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James Ensor. La belleza de lo grotesco”
Fundación Carlos de Amberes
Madrid
Del 1 de octubre al 8 de diciembre de 2010-09-30
Julia Sáez-Angulo
Uno de los artistas más importantes de Bélgica se expone hoy en la Fundación Carlos de Amberes. James Ensor (Ostende, 1860-1949), hijo de británico y belga, fue un pintor provocador, de mentalidad anarquista en su primera fase, para terminar en la burguesía más acomodada después de los años y del reconocimiento y triunfo en la pintura.
Nada menos que el primer ministro de Bélgica, Ives Leterme inaugura la muestra que se abre en el marco de la presidencia belga de la Unión Europea. Un total de 140 obras, en su mayoría dibujos y grabados, más algunos cuadros de los tres museos españoles que tienen obras de Ensor (Museo de Bellas Artes de Bilbao, Museo Thyssen-Bornemisza y Colección Carmen Thyssen), junto a un hermoso tapiz del museo de Ostende. Además el cuadro titulado “Los cocineros peligrosos” de una colección privada belga.
Corrosivo y crítico hasta lo indecible en su primera etapa, Ensor gusta de lo abigarrado, de las multitudes en manifestaciones, bailes o carnavales, de la multitud de objetos… junto a una visión singular de la figura de Cristo.
Ensor nació y vivió en Ostende y no dejo su ciudad a la que representó una y otra vez, excepto en 1877 y 1880, para estudiar en la Academia Real de Bellas Artes de Bruselas, que abandonó por “aburrimiento”.
En 1883 fundó con Fernand Khnopff, entre otros artistas, el círculo de vanguardia “Las XX” y a partir de 1886 se volvió cada vez más simbólico, con una presencia recurrente de Cristo, con el que se identificó en varios de sus autorretratos.
La obra más destacable de Ensor es la comprendida entre 1885 y 1900, según el comisario Xavier Tricot, en ella destacan las máscaras de carnaval o japonesas y chinas, esqueletos, así como el tema de la condición humana, que fue en su momento, fundamental para otro gran artista en el que Ensor se inspiró: Francisco de Goya. Esa obsesión se traduce en la omnipresencia de la muerte, la hipocresía y, por supuesto, lo grotesco.
Continuación de los pintores flamencos en el Museo del Prado
Para el comisario de la muestra Xavier Tricot, Ensor viene a ser la continuación en el tiempo de los pintores flamencos Rubens, El Bosco y Brueghel, que se encuentran en el Museo del Prado. “El trata sus mismas inquietudes”.
“Fue un pintor prolífico, sobre todo en su juventud”, declara Tricot, “todavía pueden encontrarse obras suyas, dibujos y grabados, en las subastas públicas, pero sus grandes cuadros están situado en su mayor parte en los museos”.
Su obra expuesta se divide en cuatro apartados: “Yo y los otros (retratos y autorretratos); Naturaleza belga (paisajes y marinas); Cristo revisitado (religión), y La gran farsa (máscaras, esqueletos e ironías)
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James Ensor. La belleza de lo grotesco”
Fundación Carlos de Amberes
Madrid
Del 1 de octubre al 8 de diciembre de 2010-09-30
Julia Sáez-Angulo
Uno de los artistas más importantes de Bélgica se expone hoy en la Fundación Carlos de Amberes. James Ensor (Ostende, 1860-1949), hijo de británico y belga, fue un pintor provocador, de mentalidad anarquista en su primera fase, para terminar en la burguesía más acomodada después de los años y del reconocimiento y triunfo en la pintura.
Nada menos que el primer ministro de Bélgica, Ives Leterme inaugura la muestra que se abre en el marco de la presidencia belga de la Unión Europea. Un total de 140 obras, en su mayoría dibujos y grabados, más algunos cuadros de los tres museos españoles que tienen obras de Ensor (Museo de Bellas Artes de Bilbao, Museo Thyssen-Bornemisza y Colección Carmen Thyssen), junto a un hermoso tapiz del museo de Ostende. Además el cuadro titulado “Los cocineros peligrosos” de una colección privada belga.
Corrosivo y crítico hasta lo indecible en su primera etapa, Ensor gusta de lo abigarrado, de las multitudes en manifestaciones, bailes o carnavales, de la multitud de objetos… junto a una visión singular de la figura de Cristo.
Ensor nació y vivió en Ostende y no dejo su ciudad a la que representó una y otra vez, excepto en 1877 y 1880, para estudiar en la Academia Real de Bellas Artes de Bruselas, que abandonó por “aburrimiento”.
En 1883 fundó con Fernand Khnopff, entre otros artistas, el círculo de vanguardia “Las XX” y a partir de 1886 se volvió cada vez más simbólico, con una presencia recurrente de Cristo, con el que se identificó en varios de sus autorretratos.
La obra más destacable de Ensor es la comprendida entre 1885 y 1900, según el comisario Xavier Tricot, en ella destacan las máscaras de carnaval o japonesas y chinas, esqueletos, así como el tema de la condición humana, que fue en su momento, fundamental para otro gran artista en el que Ensor se inspiró: Francisco de Goya. Esa obsesión se traduce en la omnipresencia de la muerte, la hipocresía y, por supuesto, lo grotesco.
Continuación de los pintores flamencos en el Museo del Prado
Para el comisario de la muestra Xavier Tricot, Ensor viene a ser la continuación en el tiempo de los pintores flamencos Rubens, El Bosco y Brueghel, que se encuentran en el Museo del Prado. “El trata sus mismas inquietudes”.
“Fue un pintor prolífico, sobre todo en su juventud”, declara Tricot, “todavía pueden encontrarse obras suyas, dibujos y grabados, en las subastas públicas, pero sus grandes cuadros están situado en su mayor parte en los museos”.
Su obra expuesta se divide en cuatro apartados: “Yo y los otros (retratos y autorretratos); Naturaleza belga (paisajes y marinas); Cristo revisitado (religión), y La gran farsa (máscaras, esqueletos e ironías)
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