeriego”, criado por mujeres, enamoradizo y deseando siempre su compañía.

“Sin mujeres no hay arte; [...] Ellas son el encanto de la vida, el estímulo de las ambiciones grandes y pequeñas; origen son y manantial de donde proceden todas las virtudes. [...]. Obra de ellas son los más gloriosos triunfos del bien; obra nuestra las privadas desdichas y las públicas catástrofes. Es destino ineludible de ellas amar al hombre y este debe consagrarles toda su inteligencia y su amor entero.”

Las “chicas Galdós” han quedado para “gandulear” por el centro de Madrid, igual que solías hacer, y reunir un buen ramo de flores, flores exóticas, multirraciales, multiculturales, de colores brillantes y variados, con perfume a las Canarias de tu infancia, como una metáfora del actual Madrid. Han subido con paso alegre por la Cuesta de Moyano para dejar bajo tu estatua muchas, muchas flores frescas, las que te gustaban: “Cuando las rosas mueren, el mundo se pone serio.” Un ramo de flores frescas. Flores para Galdós.

ELECTRA                                                            

6 > 8 noviembre

Dirección Ester Bellver

Dramaturgia Irma Correa

Con Emilio Buale, Huichi Chiu y Abdelatif Hwidar


viernes, 6 de noviembre de 2020

"Realidad" de Benito Pérez Galdós Versión libre y dirección de Manuel Canseco

La mirada crítica del autor sobre la realidad que le rodea

Tercer montaje del experto en Galdós, Manuel Canseco, después de "Misericordia" y "Miau"




L.M.A.

    06.10.2020.- Madrid.- Manuel Cansejo explica "Mis motivaciones para el montaje de "Realidad":  Individuo y sociedad circundantes son las motivaciones principales que me llevan a acercar esta Realidad, de Galdós, a nuestra realidad actual para, a través de ella, hacer que se refleje nuestra sociedad actual, irrealmente, a la manera de un espejo cóncavo, y poder contemplar cómo somos, a través de la caricatura que el tiempo y las costumbres nos resaltan.

    Eso, y el ejercicio teatral de desnudarla de personajes secundarios que puedan entorpecer el ejercicio de comunicación actor-público, es lo que me ha seducido para traerla de nuevo sobre las tablas.

    Sinopsis: Augusta joven dama acomodada, casada con Orozco, benefactor a ultranza de cuantas buenas causas (y no tan buenas) se le presentan, ama a Federico, galán maduro venido a menos y vividor inmerso en una falsa y contradictoria moral que acabará llevándolo al suicidio.

    En el ambiente de la “alta sociedad” madrileña de la época, el tema del adulterio y sus consecuencias nos permite ver el interior y los sentimientos descarnados y puestos al desnudo ante el espectador de los personajes que forman el triángulo amoroso. Augusta, principio y fin de la situación creada, nos sirve, como motor indirecto de la acción y sus consecuencias, para definir un determinado tipo de mujer. ¡La mujer!, siempre la mujer como protagonista principal de la obra galdosiana. Frente a ella otros dos tipos femeninos curiosos Leonor (La Peri) y Clotildita.

    El empalagoso bien de Orozco se enfrenta al cinismo bohemio de Federico Viera, que, a pesar de todo está atrapado, en las convenciones sociales de las que pretende escapar. Su constante diálogo con el público es un juego, en esta versión, en el que actor y personaje interactúan constantemente ayudando al espectador, convertido en cómplice de los personajes, a profundizar desde la ironía y la complicidad, en los pensamientos y sentimientos del alma humana.

