L.M.A.
Adela Manso (Muga de Sayazo. Zamora) ha sido la poeta elegida para el recital del Club CCC en el Hogal de Ávila de Madrid. Valentín Nieves hizo el elogio de la escritora y Daniel Sánchez junto a Mar Capitán fueron los rapsodas de su obra. La autora reside en Madrid.
En su laudatio, Valentín Nieves dijo: “Cuando la poesía se hace sencilla, y recia a la vez, uno no puede por menos que sentirse cómodo al introducirse con facilidad en el mundo sugestivo del poeta. Y con la poesía de Adela uno se deja llevar, sin apenas darse cuenta, con suavidad, sin sobresaltos, como transportado a un lugar de rauda luz, de delicados sentimientos, de añoranzas sin fin. Y todo ello de una manera casi imperceptible, pero con fuerza y decisión”.
“A medida que nos adentramos en su universo poético se nos hace más diáfano su sentir profundo ante las injusticias de la vida. Para ella no hay culpables con nombres. Hay, eso sí, situaciones terriblemente injustas que le espolean inexorablemente. Es como si una fuerza, por encima de su propia voluntad incluso, tirase de ella para expresar el sentimiento noble a exponer su enorme dolor. Pero éste no será un dolor traumático, no será un dolor que pueda engendrar odio, no será un dolor que insufle ni tan siquiera resentimiento. Es, eso sí, un desgarro que se hace en el alma bajo una influencia rabiosamente compasiva, bajo el prisma del amor a las personas, a las cosas, a la naturaleza, a la vida en definitiva. Naturalmente que es así, pero la vida para Adela, a pesar de todo, es hermosa. En cada lugar, en cada rincón de la tierra, bajo las coordenadas humanas más diversas existe siempre ese lado sugestivo, ese matiz que impresiona, ese punto positivo de la vida que merece la pena verlo con los ojos del alma bajo una atmósfera de paz”.
Falta de ternura y batuta del amor
“La falta de ternura rebela profundamente la entraña de Adela, y lo hace expresando con fuerza y con exactitud una situación que no debe darse, que hay que eliminar, que hay que desterrar, mas siempre bajo la batuta del amor, nunca guiada por el odio, por los resquemores que a veces impone la vida a las personas. Es como si al recibir el arpón de la injusticia social ella lo transformase en otra componente totalmente nueva que no destilase el mas mínimo grado de acritud. Por ello no se aprecia en su poesía situaciones crispadas, heridas sangrantes, o cuando menos frescos resentimientos”.
“Lo que sí se desprende de la exposición de situaciones ingratas es ante todo una luz de esperanza, una invitación hacia el remedio, o cuando menos un afán de sembrar en las almas un poco de cariño. Se trata de remover la entraña humana hacia esos seres que sufren el acoso de circunstancias adversas”.
“El llanto, ese llanto sin rabia que preside muchos momentos de su poesía, también está sembrando amor. Y será el suyo un amor sin aristas, sin cortes, sin frustraciones. Es el suyo un llanto limpio, sin atisbo, incluso, de amargura, cuajado de anhelos de que la situación debe tener y tendrá, sin duda, remedio”.
“Encontramos también en su poesía un afán de perfección a través de un deseo de ofrecer una vida sin errores, que no hiera, que transcurra como si fuese un sueño. Está presente un ofrecimiento hacia lo limpio, hacia lo bello, hacia lo auténtico. Nace de su pensar una profunda preocupación por alcanzar un mundo más humano, más solidario, más sublime”.
“En la descripción recia y valiente del trance último de la vida encontramos una serenidad envidiable. )Cómo es posible matizar tan acertadamente el momento de la muerte? Y no lo hace con tintes de negrura. Todo lo contrario, es un canto a la vida, al que se ha ido y que está siempre presente en el recuerdo”.
Un pasado que aporta recuerdos
Allí donde halla al ser humano hundido en su propia desesperanza encuentra una palabra de aliento, una idea de esperanza. Es agradable contemplar como ante los reveses de la vida, ingrata y cruel muchas veces, siempre habrá una luz que ilumine el camino a seguir. Se diría, necesariamente, que tras cada sufrimiento hay un punto donde es posible asirse para salir a flote”.
“En el fragor de una serie de males que el hombre proporciona a sus semejantes no puede por menos que lanzar su grito de rebeldía. )Cómo es posible tanto desatino? )Cómo es posible tanto error ? Sí, también hay un punto negro en sus recuerdos. Está ahí, como una sombra ingrata, en un pasado lejano, pero aún vivo en la mente de hechos que se mezclan con la bruma de los años”.
“La naturaleza, llena de grandes maravillas, forma parte de su sentir profundo. Ama las cosas sencillas y bellas de un mundo sin artificio, y son estas cosas las que confieren a su espíritu una increíble relajación. Forman parte de su vida, como componentes de un todo, que confieren una realidad bonita. Influyen en su mente aportándole un sinfín de imágenes que van a tonificar hasta sus propias relaciones sociales. Y es que el influjo de la naturaleza proporciona a la sensibilidad de las personas una razón poderosa para manifestarse. Y eso en Adela es algo natural en su propia vida”.
“Es en el soñar cuando consigue una delicada realidad, aunque parezca un contrasentido. El soñar es, a veces, un tibio recuerdo, es el recorrer una y mil veces imágenes idas, entrañables, que están flotando en su mente, como mariposas multicolores en una danza suave bajo música alegre y armoniosa. Son recuerdos que desfilan, imborrables, ante sus ojos prestos a ver más allá de la propia realidad. Estos recuerdos vendrán siempre envueltos en un halo de propia complacencia, en deseos de que jamás se pierdan”.
“El amor será ante todo una unión espiritual, una comunión profunda, una fuerza de encuentro, una esperanza hacia el futuro, una perenne aspiración. No habrá una pasión desbocada. Habrá, eso sí, un íntimo regocijo, un profundo respeto, un reconocimiento altruista, un suave sucederse sin sobresaltos, sin odios, sin rencores”.
Ritmo en los descarnados versos
“Si hemos de observar la forma enseguida vemos una estructura tan pronto fuerte y sin resquicios al desaliño, como una premeditada anarquía en los versos y en las rimas. La musicalidad que consigue, pocas veces es rebuscada, lo que le confiere un sucederse natural y sencillo. El ritmo, sin embargo, se consigue tanto por lo descarnado del verso como por el fondo escueto. No hay concesiones a lo superfluo, a lo meramente ornamental. Se observa también una descuidada línea argumental en ocasiones. Lo espontáneo está presente, mas cuando comienza a escribir tiene muy clara la idea vertebral que presidirá el poema. No será el suyo un proceder intuitivo normalmente, sino una reposada exposición de lo que bulle en su mente”.
“Por lo que en sí supone la poesía, por lo que para el propio poeta representa y por lo que a los lectores nos congratula, expresamos nuestro firme convencimiento de que Adela Manso habrá continuado escribiendo poesía tan firme y vigorosa, durante la larga ausencia de nuestra tertulia, como la que vamos a mostrar a continuación. En todo caso, gracias Adela, por habernos dejado tu extraordinaria poesía”.
Entre los asistentes: Charo de la Cueva y Charo Mavillard.
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