Julia Sáez-Angulo
Al hilo del centenario de la Gran Vía madrileña, la lujosa joyería Grassy, asentada en la cotizada esquina de la citada Gran Vía y Caballero de Gracia desde 1952, luce unos escaparates de joyas brillantes con el diseño de cuatro singulares creadoras: Patricia Reznak, Carmen Mazarrasa, Alejandra Hernández y Blanca Muñoz. Grassy se ha establecido igualmente en la milla de oro de la moda, en Ortega y Gasset casi esquina a Serrano.
Yann Reznak y su hermana Patricia dirigen hoy la empresa fundada en España en 1929 por su abuelo Alejandro Grassy, con el mismo prestigio de apostar por la joya clásica y duradera, al tiempo que convocan a nuevos diseñadores para estar al día de la creatividad y las tendencias. Los relojes de las firmas de Rolex, Piaget y Baume & Mercier son otro de sus fuertes. El Museo de Relojes Antiguos de sobremesa, en la cripta de la tienda, constituye la oferta cultural singular del coleccionista fundador a la capital de España.
Patricia Reznak, arquitecta de profesión (que, entre otras cosas ha llevado a cabo montajes de grandes exposiciones como la de Picasso en el Museo Reina Sofía), ha querido igualmente diseñar para la firma de la empresa familiar, una serie sugerente y colorista muy particular denominada Collar de escamas, con sortija y pendientes Pompón. Su reciente serie denominada Cestas, por las retículas que hace el oro a modo del mimbre de los cestaños, son de suma originalidad. Oro rosa, cuarzo turmalizado, piedra luna, rosa aguamarina o calcedonia son algunos de los bellos materiales utilizados. Las series Gádor o Vidrieras, también están en su creación y junto a Elena Viñolo, la serie Elena. Las series limitadas o los encargos puntuales también cuentan en la casa.
Carmen Mazarrasa en una precoz y joven diseñadora, que ha pasado por Sybila o Juan Duyos antes de recalar en Grassy, donde ha diseñado series exclusivas como Florescencia, con aire de renacer floral y la mas reciente, denominada Las Joyitas, con un aire innovador, fresco y práctico, al combinar los colgantes y caídas de los collares para renovarlos o adaptarlos a un nuevo estilismo. Medallones, cadenas, corazones, golondrinas... renuevan la apariencia de estas joyas con los distintos mecanismos de cierres.
Alejandra Hernández ha diseñado la reciente serie denominada Gominolas, en la que como indica su nombre, alude al color y la infancia, al juego en el recreo y el guiño lúdico. Una serie de anillos con el registro de todos los colores: turmalinas, rubíes, morganitas, topacios, cuarzos fumé, citrinos y zafiros, esmeraldas, amatistas, tanzanitas... El mundo de la naturaleza de todas las piedras nobles, con infinitos matices cromáticos para hacer unas joyas que despiertan la admiración y la sonrisa.
Blanca Muñoz (Madrid, 1963) es una reconocida escultora que fue invitada por Grassy para diseñar una colección joyas en exclusiva para la casa. Con oro amarillo rosa o blanco, cuarzos citrinos, vedes, rosas o coñac... Ha llevado a cabo una serie de collares, colgantes, anillos, broches, pendientes... que traen a la memoria sus esculturas, en una suerte de adaptación prodigiosa en la escala y la utilización de unos materiales valiosos y nobles.
La anterior invitación de Grassy a un escultor recayó sobre el célebre Anthony Caro, del que algunas de las joyas diseñadas pasaron a departamentos de museos de distintos países. Por otro lado el diseñador Antonio Egea llevo cabo la serie Libélulas.
Más información www.grassy.es
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