Con: Juan Carlos Talavera, Alejandra Torray, Adolfo Pastor, Cristina Juan y Cristina Palomo. Producción: Maribel Mesón

Estreno

Lectura dramatizada

10 de noviembre

en el Instituto Cervantes

a las 19:00 horas


Pre-estreno

13 de noviembre

Velilla de San Antonio


29 de enero 

Teatro Buero Vallejo

(Alcorcón)


Teatros del Canal

Sala negra

del 17 al 21 de febrero





lunes, 26 de octubre de 2020

Incursión norteafricana de Pérez Galdós. Descifrando “Aita Tettauen”, ensayo del historiador africanista Víctor Morales Lezcano

 



Julia Sáez-Angulo

    25/10/20.- Madrid.- Terminamos ya el año del centenario Galdós, cuando el historiador africanista, Víctor Morales Lezcano nos ofrece un interesante ensayo titulado Incursión norteafricana de Pérez Galdós. Descifrando “Aita Tettauen”, publicado por la editorial Diwan, en el que se pone de manifiesto el carácter pionero de un Episodio Nacional del escritor, que abrió una senda marroquista en la novela histórica española que se cultivó en el siglo XX, con nombres señeros como Ernesto Giménez Caballero, Ramón J. Sender, Arturo Barea, Ángel Vázquez, Juan Goytisolo y en la actualidad, María Dueñas. El apéndice documental que Morales Lezcano añade a su ensayo es muy oportuno.

Una soberbia escultura de Victorio Macho para el monumento a Galdós para Las Palmas de Gran Canaria se muestra en la portada. En el interior algunas imágenes en blanco y negro de grabados de antiguas  portadas o ilustraciones de libros galdosianos.

El ensayo del profesor Morales se abre con una cita de María Zambrano: “Galdós, el descubridor del secreto de la íntima estructura de España” y el índice recoge apartados como: La incubación de un episodio nacional sui generis; Un cronista romántico en el fragor de una guerra colonial; Un náufrago literario encuentra a un informante providencial; El “salto” a la otra orilla de Gibraltar consuma la incursión marroquista de Pérez Galdós, y, Se advierte que los preparativos están ahora dispuestos para contar con un Episodio Nacional.

Al igual que don Benito Pérez Galdós, Víctor Morales Lezcano es canario-madrileño-santanderino, me explico: nació en Canarias, reside en Madrid y veranea en Santander. Precisamente en esta última ciudad cantábrica, donde Galdós mandó construir el palacete de San Quintín -tristemente demolido en su día- fue donde el historiador decidió escribir el ensayo Incursión norteafricana de Pérez Galdós. Descifrando “Aita Tettauen”.

“No puede extrañar que Galdós consagrara un Episodio en la cuarta serie al conflicto armado habido entre España y Marruecos durante 1859-60. Un conflicto que ha pasado a la nomenclatura historiográfica de España como Guerra de África. Parece que Galdós obedece a este peculiar episodio a una superviviente tradición literaria de raíz mudéjar, percepción que Juan Goytisolo captó en “Vicisitudes del mudejarismo: Juan Ruiz, Cervantes, Galdós”, escribe el profesor Morales Lezcano en el prólogo.

Un mudejarismo que entra en la literatura española desde la Baja Edad Media hasta el XIX, y que ha dado obra como las Cartas Marruecas de José Cadalso en el XVIII o Alfonso de la Serna en Al sur de Tarifa y que continuó Galdós con su novela Aita Tettauen.

    Pérez Galdós está siendo reconocido y ensalzado como bien merece en este centenario de su muerte y el aspecto norteafricano de su escritura no podía quedar fuera. El profesor Morales Lezcano lo ha hecho muy oportunamente como historiador, con un título de la rica bibliografía galdosiana como es el libro de Aita Tettauen, no de los más conocidos y difícil de retener por muchos. África del Norte, nuestro territorio vecino y en especial Marruecos ha sido motivo de nuestra historia reciente por proximidad y diferencias, según los momentos; “vecindad azarosa”, lo denomina Goytisolo. El escritor canario-madrileño-santanderino Galdós no lo olvidó, máxime la cercanía del asunto a su vida y su viaje al norte de África invitado por sefarditas, creando con Aita Tettauen una cabeza de fila de una narrativa que habría de enriquecer el conocimiento norteafricano y la narrativa española.

