sábado, 24 de agosto de 2024

RETORNO A EL ESCORIAL XXVIII. “La obra maestra desconocida” de Honoré de Balzac, imprescindible lectura de todo artista


Honoré de Balzac (20149, por Eduardo Arroyo



Julia Sáez-Angulo
24/8/24.- El Escorial .- Hablo por teléfono con el pintor Alfonso Sebastián, que no cesa pintar durante la canícula del verano 2024, aunque protegido por el artilugio del aire acondicionado. El debate sobre la Pintura, su obsesión, la búsqueda de lo perfecto, de la obra maestra, en definitiva, sale a colación y nos trae a la memoria ese libro de Honoré de Balzac (1799-1850) titulado “La obra maestra desconocida” (1831), una novela que debiera leer todo artista que se precie, para conocer la dramática experiencia literaria del protagonista, el viejo Maese Frenhofer, ambientada en el siglo XVII.
En “La obra maestra desconocida”, Balzac aborda un asunto que se repite en todo artista de cualquier generación, ya desde la antigüedad clásica, porque es algo que está en la naturaleza humana. Los relatos de Prometeo, o Pigmalión hablan del tema: la ansiedad, la emulación divina, la posesión, la potencia de la mente o la debilidad de la fuerza humana, frente al desafío del arte, frente al reto de la perfección.
“Es la búsqueda de la obra maestra en todas las disciplinas artísticas”, señala Alfonso Sebastián. La obra maestra como ente superior que nos sobrepasa; una obra maestra que está hecha de muchos pocos, de muchos pasos, para llegar a lo grande, como la suma de sillares para hacer una catedral, con un genio rector que la dirige…”, va diciendo el pintor y continúa:
“La obra maestra no existe o no se alcanza nunca, porque si se alcanzara, surgiría el reto de una obra maestra superior, más grande… el universo mismo, fruto de un creador absoluto…”
El pintor, que acaba de cumplir 83 años, confiesa que toda su vida ha sido eso, un devaneo y una obsesión para alcanzar la obra maestra, sabiendo, por un lado, que no existe, y, por otro, que hay que luchar para lograrla. Actualmente A. Sebastián, que está trabajando en una serie de catedrales, centrándose sobre todo en los vitrales como receptores de la luz, señala que ha descubierto, cómo la matemática rige, con su perfección, cada paso de una catedral y cada paso en la pintura. “Los rosetones de una catedral desenfocan la luz directa, para ofrecernos una luz nueva de conjunto. Es un milagro asombroso, que la pintura se empeña de recoger. Es una mezcla de sensibilidad y oficio a la hora de plasmarlo. El arte tiene siempre un punto de misterio y de fragilidad que asombra…”
El debate sobre la Pintura es infinito y eterno para el pintor Alfonso Sebastián. Busca también en las palabras el discurso que pueda definir y argumentar ese empeño y obsesión por la obra maestra. Recuerda a su amigo el pintor Manuel Ortega (1921-2014), otro buscador incesante de la belleza. Él decía: “La Pintura es una lucha y con ella, unas veces se acierta y otra no. Es más poderosa que uno mismo”. Se puede fracasar por ambición, por genialidad, por éxito. Tanto Sebastián como Ortega tienen a la pintura como una diosa.

Una exposición para acercarse a la obra maestra
En 2006, el Museo Artium, de arte contemporáneo en Vitoria, realizó una exposición con el título de “La obra maestra desconocida”, en la que pretendía mostrar pintura de artistas que podrían haber llegado a ese extraño punto de búsqueda, como Frenhofer, el protagonista de Balzac, en el que queriendo pintar y pintar sobre el cuadro llega a una saturación irreal. En su planteamiento dice: 
El resultado del trabajo de Frenhofer es una obra maestra, cuando menos, del exceso, pero del exceso de trabajo, una obra tan desmesuradamente trabajada que resulta indescifrable; una obra, en fin, que ya ha atravesado por completo el espejo de lo real, de lo exterior, para devenir una pura fantasía interior. Esta pérdida del sentido de lo real, ¿es la amenaza que asedia específicamente al creador, que no puede evitar extraviarse dentro de sí, perdido o despistado en los intrincados laberintos del yo? Atrapado por su destructivo sueño, Frenhofer, sin darse cuenta, había ido aniquilando lo que él mismo había creado, no restando al final, como él mismo patéticamente reconoce, nada.
    A pesar de ello, algunos artistas de la segunda mitad del siglo XX realizaron un tipo de pintura que se asemejaba a la negativa descripción (no-pintura), que Balzac hizo de la obra de Frenhofer. A partir de Kandinsky, buena parte de los expresionistas abstractos (Rothko, De Kooning, Krasner.), informalistas de diversa índole (Jorn, Saura, Forg.), abstractos de nuevo cuño (Scully, Polke,.) y desfigurativos varios (Basquiat, Marcaccio.) convirtieron en 'arte' lo que hasta entonces sólo podía ser concebido como 'locura'.
Marcel Duchamp, por su parte, advierte: "El artista podrá pregonar desde todos los tejados su genio, pero deberá esperar el juicio del espectador para que sus palabras adquieran valor social y la posteridad lo acabe incluyendo en los manuales de Historia del Arte."Dore Ashton, en su célebre ensayo A Fable of Modern Art, se encargó de estudiar las huellas que dejó el lunático personaje de la novela de Balzac, en cuatro de los más grandes y significativos creadores de nuestro mundo: Cézanne, Rilke, Picasso y Schönberg.
    Balzac podría haber anticipado el debate en la creación del arte moderno y contemporáneo o quizás el escritor, con su lúcida e integral visión artística, profetizó los pasos que habría de dar el arte en los siglos venideros.    
Balzac fue el autor de la “Comedia humana”, ambiciosa obra con un título que parangona a la “Divina comedia” de Dante Alighieri

    Más información
Alfonso Sebastián ante el retrato de su hija María (2021)
Rosetón, de Alfonso Sebastián
Monumento a Balzac. Rodin. 1898.

Monumento a Balzac. Rodin. 1898.

2 comentarios:

Julia Saez Angulo y Dolores Gallardo dijo...


manolo oyonarte : Estupendo Julia. Es hermoso escuchar a los dos maestros... Muchas gracias

Julia Saez Angulo y Dolores Gallardo dijo...

ROSA MAROTO: Leyendo tu artículo he recordado que también hice una obra sobre "La obra desconocida " de Balzac