Virgen de los Dolores, regalo de Mataró
Virgen del Rosario.
Julia Sáez-Angulo
Fotos: J.S.A.
25/8/25.- Isla Cristina (Huelva).- Mi profesor de Derecho Penal en la Universidad Complutense, el granadino don Juan del Rosal, en una de esas confidencias que todos los profesores tienen cuando bajan la guardia, nos contó que para él Andalucía era la tierra de María Santísima, donde cada cual hacía lo que le daba la gana y él no se perdía ir nunca en vacaciones de Semana Santa, porque allí las procesiones era como Dios manda: “silencio y bulla”, silencio de penitentes y cofrades y bulla de los curioso impertinentes que iban a contemplarlos desde el exterior.
El profesor José María Naharro, de Economía y Hacienda, que llegaba todos los días tarde a clase, también tuvo la debilidad de contarnos un día el porqué: “si los sueldos son bajos, las clases son endémicas”.
Pero volvamos a “Andalucía, la tierra de María Santísima”, que me ha venido a la memoria al visitar la iglesia y el campanario de la iglesia de Nuestra Señora de los Dolores en Isla Cristina, donde la sucesión de imágenes marianas era una ruta histórica de advocaciones, devociones, hermandades y cofradías.
La iglesia es reciente, del año 1942, con primera misa en 1956, después de que la antigua parroquia en la calle de las Flores, la dinamitaran -que no incendiaran- en 1936. Aunque la presunción de inocencia en el Derecho es tan importante como el de la igualdad ante la ley, hoy rota por cierto feminismo radical, en Isla Cristina todos afirman que la iglesia fue dinamitada por un grupo de mineros “rojos” de Riotinto. ¿Quie disponía de dinamita? Pues blanco y en botella, leche. No sé lo que dirá la Ley de Memoria Democrática al respecto.
El campanario de la torre de la iglesia quedó tocado, tras el terremoto y maremoto de Lisboa en 1755, por lo que se decidió desmochar el último tramo que llevaba el reloj de la torre. Desde lo alto de su centenar de peldaños, se puede contemplar la isla de la Higuerita, que emergió en la marisma, después del terremoto, y que figura en el escudo de la Real Ciudad de Isla Cristina, título de ciudad que le otorgó Alfonso XIII.
Volvamos a las advocaciones presentes en esta iglesia Mariana: la imagen de la Virgen de los Dolores, regalo de Mataró, única que llegó a la Isla por barco, según cuenta Manuel González, acólito de la iglesia. “Fue la única que se salvó de la dinamita, porque alguien la escondió en su casa antes de la llegada de los dinamiteros”. No lejos están los cuadros de la Virgen de la Cinta y la Virgen de los Reyes, patronas respectivas de Huelva y Sevilla. No olvidemos que Huelva perteneció durante un tiempo a la archidiócesis sevillana.
La Virgen del Carmen con su escapulario colgante es de fácil identificación icónica. Una imagen de la misma figura en su Veleta, rodeada de peces. La del Carmen es patrona de la Armada, a quien se encomendó la Isla cuando era isla, para defenderla del contrabando y de los ingleses y piratas que andaban cerca. Manuel González asegura que Isla Cristina sigue siendo isla y nos muestra el círculo de agua entre las marismas desde el campanario. Yo no lo divisé con claridad, pero si él lo dice…
En el siguiente altar, la Inmaculada Concepción, una imagen en blanco y azul, sin Niño Jesús, devoción que se extendió fundamentalmente en el Renacimiento. El dogma de la Inmaculada Concepción -dogma quiere decir verdad en latín- se declaró en 1854, por Pío XI. España fue muy devota y propagadora esta verdad mariana.
Nuestra Señora del Perpetuo Socorro está en una de las capillas, imagen pictórica muy extendida desde el siglo XV, procedente de Creta y muy venerada por la iglesia ortodoxa, donde no se permite la tercera dimensión en las imágenes. Los ortodoxos insisten mucho en el atributo principal de la Teotocos, el ser Madre de Dios.
La Virgen del Rocío no podía faltar e Isla Cristina, vecina de Ayamonte y con su simpecado impecable. La Virgen de Fátima con sus tres pastorcitos está en el altar de al lado, porque Portugal está cerca, a doce km y hay mucho portugués visitante y turista en la Isla. Otra que no falta es la Virgen del Pilar, patrona de la Hispanidad, de Aragón, de Zaragoza y de la Guardia Civil, entre otros títulos.
La Virgen Milagrosa es otra imagen que reluce con sus rayos salidos de sus manos, símbolo de las muchas gracias que ella concede a quienes se las piden…
De María nunqvam satis, dicen los teólogos latinistas, que traducido significa “De María nunca se hablará bastante”. A juzgar por la iconografía mariana de la parroquia de Isla Cristina, ciertamente el profesor del Rosal tendría razón: Andalucía es la tierra de María Santísima. Una tierra que está en buenas manos.
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