· Estas obras, que
forman parte de la colección privada de la familia, se quedarán en Santander una
vez finalice la exposición ‘Joan Miró: Esculturas 1928-1982’ el próximo 2 de
septiembre.
· La familia de Joan
Miró realiza esta cesión para cumplir así con el deseo del artista de que sus
obras de gran formato estén en espacios públicos accesibles a todo el mundo.
L.M.A.
Santander, 23 de julio de 2018.- Los herederos de Joan Miró, representados hoy
en Santander por Joan Punyet Miró, nieto del artista y cabeza visible de la Successió Miró, han decidido realizar una cesión temporal
por cinco años renovables de cuatro esculturas del famoso artista que
actualmente se exponen como parte de la muestra ‘Joan Miró: Esculturas 1928-1982’, que
permanecerá abierta al público en la segunda planta del Centro Botín hasta el
próximo 2 de septiembre.
De
esta manera, la familia de Joan Miró
pretende cumplir en Santander con el deseo del artista de que sus obras de gran
formato se muestren en lugares públicos y sean accesibles a todo el mundo.
Así lo ha manifestado esta mañana en rueda de prensa Joan Punyet Miró, quien ha asegurado
estar fascinado con la gran acogida que está teniendo la exposición de su
abuelo en el Centro Botín y con los proyectos culturales que están previstos
para la ciudad de Santander, como el traslado de la colección de arte del Banco
Santander a su renovada sede social del Paseo Pereda o el proyecto de apertura
del centro asociado del Reina Sofía vinculado al Archivo Lafuente, lo que sin
duda ha contribuido a que la familia tenga este generoso gesto.
También
han participado en este acto la directora ejecutiva del Centro Botín, Fátima
Sanchez, y la alcaldesa de Santander, Gema Igual, quienes han hecho público su
agradecimiento a los herederos de Joan Miró por este gesto de incalculable
valor. Así, Sánchez se ha mostrado encantada “porque podremos seguir
disfrutando en Santander, tanto en el espacio expositivo del Centro Botín como
en los Jardines de Pereda, de estas cuatro magníficas obras de Joan Miró; Un
gesto de absoluta generosidad de los herederos del artista para con esta ciudad
y que muestra, una vez más, cómo nuestra apuesta firme por la colaboración entre
instituciones públicas y privadas, bien gestionada, puede dar resultados muy
positivos”.
Por
su parte, la alcaldesa ha destacado que los Jardines de Pereda se están
convirtiendo así en un verdadero museo al aire libre, con los pozos de Cristina
Iglesias, los monumentos a las víctimas del incendio, a José María de Pereda, a
Concha Espina… y en un auténtico epicentro cultural en torno al cual pivotan
recursos culturales, históricos y patrimoniales de primerísimo orden, como el
Centro Botín, el MUPAC, el futuro centro asociado del Reina Sofía, el espacio
expositivo que proyecta el Banco Santander en su sede central, la Catedral, el
centro de interpretación de la muralla medieval o el refugio antiaéreo de la
Guerra Civil.
Tres de las obras cedidas han sido
realizadas con objetos encontrados, una práctica habitual del artista y uno de
sus signos distintivos, mientras la cuarta restante es uno de los muchos
homenajes que Miró le dedicó a la mujer.
Además, todas ellas proceden de Palma de Mallorca para reubicarse, a través de
esta cesión, en un lugar público y transitado que cumpla con el deseo del
famoso artista de llegar con sus obras al mayor número de personas. Así, Femme Monument, 1970, y Souvenir de la Tour Eiffel, 1977, son las esculturas que la familia
ha cedido al Centro Botín y que se exhibirán en la galería E de la primera
planta, que se convertirá para ello en un espacio dedicado al artista. La
primera, es una de las primeras esculturas que el artista trabaja en la Fonderia
Artística Bonvicini, en Verona, donde creará piezas, especialmente, de gran
formato, pulidas y de superficies lisas. La segunda, es una obra de tres metros
de altura concebida con objetos inicialmente sin validez artística, pero que
para Miró desprendían una cierta magia o una positiva energía; en ella
predomina esa libertad poética de la que siempre hace gala, haciéndonos olvidar
por un momento su verdadero sentido y origen. Por su parte, Tête (Tête sur socle), 1978, y Femme (Femme debout), 1969, son las
obras monumentales que recibirá el Ayuntamiento de Santander y que se ubicarán
en los Jardines de Pereda.
