Óleo de Nati Cañada
"Los doce obispos mártires del siglo XX en España"
Conferencia Episcopal Española
Oficina para las Causas de los Santos
Autora: María Encarnación González Rodríguez
Prólogo de Juan Antonio Martínez camino
Madrid, 2012 (191 pags.)
NATI CAÑADA PINTA LOS RETRATOS DE LOS DOCE OBISPOS ASESINADOS DURANTE LA GUERRA CIVIL DE 1936 -1939
Julia Sáez-Angulo
La pintora aragonesa Nati
Cañada (Zaragoza, 1946) residente en Madrid ha realizado los retratos de los doce obispos españoles aesinados durante la guerra civil española de 1936
-1939. Se trata de un trabajo por encargo de la Conferencia Episcopal de
España, del que se siente muy satisfecha. La artista tiene en proyecto pintar
el retrato del papa Benedicto XVI.
Al término de la contienda, según el estudio de
Antonio Montero Moreno, historiador y periodista que fue arzobispo de
Mérida-Badajoz entre 1994 y 2004, que fue su tesis doctoral por la Universidad de
Salamanca, el número de religiosos asesinados en la retaguardia
republicana ascendió a 6.832, de las cuales 4.184 eran sacerdotes, 2.365
frailes y 283 monjas.44 Otras fuentes
promovidas por la Iglesia, entre ellas el estudio de Vicente Cárcel Ortí para
la preparación del "catálogo de los mártires cristianos del siglo
XX", solicitado por el papa Juan Pablo II en el marco del Gran Jubileo del
Año 2000 amplían la estimación con 3.000 seglares, en su mayoría pertenecientes
a la Acción Católica,
con lo cual estiman en torno a 10.000 el número de víctimas pertenecientes a
organizaciones eclesiásticas.
Los obispos asesinados fueron:
- Florentino
Asensio Barroso, obispo de Barbastro
(1877-1936);
- Manuel Basulto
Jiménez, obispo de Jaén
(1869-1936);
- Manuel Borrás Ferré,
obispo
auxiliar de Tarragona (1880-1936);
- Narciso de
Esténaga Echevarría, obispo de Ciudad
Real (1882-1936);
- Salvio Huix
Miralpeix, obispo de Lérida
(1877-1936);
- Manuel Irurita
Almándoz, obispo de
Barcelona (1876-1936);
- Cruz Laplana y
Laguna, obispo de Cuenca
(1875-1936);
- Manuel Medina Olmos,
obispo de Guadix
(1869-1936);
- Eustaquio Nieto
Martín, obispo de Sigüenza
(1866-1936);
- Anselmo Polanco
Fontecha, obispo de Teruel
(1881-1939);
- Juan de Dios
Ponce y Pozo, administrador
apostólico de Orihuela (1878-1936);
- Miguel Serra
Sucarrats, obispo de
Segorbe (1868-1936) y
- Diego Ventaja Milán,
obispo de Almería
(1880-1936).
La magnitud e intensidad de la tragedia, para la cual
hay un consenso general entre los especialistas e historiadores, es destacada
por Antonio Montero Moreno, autor del estudio de los años sesenta,
en su concentración en el tiempo[cita requerida]:
En toda la historia de la universal Iglesia no hay un solo precedente, ni
siquiera en las persecuciones romanas, del sacrificio sangriento, en poco más
de un semestre, de doce obispos, cuatro mil sacerdotes y más de dos mil
religiosos.
Por su parte, el historiador británico e hispanista Hugh Thomas, contextualiza la persecución
religiosa a los comportamientos criminales en ambos bandos y destaca su
extremismo, comparable según él, a otros periodos sangrientos de la historia
europea: En ninguna época de la historia de Europa, y posiblemente del mundo,
se ha manifestado un odio tan apasionado contra la religión y cuanto con ella
se encuentra relacionado.
Nati Cañada, retratista excepcional de grande hombres
de la política, la cultura y las artes, también llevó a cabo los retratos de
los frailes del monasterio de la Oliva en Estercuel, provincia de Teruel el
pasado año expuso una muestra antológica en la CAI Luzán de Zaragoza.
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