martes, 15 de noviembre de 2011

Berthe Morisot, Exposición de 30 obras en el Museo Thyssen- Bornemisza


Julia Sáez-Angulo

Es la mujer pintora más representativa del impresionismo. Berthe Morisot (1841 – 1995) participó en todos los salones del impresionismo menos uno, y la muestra de 30 cuadros que ofrece la exposición del Museo Thyssen-Bornemisza, pertenecen al Museo Marmotan de París, donación de los herederos directos de la pintora y por tanto los cuadros que ella tuvo y guardó en su casa.

Tanto la comisaria de la exposición Paloma Alarcó, como el conservador jefe del Museo Thyssen, Guillermo Solana, destacaron que el mundo icónico de la pintora fue su intimidad, su vida familiar y doméstica, algo muy de las primeras mujeres creadoras en sus inicios. Retrató a sus seres queridos como su hija en diversas ocasiones.

Junto a Mary Cassat (Pensilvania USA), 1844 –París, 1926) fue una de las mujeres que mejor representó al movimiento impresionista, si bien la americana terminó pasándose a japonismo, mientras que Morisot permaneció en el impresionismo. Junto a ellas, con menos intensidad, Marie Barquemond y Eva Gonzales

Berthe Morisot se convenció de que tenía que ser profesional y le dio continuidad a su carrera pictórica muy digna, pero no a la altura de otros colegas del impresionismo. Los cuadros de la exposición constituyen un buen conjunto doméstico, pero no es precisamente la gran exposición impresionista. Curiosamente algunos cuadros de Morisot más parecen luministas.

Una mujer “sin profesión”

Pese al empeño en ser pintora profesional alentada por el medio en el que se movía como esposa del hermano del pintor Manet (presioso el retrato que este artista hizo a su cuñada Berthe Morisot en 1872) y amiga de Paul Valery, en la partida de defunción en París de Berthe Morisot se rellenó el apartado de profesión con un “Sans” (Sin) porque no le atribuyeron la cualidad de pintora. La exposición recoge algunas citas de célebres coetáneos de la pintora sobre su obra.

La muestra está organizada de modo temático y cronológico y divida en los capítulos: Corot y la pintura al aire libre; Manet y el retrato íntimo; Pintar la vida, vivir la pintura; Parques y jardines, y El mundo rural. Los lienzos de Morisot dialogan con otros de pintores relevantes en su vida, como Corot, Manet, Degas, Renoir o Pissarro.

Entre las piezas más sobresalientes figuran el cuadro del museo Thyssen “El espejo psiqué”, que representa a una mujer ante una pieza de mobiliario estilo Directorio, que todavía conserva el museo Marmotan, perteneciente a Monet, ya que este artista fue el habitante de la casa que hoy ocupa el Marmotan; “En el baile”, “Bois de Boulogne”…

Un exposición pequeña, concreta y elocuente de lo que fue capaz de hacer una mujer pintora en el XIX.


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