jueves, 27 de junio de 2019

Apicultura como ciencia, como arte y tradición en el libro “La Esencia en el Hexágono”, libro de Eugenio Lasanta


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Julia Sáez-Angulo

            27/6/19 .- Madrid .- Las abejas se están extinguiendo, al igual que los gorriones u otras especies de la Naturaleza –siempre con mayúsculas- por ignorancia de los hombres y dejadez de las Administraciones Públicas. La soberbia encíclica ecológica del papa Francisco Laudato Si, sobre la creación y la importancia de proteger lo creado, habla con holgura, ciencia y acierto sobre este tema.

      El libro La esencia del hexágono, Eugenio Lasanta Sáenz es toda una lección divulgable de apicultura práctica, tradicional y moderna, publicado por la editorial por Liber Factory.
            El libro lleva ilustraciones en color, una buena bibliografía y una selección de textos latinos traducidos de la Geórgicas de Virgilio, porque ilustrar el gran interés que la apicultura tuvo en el mundo clásico. También añade una imagen de la Virgen de Valvanera, patrona de la Rioja de los apicultores.

            El profesor Eugenio Lasanta Sáenz (Campo Redondo, Soria, 1950), experto en Latín y Griego, teólogo, psicólogo... se sintió siempre inclinado al apasionante mundo de las abejas. La producción de miel y cera por estos insectos prodigiosos, es un proceso hermoso, racional y misterioso.
            El autor describe muy bien por qué las celdillas e que las abejas depositan sus productos tienen forma hexagonal en las celdilla de los panales. También aborda la apicultura como manera de vivir y creadora de puestos de trabajo, a poco estímulo y apoyo que venga de una Administración inteligente que busque no perder actividades del pasado en aras de una industrialización excesiva.

            Un fragmento de las Geórgicas de Virgilio si en las abejas  no hubiera una partícula de la mente divina:
                       No ha faltado quien , viendo estos ejemplos, pensara que reside en las abejas de la divina mente una partícula,/ algún efluvio etéreo, ya que todo lo compenetra Dios –tierras y mares,/ e inmensidad sin linde de los cielos”-/ y que de el todo ser –hombre o ganado,/ o fiera o alimaña –cuando nace saca el sutil principio de la vida, / y que en él, ya disueltos, se recogen todos los elementos, pues la muerte/ nada puede con ellos y antes vimos vuelan a formar parte de los astros/ y sublimarse en el soberano cielo.

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