viernes, 2 de agosto de 2024

RETORNO A EL ESCORIAL XII. Iglesia herreriana de San Bernabé, obra de Felipe II, realizada por Francisco de Mora (1595).Mártires de la Guerra Civil y Aparición Mariana en 1981

Iglesia de San Bernabé. El Escorial


Julia Sáez-Angulo


3/8/24.- El Escorial .- Lo sacro y lo profano se dan la mano como la sociedad misma. El pintor cordobés Julio Romero de Torres lo representó muy bien en su cuadro alegórico “Amor sagrado, amor profano” (1908), con dos jóvenes vestidas en blanco y negro. La mujer siempre ha sido símbolo y representación de alegorías en la pintura, desde las nueve Musas, por darle un comienzo, es decir, como representación de conceptos en el arte, pese a que como tal mujer no era considerada como “artista real” o “artista histórica”.
Esta digresión viene a cuento de las fiestas en el municipio de El Escorial en los meses de verano: primeros de agosto: fiestas profanas de mozos, casados y viudos”, resucitadas o inventadas en El Escorial y otros municipios; fiestas de San Lorenzo a partir del día 10, en que los nefelibatas contemplan las perseidas en el cielo, y las romerías de septiembre, tanto de la Virgen de la Herrería como de la Virgen de Gracia, en las ermitas respectivas del bosque de la Herrería. Los Padres Agustinos, por su parte, celebran por todo lo alto el día de San Agustín el 28 de agosto, con voces de los Pueri Cantores incluidas en la santa misa de la Basílica y banquete general, al que nunca me invitan. No me consideran "fuerza viva".
Además del Real Monasterio de San Lorenzo, el Real Sitio de El Escorial cuenta la iglesia herreriana, construida dos años más tarde que el Monasterio: la iglesia de San Bernabé (1595), obra del rey Felipe II, realizada por Francisco de Mora, colaborador de Juan de Herrera, edificio de soberbia factura en granito, con una sola nave y dos torres rematadas por chapiteles herrerianos. El retablo con la escena de lapidación de San Bernabé “apóstol” -así considerado entre los discípulos de Cristo-, pertenece al pintor Juan Gómez (1555-1597). Iglesia declarada Bien de Interés Cultural en 1983.
Don Florentino de Andrés, su párroco, se jubila de facto en breve, después de pastorearnos con sabiduría, canas y experiencia. Le va a sustituir don José Fernando Rey Ballesteros, venido de la iglesia cercana en la urbanización de Los Arroyos, otro cura sabio, a juzgar por sus comentarios digitales del Evangelio y sus 17 libros, entre ellos, el interesante “Cristo en su pasión” (2007). Don Joao Carlos Peixoto, es otro cura portugués de la parroquia, que habla muy bien el castellano, sin perder una suave cadencia portuguesa, que le da una gracia especial. Don Juan Delgado, el cura mayor de misa de 9,30, completa el panorama, siempre escaso de sacerdotes, con una media de 60 años, en la diócesis de Madrid. La megafonía de la parroquia es “manifiestamente mejorable”, como dicen los diplomáticos internacionales, para no ser negativos.
    Echo de menos don Luis González Carvajal, sacerdote culto y erudito, escritor, que antes veraneaba  en El Escorial y, no sé por qué, ha dejado de hacerlo (él se lo pierde). Sus homilías estaban trufadas de nombres y citas literarias o históricas, que a mí -pedante siempre- me encantaban. Parecía un experto en los existencialistas cristianos. Georges Bernanos (1888-1948) era uno de los más citados. Me gustan las homilías con nivel, como las que escuchaba en Nôtre Dame de Paris.
        San Bernabé cuenta con tres curas mártires, fusilados y abandonados en la "Piedra del Mochuelo" en la guerra civil de 1936. Sus nombres resuenan en la iglesia: Víctor Navalpotro Hernando (Soria, 1880-El Escorial, 1936) era el párroco; Antolín Rodríguez de Palacio (Truchillas. León, 1913-El Escorial, 1936) y Arecio Mendoza García, ex-coadjutor, adscritos por el Obispado a la  parroquia de San Bernabé. Los tres están enterrados en el cementerio de El Escorial.
                Aparición mariana en “Prado Nuevo”

Amparo Cuevas (1931 - 2012), una asistenta doméstica tuvo una aparición mariana en la finca de Prado Nuevo de El Escorial en 1981. Pese a lo reticente que es la Iglesia para aceptar este tipo de fenómenos, no lo ha censurado en esta ocasión, por la prudencia, discreción y obediencia de la vidente, que obedeció al Obispo diocesano para que no apareciera por allí durante un tiempo, porque la gente que acudía parecía hacerlo para verla a ella.
Vaya por delante que las apariciones marianas no son dogma de fe, sino sencillo motivo de devoción. Soy muy escéptica respecto a estos asuntos, pero como periodista, en 1990, quise asistir uno de los sábados por la tarde, para ver de cerca la aglomeración de fieles que se juntaban en Prado Nuevo, tratando de ver gente popular, inculta o cosas peores, pero no. Vi gente normal, que rezaba el rosario con respeto, dirigido por un sacerdote. Ante lo no previsto, apareció a última hora Amparo y rezó varias avemarías con el micrófono. Al terminar nos dijo: “Miren al sol, porque van a ver algo especial”.     Efectivamente, ante mi asombro, el sol se puso a girar como un caleidoscopio, a velocidad cada vez mayor, durante pocos minutos. ¡Como en Fátima!, pensé. Al terminar, mi amiga Paloma Sánchez Campos, que venía conmigo, nos preguntó a mamá y a mí: ¿Habéis visto lo mismo que yo?” Las tres, un poco sobrecogidas -la verdad- coincidimos en lo del caleidoscopio del sol.
Este episodio no aumentó en nada mi fe, ya habida en mí gracias a Dios, pero como sucedió, así lo cuento.
        Cuca Berenguer, que es más escéptica que yo en estas apariciones, acudió también un día y al terminar el rosario percibió, sin esperarlo, un aroma intenso y penetrante de rosas. No percibió spray alguno alrededor.
Si, por sus obras los conoceréis, que dice el Evangelio. La comunidad de religiosas y sacerdotes surgidos, en torno a la devoción de la Virgen de Prado Nuevo de El Escorial llevan a cabo una gran tarea de apostolado y de residencias de ancianos por toda España. Eso les honra.
        Más información

    
(Foto: J. Sáez)




Imagen de la Virgen de Prado Nuevo, de las apariciones en El Escorial
Prado Nuevo. Lugar de las apariciones. El Escorial
Amparo Cuevas, vidente de El Escorial. (Foto: La Voz de la Sierra)
"Amor sagrado y amor profano" (1908), pintura de Julio Romero de Torres. Palacio de Viana. Córdoba


3 comentarios:

Julia Saez Angulo y Dolores Gallardo dijo...

Rosario Galván : siempre interesantes, tus comentarios. Felíz día,

Juana Mari Herce dijo...

Hay que ver lo que se aprende con La Mirada Actual.
Gracias Julia

Anónimo dijo...

O sea que lo del giro del sol es real!!!
Ya me gustaría presenciar ese fenómeno!