L.M.A.
2/10/23 .- Madrid.- Marcelo Gullo Omodeo acaba de publicar el libro “Lo que América le debe a España”, editado por Espasa, y se le ha concedido recientemente el premio Hispanidad-2023. Es el intelectual, español de América, nacido en Rosario (Argentina), que más tiempo y con más acierto, está dedicando muchos años de su vida, a estudiar e investigar lo que significó la mayor efeméride de la Humanidad, el Descubrimiento y posterior Conquista de América por España.
Su trabajo en defensa de las gestas, obras públicas, culturales, sanitarias y religiosas que realizaron los antepasados españoles, en Hispano-América, no tiene parangón, y nos ayuda a conocer mejor nuestro glorioso pasado.
El Profesor Gullo dice; “que si conocemos bien nuestro pasado, podemos planificar mejor nuestro futuro.” Uno de sus últimos libros, “Madre patria”, debería ser de lectura obligada en todas las escuelas de España, y de todos los españoles.
Su defensa documentada, de la importancia de la obra que España realizó en Hispanoamérica y contra la injusta y perniciosa Leyenda Negra, es impagable.
Hispanoamérica le debe su unidad sustancial a España. Los pueblos que se extienden desde los Pirineos a Acapulco y desde California a Tierra del Fuego (lo que llamamos la HISPANIDAD) conforman en sustancia un solo pueblo, un único pueblo, aunque, como resultas de la leyenda negra, hayan perdido la conciencia de su unidad de destino. El nuevo libro de Marcelo Gullo, tan imprescindible como sus dos anteriores, desarrolla estas ideas.
3 comentarios:
El concepto Hispanidad es fundamental en la historia del mundo. España ha aportado muchas cosas, a lo largo de los siglos. Sin entrar en el origen de la Leyenda Negra ni de sucesos que no se pueden juzgar fuera de contexto y tiempo (además de la falsedad y tergiversación extendida por intereses espurios de algunos mercaderes de la escritura a lo largo de los siglos, sobre la llamada conquista, que no fue tal, hablando conceptualmente y dando al término su sentido aboluto, sino una sinergia con pueblos divididos y luchando, junto con algunas tribus, sometidas por algunas civilizaciones terribles y crueles, como la azteca, que ofrecía espantosos sacrificios humanos -más de 70.000 corazones arrancados en vivo anualmente - a sus dioses y que esclavizaba a tribus, hacía cautivos y asesinaba ritualmente a los miembros de sus dominios. Aquellos tiempos fueron de superstición y barbarie, sin olvidar también algun aspecto y avance astronòmico y científico en su cultura. Pero la realidad incuestionable es que América no existiría como realidad geográfica y unidad linguística sin España. Hoy, cuando la literatura y el pensamiento en idioma español es, sin duda, el segundo del mundo, disputando tal honor al aportado en inglés, hay que reivindicar el lenguaje que une. El español, como se le conoce en todo el mundo, es una de las dos lenguas más importantes en un planeta en el que se hablan miles de ellas, algunas muy minoritariamente y en escasos territorios. Hoy deberíamos estar más pendientes de la Hispanidad que de otras cosas, sin olvidar la diversidad de la cultura, pero poniendo cada elemento en su lugar, algo que, desgraciadamente, la mala política no hace. El idioma de Cervantes, Lope, Calderón, Quevedo, Teresa de Jesús, Galdós, Baroja, Unamuno, Ortega, Zambrano.. y tantos grandes creadores en España...y el mundo, como los americanos Darío, Neruda, Borges, Paz, Rulfo, Fuentes, García Márquez, Vargas LLosa, Storni (la lista sería interminable) merece algo mas que ponerlo al mismo nivel - y lo digo con todo respeto - que otras lenguas (algunas dialectos y derivaciones de troncos comunes) y otras con entidad e identidad propia, de nuestro país. Preservar la cultura no es solo diversificar, sino apoyar lo permanente y de valor universal. La Hispanidad y nuestro idioma común lo son.
Queridos amigos
No soy historiador pero coincido con lo que dice el Sr. Porta. Saludos y me alegra que un compatriota aporte valor al debate. Saludos,
Raúl
Bien. Volver a leer a Ramiro de Maeztu libro que hallé de adolescente en la biblioteca de mi padre. Es así.
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