Julia Sáez-Angulo
Un
texto ilustrado con imágenes y poemas nos lleva por diez rutas que permiten
seguir la tradición sacra de la capital de España. Es el libro Madrid. Rutas por sus iglesias y
monasterios, escrito por los autores Alfredo Villaverde y Luis Manuel Moll,
este último en el capítulo de fotos. El volumen está publicado por la editorial
Dulcinea.
Los
textos de Villaverde con buena documentación y observaciones, tanto históricas
como de leyendas o tradiciones, van centrando al lector en un conocimiento del
origen y desarrollo del patrimonio sacro de Madrid, verdadera joya oculta de la
capital de España.
La
primera ruta comienza en la Real Iglesia
de San Ginés, la más antigua de Madrid, sigue por las Descalzas Reales, el Real
Monaterio de la Encarnación y la Capilla del Palacio Real. Sería algo así como la almendra de la capital
de España.
La
segunda aborda en primer lugar la catedral de Santa María la Real de la
Almudena, continúa por la iglesia de Santiago y san Juan Bautista, la de san
Nicolás de los Servitas, la catedral castrense, iglesia del Sacramento, la
basílica pontifica de San Miguel y el convento del Corpus Christi.
El
Oratorio del Ave María es el comienzo de la tercera ruta, que continúa por la
iglesia de San Sebastián, el Oratorio del Cristo del Olivar, el Real Monasterio
de la Visitación y la iglesia de la Santa Cruz.
Más
cerca de la Puerta del Sol y la Gran vía, se ciñe la ruta cuarta: iglesia de
Nuestra Señora del Carmen, la de san Antonio de los Alemanes a continuación; la
de Nuestra Señora de la Buena Dicha, el
célebre monasterio de sna Plácido, el convento de don Juan de Alarcón y la
iglesia de san Martín de Tours.
Ceñida
a la Gran Vía, la ruta quinta con la
iglesia delas Calatravas, la de san José, el Real Oratorio del Caballero de
Gracia, la Real Iglesia de san Antón, el convento de la Inmaculada Concepción y
la iglesia de Santa Bárbara.
Madrid
no tiene una Edad Media tan rica desde el punto de vista cristiano como la
puedan tener Toledo o Santiago de Compostela, pero tiene monumento históricos
de valía como el monasterio/iglesia de los Jerónimos junto al Museo del Prado,
cuyo claustro se ha incorporado a nuestra primera pinacoteca. También la
Capilla del Obispo, una joya renacentista, que perteneció a la Casa de Alba y
hoy al Obispado, vale la pena visitar.
La
ermita de san Isidro o san Antonio de la Florida con los frescos de Goya,
además de la de san Pelayo y san Isidoro tienen sus tradiciones y leyendas en
el Madrid castizo, que cuenta con la simpatía de los ciudadanos de una urbe,
procedentes de toda España, porque con Antonio Machado hay que concluir que
Madrid es el “rompeolas de las Españas”. El Madrid sacro tiene gran valor
histórico artístico, además de espiritual y el libro de Valverde y Moll lo pone
acertadamente de manifiesto.
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