    El autor del ensayo, profesor Morales Lezcano, nos sitúa históricamente: “Corrían las últimas semanas del verano de 1904 cuando Benito Pérez Galdós (1843-1920), su entorno familiar y parte de la servidumbre que atendía la residencia del novelista en Santander -situada enfrente de la península de la Magdalena- iniciaron los preparativos para el regreso a Madrid (…) Dos años antes, Galdós había comenzado la redacción de la cuarta serie de los Episodios Nacionales…

    El argumento de Aita Tettauen tiene como protagonista al español Santiuste, que entre sus avatares bélicos norteafricanos llega a enamorarse de una sefardita en Marruecos. Galdós termina el libro con un soliloquio del mismo. “Como si un anhelo de superación lo guiara a un inicio de su conversión al sacerdocio laico. Al terminar la lectura del Episodio, le toca al lector preguntarse hacia donde se dirige Santiuste; pero, por lo pronto, le quedará claro que el personaje central de la obra se encamina con entrega al credo de la paz y al repudio de la guerra entre los pueblos y países del universo mundo”, nos advierte el profesor Morales. La misma posición pacífica que adoptó Pío Baroja en sus escritos sobre el norte de África y España, otro autor y otro aspecto que queda por estudiar en un futuro. 


miércoles, 21 de octubre de 2020

El Año Galdós culmina con un amplio programa de debates, conferencias, una exposición y una gala musical

Madrid, Las Palmas y Santander acogerán las Jornadas Galdosianas del 26 de octubre al 11 de noviembre

Bajo el título ‘Historiar el futuro’, reunirá a grandes expertos en el autor canario en el centenario de su muerte

L.M.A.

    21-octubre-2020.- El centenario de la muerte de Benito Pérez Galdós (1843-1920) que se celebra todo este año llega a su punto culminante con las Jornadas Galdosianas que se celebrarán del 26 de octubre al 11 de noviembre en tres ciudades que marcaron la vida del mejor novelista español del siglo XX: Las Palmas de Gran Canaria, Santander y Madrid. Bajo el título ‘Historiar el futuro’, el programa multidisciplinar incluirá mesas redondas, conferencias y una exposición en el Instituto Cervantes relativa al autor, y tendrá como colofón una gala en el Teatro Real de Madrid.

    El historiador de literatura y crítico literario José-Carlos Mainer, catedrático emérito de Literatura Española de la Universidad de Zaragoza, es el comisario de estas jornadas que organizan el Ministerio de la Presidencia, Relaciones con las Cortes y Memoria Democrática, el Ministerio de Cultura y Deporte, el Instituto Cervantes, Acción Cultural Española AC/E y las Comunidades Autónomas de Canarias y Cantabria, con la colaboración del Teatro Real.

    Las Jornadas Galdosianas comenzarán el próximo lunes 26 de octubre en Las Palmas, ciudad natal del escritor, con una presentación que tendrá lugar a las 18:00 horas en el teatro Guiniguada y que correrá a cargo de Ángel Víctor Torres, presidente del Gobierno de Canarias; Fernando Martínez López, secretario de Estado de Memoria Democrática y José Andrés Torres Mora, presidente ejecutivo de Acción Cultura Española AC/E.

    A continuación, el director del Instituto Cervantes y poeta Luis García Montero, dictará la conferencia inaugural: ‘La realidad de una esperanza. Galdós, la memoria y la poesía’. Irá seguida de la mesa redonda ‘La herencia de Galdós’ que contará con la participación de los escritores Rafael Reig, Antonio Orejudo y Marta Sanz. 

    El miércoles 28 de octubre tomará el testigo la ciudad de Santander, que acogerá a las 18:00 horas en el Palacio de Festivales una presentación que correrá a cargo del secretario general de Cultura y el vicepresidente del Gobierno de Cantabria, Pablo Zuloaga Martínez, y continuará con la conferencia del historiador Manuel Suárez Cortina ‘Galdós y la vida política: crisis fin de siglo y militancia republicana’. La jornada concluirá con la mesa redonda ‘Perspectivas galdosianas’, en la que debatirán Carmen Menéndez Onrubia, Pura Fernández y Julio Neira.

Presentación y exposición en el Cervantes

    El jueves 29 de octubre, la sede del Instituto Cervantes en Madrid será escenario de varios eventos como la presentación oficial de la programación, que contará con la presencia de la vicepresidenta primera del Gobierno, Carmen Calvo; dos conferencias, una mesa redonda y la inauguración de una exposición dedicada al creador de los célebres Episodios Nacionales.

