jueves, 21 de octubre de 2010

“Generando vista previa” exposición en la Sala Amós Salvador de Logroño




L.M.A.

“Generando vista previa” es el título de la exposición en la Sala Amós Salvador de Logroño, que patrocina Cultural Rioja. La muestra, que se inauguró el 14 de octubre permanecerá abierta hasta finales del próximo mes de noviembre.

Julio Hontana Moreno, comisario de la exposición explica: “En el arte los cambios se producen con mucha antelación a otros campos de la sociedad o la política. La capacidad del arte para asimilar las transformaciones y manifestar sus dislocaciones, las del ser humano y el contexto en el que vive, está engrasada desde el momento que un artista se erige en portavoz de sí mismo y posa su mirada y obra teniendo por centro un determinado conflicto. Quizás, la razón que hace del artista un ser expuesto y extremadamente sensible a las condiciones del entorno, sea la facilidad que tiene el individuo para moverse con desprecio por las dificultades cuando la soberanía de su fracaso no recae en nadie más que él mismo. Los artistas invitados a esta muestra viven sumergidos de lleno en los conflictos que les plantea el mundo contemporáneo, viviendo los cambios en tiempo real y en los escenarios protagonistas de la transformación -como no podía ser de otra manera-. Ninguno de ellos aceptaría hacerlo de forma virtual”.

«Generando vista previa...» se conforma alrededor del trabajo pictórico de cuatro jóvenes riojanos. Seamos precisos: tres pintores, Aitor Lajarín, Julio Sarramián, Nicolás Ortigosa; y la fotógrafa, Janire Nájera. Pueden pensar que hemos cometido un error de bulto al considerar la obra de esta última como pictórica siendo tan obviamente fotográfica. Pero de serlo, fotográfica, en el horizonte de su trabajo la imagen pictórica está más presente que la derivada del objetivo. Dándose la feliz circunstancia de que comparte espacio con otro joven pintor cuyo horizonte plástico tiene que ver más con la mágica aparición de la imagen en un papel baritado que en un lienzo. Depende de ustedes seguir adelante.

«Generando vista previa...» remite al mensaje que aparece en las pantallas de nuestros ordenadores cuando, seleccionado un fichero de imagen digital y extensiones definidas, el ordenador debe de computar la imagen a base de cálculos infinitesimales y crearla con los datos proporcionados o con los que se almacenan en su memoria; hacerla visible -a fin de cuentas ese era su objetivo-. Para lo cual, el propio sistema nos ruega muy amablemente unos instantes de espera, sin duda para que seamos conscientes de que lo que le acabamos de exigir con un sencillo click, no es tan sencillo. En esos momentos la máquina está creando, y la creación, sobran explicaciones, es compleja y en muchas ocasiones improbable.

Los tiempos que vivimos nos urgen para que las respuestas deban ser inmediatas; cuando se nos exige una solución a un problema, cuando reaccionamos ante cualquier estímulo la respuesta que se espera de nosotros es inmediata, incluso antes de que los hechos que determinen nuestras acciones se hayan producido -como si no pudiéramos elegir no actuar, no responder, no contestar. La verdad es que casi nunca somos tan rápidos y debemos de usar de un tiempo de reflexión y otro de reacción para dar una respuesta a cada circunstancia, preferiblemente la más adecuada. El mensaje «Generando vista previa...» iluminado en la pantalla de nuestro ordenador nos recuerda el tiempo implícito en las acciones, el tiempo que se necesita para la manufactura de cualquier objeto sea este un jarro de barro en un torno de alfarero, engranar las piezas de un reloj suizo, o una imagen generada digitalmente... Tiempo. Pero ese tiempo se dilata si hay que resolver operaciones que consumen una gran cantidad de recursos y la creación hace uso de todas las energías disponibles. La inocente sinonimia de espera transforma el quirófano digital en otra cosa, en un artesano pienso, pues echa a perder la efectividad que suponemos a las máquinas haciéndolas tan cercanas, tan ordinarias. Siempre que aparece en pantalla el dichoso mensaje imagino que el ordenador se ha girado, nos ha dado la espalda, se ha puesto a trabajar de verdad, a crear; démosle tiempo, el que requiera, que no desespere. Y a los artistas, el suyo.

Generar vistas previas, estado perenne del arte, es lo que hacen los artistas a lo largo de su vida esperanzados siempre en ser testigos del nacimiento de la obra. Son los artistas quienes generan las imágenes con antelación a los acontecimientos y no solo actúan en respuesta a los avatares de nuestro tiempo. «Generando vista previa...» es un lugar, el espacio interconectado que media entre la concepción de la imagen y su aparición.

«Generando vista previa...» es el nombre de esta exposición, y también la frase que podría adscribirse a los tiempos que vivimos; reivindica pausa, jamás paralización. «Generando vista previa...» es lo que el mundo semeja que está haciendo mientras crea estructuras nuevas para responder a nuevas demandas. Y remite a un proceso de creación más profundo: ese que amasa variables zambulléndose en el conflicto para regresar del abismo triunfal y ofrecernos, como pieza cobrada en la caza, un corolario de su ambición y valentía. Por tanto, nos pareció un título que tenía aplicación directa en el campo de la creación plástica tras el empacho de las etiquetas que parecen haberse disuelto en la vorágine de las crisis contemporáneas para resurgir, hagan apuestas, cuando regrese la calma. El poder de las imágenes es tan absoluto que de alguna forma parece que estemos subyugados bajo el dominio de un estilo universalizado de hacer imágen, que hace muy difícil escapar de él, por su capacidad para aprender de inmediato lo nuevo y fusionarlo con lo existente creando una especie de imago aversabilis, a la que solo podemos alimentar a base de más y más imágenes, una insaciable bola de nieve que gira inspirada, aún.

En esta ocasión hemos focalizado nuestra atención en la creación pictórica en La Rioja pasada esta primera década del siglo XXI. La razón hay que buscarla en la vitalidad de esta disciplina artística y su longeva resiliencia que le ha permitido adaptarse a los tiempos sin quebrase.

Lejos quedan los días en que la aclamada muerte de la pintura y los ecos de quienes la espoleaban, aventuraban un siglo de cambios vertiginosos... Y en algo no se equivocaron: las transformaciones en las artes visuales sucedieron, son el hoy mismo, y lo vertiginoso, su sangre. Pero la pintura extrañamente no ha desaparecido. ¡Qué prisa se le supone a la pintura para acelerar su desaparición! ¡Qué ingenuidad siquiera pensarlo! Y me estoy refiriendo en parte a la que se pinta sobre un lienzo, a pesar de que las palabras «pinta», «sobre» y «lienzo», parecen rescatadas de algún tratado de la pintura del Siglo de Oro. Pronuncien sin temor las palabras anteriores y algunos sentirán que la boca adquiere un regusto acre, un tanto rancio, el mismo que les queda por saborear a los cráneos de las vanitas de Valdés Leal. Y esta transformación se enjuga en su paladar «in ictu oculi» en palabras del propio Leal -en un abrir y cerrar de ojos-. Muy cerca le anda la fotografía, incluso la que se presume pintura -cuando no pintoresca, como nos aclarará en su texto Domingo Hernández Sánchez-. Nosotros, es evidente, no pensamos en esta repugnante sensación y nos ahorramos con los argumentos pictóricos de los jóvenes expuestos ningún tipo de cortesana discusión.

Llevamos andado un largo camino en la fusión de las categorías visuales y la pintura sigue emancipándose sin atisbar su agotamiento.

Más información http://www.culturalrioja.org/

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