Juan Fernández
Exposición Itinerante
Caja de Ávila, 2010
Julia Sáez-Angulo
El pintor ha apostado por la figuración rotunda y bien hecha y es hoy uno de los nombres punteros en su género. Juan Fernández (Ayamonte. Huelva, 1950) lleva a cabo una exposición itinerante de pintura y obra gráfica, por distintas ciudades españolas, patrocinada por Caja Ávila.
El artista, que reside en Madrid, mostró sus obras este año en el espacio expositivo del Colegio de Médicos de la Capital de España, bajo el título de “Realidades”, donde pudieron contemplarse diversos paisajes urbanos de Madrid, entre los que destacaba la serie denominada “Reflejos” en torno al Palacio de Cristal del Parque del Retiro, en pleno otoño rojizo de las hojas a punto de caer.
Esos mismos reflejos de las aguas los continuó ante estanques y albercas de Aranjuez o los jardines de Marjorelle en Marrakech, así como en las aguas de Estambul. El resultado es hermoso, a veces espectacular, donde su figuración roza o juega con la abstracción de los efectos de la imagen distorsionada por el agua.
Como buen andaluz de nacimiento, Juan Fernández gusta de las visiones cerámicas de las bases de azulejo en los surtidores y recogió en sus lienzos varios ejemplares de Marrakech, donde las simetrías y la geometría juegan un papel importante y rítmico. Marruecos le dio temas y color al pintor.
Frente a su antigua serie de “Artilugios”, en la que aparecían abigarrados, objetos de la más diversa procedencia como sifones, botellas, albarelos, cafeteras, frascos, fotografías, floreros y antiguas máquinas de fotografíar, junto a membrillos y, en ocasiones, un viejo reloj, que añadía el concepto de “vanitas”, Juan Fernández aligeró la presencia de objetos y los situó de forma ordenada y separada durante su última etapa.
El ejemplo de los bodegones y naturalezas muertas de Francisco Zurbarán y del italiano Gianni Morandi parece latir detrás de esta alineación formal sobre una repisa en la que aparecen pintados objetos de cristal o tarros y albarelos de farmacia en cerámica. Lo mismo ocurre con una sucesión de ejemplares de almirez, de distintos tamaños y formas, que permiten al pintor reflejar color, matiz, textura y poética, que es lo que se pide de modo especial a los artistas realistas.
Elementos de la pintura presentes en el cuadro
Las composiciones, casi triangulares, de iris son otro tema del repertorio icónico del pintor de Ayamonte. Un autor, licenciado en Bellas Artes, especializado en grabado, con dominio del dibujo y maestría en el color. Lo suyo era la figuración y así optó por ella. Una fidelidad que le honra por su buen saber hacer.
La pintura, con sus elementos de dibujo y color, es el trabajo bien hecho de Juan Fernández, un artista que reflexiona sobre la propia pintura en algunos de sus cuadros, como sucede con la serie de “Composiciones con artilugios”, desarrollada al menos en seis cuadros, donde coloca la paleta y los tarros con pigmento en una segunda balda, bajo los objetos representados en primer lugar, como si quisiera mostrar al espectador el motivo y el instrumental y materia del taller al mismo tiempo. Una pintura que opta por el óleo sobre lienzo o tabla indistintamente.
Artista reconocido y premiado, Juan Fernández va ser objeto de reconocimiento en una conferencia-homenaje en la Casa de Ávila en Madrid.
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