Tras la presentación general en rueda de prensa (12 h) por parte de Luis García Montero, el investigador Eusebio Fernández García pronunciará la conferencia ‘La tolerancia como virtud democrática. Galdós desde una perspectiva actual’.

Por la tarde, el historiador José Álvarez Junco hablará sobre ‘Galdós y el nacionalismo español’, tras lo cual Yolanda Arencibia, Germán Gullón y José-Carlos Mainer, tres grandes expertos en el autor, charlarán en la mesa redonda ‘Sabios lectores de Galdós’. Las actividades en el Instituto Cervantes se podrán seguir en directo por internet (streaming).

Y a las 20:30 horas se inaugurará la exposición ‘La realidad de una esperanza. Galdós, la memoria y la poesía’, cuyo comisario es Luis García Montero. Se muestran casi 120 piezas, entre manuscritos, primeras ediciones, publicaciones periódicas y documentos procedentes de diversas instituciones y colecciones privadas. El público podrá visitarla en la sede del Instituto Cervantes del 30 de octubre al 31 de enero.

Las Jornadas Galdosianas tendrán su broche final en el Teatro Real, el 11 de noviembre a las 20 horas, con la gala de clausura ‘Benito Pérez Galdós. Historiar el futuro’. Incluirá recitales y lecturas su obra a cargo de Ana Belén, José Coronado, Carlos Hipólito y José Manuel Seda. La sesión, bajo la dirección artística de José Carlos Plaza, contará al piano con Rosa Torres Pardo. Además, a partir de ese día, el Teatro Real mostrará de manera permanente una señalización conmemorativa del año Galdós. 

domingo, 18 de octubre de 2020

" Bien está que fuera tu tierra. Galdós ", obra teatral en el Fernán Gómez

 Bien está que fuera tu tierra, Galdós

Del 15 de octubre al 29 de noviembre 2020

Dramaturgia: Alma García

Dirección: José Gómez-Friha

Con Esther Isla, Macarena Sanz, Alma García, Antonio Fernández, Julio Hidalgo

Venezia, una segunda etapa



L.M.A.

    18/10/20.- Madrid.- Benito Pérez Galdós recibe un homenaje en el Centro Cultural de la Villa con diversos actos, entre ellos la obra de teatro Bien está que fuera tu tierra, Galdós, interpretada por cinco autores.

    “Si ha habido un autor que ha comprendido nuestra ciudad, desde un prisma completo, humanista, generoso y enamorado, ese ha sido don Benito. Novelista, dramaturgo, periodista, viajero, amante de los animales, académico de la lengua, diputado, la personalidad y la obra de Galdós es enorme y apasionante. El Fernán Gómez se plantea un mes de actividades en homenaje y recuerdo a su obra y figura.  Teatro, cine, talleres, conferencias y mesas redondas ocuparán parte de la programación de los meses de octubre y noviembre en un auténtico desembarco galdosiano. Pero este homenaje, además, pretende ser un estímulo para la nueva creación, un acicate para la escena contemporánea, que homenajea y mantiene viva la herencia galdosiana”, declara Laila Ripoll, Directora Artística de Escena del teatro Fernán Gómez. CC de la Villa.

Bien está que fuera tu tierra, trata de entrar y acercar la figura de don Benito Pérez Galdós a través de cinco autores que van dando vida escénica a personajes como Sisita, José María de Pereda, Real Academia Española, Concepción Arenal, El Liberal, Pardo Bazán, Café Universal, Valle Inclán, Maura, Isabel II, Exposición Universal, Partido Socialista Obrero Español, Margarita Xirgú, Clarín, Teatro Español…

Todo un juego vivaz y rítmico, bien llevado, a veces colegial, con “morcillas” desafortunadas como la de los comentarios sobre el rey Juan Carlos, que estupidean la poética en marcha. A veces confuso en su rapidez y saltos atrás. Documental por los muchos datos que lanzan, oportunos, como al final, que dan cuenta de la ingente tarea libresca de este escritor superior a Balzac y Dickens, por más que las comparaciones sean odiosas.

