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Julia Sáez-Angulo
Fotos: J.S.A.
27/7/25.- Bayona.- Seis años de docencia de la literatura española en el Instituto Español de Tetuán marcan de veras, justo los años anteriores a la jubilación de la catedrática de Literatura María Jesús Domínguez Sío (Porriño. Pontevedra). Tetuán en una ciudad con muchos vestigios españoles, después de la prolongada presencia española durante los años del Protectorado en Marruecos (1912-1956). Bertuchi, sin ir más lejos dejó tras de sí una escuela de arte de primer nivel.
“Ha sido una experiencia muy singular. Allí he comprendido algunas cosas de nosotros mismos los españoles, algunas costumbres y muchas diferencias”, explica la filóloga y profesora Domínguez. “Por ejemplo: el Corán marca toda su vida. El Islán los conforma. El hecho de que el Corán se lea en sentido inverso a la escritura nuestra, hace que muchas actuaciones o gestos sean en ese mismo sentido, no hay más que ver, en la mayoría de las cerraduras de las casas”.
"O la mano de Fátima, que ha permanecido mucho tiempo en nuestra aldabas".
Los mejores recuerdos de la profesora española están en las actuaciones de teatro o recitales que llevaba a cabo con sus alumnos de Instituto. “Los jóvenes tienen una memoria prodigiosa y les encanta actuar sobre el escenario. La poesía parece ser algo innato en ellos y la recitan muy bien, con mucho entusiasmo e interés. Memorizaban con facilidad los romances, décimas o sonetos de la literatura española. Los padres y otros alumnos asistían en bloque a las actuaciones que preparábamos”.
M. Jesús Domínguez escribió un libro de relatos, “La bebida de las avispas” (Ediciones La isla de Sistolá, 2013) en el que recoge muchas de sus experiencias y las vuelca en la ficción de personajes. Todas las virtudes y defectos del país vecino aparecen de modo manifiesto, y nos hacen entender mejor la idiosincrasia de un pueblo como el marroquí.
“Los marroquíes cultivan mucho el mundo de las apariencias y esto los hace dependientes de algunas actitudes, como por ejemplo, el hecho de llegar tarde a un sitio o a una cita, les parece elegante, cuando creen que lo pueden hacer. Esto les ha costado algún que otro disgusto, como la vez en que una alumna llegó tarde a un examen y los inspectores llegados de la península, querían dejarla fuera. Yo la defendí y la salvé, porque era una alumna buena, de lo contrario no hubiera hecho el esfuerzo”.
Hay una gran diferencia entre ricos y pobres, los primeros tratan, a veces, a los segundos, de modo feudal, con menosprecio. Las grandes fiestas de los primeros se hacen para demostrar poderío ante los demás en las festividades familiares.
Algunas madres de aldeas muy pobres en las montañas saben que las cárceles españolas son un lujo, un hotel de cinco estrellas, donde se desayuna, se come y se cena al menos tres veces al día, donde hay gimnasios y bibliotecas, donde se aprende español de modo fácil y gratuito… Por eso los lanzan en pateras, para que lleguen a las costas españolas. Lo peor que puede pasarles es que acaban en una cárcel. Este es el efecto llamada más potente.
Para divorciarse de una mujer, un hombre solo tenía que decir: Talaq, talaq, talaq, tres veces (según el Corán) y la mujer tenía que acabar por alejarse con lo puesto, sin posibilidad de réplica, ni más miramientos. La mujer lo tenía más complicado, por no decir imposible, si quería divorciarse. Hoy, una nueva ley de familia ha paliado esta situación.
Algunos nacionales, invitados a comer en ambientes españoles o más europeizados dicen con cierto humor: “yo soy un moro fino, que come cerdo y bebe vino”, cosa que nunca hubieran dicho en presencia de un musulmán. La delación pudiera ser terrible.
Una pareja de enamorados que se permitió beber vino en una cena íntima. Ella escondió las botellas vacías en una bolsa y se fue de noche a depositarla en un basurero común. A la mañana siguiente, al abrir la puerta de su casa, se encontró con la sorpresa de todas aquellas botellas vacías alineadas delante de la entrada. La amenaza velada de la delación estaba allí. Los vecinos espiaban la conducta de los otro vecinos.
Resulta curioso observar lo obedientes y sometidos que se encuentran los marroquíes en su país de nacimiento, mientras que, cuando cruzan la frontera a Ceuta, Melilla o la península, comienzan la algarabía, para a protestar y exigir derechos que, con frecuencia, no les corresponden. Eso les viene de la creencia de que nosotros los españoles somos débiles, frágiles, transparentes… y se nos puede atacar por ahí, debido a nuestra franqueza, a nuestra claridad de leyes, a la propia creencia y práctica de la democracia y de los derechos humanos.
Con todo, Marruecos es un país fascinante en su belleza natural y en la hospitalidad de sus gentes.
Antigua capital del Protectorado español, en la actualidad es residencia veraniega del monarca marroquí. Es la ciudad de Marruecos con más rasgos andalusíes. Cuenta con casi cuatrocientos mil habitantes.
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Tetuán (Fotos "Los viajes de Claudia"
3 comentarios:
ISABEL CAMPOAMOR: Una descripción maravillosa Julia!
¡Tengo que volver a Tetuán!
Adriana Zapisek: Hola J, muy buen reportaje a Tetuán, la profesora M. Jesus esclarece muchas cosas. Bss
José Miguel Martinez : Magnífico y didáctico relato.
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