lunes, 6 de octubre de 2025

LA GALERÍA DE LAS COLECCIONES REALES EXPONE POR PRIMERA VEZ UNA SELECCIÓN DE LA COLECCIÓN DE "FOTOESCULTURAS DE PATRIMONIO NACIONAL"

• En “Fotoescultura: el 3D del siglo XIX” se muestra una selección de piezas tridimensionales realizadas con esta innovadora técnica que se desarrolló en la década de 1860 

• La colección de fotoesculturas de Patrimonio Nacional es la más importante y numerosa del mundo

 
 
De izquierda a derecha: María José Suárez, conservadora de Patrimonio Nacional; María Dolores Menéndez, gerente de Patrimonio Nacional; Víctor Cageao, director de la Galería de las Colecciones Reales y Leticia Azcue Brea, conservadora del Museo del Prado


         L.M.A.

        Madrid, 6 de octubre de 2025 – Hoy se ha presentado en la Galería de las Colecciones Reales “Fotoescultura: el 3D del siglo XIX”. En la muestra, que podrá verse hasta el 18 de enero de 2026, se expone, por primera vez, una selección de 19 fotoesculturas pertenecientes a la colección que conserva Patrimonio Nacional, la más extensa del mundo, con un total de 39 piezas realizadas por François Willème, inventor de esta técnica. Representan a los miembros de la familia de la reina Isabel II, y a otras personalidades de la época, y están realizadas en diversos materiales, formatos y tamaños.

En la presentación de la exposición han participado el director de la Galería de las Colecciones Reales, Víctor Cageao; y las dos comisarias de la exposición, María José Suárez, conservadora de Patrimonio Nacional, y Leticia Azcue Brea, conservadora de escultura desde 1700 y artes decorativas del Museo del Prado.

    La muestra se enmarca en la línea Colecciones Reveladas del programa de exposiciones temporales de la Galería, un formato en el que se presentan, dentro de la exposición permanente, conjuntos de colecciones inéditas, o poco conocidas, que aportan nuevos enfoques a las obras ya expuestas.



 Representación tridimensional en el siglo XIX

    El francés François Willème desarrolló la técnica de la fotoescultura para representar tridimensionalmente a una persona con absoluta fidelidad y de forma muy rápida. Construyó en su estudio parisino un recinto circular en el que colocó 24 cámaras fotográficas que disparaban a la vez a la persona que se situaba en la parte central. Con solo diez segundos de posado y en una sola sesión, conseguía veinticuatro placas fotográficas con veinticuatro siluetas del retratado.

    Para componer la imagen tridimensional utilizaba una linterna mágica y un pantógrafo, un dispositivo mecánico usado para copiar imágenes acoplado a una máquina de corte que transfería las veinticuatro siluetas a un bloque de arcilla o madera. Las piezas solían finalizarse en biscuit —porcelana blanca sin esmaltar— pero también en otros materiales, como terracota, escayola o bronce. Su producción, sin embargo, solo tuvo lugar entre 1860 y 1868, debido principalmente a su elevado coste.


Fotoescultura para Isabel II

    Juan Laurent, fotógrafo de Isabel II, fue el encargado de traer a Madrid a François Willème, con el objetivo de realizar una serie de perfiles, en diversos tamaños, bustos y figuras, de diversos miembros de la familia real. Para ello, se construyó en el Palacio Real de Madrid un estudio fotográfico similar al diseñado por el escultor en París. La reina Isabel II quedó tan satisfecha con el resultado que condecoró a Willème con la Orden de Carlos III.

    La pieza de fotoescultura que representa al completo a la familia real española es la más importante de la colección. En ella aparecen la reina Isabel II junto al príncipe de Asturias, futuro Alfonso XII, acompañada del rey consorte, Francisco de Asís, y de tres de sus hijas, las infantas Isabel, Pilar y Eulalia, pero además se recrea incluso el estrado del Palacio Real con los cuatro leones, símbolos de exaltación del poder regio. El conjunto se realizó mediante un proceso electroquímico, utilizando plata sobre cobre con la técnica de la galvanoplastia.

    Además de las fotoesculturas adscritas a los fondos de Patrimonio Nacional, existen otras piezas en colecciones públicas y en manos de coleccionistas privados, en las que se representan personajes de la aristocracia, el mundo del arte o de los negocios.



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