Pese a sus varios fallos, vale la pena ver Bien está que fuera tu tierra, como repaso y homenaje a Galdós, figura que crece en su centenario ante la evidencia de su copiosa obra que llega a la excelencia.


jueves, 15 de octubre de 2020

Obra de teatro "Bien está que fuera tu tierra, Galdós" en el Teatro Fernán Gómez en el Centro Cultural de la Villa, Madrid

 


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    16.10.2020.- Madrid.- Una obra concebida como un proyecto de indagación en sí misma.  De este modo, a través del juego entre las fronteras de la ficción, los cinco actores del espectáculo se verán reconvertidos en investigadores escénicos. Todo comienza con una pregunta: ¿Cómo repensar a Galdós desde el siglo XXI?.

La respuesta a ello llega con un golpe de suerte: el descubrimiento en los archivos de la Biblioteca Nacional de la autobiografía novelada que Galdós escribió en sus últimos días y que jamás dio a conocer. A través de la escritura y dramatización en directo de estos manuscritos, los ecos de la historia e intrahistoria de nuestro país atravesarán la representación: Sisita, José María de Pereda, Real Academia Española, Concepción Arenal, El Liberal, Pardo Bazán, Café Universal, Valle Inclán, Maura, Isabel II, Exposición Universal, Partido Socialista Obrero Español, Margarita Xirgú, Clarín, Teatro Español…

Ficha artística:

Dramaturgia: Alma García
Dirección: José Gómez-Friha
Con Esther Isla, Macarena Sanz, Alma García, Antonio Fernández, Julio Hidalgo
Asesor Dramatúrgico: Álvaro Tato 

Recordar hoy a Galdós implica adentrarse de lleno en la complejidad de su personalidad, en la variedad de su literatura y en el enigma de algunos de los aspectos de su pensamiento: recuperar su identidad a través de cómo Galdós se ha comunicado con el mundo, supone encontrar una fecunda red de interconexiones que permitan trasladar al presente escénico la esencia de lo que verdaderamente pudo ser el escritor canario. Por ello, tras un fecundo año de conferencias, charlas y diferentes adaptaciones de su obra literaria, la dramaturgia que hemos planteado quiere funcionar, en cierto modo, como aire fresco (tanto conceptualmente como por los textos escogidos) que arroje nueva luz sobre Galdós y la sociedad de su tiempo: un viaje de ida y vuelta que acabe llegando
a cómo hoy en día el escritor continúa teniendo mucho que decirnos.

A lo largo de las escenas ondearán las voces no solo de los principales personajes de nuestra historia, sino también de todas aquellas personas y momentos que influenciaron en la óptica con la que Galdós aprendió a mirar el mundo. Entender, por lo tanto, la manera tan estrecha en la que obra y vida del escritor dialogaron.  Espectáculo concebido de forma caleidoscópica que descubra al espectador la capacidad de Galdós para navegar por lo más recóndito del ser humano, de la sociedad española: descubrir y manifestar sin reparos la incomodidad que supone contemplar las aristas de lo que aún continuamos sin saber solucionar. Por todo ello, importa, más que nunca, exclamar: “¡Bien está que fuera esta tu tierra, Galdós!”, pues solo así el público del siglo XXI puede advertir la suerte de que nuestro patrimonio cultural pueda contar con la fuerza de unas palabras que continúan generando ecos y paralelismos con nuestro presente.

https://www.teatrofernangomez.es/actividades/bien-esta-que-fuera-tu-tierra-galdos

