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sábado, 11 de junio de 2022

JAIME PEÑAFIEL, autor de “Alto y claro. Los cretos que nunca he contado”, libro de verdades y confidencias publicado por la Editorial Grijalbo






L.M.A.

    11/6/22.- Madrid.- Jaime Peñafiel, periodista nonagenario, de la prensa de casas reales  y del corazón, ha publicado recientemente el libro “Alto y Claro”. Los secretos que nunca he contado, que tiene algo de memoria personal en lo que a su recorrido como informador se refiere. Su voz se escucha en programas de radio y de televisión. Es ameno, sabe decir, contar y narrar. De este periodismo entre sentimental y político, nos ha desvelado alguno que otro secreto de personajes a los que profesa sus filias y fobias a discreción.
No compartimos con él algunas obsesiones o manías, como la de reprocha a la reina Sofía que no lo llamara para un pésame más íntimo por la muerte de su hija Isabel. Eso es confundir la sonrisa presencial con la amistad, máxime en ciertas posiciones, donde no hay tanto amigos, porque recelan, sobre todo del periodismo.
    Comparto con él sin embargo la no comprensión del rey Felipe VI hacia su padre, un hombre mayor, anciano, que ha hecho y hace tonterías, pero hizo mucho por este país, más incluso que algunos felones de unas y otras posiciones. El rey Juan Carlos tiene que residir y morir en España, y procurar que no se desmelene en exceso a sus años, como un bloca-chanclas. Los ancianos necesitan afecto y quizás por ello acogió quizás imprudentemente las muestras de cariño que le manifestaron en su último viaje a “su país”. No lo olvidemos. Proteger la institución es impoetante; la familia de los mayores, también.
    Los hombres de altura y estrados tienen corazón y sentimientos, no solo don Jan Carlos, y todos ellos son mirados con lupa por esa prensa que los sigue como paparazzis de cerca o a media distancia.

    “Alto y claro” es un repaso de la vida personal y profesional de Jaime Peñafiel. Jaime Peñafiel, uno de los periodistas más reconocidos y veteranos de la profesión, siempre ha dicho que «valía más por lo que callaba que por lo que decía». Después de haber entrevistado a cientos de personalidades, de haber asistido a las fiestas, cócteles y recepciones más suntuosas en todo el mundo y ser testigo de excepción de las bodas más regias el avezado periodista rompe ahora su regla de oro para desvelar en “Alto y claro” algunos de los secretos que ha callado hasta hoy. 
    Este libro forma parte de nuestra historia más reciente porque, a través de la pluma certera e incisiva de Jaime, conoceremos la trastienda de dictadores, reyes, reinas, princesas, duques, primeras damas, personajes del papel couché, una trastienda donde, lejos de la mentira de los focos y las cámaras, descubrimos a hombres y mujeres de carne y hueso, cargados de deseos, esperanzas, pero también de frustraciones, miedos y, a veces, de mucha soledad.

jueves, 10 de marzo de 2011

Jaime Peñafiel, “El Rey no abdica”, otro libro polémico sobre la monarquía española



“El Rey no abdica”
Jaime Peñafiel
Editorial La Esfera de los Libros, 2ª edición
Madrid, 2011 (277 pags)




Julia Sáez-Angulo



“Un libro que dará que pensar” dice este volumen que ya ha causado polémica desde que salió y ha motivado una segunda edición. Jame Peñafiel sigue con su obsesión por a monarquía como no hubiera otro tema fiera de ella. Ciertamente es un experto, sabe mucho de dinastías y biografías reales, pero tiene obsesiones de filias y fobias que haría bien en limar.

“A un rey sólo debe jubilarle la muerte. Que muera en su cama y se pueda decir: El Rey ha muerto, viva el Rey”. No es urgente reformar la Constitución... ni el Rey está cansado ni el Príncipe impaciente... ¿Abdicar? ¡Nunca! El Rey no abdicará jamás... Ni lo hemos hablado nunca. Se da por sobrentendido”, ha dicho la Reina consorte, Doña Sofía, en sus declaraciones para los libros sobre su vida.

Al Rey lo hemos visto últimamente de operaciones y hospital, con grandes ojeras y moratones bajo los ojos, ciertamente nos preocupa la salud del Rey, porque pese a sus defectos o faltas de distinto tipo, los españoles lo quieren, lo queremos y le debemos algunos servicios clave en el desarrollo de la democracia, después de una larga dictadura.

España necesita un Rey con preparación y prestigio para evitar un presidente de República –pongamos por caso- al que pueda llegar un don Nadie como ha sucedido a la presidencia del Gobierno de España, con un personaje que no tiene peso específico alguno en lo internacional. Un rey se prepara en conocimientos, idiomas, protocolo y finura, algo que falta con frecuencia a nuestros políticos, que careen de la fineza de otros mandatarios, que empiezan por hablar el castellano con donosura como sucede con algunos jefes de estado o de Gobierno en América Latina (ciertamente no Chaves de Venezuela).

Nuestro Rey es hoy por hoy nuestro mejor diplomático y cortocircuita tanto los atrevimientos de los primos” del norte de África y es respetado en otros lugares. No hay más que ver lo bien que habla Hilary Clinton de don Juan Carlos.

Jaime Peñafiel (Granada, 1932) compara la trayectoria del Rey de España con la de sus homólogos –diez monarquías europeas entre reinos, principados y ducados- en edad y situaciones. El relevo dinástico y generacional es un tema más serio de lo que se pueda imaginar, apunta el autor. Las expectativas de vida son cada vez mayores, por lo que, en España, don Juan Carlos (Roma, 1938) puede vivir todavía en la plenitud mental y física diez o quince años. El rey y el autor del libro tienen la misma edad.

Un libro con situaciones comparadas

“El Rey no abdica” se divide en los siguientes apartados: Abdicaciones, Renuncias, Muertes; La mala salud de hierro; El futuro, ¿puede esperar?; Monarquías europeas, y Árboles genealógicos. El libro se acompaña de diversas fotografías en color sobre la familia real.

En el epílogo, Peñafiel recuerda la opinión de diversas personalidades que son contrarias a la abdicación del rey. “El historiador Luís Suárez dijo: “Es preferible que no haya una abdicación para que no exista una convivencia entre dos elementos. Recuerdo lo que pasaba con Don Juan, que uno no sabía a quien tenía que llamar Majestad, si al padre o al hijo”

“Al Rey se le ve cada día más cascado, más cansado, más triste. ¿Más infeliz? La felicidad es desear lo que uno no tiene. Seguramente don Juan Carlos no añora no ser un ciudadano normal para tomar decisiones drásticas que su corona y su Reina se lo impiden: dejar todo y a todos y abdicar”, escribía Miguel Ángel Mellado en “El Mundo”. El libro de Jaime Peñafiel “El rey no abdica” habla de todo esto.