Julia
Sáez-Angulo
Una
vía verde de álamos y otros árboles se extiende a lo largo de más de treinta
kilómetros del río Cidacos y une varios pueblos riojanos, entre ellos Arnedo,
una ciudad partido judicial de la Rioja Baja, que cuenta con tres polígonos
industriales de fábricas de calzado entre ellos los de las conocidas marcas Pitillos y
Fluchos. Su población asciende a casi quince mil habitantes.
La Vía Verde del río Cidacos va desde Calahorra
a Arnedillo, localidad del conocido balneario,
pasando por pequeños pueblos como Autol y Herce. El río nace en el puerto de
Oncala (Soria) y desemboca en Calahorra a lo largo de 78 km. Es un afluente del
Ebro, que recorre las sierras de Préjano y de numerosos pueblos
pequeños y ricos.
La
leyenda urbana cuenta que el centro de Arnedo está despojado de árboles, porque
los vecinos se quejaban de que levantaban las aceras, de que sus ramas entraban
por las ventanas o de que quitaban luz a sus viviendas. Hasta que un edil dijo: ¡A tomar por saco! A quitar todos los
árboles del centro y el que quiera árboles, a la Vía Verde.
Si non e vero, è ben trovato, que diría un italiano. Las calles del centro de Arnedo, incluida
a la gran avenida de la Constitución, apenas si tienen unos arbustos y un mobiliario
urbano manifiestamente mejorable, que diría un diplomático.
“Algunos
se empeñan en decir que Arnedo es feo, pero a nosotros nos gusta”, afirma con
empeño Juana María Herce García, que ha optado por pasar sus vacaciones en la ciudad
riojana cerca de su familia. “Su espléndida Vía Verde justifica el interés de Arnedo
para pasar el verano. En la mañana y al atardecer se anima de paseantes,
corredores, ciclistas y otros”.
Monasterio de Vico con el Isasa al fondo
Los habitantes
de la Rioja Baja son muy emprendedores y ello explica que la zona cuente con
empresas e industrias de distintos
productos, desde calzado a frutos secos, conservas de huerta, pasando por chocolates,
fardelejos –típico dulce de la zona de origen árabe- o cultivo de champiñón.
Arnedo
contó en su día un pequeño ferrocarril de vía estrecha. Hoy, desaparecido el
ferrocarril, la ciudad muestra una de sus máquinas en una rotonda de tráfico, a
modo de escultura central, en homenaje y recuerdo de aquel ferrocarril de vía
estrecha.
Peñalmonte
e Isasa -sobre todo este último- están entre los montes más bellos de La Rioja.
El Isasa, de proporción armónica y singular sierra dentada, constituye el fondo
y decorado de la ciudad riojana, capital del calzado. Su tierra arcillosa es
muy característica. Cuando está nevado, el Isasa aumenta su belleza de formas. Detrás del Isasa se encuentra un manantial de agua pura,
que los habitantes de la zona recogen en garrafas para el consumo diario. Tener
una vivienda desde la que se divisa el Isasa es un lujo como lo pueda ser un
cigarral en Toledo o un carmen en Granada.
Las
antiguas cuevas horadadas en la montaña de Arnedo –también de cercano pueblo de
Quel- se utilizan hoy como bodegas o algunas como viviendas ampliadas hacia el
exterior y modernizadas.
El Nuevo
Cinema rehabilitado y el Teatro Cervantes son algunos espacios polivalente de
Arnedo, que permite distintas actividades en él. Para 2016 se proyecta el
programa de “La Rioja, Tierra Abierta”, que abarca exposiciones, concierto,
teatro y otras actividades culturales que se celebran a lo grande cada dos años
en La Rioja, me recuerda Paquita Jaén, buena amiga y ex concejala de Arnedo.
Un nuevo
convento de clarisas cuenta con diecinueve monjas, novicias y postulantes, muy
queridas por los ciudadanos. El monasterio de la Virgen de Vico, de gran
belleza, se encuentra a dos km. y medio de Arnedo, por la Vía Verde. “Llegar
hasta él es el mejor paseo que puede hacerse bajo la sombra, contemplando
árboles que van desde los chopos a múltiples variedades de árboles y arbustos”,
añade Juana María Herce.
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