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"Infanta Margarita. Menina, por Solange Da Costa
Solange Da Costa ante uno de sus cuadros
Julia Sáez-Angulo
25/11/18 .- MADRID .- Educada entre
Suiza y Brasil, ella tenía una fijación con Europa y probó residir en París
después de que los cuatro hijos volaran del nido en su patria natal carioca,
pero en Madrid se encontró mucho más a gusto con amigos y sobre todo con amigas
como Julia González-Cocho –madre de Mayte Spínola-, una mujer culta, animada y
divertida con la que viajó por todo el mundo.
Hoy Solange Da Costa (Recife, Brasil – capital Estado de Pernambuco, a 20120 km de Brasilia) vive a caballo –le gusta mucho la hípica y ha pintado muchos equinos- entre Brasil y Madrid (de esta última ciudad huye durante el tórrido verano). Es una mujer fuerte, pese a su aparente fragilidad y ha puesto en su sitio a algún varón y a alguna multinacional.
Hoy Solange Da Costa (Recife, Brasil – capital Estado de Pernambuco, a 20120 km de Brasilia) vive a caballo –le gusta mucho la hípica y ha pintado muchos equinos- entre Brasil y Madrid (de esta última ciudad huye durante el tórrido verano). Es una mujer fuerte, pese a su aparente fragilidad y ha puesto en su sitio a algún varón y a alguna multinacional.
Residir en la capital de España no
quiere decir que dejara su querido país, donde mora la mayoría de su familia y
donde tiene una finca en Alagoas, más grande que alguno de los países centroeuropeos.
Solange Da Cota , optó por la pintura
como vocación cultural y profesional, porque pinta no solo por placer, sino
para llevar a cabo numerosas exposiciones en Brasilia, Bello Horizonte, Sao
Paulo y otras grandes ciudades de aquel país inmenso como un continente, amén
de en Europa. Ya se sabe que si a uno le compran el arte que genera, es que
convence y gusta, como le ocurre a ella.
Copacabana,
Bahía, Palo de Azúcar, Olinda, Recife, Ipioca, Salvador de Bahía, Alagoas,
Bello Horizonte, Brasilia, Minas Gerais…son algunos de los nombres que resuenan
en los títulos de los cuadros de la autora, porque, pese a lo ingente de su
país, Solange Da Costa parece haberlo pintado por los cuatro costados. Los
caballos, una de sus pasiones es la hípica, han sido motivo iconográfico de
muchos de sus cuadros.
La pintura de Solange Da Costa es
realista y ha jugado con frecuencia con los iconos de la pintura española,
sobre todo del Museo del Prado (las Meninas velazqueñas como excelencia y los
temas goyescos), pero también algunos mitos de la España Cañí.
Oriente, en
especial la China, también ha sido motivo de atención e inspiración para sus
cuadros al óleo sobre tabla, pues es el soporte preferido por la autora, pese a
su peso y dificultad de transporte en ocasiones, si bien para los viajes a
Brasil va al lienzo más ligero. Le gusta la lisura y tensión de la tabla, como
a los artistas de las tablas medievales (tiene algunas en su haber), frente a
otros soportes en los que también trabaja, como son el lienzo y el papel.
El retrato es otro de sus géneros pictóricos cultivados y, para muestra, el del papa Francisco que le encargó una parroquia de Bello Horizonte en su país.
Últimamente investiga en la pintura
sobre fotografía de imágenes previas, algo que le divierte y facilita el trabajo. No en balde, la fotografía le gusta. Los resultados no le disgustan. En esta trabajo es capaz de lograr también las
luces y sombras de la pintura sobre tabla.
Recientemente sido nombrada delegada
del Grupo pro Arte y Cultura, PAC en Brasil, donde tiene una célebre hija,
activa e inteligente en el campo de la política. Con el Grupo ha recorrido
numerosas exposiciones y museos, por lo que guarda obra en los de Sofía y
Argentina, amén del de Brasilia.
También ha
recibido el galardón de la Cruz de la Orden del
Águila de Georgia y la Túnica Inconsútil de Nuestro Señor Jesucristo –conocida
por la expresión abreviada de Orden del Águila de Georgia. La entrega fue
en la Casa Museo El Romeral.
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Puerto de Huelva (España)
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