domingo, 11 de octubre de 2020

ALGUNAS PUNTUALIZACIONES SOBRE EL GALDÓS DE AYER Y HOY

Pérez Galdós




Víctor Morales Lezcano
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    11.10.2020.- Madrid .-En más de una ocasión, he venido a pensar en lo aleatorio que puede ser y, de hecho, es la fama, el reconocimiento y la valoración de un escritor y su obra.
    Si hoy se citara en una conversación improvisada entre gente culta a escritores como André Gide, André Maurois, Giovanni Papini, Emil Ludwig y W. Somerset Maugham, sería probable que el recuerdo de sus obras y el alcance de sus respectivas trayectorias biográficas no aparecieran sino desdibujados en el armario donde suelen depositarse ciertos semblantes, episodios y lances de muchas de aquellas celebridades literarias de la contemporaneidad; o, al menos, de plumas que gozaron de prestigio en el mundo de los lectores de antaño. Es cierto que el aforismo que proclama, desde la antigüedad, cómo las costumbres y las sensibilidades han ido cambiando con el paso del tiempo predispone a situar históricamente la cuestión que acabo de esbozar. 
    No debería extrañar el hecho de que, en el dominio de los diversos géneros de la escritura, el público, la gente lectora de ayer e, incluso, de hoy haya centrado su atención en obras que se aproximan por su temática a la sensibilidad literaria predominante de cada época; aunque ello no quita para que suceda también el redescubrimiento de figuras de otros tiempos, más o menos alejados.
    Hasta aquí, tengo para mí que es comprensible la depuración automática que se lleva a cabo en el terreno del favor cambiante que obtienen los escritores de tiempos pasados. Es decir, la afinidad del aplauso o la indiferencia manifiesta, del ingrato olvido a la reparación de una escala de aprecio injusta. Injusto sería también no reparar en otro fenómeno que atrae la atención de quien se aplica a ello y que merece ser subrayado, siquiera a título efímero. Consiste este otro factor en  reconocer que un autor famoso, muy leído en su momento, aunque olvidado en amplia medida por ulteriores generaciones de lectores, puede volver a ser revalidado por generaciones que son hijas del tiempo presente; saldando, así, ¿inconscientemente?, una deuda de gratitud cumulativa, llamativa, que el común de los evaluadores, tanto espontáneos como de oficio, no había captado antes de ese momento.
    En no pocas revistas, o en periódicos y publicística, en general ꟷno solo impresos, sino notorios en las redes predominantes, en los días que correnꟷ es fácil detectar la inclinación reparadora del olvido en el que ciertos autores han sucumbido, o, al menos, de su infravaloración, así como la revalidación de sus obras; en tanto en cuanto sus calidades escriturarias de diversa suerte parecen más estimables de lo que lo habían sido antes del tiempo presente. Tal es el caso, en la actualidad, de Benito Pérez Galdós (1843-1920), muy leído en tiempos, infravalorado luego, por tirios dogmáticos un tanto obtusos y por troyanos presuntuosos, hasta la médula, de su superioridad en el oficio. 
    Salta a la vista que el centenario de la muerte del novelista canario ha sido un trampolín idóneo desde el que no pocos aventurados se han arrojado al agua para iniciar el rescate que venía reclamando la obra del autor de los Episodios nacionales; un rescate matizado sobre todo por una ilustre legión de galdosistas que anidan desde hace decenios en múltiples cenáculos del hispanismo internacional. Al suscribir este comentario, escrito a vuelapluma, confieso que la relectura de una parte de la opera omnia de Galdós (no me atrevería a decir que de toda su opera omnia, abundante en claroscuros, como sucede también con la de tantos otros tantos inmortales) está siendo en 2020 un plácido ejercicio de revisión de Galdós, considerado soberano epígono literario de un tal Miguel de Cervantes.
    Poco más, deseaba dejar por escrito en tan corto espacio de tiempo, en este tramo prefinal del centenario de Pérez Galdós, autor que nos ha legado un fecundo acervo literario e histórico a generaciones de lectores, de ayer y de hoy. Un tanto en la línea certera y concisa de la conocida frase de María Zambrano: Galdós, el descubridor del secreto  de la íntima estructura de España.

sábado, 19 de septiembre de 2020

“Galdós en el laberinto de España” reúne 150 fotografías en la Real Academia de San Fernando


Recordando a Galdós



L.M.A.


       19.09.2020.- Madrid.- La Sala de Exposiciones Temporales de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, en Calle de Alcalá, 13, 28014 Madrid, acoge del 22 de septiembre al 3 de enero una exposición fotográfica en homenaje al escritor Benito Pérez Galdós. 

    La exposición “Galdós en el laberinto de España” reúne cerca de ciento cuarenta fotografías, de las que la mitad son retratos del escritor, casi todos inéditos, solo o en compañía de personas de su cercanía familiar y afectiva. El resto corresponden a los escenarios en los que transcurrió su vida, sobre todo Madrid..