Sobre las obras cedidas
Estas cuatro
obras son una muy buena selección del trabajo escultórico de Miró, no solo por
representar a través de ellas su trabajo en tres talleres de fundición
diferentes (en Barcelona, París y Verona), sino también por el abanico
cronológico que se da en el conjunto, ya que nos permite apreciar la evolución
de su obra escultórica con claridad.
Femme, monument, 1970
El origen de esta escultura es una pastilla
de jabón de las que utilizaba Miró para limpiar pinceles. Al tener los bordes
más duros se iba erosionado la parte interior hasta hacer un orificio como el que
se representa en la escultura. El paso a la monumentalidad de esta pieza, como
sucede en otras muchas, se produce a través de sucesivos agrandamientos de
modelos en yeso.
Corona
la obra un huevo, balanceante, estratégicamente situado. Este ensamblaje de dos
elementos humildes que el bronce ha unificado, propicia también un juego de
vacíos y llenos, una aportación lúdica que convierte a esta escultura en una
pieza idónea para su exhibición en un espacio público.
Souvenir de la Tour Eiffel, 1977
Esta
escultura se establece a partir de un cuerpo vertical, originalmente una
lámpara de mimbre que se apoya sobre cuatro patas y cuya pantalla ha sido
sustituida por la figura de un cabezudo, concretamente la de Groucho Marx. Al
colocar esta gran cabeza horizontalmente se produce un juego que da paso a los
rasgos faciales. Queda en el frente una gran abertura a modo de boca y otras
exageradas facciones, modeladas por el propio Miró. Una gran horca ligeramente
inclinada hacia delante se alza y remata la pieza. Otros elementos acaban de
configurarla; una tela original de damasco que cae formando pliegues envuelve
la cabeza, mientras restos del cable eléctrico igualmente suspendido se
presentan atados a la parte superior. Por último, ha colocado a media altura, y
sobresaliendo casi exenta, una caja repleta de tubos de pintura usados.
Tête
sur socle, 1978
El origen de
esta escultura es un elemento de mobiliario de pequeño tamaño, de madera, que
fue aumentando de tamaño (varios modelos en yeso ampliados con el pantógrafo)
hasta llegar al actual. El título enfatiza ese zócalo, a modo de cuerpo, que
utilizó como base de una gran cabeza, irregular y con trazos marcados que
señalan los rasgos del rostro. Miró no se olvida del dorso, y unos grafismos
recorren la superficie quizá como una cabellera, elemento iconográfico también
recurrente en su obra. En numerosas ocasiones, lo desconocemos en este caso
pero bien hubiera podido ser así, las cabezas de sus esculturas proceden de
piedras encontradas que Miró guardaba atraído por sus formas.
Femme debout, 1969
Se trata de
una figura maciza, imponente. Su origen está en una pequeña escultura de 1949
de solo 31 cm de alto. Como en otras ocasiones, Miró volvió a ella agrandándola
hasta casi dos metros, probablemente pensando en su exposición en espacios
abiertos y públicos.
Destaca
el bronce patinado en negro, pulido, una superficie lisa en la que se aprecian
las protuberancias correspondientes a ojos, nariz, boca, brazos, pechos y una
gran vagina en el centro. Miró no fue ajeno, al igual que otros artistas, a la
influencia de las culturas primitivas. Las referencias son constantes. En sus
dibujos preparatorios, muchas veces acompañados de escuetas notas, la palabra
diosa aparece asociada a mujer. En 1957, por ejemplo, visitó Altamira con el
ceramista Josep Llorens Artigas, mientras trabajaban en los murales de la
UNESCO.
Sobre la exposición ‘Joan Miró: Esculturas
1928-1982’
Desde el
pasado 20 de marzo, el Centro Botín de Santander acoge una muestra única y
antológica que exhibe los principales trabajos escultóricos de Joan Miró y su
original proceso creativo, alejado de los cánones tradicionales. Esta
exposición, que cuenta con la colaboración de la Obra Social “la Caixa”, reúne
por primera vez más de un centenar de esculturas de todos los periodos
artísticos de Miró (Barcelona, 1893 – Palma, 1983), además de dibujos, bocetos
preparatorios de sus trabajos, fotografías del artista y los objetos con los
que creaba sus obras, gran parte de ellos inéditos.
Concebida única y exclusivamente para el Centro
Botín, ‘Joan Miró: Esculturas 1928-1982’ se puede disfrutar en el centro de arte
de la Fundación Botín hasta el próximo 2 de septiembre.
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