     La muestra es fruto de largos años de investigación en la que se ha reunido fotografías de maestros como Laurent, Clifford, Martínez Sánchez, Antonio García, Franzen, Kâulak, Alfonso, Marín, Salazar o Campúa. Imágenes del escritor y del Madrid que vivió. Destaca la sección que se dedica al retrato de los personajes que protagonizaron la historia de España en los más de cincuenta años que el escritor vivió en Madrid. Desde Isabel II, Amadeo I, Emilio Castelar, los generales Espartero, Cabrera, Serrano y Prim, Alfonso XII, la reina María Cristina de Habsburgo y Alfonso XIII, hasta escritores como Pereda, Mesonero Romanos, Clarín o músicos como Caballero y Chapí y otros referentes de la generación de Galdós en el campo de la música, el teatro, la medicina y la cátedra.

      La exposición recoge también una selección de los reportajes fotográficos dedicados a Galdós en las más importantes publicaciones ilustradas de la época, como La Ilustración Española y Americana, ABC, Blanco y Negro, El Fígaro, Por esos mundos, El Arte del Teatro, Nuevo Mundo, La Esfera, El País y Mundo Gráfico.

        No sólo el material gráfico tiene su espacio, la exposición presenta un audiovisual sobre el escritor realizado por la cineasta y galdosista Arantxa Aguirre y presenta la edición de un importante catálogo que profundiza en el conocimiento de la obra galdosiana desde nuevos enfoques y miradas.


·          “EL MADRID DE BENITO PÉREZ GALDÓS” :

·         https://www.esmadrid.com/madrid-galdos?utm_referrer=https%3A%2F%2Fwww.google.com%2Furl%3Fsa%3Dt%26rct%3Dj%26q%3D%26esrc%3Ds%26source%3Dweb%26cd%3D%26ved%3D2ahUKEwjAnMiA--_rAhWIZMAKHbJhBgcQFjAAegQIAhAB%26url%3Dhttps%253A%252F%252Fwww.esmadrid.com%252Fmadrid-galdos%26usg%3DAOvVaw2pDc9xknCWaQayF1pzWWTo

domingo, 23 de agosto de 2020

LA GLORIOSA COMO NOS LA CONTÓ GALDÓS




Víctor Morales Lezcano
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Cuenta Galdós en sus Memorias de un desmemoriado: Al llegar a Barcelona [de regreso de un viaje de recreo al Midi francés] me encontré de manos a boca con la revolución de España que derribó el trono de Isabel II.
Situémonos, pues, entre el 18 y el 30 de septiembre de 1868. Fueron, aquellas, jornadas que se encadenaron entre un pronunciamiento militar en Cádiz ya habitual en las sacudidas políticas de la España del siglo XIX y el destronamiento de Isabel II, cuyo paradero (París) fue claro y casi inmediato  desde entonces  hasta acaecer su muerte.
La escuadra, con Topete y Prim sigue contándonos Galdósꟷ, se había sublevado en Cádiz al grito de ¡abajo los Borbones! Serrano, Caballero de Rodas y otros caudillos desterrados en Canarias habían vuelto clandestinamente [a la península]. Toda España estaba ya en ascuas.
Galdós pertenecía en aquel momento a la generación de jóvenes políticamente inclinados hacia el espíritu y la letra de las corrientes liberales e, incipientemente, demócratas, que desde 1848 venían ganándole terreno, cuando no aquiescencia moral, a los ensayos constitucionales de corte moderado. Patricios moderados que paulatinamente persiguieron implantar en España la fórmula del constitucionalismo, preferentemente en régimen monárquico.
Procede, sin embargo, que recurramos por un momento a lo que Galdós, ya consagrado en cuanto ilustre cronista novelado de la sociedad española de la segunda mitad del siglo XIX, escribió uno de sus Episodios nacionales, que lleva por título La de los tristes destinos, como se lee a continuación:
El ejército  fue en aquel borrascoso reinado [de Isabel II] brazo inconsciente de la soberanía nacional porque, cuando los pueblos no logran su bienestar por la voluntad de las leyes, intentan obtenerlo por las sacudidas de su instinto.
Ahora bien, cuando el fervor, popular incluso, que despertó la revolución de 1868, vino a desembocar, primero, en la entronización de un monarca de importación llamado Amadeo I de Saboya y, luego, en la proclamación de una improvisada Primera República Española (11 de febrero de 1873), con la abdicación de don Amadeo, el novelista canario-madrileño hizo constar lo siguiente en una de las muchas reflexiones que pueblan las páginas de La de los tristes destinos:
La elegante revolución que hemos hecho es un lindo andamiaje para revocar el edificio y darle una mano de pintura exterior. Era de color algo sucio, y ahora es de un color algo limpio. Luego se armará otro andamiaje…Llámele usted república, llámele monarquía restaurada. Y el edificio cuanto más viejo más pintado. 
Emerge en estas líneas el escepticismo galdosiano ante el itinerario político recorrido por España a partir del reinado de Fernando VII.
En su momento, los profesores Carlos Seco y José Mª Jover supieron extraer de los Episodios nacionales valiosas observaciones e, incluso, parte de la sensibilidad historiográfica que ambos aquilataron en más de algunas de sus clásicas monografías.
Entre 1868 y 1874, la España contemporánea intentó asentar sus reales sin conseguirlo. La Restauración que sobrevino luego abrió otras perspectivas al país y a su pueblo, pero… el destino también terminó por malograrlas.

viernes, 6 de marzo de 2020

GALDÓS A VUELAPLUMA Los españoles (solo) cambian los nombres de sus vicios (políticos)



por Víctor Morales Lezcano
Estas líneas salen del mismo figón en que acabo de hornear un ensayo histórico sobre Galdós, dedicado a uno de sus Episodios nacionales menos conocido. Como venía fraguando desde los últimos meses de 2019 ese ensayo que, probablemente, no tardará mucho en ser publicado, me tomo ahora el cuidado de apuntar a lo que sigue.
Los revivals (literarios u otros) son tan antiguos como lo es el transcurso secular de las autorías. El revival de la obra e, incluso, de la biografía de Pérez Galdós, se inscribe, pues, en la periodicidad cíclica de aquellos.
Muchos de los aspectos versátiles de la vida y obra de Galdós han empezado a aflorar, no ya en escritos salidos de la pluma de “galdosistas” de oficio, sino en ensayistas de tenor literario. Así, últimamente, lo venimos comprobando en El País (Muñoz Molina versus Javier Cercas y viceversa) y en El Mundo (Andrés Trapiello, Manuel Longares, José Ángel Mañas), por referirnos a dos conocidos ─y antagónicos─ daily news. Hasta el punto de que la proliferación actual de abordajes a la nave galdosiana que se prodigan en la prensa española está deslizando el homenaje póstumo al escritor canario (madrileño) hacia un proceso muy conocido: la trivialización de aquello que se está difundiendo de resultas del manoseo a que se somete el sujeto u objeto inspirador, en este caso, del merecido revival de la figura y obra de Galdós.
En todo caso, solo pretendo recordar aquí la manera, incisiva a veces, irónica siempre, que tuvo nuestro afamado novelista al ir recorriendo el incontournable panorama político de la España del siglo XIX, que se inició con el despegue histórico-literario de Trafalgar hasta la culminación de los Episodios nacionales con el que llevó por título Cánovas. Ofensivo sería para el lector de esta columna que se abundara más en el proceso de trivialización al que me acabo de referir. Momentos tan turbios como los que, desde hace unos cinco años, vienen marcando la realidad histórica de la contemporaneidad española no solo no me impiden, sino que me alientan, a recordar un pasaje del célebre Episodio titulado La de los tristes destinos. Es aquel en el que en el que, aludiendo al sistema político de su época, Galdós hace decir a una de sus criaturas de ficción:
Es un lindo andamiaje para revocar el edificio y darle una mano de pintura exterior. Era de color algo sucio, y ahora es de un color algo limpio, pero que se ensuciará en breves años. Luego se armará otro andamiaje. Llámele Vd. república, llámele monarquía restaurada. Total: revoco raspado de la vieja costra, nuevo empaste con yeso de lo más fino, y encima pintura verde o rosa: el edificio cuanto más viejo más pintado.
¿Cabe alguna figuración alegórica más nuestra que la que se acaba de reproducir?